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Manifestantes y policías se enfrentaron a botellazos y con gases lacrimógenos en Beirut

Manifestantes y policías se enfrentaron a botellazos y con gases lacrimógenos en Beirut

Protestas, que dejan 45 heridos, se dieron cerca del Parlamento, donde suspendieron por segunda vez consultas para tratar de formar un nuevo gobierno libanés.
El anuncio de aplazamiento se produjo después de una nueva jornada de enfrentamientos, con decenas de heridos cerca del Parlamento en Beirut.
La Cruz Roja libanesa atendió a 45 personas en el lugar de la protesta y "28 fueron transportadas a hospitales", dijo su director Georges Kettané.
En un comunicado publicado el lunes, el Ejército libanés deploró el "caos generalizado" del domingo, refiriéndose a "actos de vandalismo y ataques contra la propiedad pública y privada".
Ya el sábado por la noche, decenas de personas resultaron heridas en Beirut, durante protestas reprimidas por las fuerzas policiales con balas de goma y gases lacrimógenos.
Los incidentes del fin de semana se contaron entre los más violentos desde el inicio del movimiento de protesta hace dos meses y la ministra del Interior, Raya Al Hasan, ha pedido una investigación.
El sistema político en el Líbano, un pequeño país multiconfesional, busca garantizar el equilibrio entre las diferentes comunidades religiosas, asignando cada cargo de importancia política a un grupo predeterminado.
Pero esto a menudo desemboca en negociaciones interminables. Varios nombres han estado circulando en las últimas semanas, sin haber sido seleccionados, ya que todos los candidatos han sido rechazados por la calle.
El poderoso movimiento chiita de Hezbolá, que es parte del gobierno que renunció, ha dejado de lado repetidamente la idea de un gabinete compuesto exclusivamente por tecnócratas.
Su líder, Hasan Nasralá, pidió el viernes un gobierno que combine todas las fuerzas políticas con "la representación más amplia posible", bajo el liderazgo de Hariri o cualquier otra propuesta por el primer ministro saliente.

"Hambruna"

Estas idas y vueltas han provocado la ira de los manifestantes en el marco de una situación económica y financiera que, ya precaria antes del comienzo de la disputa, se ha deteriorado más con el aumento de las restricciones bancarias y la escasez de efectivo.
Reunidos el miércoles en París, los principales respaldos internacionales de Líbano condicionaron cualquier ayuda financiera al establecimiento de un gobierno "efectivo y creíble", que inicie rápidamente reformas de "emergencia".
"Las autoridades políticas deben activarse porque el país se encuentra en una situación dramática", agregó el domingo el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian.
Mientras tanto, el jefe del Parlamento libanés, Nabih Berri, denostado por la población, advirtió el lunes sobre el riesgo de una "hambruna" si la crisis continuaba.
El Banco Mundial estima que 2019 concluye con una caída del Producto Interno Bruto de al menos 0.2%, mientras la deuda llega a 86.000 millones de dólares, equivalente al PIB de un año medio, una de las tasas más altas del mundo.
El temor a una cesación de pagos se agudiza a medida que la moneda nacional, con una tasa fija de 1.507 libras libanesas por dólar estadounidense desde 1997, ha perdido más del 30% de su valor en el mercado paralelo.

Tensión política en Líbano

El Líbano ha estado viviendo durante dos meses al ritmo de un movimiento de protestas sin precedentes contra toda la clase política, a la que los manifestantes acusan de corrupción e incompetencia, que llevó a renunciar al primer ministro Saad Hariri el 29 de octubre.
Desde entonces los partidos políticos han intentado negociar la formación de un nuevo gobierno, para consternación de los marchistas que exigen una administración formada únicamente por técnicos ajenos a los partidos que han gobernado el país.
Mientras tanto la situación socioeconómica continúa deteriorándose en este país muy endeudado y con un tercio de la población por debajo del umbral de pobreza.
El presidente Michel Aoun "respondió al deseo del primer ministro Hariri de posponer las consultas parlamentarias hasta el jueves 19 de diciembre", informó este lunes la presidencia en un tuit.
Estas consultas, previstas por la Constitución, se establecieron inicialmente para el 9 de diciembre, después de varias semanas de dilación que alimentaron la ira de la calle, antes de posponerse por una semana.
Una de las razones del aplazamiento sería la falta de unanimidad entre los principales bloques políticos sobre una eventual nueva designación de Hariri.
Esta posibilidad es rechazada por gran parte de los manifestantes, que exigen incansablemente un gabinete compuesto exclusivamente por tecnócratas y personalidades independientes de los partidos tradicionales encabezados por líderes comunitarios.

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