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Joven saudí que encontró en Twitter su llave a la libertad, también enfrentó en la red una maldición

Joven saudí que encontró en Twitter su llave a la libertad, también enfrentó en la red una maldición

Rahaf Mohammed Al Qunun, que huyó de su familia por maltrato, logró que su odisea se volviera viral con sus trinos y consiguió asilo político en Canadá.
La joven de 18 años estuvo una semana en Bangkok y estaba bajo la protección del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) desde el lunes, cuando evitó ser deportada a Kuwait.
Al Qunun llegó el pasado sábado al aeropuerto de Suvarnabhumi de Bangkok procedente de Kuwait, donde aprovechó que las mujeres no necesitan autorización de sus "guardianes masculinos" para viajar, como sí ocurre en Arabia Saudí.
Su intención era llegar a Australia, donde quería pedir asilo, tras afirmar que había abandonado el islam y que temía que su familia "la matara" por ello.
La joven aseguró que un empleado de la aerolínea Kuwait Airways le confiscó el pasaporte a su llegada y le comunicó que, a petición de la embajada de Arabia Saudí, iba a ser obligada a embarcar el lunes en un vuelo de vuelta a Kuwait, donde la esperaban sus familiares.
Entonces ella se encerró en un hotel en la zona de tránsito del aeropuerto y bloqueó con colchones la puerta, por lo que el avión en el que estaba previsto que fuera deportada salió el lunes sin ella a bordo.
Las autoridades tailandesas sostuvieron que la joven intentó entrar en el país, algo que ella niega, y que le denegaron el visado, por lo que procedieron a su expulsión a Kuwait, por ser el lugar desde el que llegó a Bangkok.
Sin embargo, finalmente accedieron a que quedara a cargo de ACNUR y le concedieron entrada temporal en el país.
Al Qunun, que abrió una cuenta en Twitter este mes y publicó su primer trino el sábado pasado, empezó a escribir y subir videos en la red social, donde su historia se hizo viral y pasó de 28 a 134.000 seguidores en pocos días.
Sus mensajes tuvieron eco y Canadá le concedió asilo.
No obstante, también recibió numerosas amenazas de muerte, en especial de musulmanes que consideran un pecado abandonar la religión, por lo que decidió cancelar su cuenta en la red social.
Tailandia no es signataria de la Convención de los Refugiados de la ONU de 1951 y ha sido criticada por enviar a refugiados y solicitantes de asilo a países donde se enfrentan a persecución e incluso tortura.
En Arabia Saudí, Al Qunun podría ser procesada por desobedecer a sus guardianes masculinos, dañar la reputación del país o incluso apostatar, delito que está castigado con la pena capital.

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