Un niño en Brasil de 10 años murió después de quedar enterrado en un hoyo que él mismo cavó mientras jugaba con sus amigos en la playa Praia da Galheta, en Laguna.
Arthur Corrêa Nunes fue tragado por la arena y un hombre que estaba en el lugarintentó sacarlo desesperadamente luego de ser alertado por los amigos del niño. También hizo todo lo posible por revivirlo mientras llegaba el servicio de emergencias.
De acuerdo con información de medios locales, los paramédicos intentaron por más de una hora salvar a Arthur, sin embargo, allí fue declarado muerto.
Las autoridades del municipio donde vivía el niño en Brasil lamentaron profundamente su fallecimiento y mediante un comunicado expresaron el pésame a sus familiares y amigos.
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"En este momento, tan difícil de dolor, el municipio presta su solidaridad a familiares, amigos, educadores y compañeros de la escuela donde estudió Arthur, alentando un consuelo en sus corazones, dándoles fuerza y sabiduría", escribieron.
Aziz Tebechrani Neto, docente de mecánica de suelos en la Universidad del Extremo Sur de Santa Catarina, advirtió a todos los padres sobre los peligros que se pueden correr en las dunas de arena.
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"Desde el momento en que hay desestabilización, como un agujero, en las dunas tienden a volver a formarse y esto a menudo sucede a través del colapso", resaltó.
También agregó que lo sucedido con el niño en Brasil es muy similar a un deslizamiento de tierra, pero con mayores probabilidades de colapso por la falta de cohesión entre los granos de arena.
"Incluso si un agujero en la duna parece seguro y se mantiene fuerte durante algún tiempo, no lo es, porque una simple ráfaga de viento puede hacer que se derrumbe", concluyó.
El cuerpo de Arthur fue velado en su municipio el pasado lunes, en la Capilla Capivari de Baixo, y después incinerado.
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