Un médico sirio fue acusado de crímenes de lesa humanidad, incluida la tortura y un caso de asesinato, en la última medida de Alemania contra los presuntos abusos cometidos contra opositores al régimen del presidente Bashar al Asad.
El sospechoso, identificado como Alaa M., fue arrestado el 19 de junio de 2020 e inicialmente acusado de dos casos de tortura a detenidos en una prisión de la ciudad de Homs en 2011.
Pero ahora ha sido acusado de una serie de delitos adicionales, incluido el asesinato de una persona y otros 18 cargos de tortura.
Las torturas de las que acusan al médico sirio
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Alaa M. trabajó como médico en hospitales militares en Homs y Damasco en 2011 y 2012, cuando presuntamente llevó a cabo horribles abusos, incluido rociar alcohol en los genitales de un adolescente de 14 o 15 años en la sala de emergencias del hospital militar de Homs y después prenderle fuego.
En un caso, se le acusa de golpear a un preso, verterle líquido inflamable en las heridas antes de quemarlo y darle patadas en la cara con tanta fuerza que hubo que reemplazarle tres dientes.
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En otro, presuntamente administró una inyección letal a un preso que intentó resistirse a la paliza y que murió minutos después.
También se le acusa de torturar a un detenido que padecía epilepsia dándole puñetazos en la cara, golpeándolo con un tubo de plástico y patadas en la cabeza.
El hombre murió unos días después, poco después de tomar una tableta que le dio Alaa M., aunque se desconoce la causa de la muerte.
También lo señalan de ocuparse de una fractura ósea sin anestesia.
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Alaa M. salió de Siria a mediados de 2015 y se trasladó a Alemania, oculto entre los cientos de miles de solicitantes de asilo sirios a los que la canciller Angela Merkel abrió las fronteras. Allí también ejerció como médico.
La guerra civil de Siria, que comenzó con la brutal represión de las protestas contra el gobierno, ha matado a más de 380.000 personas y ha desplazado a casi la mitad de la población del país antes del conflicto.
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Alemania ha acogido a más de 700.000 refugiados sirios desde el inicio del conflicto.
En febrero, un tribunal alemán condenó a un exagente del servicio de inteligencia sirio por complicidad en crímenes de lesa humanidad en el primer caso judicial en todo el mundo por tortura patrocinada por el estado por el gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad.
Eyad al-Gharib, de 44 años, fue condenado a cuatro años y medio de prisión por su papel en ayudar a arrestar al menos a 30 manifestantes en Duma en otoño de 2011 y llevarlos al centro de detención de Al-Khatib en Damasco, donde fueron torturados.
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