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“Los rusos minaron nuestro cementerio”: la denuncia que hacen en la ciudad ucraniana de Trostyanets

Los dolientes están arriesgando su vida al enterrar o visitar a sus seres queridos que están en este camposanto.

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Intensos bombardeos rusos sembraron el terror en al menos cinco ciudades de Ucrania, aumentando la destrucción que, según la inteligencia británica, compromete la llegada de ayuda humanitaria a ese país.

Dimitro, un joven de 23 años, murió luchando contra las tropas rusas en el Ejército ucraniano. Natalia, su madre, llora por su partida.

“Tuvimos un funeral cuando liberaron la ciudad. Teníamos miedo, pensábamos que tal vez algunos de los rusos todavía estaban aquí y volarían la tumba", expresó Natalia Evdokimova.

Lo que Natalia no sospechaba es que también arriesgaría su vida con cada visita a la tumba de su hijo, pues las tropas del Kremlin minaron el cementerio donde yace el cuerpo de Dimitro.

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“Los rusos minaron nuestro cementerio. Equipos de desminado lo desminaron parcialmente, pero no avanzaron más, ya que es peligroso en este momento", indicó la supervisora del cementerio de Trostyanets, Olena Matvienko.

Desde que las fuerzas ucranianas retomaron la ciudad de Trostyanets, sus habitantes desafían el peligro al enterrar o visitar a sus seres queridos en el cementerio.

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Devastación en otra ciudades

En otras localidades, como Leópolis y Mikolaiv, nuevos bombardeos vuelven a desatar el caos y, en Járkov, el atentado contra un edificio administrativo dejó al menos un muerto y casi una veintena de heridos.

“La onda de la explosión dañó parcialmente los edificios cercanos, incluidos edificios residenciales", indicó Yehven Vasilenko portavoz de los servicios de emergencia.

Una devastación que se replica en Mariúpol, donde las fuerzas ucranianas continúan luchando por el control de la ciudad.

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Por su parte, Moscú se mantuvo fiel a su advertencia de que intensificaría los ataques cerca de la capital ucraniana, Kiev.

En las últimas horas, una fábrica militar en la región de Kiev fue blanco de bombardeos que, según la Alcaldía local, dejaron un muerto y varios heridos.

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Desde el corazón del país, el presidente ucraniano, Volodimir Zeleneski, quien se rehusó a reivindicar el hundimiento del buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro, pidió más ayuda militar.

"Entre más rápido obtengamos todas las armas que hemos solicitado, más rápido llegará la paz", declaró el mandatario.

Paralelamente, el Kremlin le aseguró a la OTAN y a Estados Unidos que un envió de más armamento a Ucrania desataría "consecuencias imprevisibles".

Moscú también respondió a las sanciones impuestas a su régimen por parte del Gobierno de Reino Unido y le prohibió la entrada a su territorio a 13 políticos británicos, entre ellos, el primer ministro, Boris Johnson.

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