Una joven de 13 años ganó una fortuna luego de abrir un paquete de Doritos y encontrar uno que tenía una extraña forma. La menor dio a conocer el hallazgo en la red social TikTok. También lo subió a una plataforma de subastas en línea.La protagonista de esta curiosa historia es Rylee Stuart, oriunda de Gold Coast, Australia. Ella vio que la fritura era diferente a las demás y aseguró que tuvo ganas de comérsela, pero decidió conservarla."Estaba a punto de comérmelo y pensé que era mejor guardarlo para más tarde", contó la menor a 9News.El video que subió a TikTok acumuló más de 2 millones de reproducciones y en la plataforma de subastas las personas ofrecieron hasta 100 mil dólares por la extraña fritura.Tras conocer la historia, directivos de la marca Doritos se pusieron en contacto con la menor y le ofrecieron 20 mil dólares para premiar su “audacia y espíritu emprendedor”."Han sido un par de días vertiginosos para Rylee y su familia y nos ha encantado seguir su historia. Estamos tan impresionados con la audacia y el espíritu emprendedor de Rylee, por lo que queríamos asegurarnos de que la familia Stuart fuera recompensada por su creatividad y amor por Doritos", expresó Vandita Pandey, directora de marketing de la compañía.
Erdogan derrotó a su principal rival, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, quien obtuvo el 44.59% de los sufragios, con el 99,5% de los votos escrutados.Gobernador Ron DeSantis lanzó por Twitter su campaña a la Presidencia de Estados UnidosEl mandatario turco celebró su victoria en un discurso ante miles de seguidores en Estambul, su ciudad natal, donde agradeció el apoyo del pueblo y prometió gobernar el país con justicia y democracia.Varios líderes políticos del mundo le han dado sus felicitaciones a Erdogan por ganar de nuevo la presidencia del país euroasiático. Entre estas figuras, se encuentran Vladimir Putin, presidente de Rusia; Nicolás Maduro, presidente de Venezuela; Lula Da Silva, presidente de Brasil, entre otros.El líder turco, que lleva en el poder desde 2003 como primer ministro y desde 2014 como presidente, se asegura así un nuevo mandato de cinco años con amplios poderes ejecutivos que le otorgó la reforma constitucional aprobada en 2017 por un estrecho margen.Colombiano Andrés Guzmán estrena cargo de comisionado para DD. HH. del gobierno de Nayib BukelePor su parte, Kiliçdaroglu, rival político del presidente, reconoció su derrota y felicitó a Erdogan por su triunfo. El líder opositor dijo que respetaba la voluntad del pueblo y que seguiría trabajando por una Turquía “más libre y próspera”."Quiero felicitar al señor Erdogan por su éxito electoral. Espero que gobierne el país con sabiduría y responsabilidad. Nosotros seguiremos defendiendo nuestros principios y valores democráticos. No nos rendiremos ante el autoritarismo y la injusticia", declaró Kiliçdaroglu.La segunda vuelta de las presidenciales se celebró después de que ninguno de los candidatos lograra la mayoría absoluta en la primera ronda del 14 de mayo, que coincidió con las elecciones legislativas. En esa ocasión, Erdogan obtuvo el 48% de los votos y Kiliçdaroglu el 41%.Las elecciones se desarrollaron en un clima de alta polarización política y social, marcado por la represión del gobierno contra la oposición y los medios críticos tras el fallido golpe de Estado de 2016. También estuvieron influidas por la crisis económica que atraviesa el país, con una alta inflación y una fuerte depreciación de la lira turca, moneda oficial Turquía.
