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La bella historia de un alemán que se enamoró de Colombia y tuvo que irse por la pandemia

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Dominic Fabian Wolf se llevó dos tesoros, que protegió celosamente en su viaje de 52 horas, un aguacate y una bandera de nuestro país. Espera volver pronto, pues esta ya es su tierra. 

Dominic Fabian llegó un día a Santander, después de una visita a México, y decidió quedarse para siempre. Sin embargo, por la pandemia del coronavirus, pidió que le permitieran regresar a tu tierra en un vuelo humanitario y así poder abrazar a su familia.

Cuando le dieron vía libre decidió grabar su recorrido desde Bucaramanga hasta Alemania. Un amigo lo llevó en carro hasta Bogotá, con el debido permiso del Ministerio de Transporte.

Durante su recorrido por tierra encontró varios retenes de la Policía y, por supuesto, pasó por los peajes sin pagar. Lo que le llamó la atención fue ver a tantos venezolanos buscando llegar a la frontera.

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“Por lo general ellos salen de Venezuela y van para Bogotá u otros países, hasta llegar hasta Chile, y ahora todos están regresando”, comentó.

Llegando a Boyacá admiró su paisaje y, ya en Bogotá, Dominic se preparó para un nuevo día.

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En el aeropuerto El Dorado, dijo, “uno ve puros extranjeros aquí en la fila porque vuelos comerciales ya no hay, todos son humanitarios. Están controlando si tenemos tapabocas nuevos o no”.

“Me acaban de desinfectar, también me tomaron la temperatura, me tomaron los datos y ahora estoy esperando con otra gente en la sala de espera”, contó sobre los controles.

Y mientras aguardaba, no dejaba de sorprenderse por la soledad que reinaba en el aeropuerto de Bogotá, “tan vacío, un aeropuerto internacional cerrado, increíble… todas las tiendas también cerradas”.

Con protocolos seguros abordó el avión, pero le asombró el comportamiento de las autoridades al aterrizar en Bruselas.

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“La verdad estoy bastante sorprendido porque casi no tomaron precauciones contra el coronavirus. En Colombia están tomando más precauciones en un supermercado que acá en el aeropuerto de Bruselas. Lo que quiero decir es que Colombia cuida más a los extranjeros que salen del país”, sostuvo.

Y llegar a su tierra lo emocionó, pero siguió causándole extrañeza la actitud de las personas frente a la pandemia. “No nos hicieron ningún control, no dijeron nada, es normal que aquí en Alemania no lleve tapabocas”, dijo.

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Y después de 52 horas de viaje, Dominic reveló lo que atesoraba en su equipaje.

“Estoy bastante feliz de poder ver de nuevo a mis papás, a mi familia. Por otro lado, triste de no estar en Colombia, de no tener esa certeza de cuándo voy a volver. Igual llevé dos cosas muy importantes: la bandera y un aguacate”, expresó al besar el fruto verde.

Al final de su jornada, por fin, llegó el abrazo con los suyos.

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