Un padre sospechoso de haber disparado y asesinado a sus cuatro hijos y a la abuela de los niños fue interrogado bajo custodia policial el pasado lunes en California, Estados Unidos.
Los cuatro niños, menores de doce años, murieron en la escena del crimen, una casa familiar en el pequeño pueblo de Lancaster, cerca de Los Ángeles.
La abuela de los niños, una mujer de unos 50 años, también murió en el incidente registrado la noche del domingo.
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Todas las víctimas tenían heridas de bala en la parte superior de los cuerpos, informaron las autoridades policiales.
El sheriff del condado de Los Ángeles indicó que Germarcus David, de 29 años, fue arrestado como sospechoso por los asesinatos y que su fianza fue estipulada en 2 millones de dólares.
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El diario Los Angeles Times informó que David es un vigilante cuyo permiso de armas había sido cancelado.
El periódico entrevistó a Waki Jones, quien dijo haberse encargado por años del transporte escolar de los dos niños mayores, Amaya, de 12 años, y Demarcus, de nueve.
"Amaya era una niña dulce. Ella estaba siempre protegiendo a su hermano", declaró Jones, citado por Los Angeles Times.
"Es increíble. No puedo creer que han fallecido", agregó.
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La violencia con armas es un enorme problema en Estados Unidos, alimentada por un marco legal poco estricto y por la abundancia de pistolas, de acuerdo con activistas.
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Los intentos de restringir la tenencia de armas son atacados por una poderosa minoría a favor de las pistolas, que insiste que la constitución estadounidense garantiza el derecho a estar armado.
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