Cuatro años de investigación dieron como resultado un demoledor informe sobre la conducta de militares australianos en Afganistán, donde habrían asesinado a 39 civiles y prisioneros.Angus Campbell, jefe de la fuerza de defensa australiana, condenó los hechos y pidió perdón al pueblo afgano.Un juez examinó en detalle 57 denuncias y encontró información fidedigna para fundamentar 23 presuntos asesinatos ilegales de 39 personas a manos de 25 miembros de las fuerzas especiales de Australia, entre ellas prisioneros, agricultores y otros civiles."Hoy, se están exigiendo cuentas a las Fuerzas de Defensa de Australia con razón por las graves acusaciones de mala conducta de algunos miembros de nuestras fuerzas especiales durante operaciones en Afganistán", declaró el jefe del Ejército del país oceánico, Angus Campbell, en una rueda de prensa en Camberra.El militar de más alto rango en ese país admite la existencia de una cultura "destructiva" de impunidad, que condujo a una serie de presuntos asesinatos y encubrimientos que duraron años entre las fuerzas especiales desplegadas en Afganistán para luchar junto a las fuerzas estadounidenses y aliadas contra el terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre.Se colocaron armas y radios alrededor de los cuerpos para que parecieran enemigos muertos en combate.Las prácticas incluían ritos de iniciación que consistían en asesinar a personas.En el informe entregado por el fiscal, hay 143 recomendaciones entre las que se encuentran el pago de indemnizaciones a las familias de las víctimas y reformas en el Ejército, pero en Afganistán esperan otra cosa.“Queremos que el gobierno investigue este caso con precisión, y quienes cometieron estos actos deben ser traídos a Afganistán y ser juzgados aquí”, manifestó Inaam Ullah, residente de Kabul.Los hechos, por los que Campbell pidió perdón al pueblo afgano, habrían ocurrido entre 2009 y 2013.
El alguacil adjunto del condado de Morgan, Clint Thomas, estuvo durante cuatro meses separado de su familia, sirviendo a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Afganistán. Por ello, a su regreso preparó un emotivo reencuentro con su hijo.Para la sorpresa, el oficial fingió hacer parte de un operativo de tránsito en el que se detuvo el vehículo que movilizaba a sus seres queridos.Luego, Thomas se acercó a la venta de la camioneta en la que iban su esposa y sus dos hijos Jase, de 7 años, y Jordyn, de 2, y le preguntó al mayor: “¿qué pasa, amigo?".(Vea también: “Igualitos”, le dicen a Fredy Guarín por selfi junto a su hijo Jacobo)Aunque el pequeño Jase se tomó algunos segundos para reconocerlo, cuando se dio cuenta que era su padre no dudó en soltar el cinturón del carro y saltar por la ventana para fundirse en un abrazo con el oficial."¿Me extrañaste?", le pregunta Thomas a su hijo mientras protagonizan el tierno reencuentro.Durante algunos minutos se mantiene el abrazo, en tanto en el video se escuchan voces que le dicen al militar "bienvenido a casa".El video se ha hecho viral y sus protagonistas han sido entrevistados en varios medios locales.
Afganistán vive este martes un día de luto nacional tras la masacre el lunes en la Universidad de Kabul, un atentado en el que según el último recuento murieron 25 personas, incluidos los tres atacantes, y otras 27 resultaron heridas.Las banderas ondeaban este martes a media asta en las instituciones públicas afganas para honrar a las víctimas del ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que golpeó de lleno a la principal institución educativa de Afganistán.Los atacantes entraron en un edificio de la Facultad de Derecho, donde abrieron fuego contra estudiantes, profesores y otros empleados, dejando en pasillos y aulas un reguero de víctimas, con algunas colgando incluso de las ventanas en su intento de huida.Operarios de la administración de Kabul se esforzaron durante toda la noche en retirar los escombros, muebles y vidrios rotos del edificio de dos plantas tras el tiroteo, además de limpiar la sangre y libros quemados, aunque la reparación de los daños más graves tardará un tiempo hasta alcanzar una cierta normalidad.En el ataque