El cadáver de un bebé hallado en la caneca de una cárcel, en el estado de Puebla, centro de
Tras el hallazgo del
"El resultado obtenido de la prueba genética es que existe correspondencia entre el cuerpo del menor hallado en el contenedor de basura del Centro Penitenciario de Puebla y el de las dos personas entrevistadas, es decir, los que se ostentaron como padre y madre", declaró en un video el fiscal.
"Esto es, el menor inhumado y luego exhumado en la Ciudad de México es el mismo que fue encontrado en el Centro Penitenciario de Puebla", enfatizó.
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El fiscal también avisó que "ya se ha identificado a la persona que depositó el cuerpo del menor en el contenedor de basura del Centro Penitenciario".
El cadáver ya fue entregado a sus padres, que además reciben apoyo jurídico, económico, psicológico y social.
Fue otro preso el que hizo el hallazgo, un caso que ha sacudido a México y fue denunciado por la asociación civil Reinserta lo denunció.
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Según explicó la ONG, el interno que trabajaba en los contenedores de material de plástico reciclable, conocido como PET, encontró el cadáver, que tenía una cicatriz en el abdomen, cubierto con cal y dentro de una bolsa.
El hecho también ha levantado polémica porque la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se negó a investigar el caso, mientras que el gobernador de Puebla, el oficialista Miguel Barbosa, advirtió a periodistas y activistas de que "tengan cuidado" al indagar la historia.
El fiscal de Puebla no aclaró aún cuáles fueron las motivaciones detrás del crimen del bebé hallado en caneca de una cárcel, aunque ahondó en que la autopsia arrojó que el niño "conservaba todos sus órganos en su lugar y que presentaba una herida quirúrgica de 7 centímetros con sus puntos de sutura originales".
"Nuestra investigación se encuentra en la fase final, por lo que en breve determinaremos las responsabilidades que en materia penal puedan atribuirse a quienes transportaron el cuerpo del menor en territorio del estado de Puebla", prometió.
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