Una semana antes de la emisión del informe ‘Los rastros del horror’, que reveló detalles desconocidos de lo que ocurrió en el motín del 21 y 22 de marzo del 2020 en la cárcel La Modelo, Noticias Caracol pidió una entrevista con Margarita Cabello Blanco para conocer su posición frente a este hecho como exministra de Justicia y actual procuradora general.Sin embargo, la funcionaria no concedió la entrevista y después de la publicación del informe contactó a Noticias Caracol pidiendo un cuestionario.La Unidad Investigativa de Noticias Caracol reveló este domingo un informe especial que contenía los momentos más impactantes del motín en La Modelo. Son 270 horas de grabación de las cámaras internas del penal, documentos forenses y testimonios desconocidos de los protagonistas de esa noche hicieron parte del especial.Frente a los hechos que dejaron 24 muertos, la entonces ministra de Justicia, Margarita Cabello Blanco, pronunció en su momento la siguiente frase felicitando a la guardia del Inpec.Nos salvaron de tener en las calles de la ciudad en estos momentos tan críticos a más de 5.000 privados de la libertad y con todo lo que nos podría causar de angustia. No se imaginan el orgullo que es para mí decir no hay, no hay uno solo fugado. Ante semejante arremetida, lo que ustedes hicieron no tengo cómo agradecérselos, de verdad que me siento orgullosa y que no estoy cansada de mandar los Twitter agradeciendo y diciendo que el cuerpo de custodios del Inpec son valerosos, silenciosos, que están luchando por la seguridad de nuestro país. Voy a las 4:30 a una reunión con el presidente y con ministros y lo voy a reiterar para que ustedes lo sepan. No crean que es, como dicen en mi tierra, zalamería.Esta es la versión sobre ese audio que da ahora Margarita Cabello Blanco, actual procuradora:La grabación publicada por ustedes, donde se escucha mi voz, fue totalmente descontextualizada. Jamás he felicitado ni felicitaré a nadie que cometa un delito ni una infracción disciplinaria. Pensar eso es un exabrupto. Lo que expresé fue un reconocimiento a la labor de un grupo reducido de guardias quienes impidieron la fuga de 5.000 privados de la libertad.José Miguel Vivanco, director para Las Américas de Human Rights Watch, dijo a Noticias Caracol que la procuradora le anunció que se había declarado impedida para investigar el caso de La Modelo. Ella, como exministra de Justicia, fue la superior jerárquica del Inpec, entidad que ahora responde en investigaciones disciplinarias por estos hechos.Sin embargo, el impedimento hasta ahora no se ha tramitado y esto es lo que responde la actual procuradora.Con José Miguel Vivanco tuvimos una conversación sobre mi impedimento y quiero decirles, y que quede claro, que no soy yo como procuradora quien tramitará ni decidirá ese proceso. Como procuradora no puedo opinar sobre los expedientes que están en investigación. Pero eso sí, desde el momento de mi posesión, impartí órdenes a mis funcionarios de actuar con transparencia. Será la justicia penal y los funcionarios delegados de la Procuraduría, quienes tomarán la decisión legítima en su momento.Cabello Blanco aseguró que como ministra de Justicia no tuvo conocimiento de ninguna alerta sobre los motines que estaban fraguando los presos en las cárceles del país.Fui enterada de lo que ocurría en las cárceles del país en el momento en que sucedieron los hechos. Es importante aclarar que el Inpec es una entidad independiente del todo y que por tanto la ministra no es parte de ese tipo de actuaciones. Reitero que hice un reconocimiento pequeño a un grupo de custodios que evitó la fuga de cerca de 5.000 privados de la libertad. Es importante recordar que se estaba frente a un plan criminal de fuga en 17 cárceles, coordinado y orquestado para afectar la institucionalidad del país. Como lo dije anteriormente, la ministra no manejó ni impartió instrucciones al Inpec.Las respuestas de la procuradora hacen parte de un cuestionario, porque la funcionaria se negó a dar una entrevista.