Un informe de uso exclusivo de inteligencia militar que revela detalles de las actividades de un cabecilla del frente Carolina Ramírez del Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC fue conocido por Noticias Caracol. Se trata de Yeison Alexis Ojeda, alias ‘Danilo Alvizú’, quien, con un alto conocimiento en tecnología y comunicaciones, controla territorios.¿Quién es alias ‘Danilo Alvizú’, señalado del asesinato de cuatro menores indígenas?Él es el mismo que ordenó la masacre de los cuatro niños indígenas la semana pasada en el Putumayo. Una mente criminal con un largo prontuario en la antigua guerrilla de las FARC y ahora en las disidencias.Todos los esfuerzos militares se concentran en esa zona del país para dar con el paradero de uno de los hombres más buscados por su recorrido en la ilegalidad.El documento de inteligencia militar revela que Yeison Alexis Ojeda, alias ‘Danilo Alvizú’, ingresó como guerrillero raso en el 2010 al frente 48 de las FARC. Cinco años después se formó como comunicador.Tras la firma de los acuerdos de paz en el 2016, estuvo en el espacio de reincorporación La Carmelita en Puerto Asís, Putumayo. Durante dos años creó una escuela en la que capacitó a reincorporados en comunicaciones y producción audiovisual.Así lo relató a Noticias Caracol un reincorporado, cuya identidad y voz se mantienen bajo reserva por su seguridad: “Había la necesidad de comenzar a contar lo que se estaba haciendo… Era el afán de poder crear una escuela, formar integrantes de organización revolucionaria, igualmente parte de la población civil… edición de video, fotografía, algunos que pudieran acceder al micrófono y hacer entrevistas”.Alexander Africano, defensor de derechos humanos y analista político, señaló que alias ‘Danilo Alvizú’ “es una persona muy ilustrada en el tema de la tecnología” y “recia”.“Es autoritario y sabemos que es el que viene manejando la organización de masas y el tema político y el tema de finanzas de ‘Iván Mordisco’”, expresó.En 2018, alias ‘Danilo Alvizú’ regresó a las armas, ahora como cabecilla del frente Carolina Ramírez, quien ordenó el asesinato de los cuatro menores de edad que habían sido reclutados en Putumayo. Esta masacre rompió definitivamente el cese al fuego con este grupo armado ilegal.Así fue el asesinato de los cuatro menores indígenas: "Los masacraron delante de la comunidad"“Con su facilidad y convencimiento, expresividad, su capacidad para disuadir, es altamente peligroso en un momento donde el territorio es un territorio olvidado”, sostuvo Africano.Alias ‘Danilo Alvizú’ es el mismo que estuvo acompañando al máximo comandante del Estado Mayor Central de las disidencias de la FARC, alias ‘Iván Mordisco’, en los llanos del Yarí, en Caquetá, cuando reapareció en un evento público en el que estuvo Noticias Caracol.Contra él van dirigidas las nuevas operaciones ofensivas de las Fuerzas Militares que se reactivaron en Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare, con el fortalecimiento de tropas en las zonas selváticas donde delinque este frente armado para dar con su paradero.
