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Protesta con maniquíes por 35 mil desaparecidos en Río de Janeiro desde 2006

Foto de AP
Foto de AP

La organización no gubernamental Río de Paz recordó especialmente el caso de Amarildo Souza, un obrero de la construcción de la Rocinha, la mayor favela de Brasil, que está desaparecido desde el 14 de julio pasado, cuando fue conducido a una comisaría de policía tras supuestamente haber sido confundido con un narcotraficante.

La Policía alega que el obrero fue liberado ese mismo día y sus familiares aseguran que nunca salió de la Comisaría.

Esta desaparición viene siendo insistentemente denunciada en las redes sociales, en donde la frase "¿Dónde está Amarildo?" ha ganado miles de seguidores tanto en Facebook como en Twitter.

El caso del obrero igualmente es repetidamente mencionado por los manifestantes que desde el mes pasado salen a las calles varias veces por semana para exigir la renuncia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral.

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La mayoría de estas protestas se han concentrado frente a la residencia particular del gobernador y algunas han degenerado en violentos enfrentamientos con la policía y en actos vandálicos por los barrios más elegantes de la ciudad.

Maniquíes fueron expuestos en las arenas de Copacabana frente al hotel Copacabana Palace, uno de los más lujosos de Brasil, y a pocas calles del lugar donde se erigió el altar en el que el papa Francisco celebró una misa para más de tres millones de personas el pasado domingo en Río de Janeiro.

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Según Antonio Carlos Costa, director ejecutivo de Río de Paz, los velos blancos simbolizan la incertidumbre de los familiares de los desaparecidos y el rojo la sangre de los que probablemente fueron víctimas de la violencia.

"El caso de Amarildo es emblemático. Estuvimos en la Rocinha y percibimos que las personas tienen miedo de hablar sobre lo ocurrido", aseguró.

Los maniquíes fueron exhibidos durante cerca de tres horas hasta las 10.30 hora local (13.30 GMT), cuando fue realizado un entierro simbólico para representar a los desaparecidos que fueron asesinados y ocultados en cementerios clandestinos.

"Siempre buscamos formas llamativas de mostrarle a la población lo que está ocurriendo. Sabemos que el número de desaparecidos es mayor debido a que muchos casos no son denunciados a la policía. Nuestra principal reivindicación es que todos los casos sean investigados", aseguró Costa.

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En otras protestas, Río de Paz ha sembrado en las arenas de Copacabana miles de escobas para protestar contra la corrupción, o enterrado centenares de cruces para llamar la atención sobre los asesinatos en la ciudad o hasta escenificado favelas con el fin de mostrar las malas condiciones en las que viven muchas personas en la segunda mayor metrópoli de Brasil.

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