la mayoría de los muertos y heridos fueron estudiantes, aunque entre las víctimas hubo también profesores y empleados de la universidad, en una acción terrorista en la que miles de personas que se encontraban en ese momento en el campus, unas 15.000, lograron escapar ilesas."El número de heridos, que fueron evacuados a varios hospitales desde el ataque de ayer (lunes 2 de noviembre de 2020) a la Universidad de Kabul, ha aumentado a 27, y el número de muertos a 22", a lo que se suman los tres atacantes”, afirmó el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Noorullah Tarakai.Según el portavoz, "por ahora todos los heridos están fuera de peligro y están recibiendo tratamiento en los hospitales".Mientras tanto, los funerales se llevaron a cabo este martes en varias partes de Kabul, después de que la noche anterior las familias empezaran a recibir los cadáveres de sus allegados de manos de las autoridades afganas.ProtestasComo reacción al ataque contra uno de los principales símbolos del progreso y futuro de Afganistán, cientos de kabulíes se manifestaron cerca del campus para condenar el "ataque terrorista" y reclamar una mayor protección.Los manifestantes lanzaron eslóganes como "muerte a los terroristas y al extremismo" o "¡queremos una respuesta!, ¿por qué somos asesinados?", mientras algunas pancartas pedían el boicot a las conversaciones de paz en Doha iniciadas el pasado septiembre entre representantes de los talibanes y el Gobierno afgano."Si los talibanes no aceptan un alto el fuego y no están listos para la paz, entonces no es necesario que continúen las conversaciones, el Gobierno debe detener las negociaciones y concentrarse en fortalecer las medidas de seguridad", afirmó Hazratullah, uno de los manifestantes.Esas acusaciones contra los talibanes se suman a otras realizadas este martes por parte de las autoridades afganas, a pesar de que el ataque fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico y los propios talibanes se desvincularon de inmediato del asalto."Lo acepten o no, los talibanes son responsables de los asesinatos y las bajas civiles, y las tropas y fuerzas de seguridad darán una respuesta contundente a los enemigos de Afganistán", aseguró en un comunicado el asesor de seguridad nacional del país, Hamdullah Muhib, tras visitar el lugar del ataque.Según un informe de la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) publicado la semana pasada, durante los primeros nueve meses de este año al menos 2.117 civiles murieron y otros 3.822 resultaron heridos por el conflicto armado en el país.
Cerca de 19 personas murieron y 22 resultaron heridas en Afganistán tras un ataque con armas de fuego y explosivos contra la Universidad de Kabul, la más importante del país.La ofensiva, que terminó al cabo de varias horas de combates con las fuerzas de seguridad, es la segunda en menos de dos semanas contra un centro educativo en la capital afgana.Un kamikaze armado con explosivos inició el ataque. Según las fuerzas de seguridad, dos hombres empezaron a disparar contra los estudiantes, que salieron en manada de la universidad.El grupo yihadista Estado Islámico se reivindicó la autoría del atentado, según un comunicado publicado por su agencia de propaganda Amaq.UE condenó el ataqueLa Unión Europea calificó de "despreciable" el ataque perpetrado en la Universidad de Kabul."El ataque de este lunes contra la Universidad de Kabul es un acto de terrorismo despreciable. La Unión Europea lo condena en los términos más enérgicos", dijo el portavoz del canciller europeo Josep Borrell."Este ataque terrorista es el segundo ataque a una institución educativa en Kabul en menos de diez días, luego del ataque a Dasht-e-Barchi el 24 de octubre", mencionó.El objetivo de estos atentados es atacar "a civiles inocentes, principalmente a jóvenes, pero constituyen ataques contra el futuro de Afganistán”, lamentó el vocero de Borrell.La UE pide que "todos los ataques cesen de inmediato", insistió.Ataques contra civiles inocentes constituyen una "violación del derecho internacional humanitario y los responsables deben rendir cuentas", concluyó el portavoz en su nota.
