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Novia tuvo que cancelar su boda tras terrible accidente: "Sentí que mi cara se había derretido”

Seis días antes del matrimonio, sufrió quemaduras de tercer grado en cara, brazos, piernas y pecho. Esto fue lo que ocurrió.

Paciente hospital
Dejó una estufar con una olla llena de aceite prendida por más de una hora, lo que provocó un incendio.
Pixabay

Una futura novia se vio obligada a cancelar su boda, seis días antes del evento, después de que tuvo un accidente en el que -según sus palabras- sintió que su rostro se derretía. Sucedió en Carolina del Norte, Estados Unidos.

Brenley Davis estaba en su casa con su prometido, Justin Davis, en agosto del 2020, cuando se percató de que la cocina estaba llena de humo. Fue entonces que se dio cuenta de que había dejado la estufa encendida con una olla con aceite por más de una hora.

“Estaba haciendo papas fritas. Pensé que había apagado el aceite, pero había estado en la estufa durante una hora a fuego medio o alto”, declaró la mujer para Kennedy News.

Ella apagó la estufa mientras su pareja abrió puertas y ventanas; sin embargo, cuando la mujer abrió la olla, el viento que entraba por una de las ventanas solo empeoró las cosas y provocó que el líquido hirviendo saltar por los aires, provocando un incendio.

“Se incendió automáticamente y las llamas eran tan altas que estaban quemando los gabinetes”, agregó Davis.

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La prometida agarró la olla y corrió con ella, pero mientras corría el fuego le estaba quemando el cuerpo.

“Las llamas eran tan altas que me quemaban la cara, los brazos, las costillas y el pecho. Una vez que salí y tiré la olla, el fuego (sopló) hacia mi pierna. Las llamas seguían encendidas y corrí a través de ellas. Luego llegó a la parte inferior de mis pies”, recordó la mujer.

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Cuando llegaron agentes del cuerpo de bomberos, ella había sufrido quemaduras de segundo y tercer grado en la cara, brazos, costillas, pecho, piernas y pies. “Sentí que toda mi cara se había derretido”, expresó.

Fue enviada de urgencia a un hospital y allí la ingresaron a la unidad de traumatología, donde no podía moverse si sentir dolor.

Después del accidente, tuvo que someterse a una serie de procedimientos que le generaban mucho dolor, como el drenaje de cada una de sus ampollas, para luego entrar a una cirugía de injerto de piel y una fisioterapia para que pudiera volver a mover los brazos y estirar la piel.

Sin embargo, el dolor no terminó ahí, porque luego de la intervención quirúrgica, su cuerpo estaba cubierto de costras, lo que le provocó una picazón extrema antes de que le quitaran los vendajes. Dijo que nunca ha sido la misma después del accidente.

Mi piel estaba muy roja y todavía tenía ampollas, pero la peor parte en general fue mi salud mental. Esto me ha cambiado. Me ha hecho más fuerte. Tenía trastorno de estrés postraumático y soñaba que me prendían fuego y que la casa volvía a arder”, afirmó Brenley.

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Pese a todo, la pareja pudo casarse tres meses después, en lo que describió como un evento “hermoso”.

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