La jefe de gabinete del gobierno del presidente Gustavo Petro, Laura Sarabia, será citada a un debate de control político en el Congreso de la República, luego de que fuera revelado un supuesto abuso en contra de su exniñera.Le puede interesar: Rifirrafe entre Petro y Barbosa por detenidos de primera líneaAún no hay fecha, pero la solicitud la hizo el representante a la Cámara Óscar Villamizar, del Centro Democrático.Y es que toda la polémica se desató luego de que la exniñera de Laura Sarabia denunciara en la revista Semana que fue sometida al polígrafo y que habría sido tachada de “ladrona y mentirosa”, cuando en enero de 2023, en la vivienda de la mano derecha del presidente Gustavo Petro, se perdió un maletín con cerca de 7.000 dólares en efectivo.“Estoy citando a debate en plenaria de la Cámara para saber por qué realizaron estas acciones y se tomen medidas disciplinarias y penales, si hay lugar a ellas”, señaló el congresista Óscar Villamizar.Al respecto, la propia Jefatura para la Protección Presidencial de la República de Colombia respondió con un comunicado en el que asegura que todos los procedimientos se hicieron de acuerdo a la ley y que fue necesario porque un tema así de delicado puede poner en riesgo incluso la seguridad nacional o información clasificada.Gustavo Petro advirtió deslealtad de funcionarios en elección de gerente de Federación de Cafeteros“De acuerdo con la arquitectura legal que rige la seguridad de altos funcionarios del Estado colombiano, establecida en el Decreto 2647 de 2022, cuando se presentan incidentes que vulneren su seguridad y la de su entorno, de inmediato se activan todas las acciones previstas en el Decreto 1066 de 2015”, apuntó.El fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, afirmó que ya hay una investigación y que la Fiscalía le otorgó medidas de protección a la exniñera, aclaró que la prueba de polígrafo no fue autorizada por la entidad, que es la única autorizada para adelantar procesos de investigación.Noticias Caracol conoció un documento en el que la jefe del gabinete del gobierno del presidente Gustavo Petro, Laura Sarabia, se dirige al fiscal y dice textualmente que “tanto al esquema de seguridad como a la señora (la exniñera) se les practicaron pruebas de polígrafo, previo consentimiento informado y autorización voluntaria de su práctica”, además de agregar que hay pruebas de audio y video sobre ello, pero que aún no son públicas.En su comunicado, la Jefatura para la Protección Presidencial de la República de Colombia precisó que “la jefa de despacho presidencial fue víctima de un hurto en su residencia en enero de 2023” y que “el día 29 de ese mismo mes fue formulada la respectiva denuncia penal ante las autoridades competentes”.
El 20 de enero fue viernes y Pablo Angulo Cortés había pasado todos los días de esa semana por el mismo camino para trabajar en un cultivo de cacao, en la vereda pital, en Tumaco. Aunque pisaba el suelo del Alto Mira, la que puede ser la región más minada de Colombia, tenía la confianza de que ese camino, tan conocido por él, era seguro. Pero tal certeza se esfumó violentamente cuando escuchó un estruendo y sintió que su cuerpo era lanzado por el aire.En el corazón de la operación Esperanza: detalles inéditos de búsqueda de niños perdidos en Guaviare“Me sube para arriba y cuando bajo ya quedo es como loco, y cuando vengo a darme cuenta estaba todo esto desbaratado. Esta pierna estaba partida”, cuenta. Pablo Angulo, un campesino de 63 años, que desde niño ha trabajado la tierra, quedó tirado en el suelo, abatido por el dolor. Y allí estuvo, pidiendo auxilio a gritos, durante más de una hora. Segundo Serafín Landázuri, el dueño del cultivo donde trabajaba Pablo, fue uno de los primero que llegó a ayudarlo.“Cuando llegamos estaba aquí del golpe salió y quedó bien patas arriba, quejándose, decía que no quería vivir más, que lo mataran. De ahí lo recogimos con miedo”, cuenta. Desde ese día, hace ya cuatro meses, ni don Segundo ni nadie se había atrevido a pisar el cultivo de cacao donde cayó Pablo. Esta vez lo hizo solo para acompañar al equipo de Noticias Caracol que llegó al lugar. La sospecha es que los bordes del camino que recorrimos junto a él están minados.