Al menos 11 mujeres murieron este miércoles en Afganistán en una estampida en un estadio de fútbol, cercano al consulado de Pakistán en la ciudad de Jalalabad, donde estaban congregadas miles de personas para solicitar una visa, indicaron las autoridades.Además, diez mujeres y tres hombres resultaron heridos, dijo a la prensa Attaullah Khogyani, portavoz del gobernador de Nangarhar, provincia de la cual Jalalabad es la capital.El portavoz del hospital provincial, Zaher Adel, también confirmó el número de muertos. Por su parte, Naser Kamawal, miembro del consejo provincial de Nangarhar, dio un saldo más alto de víctimas: 15 muertos y 15 heridos.La aglomeración de gente se debía a que el consulado de Pakistán había reanudado la emisión de visados la semana pasada, después de una pausa de siete meses debido a la pandemia del coronavirus.Para evitar que grandes multitudes se reunieran frente a la sede diplomática, los solicitantes fueron redirigidos a un estadio de fútbol cercano.Abdul Ahad, testigo de la estampida, dijo que "había miles de personas reunidas a las puertas del estadio y las mujeres tenían la prioridad y estaban delante"."Cuando los funcionarios anunciaron que las puertas se abrirían por la mañana, todos se apresuraron a ingresar al estadio para ser los primeros en entregar sus pasaportes", dijo Ahad a la AFP.“Las mujeres, la mayoría ancianas y que estaban en el frente, se cayeron y no pudieron levantarse. Fue un caos", agregó.Las autoridades dijeron que se habían desplegado cientos de policías en el estadio para controlar a la multitud.Horas después del incidente, se vio a familiares llevando a los muertos en ataúdes desde una morgue en Jalalabad.Muchos afganos viajan el vecino Pakistán cada año en el que millones se refugiaron en las últimas décadas para escapar de la violencia y la pobreza en un Afganistán devastado por la guerra.
La historia de Qamar Gul, una niña de 15 años que vengó la muerte de su padre y madre a manos de combatientes talibanes, saltó a los titulares del mundo.Los atacantes irrumpieron a medianoche en su casa ubicada en la provincia de Ghor. Así narra ella misma lo sucedido.“Estábamos durmiendo, cuando alguien llamó a la puerta. Mi madre preguntó quién era y la persona dijo: 'somos combatientes islámicos'. Mi madre no abrió la puerta, ellos la derribaron. Sacaron a mi madre y a mi padre de la casa y los mataron a tiros justo delante de mis ojos. No pude hacer nada. Agarré el arma de mi padre, maté a dos de ellos y herí a otro con la ayuda de mi hermano”, relató la adolescente.El arma con la que abrió fuego es un AK-47 que su mismo padre le enseñó a utilizar y que no dudó en disparar contra los hombres que lo mataron.Después de lo ocurrido, aldeanos y milicianos progubernamentales llegaron al lugar a proteger a Gul y a su hermano de 12 años, y terminaron de expulsar a los combatientes que quedaron con vida.Según las autoridades, el motivo del ataque fue el presunto apoyo del padre, que era el jefe de la aldea, al gobierno.Sin embargo, el diario estadounidense New York Times reveló que también involucró una disputa familiar, y que uno de los atacantes que Gul mató era su propio esposo que pretendía llevársela a la fuerza, sin pagar una deuda que tenía con su padre.Lo cierto es que, en medio de una cultura brutal para las mujeres, donde las niñas son intercambiadas a temprana edad y a menudo violentadas, la historia de Gul produjo todo tipo de reacción en las redes sociales, donde su imagen se hizo viral y la califican de heroína.
El Ministerio del Interior afirmó que entre las víctimas del mitin, en el que se encontraba el actual jefe ejecutivo afgano, hay mujeres y niños. El ataque de viernes es el primero en la capital afgana desde la firma del acuerdo entre los talibanes y Estados Unidos, indicaron fuentes del ministerio del Interior. "Tras el ataque, el servicio de ambulancias de Kabul ha trasladado a 27 muertos y 55 heridos a nuestros hospitales", afirmó el portavoz del ministerio de Salud Pública afgano, Wahidullah Mayar. Los talibanes negaron toda responsabilidad en este ataque contra una ceremonia que conmemoraba la muerte de Abdul Ali Mazari, un político de la minoría hazara, cuyos miembros son mayoritariamente chiitas, en un Afganistán ampliamente sunita. El año pasado, en un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico, en esa misma ceremonia se produjeron disparos de mortero que mataron al menos a 11 personas. El incidente ocurre menos de una semana después de la firma de un acuerdo en Doha entre Estados Unidos y los talibanes, que abre la vía a una retirada completa de las tropas extranjeras de Afganistán en 14 meses a cambio de garantías de seguridad. No obstante, una tregua parcial instaurada a pedido de Washington el 22 de febrero fue levantada el lunes por los talibanes, que desde entonces multiplicaron los ataques contra las fuerzas de seguridad afganas, evidenciando la dificultad de un diálogo entre los insurgentes y el gobierno, otra condición del acuerdo de Doha.