La Unidad Investigativa de Noticias Caracol tuvo acceso a 270 horas de videos de las cámaras internas de La Modelo, documentos forenses y testimonios inéditos de los sobrevivientes del trágico motín que se vivió en esa cárcel, el 21 y 22 de marzo del año pasado.Las evidencias dejan ver la violencia de las acciones de los internos, pero también revelan el uso excesivo de fuerza y las armas por parte de la guardia del Inpec. Golpizas, vejámenes y hasta alteraciones de escenas del crimen hacen parte de la historia desconocida del motín.La calma aparente era el preludio de una de las jornadas más trágicas en la historia carcelaria del país. Sobre las 8:00 de la noche del 21 de marzo de 2020, la mayoría de los casi cinco mil presos de La Modelo ya estaban en sus celdas. Sesenta guardias del Inpec los custodiaban. En esos momentos, entre los reclusos rondaba el rumor del motín, atizado por las molestias que causaron las condiciones de reclusión derivadas de la pandemia.Un exrecluso de La Modelo, a quien Noticias Caracol le protege su identidad, narró lo que se decía en la cárcel antes del motín: “No había comida, no había visitas, lógico, 800 almas encerradas, sin poder ver a la mamá, a su mujer, a su hijo. Todo el mundo se estresó, no había marihuana, no había perico, ya no había nada. Todo el mundo se estresa y que el COVID iba a matar a todo el mundo, entonces se empieza a descontrolar la cárcel”.Las autoridades estaban informadas de los rumores. Lo dice un funcionario del Inpec que le pidió a Noticias Caracol la reserva total de su identidad: “La Modelo dejó sola a la guardia sabiendo que se iban a amotinar. La información del motín estaba rondando hace varios días. Y en la relación general diaria nos habían informado. No había puesto de mando unificado. Nadie nos dio instrucciones. Todo el mundo hacía lo que mejor le parecía, disparaban por todos lados, se fue la luz”.A las 8:56 de la noche estalló el motín. Los guardias recibieron la alerta y atravesaron los puntos de control de La Modelo para atender los primeros brotes de la revuelta. Diez minutos después, cientos de presos salieron de sus celdas y se tomaron los patios y pasillos. En el pasillo norte, los guardias huían al darse cuenta de que se aproximaba una muchedumbre enardecida. Escenas similares se repitieron por todo el penal.Rápidamente, los reclusos salieron de los patios y atacaron los muros y barreras externas de la cárcel. Hacia las 9:15, cuando apenas habían pasado 20 minutos, La Modelo estaba fuera de control.Un recluso que estuvo el día del motín lo cuenta: “Hay un muro hay otro muro y otro muro. Tiramos a pasar el primer muro pero no nos dejan. Ahí es donde tiran a matar a los muchachos. De lógica, este es el patio y a como se cae la reja todo el mundo empieza a saltar encima de los techos como siempre, como para hacer la huelga y eso, y los manes que están en las torres ya comienzan es a matarlos”.Tras media hora de motín, las cámaras registraron las primeras detenciones de amotinados. En la reja 1, un funcionario del Inpec arrastró a un recluso ya indefenso y aparentemente inconsciente mientras otro guardia lo pateaba.A las 9:38, buena parte de la cárcel queda en la penumbra. La guardia corta la luz para disminuir las capacidades de los amotinados que, en los exteriores del patio 5, tiraban piedras a las cámaras y prendieron fuego a los colchones. Otros descendieron desde sus celdas hasta el patio usando las sábanas como cuerdas.Entre las 9:50 y las 10:46 de la noche, los videos grabados desde la garita 3 registraron una secuencia de excesos e irregularidades contra los internos. Primero, dos guardias golpearon con sus bolillos a un recluso tirado en el suelo, indefenso. Un minuto después, en ese mismo lugar, un guardia pateó con fuerza a un interno que estaba en el suelo.Poco después de las 10:00 de la noche, del grupo de