“Está abandonado, yo no había entrado a mi finca porque a uno le da miedo que haya más, se está perdiendo la cosecha”, dice. Ese miedo que siente don Segundo cuando pisa su propia tierra es el mismo que se siente en gran parte de en el Alto Mira y Frontera, un territorio al sur de Tumaco, con 17.000 habitantes, que colinda con Ecuador y está lleno de cacao, palma, también de coca, y ahora, desde el último año, de minas antipersonal. “Aproximadamente 40 personas afectadas por este tema de minas en lo que va de corrido del año”, dice Martín Cabezas. Ese registro haría de esta zona la más afectada del país por esos explosivos. “Es una desgracia de la que no se libra ni siquiera él, el presidente del consejo comunitario del Alto Mira y Frontera. “La finca mía tiene minas, hace como 20 días el Ejército sacó dos, pero las otras están ahí”, cuenta el líder.Preocupación por amenazas de disidencias de las FARC contra candidatos a elecciones regionalesLa región terminó plagada de minas porque desde el año pasado acá empezó una guerra brutal entre dos disidencias de las FARC: los Guachos, asociados a la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, y la columna Urias Rondón, aliados de las guerrillas de Iván Mordisco. En medio de los enfrentamientos, y de los choques con el Ejército, esos grupos minaron el territorio.“Cuando estos combatientes de estos grupos salen, ellos no se van a poner a recoger las minas, las minas quedan sembradas y, a quiénes nos afectan, a nosotros como comunidad”, dice Cabezas. Las edificaciones de la vereda Mata de Plátano son la evidencia clara de esa guerra.El centro de salud fue baleado durante los enfrentamientos del año pasado. La caseta que sirve de salón social, los postes de luz y hasta la escuela a la que asisten decenas de niños también recibieron impactos de fusil. Algo parecido padecen en la vereda vecina de Vayanviendo. “Aquí fue un lugar donde cayó un artefacto explosivo. Eso fue en momentos de combate, cayó aquí. Eso fue en diciembre. Esto es al lado de la escuela, por ahí a doce metros de la escuela”, cuenta Diego Cortés, el presidente de la junta de esa vereda que se está convirtiendo en un pueblo fantasma.De los 240 habitantes que tenía a finales del año pasado, dice que ya solo quedan alrededor de cien. El resto se han ido por el miedo a los combates y las minas, dice Cortés. “El conflicto ha sido mucho más fuerte y eso trae que aquellos artefactos vayan siendo sembrados sin saber quién. Lo que sabemos es que tenemos muchas fincas que están abandonadas por eso”.Tragedia en Bajo Baudó por muerte de niños asociada aparentemente a desnutrición y una infecciónDos mujeres perdieron sus piernas este año al caer en minas sembradas a menos de 300 metros del casco urbano de Vayanviendo, una de ellas apenas tiene 15 años. “En ese momento estaban en combate, entonces ella queriendo escapar por un camino donde había sido puesto aquel artefacto y cayó en ese artefacto. Escuchamos la explosión de la niña, pero no pudimos ayudarla porque estaban en combate”, cuenta Cortés.Los niños de estas veredas han sido confinados a pequeños espacios. Son cosas difíciles para nuestros niños porque antes no había esa dificultad para andar, ahora solamente los podemos tener aquí dentro del corredor escolar, no los podemos dejar salir”, dice Cortés.Los pobladores del Alto Mira no se atreven a meterse a los ríos ni a caminar entre el monte. Hasta las labores más cotidianas quedaron suspendidas. “Están jugando, se les va el balón fuera del área del juego y ellos les da el miedo y ese balón se queda allá, no van por el balón”, cuenta un poblador que prefiere reservarse su identidad.Lo más grave es que cientos de personas están pasando hambre porque tuvieron que abandonar sus cultivos, por miedo a que estén infectados de minas. “El grupo que le tocó limpiar un filo de la vía se encontró con una poma de explosivos, una caneca, más o menos 7 u 8 kilos de explosivos, tenía un