Los talibanes se atribuyeron el derribo de la aeronave, que hacía labores de inteligencia en el este afgano. El avión se estrelló a primera hora de la tarde en un área controlada por los talibanes en la provincia de Ghazni. En un principio las autoridades afganas aseguraron que se trataba de un avión comercial de una aerolínea local, aunque esa hipótesis pronto fue perdiendo fuerza a medida que las compañías lo negaban al tiempo que llegaban imágenes del siniestro, que apuntaban a un aparato estadounidense, algo que finalmente confirmó Estados Unidos. "Un bombardeo de EE. UU. E-11A se estrelló hoy en la provincia de Ghazni (...) Mientras las causas de la colisión están siendo investigadas, no hay indicios de que la colisión se debiera a fuego enemigo", aseguró en su cuenta de Twitter el portavoz de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, Sonny Leggett. A continuación, el oficial estadounidense tachó las afirmaciones talibanes de "falsas". Reivindicación talibán El portavoz talibán Zabihullah Mujahid había reivindicado antes en un comunicado el derribo del avión de las Fuerzas Armadas estadounidenses, desmintiendo también esas primeras versiones oficiales que apuntaban a que se trataba de un vuelo comercial. "Un avión perteneciente a las fuerzas invasoras americanas fue derribado en la provincia de Ghazni y varios oficiales de alto rango estadounidenses murieron en él", aseguró el portavoz talibán. Según Mujahid, se trataba de un vuelo en "misión de inteligencia" y "todos los tripulantes del avión y los oficiales de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EEUU) a bordo murieron", al tiempo que aseguró que "los restos del aparato y los cadáveres de los tripulantes están en la zona" del impacto. En las fotografías tomadas en el lugar del accidente difundidas por varios medios locales, se apreciaban además símbolos y letras que corroboraban el origen estadounidense del aparato, entre ellas una que muestra una parte del ala con las letras USAF (Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, en inglés), con la "F" final incompleta. Versión del accidente de un avión comercial Tras la reivindicación talibán, Estados Unidos, que mantiene desplegados en el país a unos 14.000 soldados, tardó varias horas en reconocer el siniestro. Antes, tanto las autoridades provinciales como del Gobierno central habían apuntado a que se trataba de un accidente de un avión comercial de pasajeros. Así, en unas declaraciones televisadas, el vicepresidente segundo de Afganistán, Sarwar Danish, aseguró que el avión que se estrelló era de pasajeros y pertenecía a la aerolínea local Ariana. Sin embargo, minutos después, la propia compañía desmentía al político a través de un comunicado que publicó en su cuenta oficial de la red social Facebook. "Las noticias sobre el accidente de un avión de la aerolínea Ariana en los canales de noticias no son ciertas, todos los vuelos de la aerolínea Ariana operan con normalidad", replicó la compañía. Por su parte, el portavoz del gobernador de Ghazni, Arif Noori, reconoció que "todas las aerolíneas afganas rechazan que sea suyo" y agregó que no era posible conocer la pertenencia del aparato debido a que "el avión se incendió después del accidente y el logotipo y el nombre del avión no se pueden leer". Noori también señaló que "ningún pasajero sobrevivió" y que, de tratarse de un avión de pasajeros ordinario, la cifra de fallecidos podría ascender a "decenas". Conversaciones de paz Este incidente se produce mientras talibanes y estadounidenses sostienen en Catar conversaciones de paz, que según afirmaron recientemente los insurgentes se encuentran muy avanzadas, con la firma de un acuerdo cada vez más próxima. Lo ocurrido, sin embargo, podría suponer un nuevo obstáculo en esas negociaciones. Ya el pasado septiembre el presidente de EE. UU., Donald Trump, interrumpió de manera abrupta las conversaciones de paz iniciadas hacía un año en Doha tras la muerte de un soldado estadounidense en un atentado talibán en Kabul, y no las retomaría hasta tres meses después. El borrador del acuerdo que talibanes y EE. UU. finalizaron en septiembre y que contemplaba la retirada de más de 5.000 soldados estadounidenses en los primeros 135 días tras su firma, no fue modificado en la nueva ronda negociadora, pese a que los talibanes se negaron a declarar un alto el fuego, como exigía la contraparte. Sí hablaron de una reducción de la violencia, según los propios insurgentes reconocieron a finales de diciembre. Afganistán vive una cruenta guerra desde que en 2001 una coalición liderada por Estados Unidos derrocó del poder al régimen talibán, que desde entonces combate para volver a controlar el país, donde en la actualidad dominan amplios territorios.