internos que estaban reducidos un guardia sacó un cuerpo a rastras, tirándolo de un brazo. Lo dejó en medio del camino, frente a la puerta de la zona de los talleres.Luego, un grupo de guardias volvió a arremeter a patadas y bolillazos contra los detenidos que ya estaban indefensos y en el suelo. A varios de ellos los desnudaron en medio de una noche en la que la temperatura bajó hasta los seis grados. Según el registro de la cámara, la golpiza se prolongó por varios minutos.El funcionario del Inpec aseguró que había órdenes de golpear a los internos: “en la parte interna se dio palo a todos los internos, a todo el que se pudiera. La orden era darles duro a los internos”.Sobre las 9:38 de la noche, al menos 30 internos comenzaron a rodear la garita 9 en donde el guardia Esteban Mateus, solo y armado con un fusil, se convirtió en el blanco de un ataque en el que por poco lo queman vivo. Mateus le contó su suplicio a Noticias Caracol: “Me empiezan a decir que, si no me bajo y les entrego mi armamento, me matan. Entonces yo sí estoy muy asustado pero consciente de lo que estoy haciendo, y me empiezan a romper la puerta”.Los internos provocaron un incendio en esa zona. El humo afectó al guardia que está encerrado en la garita: “Ya después de eso ellos rompen la puerta, prenden colchonetas y me empiezan a quemar. Yo sentí haga de cuenta como estar en una olla exprés. El respirar, el dolor, desesperación. Yo pienso en mi familia, en muchas cosas. Lo que le pido a mi Dios es que no merecía morir así”.Pronto eran más de 50 reclusos alrededor de la garita. Algunos la emprendieron contra la reja que protegía esa torre y lograron tumbarla. El fuego envolvió la estructura y llegó muy cerca al guardia. “Entonces yo abro la tapa de la garita y les empiezo a disparar a ellos para que no se me vayan a subir, porque si ellos se subían, me mataban. Y si yo me bajaba y les entregaba el arma, me mataban también. No podía hacer nada”, contó Mateus.Los presos quemaron la base de la torre y el fuego consumió parte de la estructura. El espacio donde se refugiaba el guardia se llenó de humo. Los reclusos le lanzaban piedras y otros objetos.“Yo pues obviamente desesperado del dolor, yo sentía que la piel. O sea, yo del desespero me hacía así (se toca la cara), este labio no lo tenía, por dentro las orejas se me quemaron todas, yo sentía como la piel se me desprendía de las manos”, dijo el guardia.Los reclusos intentaron romper la puerta de la garita, y de nuevo le prendieron fuego a la base. “Prenden fuego otra vez a la garita y yo ya desesperado sentía que no podía más, yo sentía que me iba a desmayar, pero sabía que si me desmayaba me iban a matar. Desesperado empiezo a buscar la salida, a pedirle a Dios, a las benditas almas, y realmente esa garita no había ninguna salida”.En este punto, el guardia de la garita completaba más de media hora solo, siendo el objetivo de un grupo de internos violentos que intentaban quemarlo. Desesperado, el hombre trató de romper una ventana para escapar: “yo vi una ventana y cogí mi fusil y empecé a pegarle a la ventana para poder romperla. Logré romperla y me empecé a quitar la ropa y cuando me empecé a quitar la ropa la piel se me desprendió de mis manos, de mi cara”.A las 10:16 p.m., la cámara intentó enfocarlo de nuevo, pero ya no estaba. El guardia se había lanzado al vacío, a la parte trasera del muro, donde lo esperaban otros guardias. “Yo miro a los internos y a mis compañeros y obviamente es una desesperación porque veía que me tiraban piedras. Lo que hago es mirar abajo y ellos me dicen tírese y me tiro”.Cinco minutos después de que el guardia huyó del lugar, los presos consiguieron romper la puerta de la garita y subieron a la estructura. Además del ataque contra Mateus, hubo 33 guardianes heridos, uno de los más graves fue el que sufrió un funcionario que recibió varias puñaladas por parte de los amotinados.Entre tanto, desde la reja 1, el punto