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Las nuevas generaciones también están a bordo del tren de los sueños rotos

Niños pequeños y mujeres embarazadas van en el tren de los sueños rotos en búsqueda de un mejor futuro. Pese al frío, el hambre y la incertidumbre, la esperanza sigue viva. Esta es la tercera entrega del especial de nuestro canal aliado TV Azteca.

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El viaje delos migrantesque se suben al tren conocido como La bestia es una travesía marcada por la esperanza, pero también por el peligro, especialmente para los más vulnerables.

Luego de 12 horas de espera, el tren salió a las 3:00 de la tarde de Chihuahua capital rumbo a Ciudad Juárez. La esperanza de llegar se podía transmitir a través de la mirada y las sonrisas de cada uno de los migrantes, sobre todo de los más pequeños.

“Hemos andado a pie caminando por la selva. He visto muertos, monte, hormigas, una hormiga que me arrancó un trozo de piel”, expresó un niño migrante colombiano.

Las nuevas generaciones sin duda son la esperanza de la sociedad, es el ejemplo de Karina, quien atravesó embarazada 8 países, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y ahora México

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"He sentido adrenalina y también una experiencia bien bonita porque aprendes de todo, de todos los paisajes, además de la humanidad y continuar por tu sueño.", declaró Karina.

Karina y José tienen 5 años de noviazgo, se cuidan, se aman, y desean un futuro para su primogénito.

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"Más que todo cuidar, tratar de siempre estar juntos porque a veces uno no sabe lo que pueda pasar más adelante y siempre estar juntos, ver qué sigue más adelante, pero sí hemos estado bien gracias a Dios, muchas personas nos han apoyado, siempre hemos estado más que todo con personas buenas", declaró Karina.

El calor de los rayos del sol era intenso, la temperatura rodeaba los 30 grados centígrados, las cobijas que por la noche se utilizaron para mitigar el frío ahora se utilizaban para generar un poco de sombra en el largo trayecto.

El intenso calor se reflejaba también en el acero del vagón, haciendo casi imposible mantenerse sobre él, fue entonces que se echó mano de cartones para evitar que la piel se lacerara.

Un pedazo de botella de refresco, se convirtió en el baño portátil y por la noche, en contraste, la temperatura descendió, el frío era intenso y calaba hasta los huesos, así es el desierto de Chihuahua, pero nada de eso mataba la esperanza que se reflejaba en la actitud de cada uno de los viajeros.

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A las 2 de la mañana, por fin los pies estaban sobre tierra juarense, entonces la esperanza se avivó, el sueño americano estaba muy cerca de ser alcanzado, ya que Estados Unidos ya está frente a ellos.

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