La captura de Giulio Perrone, cabecilla de la Camorra napolitana, se produjo porque no se cuidó de presumir su ostentosa vida en la red social.
El delincuente, considerado uno de los 10 delincuentes más buscados en Europa, vivió por varios años en la localidad mexicana de Tampico.
Imágenes suyas en paradisiacas playas de Tamaulipas terminaron dando pistas a las autoridades para su detención.
La operación en la que fue capturado se dio gracias a la colaboración entre los gobiernos de Italia y México, precisó.
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Sobre Perrone pesa "una sentencia de 20 años, 11 meses y ocho días de prisión, otorgada por el Tribunal de Nápoles", afirmaron las autoridades mexicanas.
Por tratarse de un prófugo de la justicia de ese país, el gobierno de México entregó inmediatamente al detenido a las autoridades italianas.
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Según la Agencia de Investigación de la fiscalía general mexicana, Perrone había entrado de forma ilegal a México en 2006, en donde utilizaba identidades falsas para evadir a las autoridades.
"Al momento de su detención el prófugo, dijo llamarse Saverio García Galiero", afirmó la fiscalía, precisando que se le confiscaron dos documentos de identidad falsos.
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