La Fontana di Trevi fue teñida por activistas del cambio climático: "Nuestro país se muere"

Activistas climáticos italianos tiñeron de negro la famosa Fontana di Trevi de Roma el domingo 21 de mayo de 2023, afirmando que lasinundaciones que han matado a 14 personas en el noreste del país eran "una advertencia".

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Los activistas de la organización contra el cambio climático Last Generation se subieron a la emblemática fuente y vertieron en ella un líquido de carbono vegetal, antes de ser sacados y escoltados por la policía.

La protesta se produjo en el momento en que la Primera Ministra, Giorgia Meloni, llegaba a Emilia Romaña para visitar las zonas devastadas por las inundaciones, calificadas como las peores en un siglo. Más de 36.000 personas se han visto desplazadas por la catástrofe, que ha costado cientos de millones de euros.

"Nuestro país se muere", gritaban los activistas, mientras los turistas agolpados en torno a la fuente del centro histórico de Roma sacaban fotos, aplaudían o abucheaban.

La policía retiró a los manifestantes y confiscó sus pancartas contra los combustibles fósiles financiados por el gobierno.

Mattia, de 19 años, que no dio su apellido, participó "porque la horrible tragedia vivida estos días en Emilia Romaña es un presagio del negro futuro que espera a la humanidad".

Last Generation se refirió a un informe del Banco de Italia de principios de mes, según el cual el 23% de las casas italianas corren el riesgo de inundarse, con un coste potencial de tres mil millones de euros anuales.

"Mientras la crisis climática llama a la puerta, rompiendo las riberas de los ríos y arrojando peces a las calles, el gobierno italiano recorta los recursos para la protección del suelo" y fracasa en la mitigación del cambio climático, afirmó.

Last Generation comenzó a llevar a cabo protestas pacíficas pero disruptivas en Italia el año pasado antes de las elecciones generales, instando a los políticos de todos los partidos a hacer del cambio climático su prioridad. Las protestas en Italia forman parte de una serie de acciones en toda Europa para llamar la atención sobre el cambio climático.

Los activistas han arrojado sopa, pasteles, puré de patatas o pintura lavable contra lugares de interés patrimonial y cultural y obras de arte en museos.

El grupo ecologista afirmó que el líquido carbónico utilizado para la protesta no dañó la fuente, pero el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, declaró que la limpieza "costaría tiempo, esfuerzo y agua, porque se trata de una fuente que utiliza agua recirculante".

"Ahora tenemos que vaciarla y tirar 300.000 litros de agua", dijo.

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