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Se cumplen 35 años del asesinato de monseñor Óscar Romero, que será beatificado

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En el acto de conmemoración celebrado en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, adonde accedió un número reducido de personas debido al poco espacio, los oficiantes recordaron al "mártir" y al "amigo de los pobres" e invitaron a la población a la marcha hasta la Plaza El Salvador del Mundo para seguir con los homenajes a Romero.
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, quien reclamó justicia para el que fuera arzobispo de San Salvador, dijo al término de la ceremonia que el "país tiene ahora una luz constante, un santo, San Romero de América".
Sánchez Cerén, que pidió que los culpables intelectuales y materiales del asesinato de Romero sean juzgados "debidamente", agregó que el país no puede "estancarse en eso". "Justicia sí, pero también tenemos que seguir adelante en la lucha", agregó.
Tras la ceremonia, los asistentes, a los que se sumaron unas 2 mil personas, caminaron hasta la Plaza El Salvador del Mundo, en la capital salvadoreña, lugar en el que se encuentra el monumento a Romero y en donde se celebrará su beatificación el próximo 23 de mayo.
Entre cánticos, los fieles, acompañados por representantes de organizaciones sociales, sindicales, instituciones y congregaciones religiosas, lucieron camisetas y banderas con la imagen del que llaman su "santo".
En la marcha participaron personas de países de Centroamérica y otros lugares del mundo.
Cientos de imágenes del monseñor Romero, confeccionadas por los propios devotos, se mezclaron entre la multitud que, una vez finalizada la primera etapa en la Plaza El Salvador del Mundo, se dirigieron al Monumento a la Memoria y la Verdad, en el parque Cuscatlán.
En ese monumento, en el que figuran los nombres de las víctimas de la guerra, está inscrito también el de monseñor Óscar Arnulfo Romero.
A la llegada al parque Cuscatlán, algunas personas se acercaron al monumento a buscar los nombres de los familiares que perdieron la vida durante la guerra y otras el del mártir salvadoreño.
Finalizada la visita al muro de la Memoria y la Verdad, el grupo inició la última etapa de la marcha hacia la Catedral Metropolitana de San Salvador, donde depositaron flores en la tumba del arzobispo.
En la plaza de la catedral otro grupo de devotos se reunió para rendir un homenaje improvisado en el que se clamó justicia para Romero.
Monseñor fue asesinado en 1980 por orden de Roberto d'Aubuisson, fundador de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha), que gobernó El Salvador entre 1989 y 2009, según estableció la Comisión de la Verdad que investigó los crímenes ocurridos durante la guerra civil.
Los responsables de su muerte no fueron juzgados debido a la aprobación de la Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz, en favor de las personas que "en cualquier forma hayan participado en la comisión de delitos políticos" cometidos antes del primero de enero de 1992.
La Ley de Amnistía fue aprobada por la Asamblea Legislativa de El Salvador un año después de la firma de los Acuerdos de Paz, por lo que los autores de crímenes de guerra quedaron absueltos.
El magistrado de la Sala de lo Constitucional de El Salvador Florentín Meléndez, preguntado sobre la posible derogación, subrayó que "hay que preguntar a los responsables de la Asamblea Legislativa" por qué no se deroga.
Meléndez añadió que el Legislativo y los "seis últimos gobiernos de este país" son los responsables que la Ley de Amnistía siga vigente.
"Estamos estudiando una demanda de inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía y ya estamos en la parte final", agregó al anunciar que "pronto la sociedad salvadoreña sabrá la decisión de la Sala de lo Constitucional".
Para los devotos de Romero, la derogación de esta ley puede cerrar una etapa que muchos ciudadanos consideran abierta y así lo han manifestado en los actos en honor al mártir salvadoreño.

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