Desde la Casa Blanca vienen las denuncias de un supuesto fraude electoral, pero la justicia de Michigan y Georgia desestimó el reclamo del equipo de campaña de Donald Trump, que pedía detener el recuento de votos.
Según analistas, la gran mayoría de los casos no tienen mérito.
“Ahora hay una demanda de una votante que votó usando un ‘sharpie’ y la tinta del ‘sharpie’ no la está captando la máquina de tabulación de las votaciones. Esa demanda está pendiente, así es que ese es el tipo de demanda que estamos viendo a nivel general, no creo que sean demandas de una envergadura tan significativa que pueda alterar el resultado de una elección”, explica el abogado constitucionalista Ángel Leal.
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A través de una querella en Pensilvania, el equipo del presidente sí consiguió ampliar su acceso a los lugares de escrutinio de votos. Sin embargo, queda pendiente otro proceso que pide que los votos que llegaron después del día de la elección no sean contados.
“El caso está pendiente de ser recibido en la Corte Suprema, en el dado caso de que esas boletas por correo que se hayan recibido después del 3 de noviembre hasta el 6 de noviembre pudieran hacer la diferencia en la contienda del estado de Pensilvania, que llegará a ser determinativo de las elecciones presidenciales. Ese caso en teoría sí pudiera tener alguna importancia”, indicó el abogado Leal.
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Queda pendiente la demanda presentada en Nevada, en donde la campaña Trump alega que están siendo contados votos calificados por ellos como ilegales y en donde no se ha terminado el escrutinio.
En Wisconsin los abogados del presidente piden que haya reconteo, algo que por ley estatal se debe hacer si la diferencia es de uno o menos del 1%.
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