principal de control, la guardia preparaba la operación de retoma de La Modelo. Hacia las 10:00 de la noche, el motín estaba en su punto más crítico. Los funcionarios del Inpec se preparaban con todo lo que tienen para enfrentar a los internos. Iban armados con pistolas, escopetas, fusiles, bolillos.Pero algunos de ellos también llevan armas prohibidas por los protocolos, según captó la cámara de la reja 1. Dos guardias se repartieron cuchillos. Otro llevaba un palo y una piedra. Hacia las 10:30, la reja 1 se convirtió en el paso de una procesión de heridos y muertos. La cámara registró varias irregularidades de los funcionarios del Inpec.Tres guardias arrastraron con desprecio a un muerto sobre una cobija, en una clara acción irregular que viola las normas de tratamiento de un cuerpo y de paso es una clara alteración de la escena de un homicidio. Casi en la misma secuencia, otros tres guardias golpearon a un interno esposado y desnudo, en otra clara violación de los derechos de los internos.Mientras tanto, frente a la garita 8, donde un guardia estuvo a punto de ser quemado vivo, los miembros del Inpec y los amotinados se batían en un enfrentamiento violento. Además de lanzarles gases lacrimógenos, los guardias disparaban armas de fuego. Una secuencia captó a dos de ellos haciendo varios disparos con pistolas. También se ve lo que parece ser una ráfaga de fusil.Según los protocolos, los guardias solo pueden usar la fuerza letal cuando su propia vida o la de alguien más está realmente en riesgo.Así lo explicó Karen Arias, la funcionaria del Inpec a cargo de los derechos humanos en La Modelo: “Nosotros, afortunadamente, tenemos un manual del uso de la fuerza. Podemos hacer uso de la fuerza pero siempre y cuando tenga una circunstancia que tengo que verla porque la vida mía corre peligro y la vida de terceros. Y en este caso pues se evidenció muchas cosas, de que obviamente la vida mía corría peligro y también la de otras personas”.Sin embargo, el funcionario del Inpec que pidió la reserva de su identidad, reconoció los graves excesos de sus compañeros con las armas de fuego: “Había mucho guardia armado en los patios disparando por todos lados. En las guayanas, en los talleres, el sargento Hernández permitió que entraran con armamento. Como no estaba el capitán comandante de vigilancia hubo exceso de fuerza por parte de la guardia. A los compañeros de las garitas les subieron el doble de munición para que siguieran disparando en la parte interna. Todos disparaban como locos. Demasiados disparos”.El funcionario denuncia que, en medio del caos, muchos de los disparos que terminaron asesinando internos, los hicieron integrantes de la Policía y de los grupos especiales del Inpec: el CRI y el Cores. “Los integrantes de la Policía, del CRI y del Cores, disparaban hacia adentro impactando a varios internos que no participaban en la revuelta, salieron heridos y unos muertos. Realmente no se controló la entrega de armamento y de munición y eso trajo muertos y heridos”, dice.Y agregó: “Mataron un interno a quemarropa. Dentro de la cárcel, en la garita 3 fue el que más disparó y mató internos. Mucha guardia se dio garra disparando. Los auxiliares bachilleres de la guardia no tenían por qué estar en las garitas, para eso es la guardia. Fue un abuso de la fuerza para tomar el control”.Hacia las 11:00 de la noche, el motín estaba casi controlado. La guardia recapturó a los internos y quedó en evidencia que desnudar a los reclusos fue una práctica común esa noche, aunque para expertos en derechos humanos consultados por Noticias Caracol puede ser incluso considerada como tortura. En el informe del avance de la investigación que la Fiscalía presentó el mes pasado queda claro que para esa entidad habría casos de tortura.