No tuvieron más remedio. El primer ministro, Hassan Diab, anunció la dimisión del gobierno libanés y la disolución de su gabinete tras el ‘terremoto social’ que provocó la violenta explosión del Puerto de Beirut, que ya deja 163 muertos y más de 6 mil heridos.
Cuatro ministros y varios congresistas ya habían dado un paso al costado.
“Originalmente habíamos pedido elecciones anticipadas, pero ahora he presentado mi renuncia”, dijo el parlamentario Henri Helou.
Una conquista lograda en las calles, que convertidas en polvorín desde el sábado, exigieron la salida del gabinete formado en enero con el respaldo del poderoso grupo chiita Hezbolá, apoyado por Irán.
Publicidad
Para muchos, la explosión fue la gota que derramó el vaso en una prolongada crisis por el colapso de la economía, la corrupción generalizada, el despilfarro y la ineptitud de la clase política.
En las inmediaciones del parlamento, los manifestantes siguieron su protesta, a pesar de que ya se había anunciado la dimisión del gobierno.
Publicidad
Con gases lacrimógenos la fuerza pública los disipó, y es que el descontento es generalizado, hay desconfianza en el sistema electoral y político, que beneficia a los partidos tradicionales, entre ellos Hezbolá. Los manifestantes quieren cambios de raíz.
Y la desconfianza no es solo internacional, se conoció que los 297 millones de dólares recaudados en donaciones de otros países, gestionadas por Francia, serán entregados directamente a la población.
El abismo entre la sociedad libanesa y el poder es tan inmenso como el cráter que dejó la explosión: 43 metros de profundidad, según revelaron las autoridades.
En contexto:
Publicidad
Publicidad
Suscríbase a nuestro canal de WhatsApp Channels aquí 👉🏻 Noticias Caracol
✔️ Síganos en Google Noticias con toda la información de Colombia y el mundo.