Aún se desconoce el número de víctimas y a qué aerolínea pertenecía el vuelo que se precipitó en "un área bajo control talibán", en el distrito de Deh-Yak. El siniestro se produjo hacia la 1:30 p.m. de este lunes. El vicepresidente segundo de Afganistán, Sarwar Danish, aseguró en unas declaraciones televisadas que el avión de pasajeros que se estrelló pertenecía a la aerolínea local Ariana. Sin embargo, la compañía lo desmintió en un comunicado al asegurar que todos sus vuelos operaban con normalidad. "Las noticias sobre el accidente de un avión de la aerolínea Ariana en los canales de noticias no son ciertas, todos los vuelos de la aerolínea Ariana operan con normalidad", publicó la empresa en su cuenta de la red social Facebook. El portavoz del gobernador de Ghazni, Arif Noori, reconoció por su parte que la información de la que disponen es "todavía preliminar" y aunque se trata de un avión de pasajeros, aún no pueden confirmar "a qué aerolínea pertenece, porque todas las aerolíneas afganas rechazan que sea suyo". Según Noori, "el avión se incendió después del accidente y el logotipo y el nombre del avión no se pueden leer". "Ningún pasajero sobrevivió. El número de personas fallecidas aún se desconoce. Facilitaremos la cifra cuando los equipos de rescate lleguen al lugar del siniestro. El número de muertos podría ser de decenas", aseguró el portavoz, que anotó que los habitantes de la zona "han sacado dos cadáveres, ambos de los pilotos". Afganistán vive una cruenta guerra desde que en 2001 una coalición liderada por Estados Unidos derrocó del poder al régimen talibán, que desde entonces combate para volver a controlar el país, donde en la actualidad dominan amplios territorios. El último accidente de relevancia de un avión de pasajeros en Afganistán se produjo en 2010, cuando murieron las 43 personas a bordo del aparato de la aerolínea local Pamir Airways, que se estrelló en el norte de Afganistán debido al mal tiempo.
Avalanchas, inundaciones y olas de frío han desatado las emergencias. También hay decenas de desaparecidos. Unas 42 personas perecieron y 21 resultaron heridas en Pakistán y varias más están desaparecidas, debido a diversos acontecimientos climáticos. En Afganistán han muerto 39 personas, según cifras oficiales de ambos países. Cachemira paquistaní fue la región más afectada con 23 muertos y diez desaparecidos, según las autoridades locales. En el pintoresco valle Neelum, las fuertes nevadas provocaron una avalancha que acabó con la vida de 14 personas. Las autoridades locales cerraron escuelas, mientras que varias carreteras quedaron inutilizadas en las zonas montañosas del norte, según las autoridades locales. A lo largo de la frontera entre Afganistán y Pakistán, más de 300 casas fueron destruidas o dañadas parcialmente debido a la "ola de frío, las fuertes nevadas y lluvias que empezaron hace dos semanas" según Ahmad Tamiim Azimi, portavoz de la Autoridad nacional afgana de gestión de catástrofes (Andma). Los duros inviernos suelen causar víctimas en Afganistán, especialmente en las remotas zonas montañosas del país. Entre tanto, en Australia sigue la lucha por apagar los incendios y enfrentar las consecuencias como el humo, que se ha extendido por varias partes. Vea también: Dibujos del infierno en la Tierra: así ven ilustradores lo que ocurre en Australia
Fredy Guarín, el fichaje estrella de Millonarios en este 2021, se lesionó en el partido frente a Junior, del lunes pasado, y en las últimas horas se habló de la incapacidad que deberá tener, según lo expresado por el profesor Alberto Gamero.
Doña María Luz Macuací, una adulta mayor que vive en precarias condiciones junto a su hijo, que se encuentra en condición de discapacidad, recibió una valiosa ayuda por parte de la Policía y una fundación en Cali.“No tiene una habitación, no tiene un baño digno, no tiene dónde guardarse, muchas veces, del frío. Ella duerme en el suelo, encima de cartones”, asegura Karen Guerrero, directora de la Fundación Niños del Mundo.Su situación se conoció durante una jornada de entrega de mercados en el barrio Potrero Grande, oriente de la capital del Valle del Cauca, donde vive doña María, de 70 años de edad.Tras varios meses de gestión para conseguirle ayudas, la Policía y la Fundación Niños del Mundo lograron suficientes recursos y materiales para adecuar la casa de la adulta mayor.“Me siento muy feliz, muy contenta, al ver la situación en la que estoy”, afirma doña María.Recientemente, recibió una lavadora, una nevera y también mercado, mientras terminan los trabajos para finalmente vivir en un hogar digno.