“Es injusto que traten a la gente así, puede ser matón lo que sea, pero somos seres humanos. Y allá no existen los derechos humanos. Sentí rabia, impotencia, de ver mis compañeros botados, heridos que se quejaban y no poder hacer nada. Porque no se podía, no dejaban”, dijo un exrecluso.Caos en el manejo de muertos y heridosLos cientos de videos de seguridad en poder de la Unidad Investigativa de Noticias Caracol registraron el trato de la guardia y las autoridades a los heridos y muertos. Varios hechos graves se evidencian en los registros: la falta de atención médica a los heridos y también los manejos irregulares de los cuerpos de los muertos, también posibles alteraciones a las escenas de los asesinatos.Hacia la medianoche, por La Modelo circulaban heridos que pasan horas sin recibir atención médica. La reja 1, cerca de la entrada de la cárcel, se conectaba por el pasillo principal de la prisión con el área de sanidad.Es allí donde empezaron a llegar los lesionados, muchos de ellos agonizando. La cámara registra que incluso uno de ellos, inconsciente o muerto, fue arrastrado por los guardias y un miembro del personal de salud. Esa área de atención se llenó rápidamente, algunos iban desnudos.Un preso que estuvo esa noche en el motín, y que pidió la protección total de su identidad para resguardar su seguridad, le habló a Noticias Caracol sobre el padecimiento de los heridos: “Había internos que gritaban ¡auxilio, auxilio, ayúdenme! Con tiros en la cabeza, tiros en el pecho, tiros en las piernas y eran más de 80 o 90 heridos y las doctoras y el doctor no sabían ni qué hacer. Se murieron internos mientras estuvieron esperando ayuda, hubo mucha negligencia en medicina de Sanidad”.Hacia la 1:15 de la mañana, el CTI de la Fiscalía llegó a la zona de talleres a comenzar el levantamiento de los cuerpos. En la misma zona donde horas antes la guardia había golpeado a varios presos indefensos, encontraron tres muertos. Les tomaron fotos, los embalaron y se los llevaron.Detrás de la reja 1, los forenses encontraron el cuerpo que fue arrastrado por tres guardias cuatro horas antes. Es decir que este interno no solo fue arrastrado, sino que su cuerpo estuvo abandonado varias horas en una situación que claramente constituye una alteración a la escena de una muerte violenta.Los levantamientos de los cuerpos continuaron en la cárcel durante un par de horas más. Las cámaras registran que el CTI, con apoyo de la Policía, se llevó cuerpos hasta más o menos las 5:00 de la mañana.Al amanecer, con la luz incipiente, la cámara del sector alto norte detectó un cuerpo que había pasado desapercibido, en el techo de los talleres. Era un recluso que cayó en el techo sobre las 9 de la noche anterior, cuando ahí mismo, varios amotinados atacaban una garita que estaba al frente de ellos.A esa hora, la cámara registró un disparo contra el tejado, que pegó muy cerca del muerto y de un interno que permanece allí, agachado e indefenso. Es decir, que en ese momento no representaba un peligro y no debía ser atacado con tiros.Ya en la mañana, en Sanidad los heridos seguían tirados en el suelo. Algunos de ellos completaban más de seis horas sin recibir atención médica. De hecho, la Fiscalía considera que esa desatención puede considerarse como tortura.Sobre las 7:00 de la mañana ocurre una situación sospechosa en el pasillo sur. A las 7:13, tres guardias pasaron por allí con una camilla. Diez minutos después, regresaron y allí llevan un cuerpo envuelto en una cobija. Se trató de una acción claramente irregular por dos razones: primero, con la presencia del CTI, la guardia yo no podían mover los cuerpos. Y segundo, como indican los protocolos, los cuerpos deben ir embalados en bolsas especiales y no envueltos en cobijas. Esta secuencia podría indicar la alteración de una escena.Cinco minutos después, otros guardias cargaban una cobija. Aunque las imágenes no permiten ver lo que envuelve, expertos forenses consultados por Noticias Caracol dijeron que, por las características, es posible que allí llevaran un cuerpo, en un procedimiento que también resultaría irregular.El