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Hacinamiento, lluvia y hambre: se agrava la crisis de migrantes en los Balcanes

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El desmantelamiento parcial de la "jungla" de Calais (norte de Francia), donde malviven migrantes deseosos de alcanzar Inglaterra, continuaba este martes, mientras en el otro extremo de la ruta migratoria miles de refugiados se agolpaban en la frontera greco-macedonia.
La de los migrantes se ha convertido en una crisis "mundial", en palabras del secretario de Estado norteamericano John Kerry, y según varios expertos podría desembocar en el colapso de varios países de Oriente Medio y la Unión Europea.
El flujo de llegadas de refugiados sirios, iraquíes y afganos, entre otras nacionalidades, "se mantiene a un nivel relativamente alto", y desde comienzos de año llegaron a Europa por el Mediterráneo más de 131.000 migrantes, indicó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Sólo a Grecia, principal puerta de entrada en Europa para estos migrantes que se juegan la vida cruzando el mar desde la vecina Turquía, arribaron más de 122.000 personas. En lo que va de año, 410 murieron en el intento.
En el norte de este país, que no termina de salir de una larga crisis económica, más de 7.000 migrantes están bloqueados en el puesto de Idomeni, en la frontera con Macedonia.
Este martes se despertaron ateridos de frío y embarrados por las lluvias de la noche. Las tiendas de campaña estaban empapadas, y dentro los niños tosían y lloraban, constató la AFP.
Zineb Hosseini, una mujer siria madre de cinco hijos, dijo que su familia estaba "congelada".
"Y ahora toca esperar de nuevo", lamentó.
Miles de migrantes se han juntado en Idomeni después de que la semana pasada las autoridades macedonias decidieran filtrar fuertemente el paso de refugiados sirios e iraquíes.
Además, Macedonia cerró el paso a los afganos, después de que Serbia, Croacia, Eslovenia y Austria, los países de la "ruta de los Balcanes", impusieran duras restricciones al tránsito de migrantes.
Exasperados por la decisión macedonia de dejar pasar a los refugiados con cuentagotas, 300 iraquíes y sirios forzaron el lunes un cordón policial griego en Idomeni y cargaron contra la alambrada de espinos desplegada en la frontera.
Los policías macedonios los repelieron con gases lacrimógenos, una decisión defendida por el canciller del país, Nikola Poposki y que a la Comisión Europea la tiene "muy preocupada".
Grupos de migrantes se han colocado junto a la apertura hecha en la alambrada, a la espera de que se les deje pasar.
Algunos llevan tres días sin moverse del lugar, como Faysal, un sirio de 30 años amputado de ambas piernas tras un bombardeo en Damasco. Tiene dos prótesis "de cuatro kilos cada una", y en su penosa odisea cuenta con la ayuda de su amigo Hasan.
Sigue la demolición de la "jungla"
A miles de kilómetros de Idomeni, en Calais, proseguía este martes la demolición de la parte sur de la "jungla", donde se encuentran sobre todo afganos, sirios y sudaneses. La zona afectada alberga entre 800 y 1.000 migrantes, según el gobierno, y 3.450 según las asociaciones.
La demolición proseguía este martes en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. El lunes por la noche hubo incidentes violentos, cuando la policía tuvo que dispersar con gases lacrimógenos a unos 150 migrantes, algunos armados con barras de hierro, que atacaron a los coches que pasaban por una carretera cercana camino del paso de Calais, por el que se llega a Inglaterra.
El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, denunció que detrás de estos incidentes está "el activismo de un puñado de militantes No Borders extremistas y violentos".
¿Hacia una cumbre mundial?
La crisis migratoria en Europa, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, preocupa incluso en Estados Unidos, donde Kerry advirtió el lunes que "no es un desafío regional", sino "un test para todos".
El ex embajador de Estados Unidos en Irak y Siria Ryan Crocker, reclamó al gobierno norteamericano organizar lo antes posible "una cumbre mundial sobre los refugiados", ya que "ni la región (de Oriente Medio) ni Europa pueden superar" solos la actual crisis.
Grecia en particular estima que entre 50.000 y 70.000 podrían verse bloqueadas dentro de sus fronteras hacia el mes de marzo, frente a las 22.000 que aguardan actualmente para proseguir su camino hacia Europa central y del norte.
En medio de las fuertes disensiones en la UE sobre la forma de gestionar el problema, la Comisión anunció el lunes la elaboración de un plan de urgencia para ayudar a Grecia y otros países de Europa occidental y así "prevenir una eventual crisis humanitaria".

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