cable largo. Para nosotros fue algo terrible. Ya la gente quería sembrar esta tierra, pero por eso esto está así porque no se sabe si puede haber o no”, cuenta Robinson Zapata, un agricultor de cacao de la zona.Providencia lanza SOS por incendio forestal que ha arrasado más de 10 hectáreas de bosque“Un cultivo en estas condiciones ya no es garantía para entrar porque si hay una mina, fácilmente cae. Nadie quiere entrar aquí. Al no entrar nadie a cultivar, el dueño de qué va a vivir, se pierde la finca, y es posible que el dueño tenga que salir a aguantar hambre”, dice Martín Cabezas.Don Segundo, el dueño del cultivo donde cayó Pablo Angulo, hoy tiene que resignarse a ver cómo sus seis hectáreas de cacao se pudren, consumidas por la maleza, pues nadie se atreve a trabajarlas. “Este cultivo ya tiene siete años que estoy volteando aquí para tenerlo así, y ahora verlo todo perdido”, dice.En la vereda vecina de La Onda, Diego cortés Landázuri, un campesino de 39 años que se dedicó al trabajo del campo desde los 13, sufre porque no pudo volver a sus cultivos. “Yo soy una persona que desde pequeño siempre me ha gustado ponerle la mano a la tierra”. El 26 de enero cayó en una mina. “Yo me fui en la mañana como siempre a mi trabajo, y venía volviendo acá a la casa. Y ya había pasado, ese es el camino de rutina que uno tiene. Y al volver por el mismo camino cuando ya me encuentro con el aparato ese. En ese momento, cuando escuché el sonido, me volteé a ver y el pie no estaba. Me tiró por allá, en ese momento no sabía qué hacer, quedé aturdido, me mandé la mano a la vista y la vista reventada”.Diego Cortés perdió la pierna izquierda y el ojo derecho. “Ya de verme así yo pensaba era en morirme. Porque una persona que he sido muy trabajador y en verme así decía para qué sigo más. Hasta que me traían cargado por acá decía no me saquen más, déjenme porque yo ya para qué sirvo”, cuenta.Ese mismo día, Alberto Ortiz, de 33 años y con tres hijos, amigo de la infancia de Diego, pisó una mina cerca de allí, y también perdió una pierna. “Ahora somos como hermanos. Es una cosa increíble, caer el mismo día. Lo que a él le pasa y los trámites de él los sé yo, y lo mío lo sabe él”, cuenta Diego, quien hoy trata de reponerse de los dolores del cuerpo. “Esa pierna la tengo toda perdida pero usted siente como si la tuviera ahí. Eso se siente, le pica a uno debajo de la planta del pie, como si la tuviera ahí, eso no me deja dormir, es una cosa fea”.Sobre todo, trata de reponerse de la tristeza de ver sus anhelos desmoronados. En el campo, donde todo se gana con el esfuerzo del cuerpo, perder una extremidad significa quedar inhabilitado para casi cualquier actividad de subsistencia. Diego quería juntar recursos para irse a vivir a una ciudad, en calma, con sus tres hijos. Por eso trabajaba duro en los cultivos y había montado esta gallera en su casa, que hoy está abandonada.Los accidentes de estos hombres han causado un gran impacto emocional en el territorio. “A cualquiera se le arruga el corazón y se le salen las lágrimas, por lo menos con el compañero Diego, de La Onda. Hemos jugado fútbol, él en su vereda y yo en la mía. De pronto no me atrevo ni a ir a verlo, porque verlo que hace unos 8 meses jugamos fútbol, nos tomamos una cerveza, y ya hoy verlo que perdió una vista, a punto casi de perder las dos piernas. Es muy impactante. El territorio del Alto Mira en el tema de las minas está abrumado”, dice Carlos Angulo, de la vereda El Restrepo.Hace más de 10 años, el Alto Mira vivió una situación similar, un pico de accidentes con minas que dejó mutilados por toda la región. En ese tiempo, las Farc controlaban el territorio. Stalin Buila vivió para contarlo: “Estábamos trabajando con un primo y ya íbamos saliendo para la casa como a las 3. Yo me resbalo con la raíz de un árbol, a orillita de camino, la bota me resbala así, y justo cae, la han tenido metido en medio de dos raíces, entonces yo me resbalo cuando siento ese boom, ya la pierna desbaratada ya, mochada, el hueso astillado, ya no había pie”.La nueva guerra entre los grupos residuales del