funcionario del Inpec que pidió la reserva total de su identidad, cuenta sobre esa supuesta manipulación de los cuerpos y las escenas de las muertes: “Se encontraron muertos dentro de la cárcel y los corrieron para hacerlos pasar como si iban a fugar. En los techos quedaron muertos y los movieron sin haber hecho el levantamiento”.De hecho, el informe de la Fiscalía afirma que están investigando el ocultamiento, alteración o destrucción de elementos probatorios. Se detectó el extravío de evidencias como las balas que habrían sido extraídas de algunos de los cuerpos. También la manipulación de las cámaras de seguridad durante el motín y de los videos que fueron entregados por el Inpec a la propia Fiscalía.A esas presuntas alteraciones de las evidencias, se refiere un funcionario del Inpec que habló con Noticias Caracol: “Dañaron las cámaras para borrar las pruebas, para no ser descubiertos del ingreso de las armas a la parte interna, de los abusos por parte de algunos dragoneantes desadaptados que buscaron la oportunidad para vengarse de los internos a sangre y fuego”.Estos videos internos de La Modelo en poder de la Unidad Investigativa de Noticias Caracol no dejan duda que lo que se vivió esa noche en La Modelo fue un verdadero horror. No solamente por la violencia del motín sino por la brutalidad, las torturas, los asesinatos y el encubrimiento en el que habrían participado decenas de guardias durante la retoma del penal.“A los muchachos los masacraron”Además de los videos, las necropsias son la otra fotografía de lo que pasó en La Modelo la noche del motín.“A mi hijo me le dispararon en la boca. A mi hijo me lo maltrataron, cómo va a ser justo que vayan a permitir una cosa de esas. era una persona indefensa”, señaló Martha Rojas, la madre de Jesús Ernesto Gómez. Llevaba 8 meses en la cárcel La Modelo y su nombre apareció de primero en la trágica lista de 24 muertos.Según doña Martha, su hijo estaba siendo extorsionado por algunos guardias del Inpec, razón por la cual en varias ocasiones tuvo que consignarle dinero para que no le hicieran daño. “Los mismos de la cárcel cada ratico le exigían plata. Nos llamaba y nos decía: el Inpec me va a matar, el dragoneante que está de servicio me va a matar”.Su cuerpo fue hallado con un disparo en la boca y una herida de bala en el segundo dedo de su mano izquierda. Por las peladuras en la espalda y las rodillas se cree que fue arrastrado después de su muerte. Su caso podría tratarse de un asesinato a sangre fría.La Fiscalía informó que está indagando si, en al menos tres de los casos ocurridos, en La Modelo hubo ejecuciones extrajudiciales con tiros de gracia propinados en zonas letales, como la cabeza, y a menos de un metro de distancia. En solo 8, de los 24 casos, el ente de control tiene indicios de que se pudo tratar de muertes provocadas por la guardia en legítima defensa. Una muerte más se produjo por la caída de un interno desde el techo. Los demás casos están bajo sospecha.Estas cifras preliminares del ente investigativo contrastan con los resultados que arrojan las necropsias en poder de este noticiero y que dan cuenta de que el listado de muertes arbitrarias de reclusos podría ser mucho mayor.Nueve de las muertes se produjeron con tiros en cabeza y cuello. Uno de los cuerpos, el de Diego Fernando Rodríguez Fuentes, apareció con cinco disparos en cuello, omoplato y piernas, lo que podría llegar a calificarse como sevicia. En al menos siete necropsias, los médicos forenses dejaron claro que los fallecidos no recibieron ningún tipo de atención médica oportuna, es decir, los dejaron morir desangrados.Organizaciones internacionales que analizaron los resultados de las necropsias llegaron a conclusiones espeluznantes. “En su gran mayoría, las 24 víctimas murieron con tiros que fueron disparados a matar. Por el tipo de heridas, las pericias que practicaron, esa fue la conclusión: que en ninguno de los casos la intención fue la de inmovilizar a los reclusos sino directamente a matarlos, lo cual sugiere que se trató de una ejecución extrajudicial en la mayoría de estos casos”, aseguró José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.