Courtney Tillia, una actriz que se dedica a grabar películas pornográficas, creció en un hogar cristiano y antes de ingresar a esta industria era profesora.

“Estaba condicionada a ser una buena chica cristiana”,

comentó al medio Daily Star.

Decidió dejar a un lado su profesión como maestra de niños autistas en Los Ángeles, California (Estados Unidos), porque no era feliz.

Conversó con su esposo, Nick Tillia, y llegaron a la conclusión de que sería bueno incursionar en la industria del entretenimiento para adultos.

“Antes de dejar la enseñanza, me sentía muy desconectada de mí misma y también de Dios. No sabía cuál era el propósito de mi vida o cómo debía ayudar a los demás”,

dijo Courtney.

Enfatizó que pudo reconectar con Dios de una manera “diferente”

Courtney afirma que tenía la necesidad de ayudar a liberar a las mujeres de su vergüenza sexual, por ello incursionó en la industria.

Al principio le costó

En uno de sus primeros trabajos debió asistir a una sesión de fotos con estrellas porno, pero, al verlos desnudos, sintió que esas “expresiones sexuales eran incorrectas e inmorales”.

Dejó a un lado los prejuicios y siguió “escuchando la voz de Dios”

“El mensaje de Dios ha sido muy claro: estoy aquí para ser una estrella porno. Esta es mi forma de servir”.

Courtney quiere dejar en claro que las expresiones sexuales, la pornografía y el trabajo sexual “no tienen la intención de contradecir a Dios”.

Gracias a su nueva profesión siente que está más conectada que nunca con su fe. Enfatiza que para ella “Dios es amoroso, no temeroso. Él acepta y no juzga”.

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