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Trata de personas por internet, la esclavitud del siglo XXI

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Era un momento difícil de su vida, se acababa de separar, y había quedado con una pequeña hija y sin trabajo. Quería ser actriz y buscó una alternativa diferente en internet.
Empezó a frecuentar los chats y las redes sociales para conocer personas de otros países.
"Trataba de agregar personas similares a mi que no salieran semidesnudas porque no me llamaba la atención hablar con alguien obsceno", relata.
Allí conoció a un argentino que en un principio parecía ser muy decente y con quien pronto entabló una amistad.
"Ese personaje fue tan astuto que se fue metiendo de a poquitos, yo en realidad no me doy cuenta en que momento me envuelve tanto que me hace a mi pensar en salir de mi país...es que es algo descabellado", agrega.
Ante su difícil situación económica, el hombre la ilusionó y, virtualmente, le ‘pintó pajaritos'.
"Él me decía: tu ya sabes que yo trabajo en el diario El Clarín, sabes que tengo un hermano que trabaja para la productora Cuatro Cabezas y sabes que puedes ser muy famosa en mi país, tienes el talento, tienes el carisma, tienes el porte, la actitud, he visto tus fotos y me parece que podemos hacer cosas interesantes", recuerda Ospino.
Fue entonces cuando le ofreció un contrato con cinco millones de pesos, que ella no dudó en aceptar. Vendió sus pocas pertenencias y decidió viajar con su hija.
Sin embargo, tan pronto llegó a Argentina su pesadilla comenzó. El hombre le aseguró que era mejor que se fueran a vivir a la casa de sus padres que a un hotel, pues era más conveniente para la pequeña. Una vez allí, la despojó de su pasaporte, la golpeó y la violó por primera vez.
"Ahora vas a hacer lo que yo te diga o la paga la nena", le dijo el sujeto para amedrentarla.
Trabajaba en servidumbre para sus captores a cambio de nada. Por el contrario, cada vez que llegaba a casa el hombre abusaba de ella y le pegaba. Todo esto fue observado por la menor.
Tratando de salvar a su hija probó la estrategia de hacerle creer que se había enamorado de él y así logró negociar el regreso de la pequeña a Colombia.
Pero ella siguió bajo la esclavitud a la que fue sometida, intentó huir tres veces y ante la imposibilidad de lograrlo trató de quitarse la vida en varias oportunidades.
En un descuido de su verdugo, logró huir y terminó en la calle viviendo entre mendigos y prostitutas.
"Durante ocho días estuve en la calle porque el Gobierno colombiano no quiso atenderme ", dijo Ospino.
"Es triste que tu país te dé la espalda en ese momento. Uno espera que cuando está en otro país y se encuentra en una situación vulnerable, lo menos que uno espera es que su país lo acoja", agregó.
Patricia relata su experiencia y asegura que eligió la opción de salir adelante cuando todo era más difícil.
Hoy es una abanderada de la lucha contra la trata de personas. Ahora escribe un libro sobre su experiencia.
Aunque ya está a salvo, sabe que su captor continúa al acecho de nuevas víctimas.
"Sergio Daniel Moreno, ciudadano argentino, es un captor de mujeres, de trata de personas y que a mí me hizo su esclava. Yo lo he dicho y lo sigo diciendo, ya no tengo miedo", manifestó.
Hoy es una nueva Patricia, es una mujer valiente que venció el miedo y quiere prevenir a otras mujeres.

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