El video de un fleteo del que fue víctima un motociclista en el sector de Buenos Aires, genera indignación en Medellín. La víctima le contó a Noticias Caracol lo que sucedió luego de retirar sus cesantías en una entidad bancaria.Según el hombre, dos hombres a bordo de una moto le cerraron el paso, acto seguido, el parrillero se bajó y lo intimidó con un arma de fuego para despojarlo de sus pertenencias. Le hurtaron cerca de un millón de pesos y su celular.Todo quedó grabado en una cámara de seguridad que será clave para que las autoridades traten de dar con los responsables.A este caso se suma el de dos puertorriqueños que atracaron cuando recién llegaron a su hotel en la capital antioqueña.En cuestión de 30 segundos, les quitaron tres cadenas de oro y un celular de alta gama."La inseguridad está desbordada, por todas partes hacen fleteos, a la gente le roban el celular y la plata, pero las autoridades no hacen nada. Estamos a merced de los vándalos", denuncia un ciudadano.Ante estos hechos, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá creó recientemente el Escuadrón Antifleteo, el cual está integrado por 70 uniformados y busca combatir este tipo de hurto en la capital antioqueña.Según cifras de la Alcaldía de Medellín, las comunas más afectadas por este flagelo son La Candelaria (Centro), Laureles-Estadio, El Poblado, Belén y Aranjuez.Precisamente, en las últimas horas, el escuadrón capturó a ocho personas sindicadas por estos delitos.
La familia del enfermero que presuntamente robó el anillo de oro del fallecido expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999) se lo devolvió este viernes a la hija del exmandatario, Zulemita, según destacó su abogado, Diego Storto."Las señoras eran tres, las señoras pararon a un móvil policial porque no conocían con exactitud el domicilio de Zulemita, le dijeron que querían ver a Zulemita para devolverle al anillo. La Policía ahí si las trae hasta acá, les toma declaración y después se comunican con el juzgado de turno", señaló Storto ante los medios.El abogado afirmó que al supuesto ladrón, uno de los enfermeros que cuidó al expresidente, se le imputa un delito de hurto, que "es el delito más bajo del código penal, no prevé pena de prisión efectiva".El enfermero se encuentra en estado de rebeldía, aunque no prófugo, ya que todavía no pudo ser encontrado y notificado por la Policía.La hija de Menem, Zulemita, también compareció ante los medios y destacó que se encuentra "muy feliz" y mostró el anillo en su dedo, una pieza de oro con una piedra de ónix con los nombres grabados de sus cuatro hijos, que es una réplica del que Menem había extraviado en 1989.Además mostró su agradecimiento con la familia del acusado, y sobre este último deseó "que no lo vuelva a repetir" ya que "es un chico joven y tiene toda la vida por delante".Asimismo afirmó que van a pagar la recompensa prometida a la familia del enfermero por haber entregado el anillo."Yo me comprometí y la promesa hay que cumplirla, y yo creo que el anillo apareció por la buena voluntad de la familia que lo habló y que lo llevó", manifestó.La familia de Menem denunció que, mientras el político se encontraba convaleciente en el hospital en el que falleció el 14 de febrero último, a los 90 años, alguien robó de su propio domicilio el anillo que el peronista portaba desde hace décadas.La investigación apunta a que el robo habría ocurrido en diciembre pasado en su domicilio del barrio de Belgrano de Buenos Aires, mientras estaba internado en el Sanatorio Los Arcos.La familia se dio cuenta de la desaparición del anillo después de que Menem pidiera, cuando estaba internado, que le llevaran sus anteojos, ya que quería ver un partido de fútbol.Es así que cuando le acercaron los estuches con los anteojos desde su domicilio, notaron que la joya no estaba, ya que la solía guardar en su interior.
Un hombre de 88 años fue sorprendido conduciendo a toda velocidad en una carretera rural de Francia para no llegar tarde a recibir la vacuna COVID-19.El límite de velocidad en la carretera donde fue detenido es de 110 kilómetros por hora, dijo la Policía de la región oriental francesa de Bas-Rhin en Facebook.El conductor, un lugareño, "dio como razón de su exceso de velocidad que llegaba tarde a su vacuna contra el COVID", añadió la Policía.Los agentes confiscaron el permiso de conducir del hombre y su vehículo.Desde enero, Francia da prioridad a los mayores de 75 años en su campaña de vacunación.La estrategia está dando resultados, según declaró el primer ministro, Jean Castex, ya que la tasa de nuevas infecciones entre los mayores de 80 años ha descendido.