desarme de las FARC revivió ese calvario para los habitantes del Alto Mira. “Yo estoy parado aquí dando esta entrevista y no creas que no tengo miedo, el miedo aquí lo tenemos todos porque si el Estado que es Estado no ha podido controlar a esta gente en su accionar de guerra, mucho menos nosotros los civiles. Nosotros estamos a merced de que nos consideren o nos quiten la vida”, dice Martín Cabezas.En medio de todas las carencias de este territorio, de la falta de vías y de agua potable, de la ausencia de un hospital para atender incluso a quienes pisan las minas, hoy hacen una petición urgente. “Lo único que estamos pidiendo es que el Estado, el gobierno de Gustavo Petro, habilite un equipo de desminado para que nos haga ese seguimiento de desminado y no tengamos que seguir sacrificando vidas en nuestro territorio”, dice Cabezas, el presidente del consejo comunitario.Pablo Angulo y Diego Cortés tratan de recuperarse de sus heridas recientes para empezar a reconstruir sus vidas. “Me siento bastante incómodo porque es que verme, un tipo que he sido de mi trabajo, y verme de esta manera, me siento mal, mal”, dice Pablo. “Que no nos den la espalda, porque así como uno está ahorita uno no puede hacer nada, eso es lo que yo pido, que no se olviden de uno”, concluye Diego.Mientras su suelo siga infestado con esa plaga, los habitantes del Alto Mira permanecerán privados de los más esencial para un campesino: su estrecha y libre relación con la tierra.
La desmovilización de las AUC en los Montes de María, Bolívar, supuestamente traería días de calma para sus habitantes, pero la realidad es que los grupos armados, hoy bajo otro nombre, siguen en los territorios y su control es total. A cinco meses de las elecciones regionales hay preocupación en la zona.Preocupación por amenazas de disidencias de las FARC contra candidatos a elecciones regionalesEl corregimiento de Las Palmas, en San Jacinto, es un pueblo que está proceso de reparación colectiva por las masacres que perpetraron las AUC a finales de 1999, allí poco ha cambiado pues ahora están las autodefensas gaitanistas.En el Carmen de Bolívar la cosa no es distinta. En esta zona existe un temor bien fundado entre su gente, saben que los vigilan. El campanero puede ser cualquiera, no se fían de nadie, saben que los observan, tienen claro que las paredes escuchan y que cada esquina tiene su dueño.“En el día a día es un poco difícil porque las personas temen ir a la finca a trabajar porque no saben con quiénes se van a encontrar allí y en las comunidades, los pueblos, tampoco. Es un poco difícil porque están controlando el tiempo, la hora en que las personas tienen que dormir, ponen horario en la noche para que a partir de tal hora no continúen en las calles”, comenta una lideresa zenú.Dicen las comunidades de los Montes de María que ni siquiera esperan un desplazamiento masivo porque se sienten confinados en su propia tierra.Informe revela cómo grupos armados ilegales imponen normas en zonas donde delinquen: ¿cuáles son?“Muchas comunidades han intentado salir y estos grupos lo que han dicho es: no se vayan porque los necesitamos aquí, como escudo, ósea, un desplazamiento masivo como tal ellos no lo van a permitir, pero sí hay un confinamiento y es vivir dentro de la zozobra y mezclados con los grupos armados a la fuerza porque nosotros somos sociedad civil”, resalta la lideresa de los Montes de María.En un panfleto que ha hecho circular este nuevo grupo armado, que se presenta como un reencauche de los antiguos rastrojos costeños, se declara enemigo del Clan del Golfo y el ELN, su presencia hace más compleja la situación porque es un nuevo actor en la confrontación armada.Desde el 1 de enero de 2021 y hasta el 5 de abril de 2023 se han registrado 18 agresiones contra líderes sociales y defensores de derechos humanos, ocho municipios de la subregión fueron afectados por violencias selectivas y, según Indepaz, en lo corrido del año han sido asesinados tres líderes sociales en la zona. La Defensoría del Pueblo advierte que las AGC se perfilan como las presuntas responsables.