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Washington decide si aprueba la marihuana con fines recreativos

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Un total de 206 millones de estadounidenses conforman el electorado de estas legislativas, pero solamente 145 millones están registrados para votar, según los últimos datos de la Oficina del Censo.

Además de la batalla por el control del Senado, que renueva 36 de sus 100 escaños y es el centro de la atención mediática, este martes se vota también sobre la totalidad de los 435 miembros de la Cámara de Representantes y para elegir a los gobernadores de 36 estados.

En un día soleado en Washington y sus alrededores, a primera hora de la mañana había algunas filas en un centro de votación en Arlington (Virginia), pero a medida que transcurría la jornada la afluencia de gente fue disminuyendo, según pudo constatar Efe.

Estados Unidos es un país con 9,8 millones de kilómetros cuadrados que abarca seis zonas horarias, por lo que las votaciones transcurren de forma escalonada desde la apertura de las primeras urnas en la costa este hasta el cierre de las últimas en Hawai.

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Los últimos sondeos dan a los republicanos, además de las victorias seguras en Montana, Dakota del Sur y Virginia Occidental, muchas probabilidades de imponerse en estados disputados como Arkansas, Colorado y Luisiana, con lo que sumarían los seis escaños que les faltan para ser mayoría en el Senado.

Los pronósticos son favorables a los conservadores, a lo que se suma el hecho de que en este tipo de elecciones no presidenciales los votantes tradicionalmente más afines a los demócratas, como los jóvenes y las minorías negra e hispana, suelen quedarse en casa.

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Pese a todo, el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, predijo este lunes que los demócratas mantendrán el control del Senado, un pronóstico que comparte el propio Obama, según dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

En una entrevista con una emisora local de Connecticut, Biden insistió este martes en su optimismo y detalló que los demócratas se harán con unos 52 escaños, suficientes para retener el Senado, gracias a victorias en Alaska, Carolina del Norte y Nuevo Hampshire.

Una buena noche para los demócratas pasa necesariamente por ganar en Carolina del Norte y Nuevo Hampshire. Si se imponen allí, puede ser determinante para ambos partidos lo que ocurra en Alaska, donde el recuento de votos puede durar varios días, debido a que la contienda está muy igualada y a la gran extensión de ese estado.

El control del Senado puede quedar en el aire incluso hasta enero si las reñidas carreras en Luisiana y Georgia obligan a celebrar una segunda votación en esos dos estados.

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En ambos estados, los candidatos en liza necesitan hacerse hoy con al menos la mitad más uno de los votos para ganar y evitar una segunda vuelta, que en el caso de Georgia no se celebraría hasta el 6 de enero, tres días después del inicio del nuevo periodo de sesiones del Congreso.

Tras haber acudido a votar por anticipado en Chicago el pasado 20 de octubre, Obama prevé seguir esta noche los resultados de la jornada electoral desde la Casa Blanca.

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Según la agenda divulgada por la residencia presidencial, el mandatario no tiene ninguna actividad pública este martes y dedicará la jornada a mantener varias reuniones cerradas a la prensa en la Casa Blanca sobre cuestiones económicas, de defensa y sobre la lucha contra el ébola.

Obama tiene previsto recibir en el Despacho Oval a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, después a su secretario de Defensa, Chuck Hagel, y por último a sus equipos de seguridad nacional y salud pública para abordar la respuesta al ébola tras el diagnóstico de varios casos del virus en el país.

Earnest, su portavoz, indicó en su rueda de prensa diaria que Obama participará posiblemente a lo largo del día en alguna entrevista radiofónica para movilizar a los votantes, al insistir en que estas elecciones no son un referendo sobre la gestión del presidente.

Obama se ha mantenido alejado de las contiendas más reñidas del Senado para que su baja popularidad no perjudique a los aspirantes demócratas y ha participado en muy pocos actos públicos de campaña, aunque sí ha asistido en los últimos meses a numerosos actos de recaudación de fondos de costa a costa.

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El gasto acumulado por candidatos y partidos políticos para estos comicios asciende a 3.670 millones de dólares, por encima de los 3.630 millones de 2010, según un estudio de la organización independiente Center for Responsive Politics.

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