Un cabo de la
“Acepto a Dios en mi corazón y perdón. Somos seres humanos y todos cometemos errores”, fue lo que dijo tras el crimen.
Según vecinos y testigos, el policía, al parecer borracho, llegó a la casa de su expareja en la noche del pasado sábado, 20 de agosto, y le exigió que le entregara a sus hijos para llevárselos, a lo que no accedieron sus víctimas, informó el medio
El uniformado accionó su arma y uno de sus hijos, un niño de 5 años, resultó herido por los
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El policía tuvo que ser trasladado a un hospital porque también se dio un tiro en el pie.
La familia de las víctimas exige justicia, pues asegura que el asesino tenía una orden de alejamiento.