“Me llamó un compañero de mi hijo a la 1:40 de la mañana, me llamó llorando, diciéndome que lo perdonara. Yo no sabía qué había pasado y me dijo su hijo murió doña Astrid, su hijo se murió en mis brazos”. Este desgarrador relato es el de Astrid Cubillos, madre de Michael Alexander Melo, quien murió a sus 31 años como consecuencia de un tiro de fusil en el brazo izquierdo.“Suplicaron que lo ayudaran, que un médico fuera a verlo y no pudieron. A mi hijo lo hirieron a las 9:30 de la noche y él falleció como a la 1:30 de la madrugada”, precisó doña Astrid, quien denunció además que era imposible que su hijo pudiera emprender un plan de fuga o pudiera atacar a la guardia.La tragedia para esta familia comenzó cuando Michael Alexander perdió la movilidad de sus dos brazos como consecuencia de riñas con otro interno. “Lo que están haciendo creer es que era un intento de fuga cuando es falso, a mi hijo no le servían los dos brazos, no tenía posibilidad de agarrarse, de coger un arma, de intentar fugarse. Era imposible que él huyera”, aseguró.Aun así, no se sabe cómo o por qué fue alcanzado por una bala de fusil que le destrozó el brazo y la arteria braquial, como quedó registrado en la necropsia y en un video que grabaron los mismos reclusos.“Estaban saliendo gases lacrimógenos entonces bajaron rápido a mirar. El muchacho que me llamó a avisarme sobre la muerte de mi hijo me comenta que bajaron los dos al patio y que mientras buscaba con qué protegerse la cara por los gases, bajó y ya no lo encontró. En cuestión de 15 minutos todos estaban gritando que habían herido a Michael, obviamente para mi hijo era más difícil porque no podía mover sus brazos. Entre ellos mismos cogieron una camisa y se la amarraron porque el tiro fue de fusil. El acta de Medicina Legal dice que le partió el brazo en dos, aparte la arteria se la reventó y murió desangrado”, señaló Cubillos.Don Alirio Lemos y Marisol Rodas son los padres de Miguel Ángel. Murió a los 23 años pidiendo la libertad después de pasar dos años en la cárcel La Modelo por tentativa de hurto. “En este mundo todos tenemos errores y, yo digo, todos los errores uno los tiene qué pagar, pero no así”, aseguró don Alirio.En pleno motín, Miguel Ángel se comunicó con su familia. “Me decía: no se preocupe. Lo que pasa es que acá están rebotados los internos. Le dije ¿cómo así? porque sonaba durísimo. Me dijo, no se preocupe que yo voy a estar bien”.A Lemos, como le decían sus compañeros de celda, lo hirieron con tiros de bala en el muslo derecho: uno le afectó el colon y otro solo tocó tejidos blandos, como lo revela la necropsia.La única información que han recibido Alirio, Marisol y casi todas familias ha sido a través de otros internos que grabaron videos con las escenas más macabras. El contacto con el Gobierno, la Fiscalía y el Inpec ha sido nulo.“Le dijeron a mi nuera, que la había llamado y que él pedía ayuda, que lo ayudaran porque no se quería morir. En esas fue que no prestaron ayuda ni nada”, señaló Marisol.Los excesos no solo quedaron en evidencia en la cifra de muertos. La Fiscalía contabiliza 107 heridos, de los cuales 33 son guardias, 43 son internos heridos con arma de fuego, 4 son reclusos heridos en riñas, 6 son heridos por caídas, 19 producto de golpes del Inpec y 2 más no tuvieron lesiones graves.Édgar Stuardo Ralón Orellana, relator sobre derechos de personas privadas de la libertad de Comisión Interamericana de Derechos Humanos aseguró que los tratos crueles, inhumanos y degradantes se enmarcarían en el concepto de tortura.“Independientemente que esté controlado un detenido no pueden realizarse actos de violencia física, psicológica, actos de humillación, violencia sexual. Todas estas conductas obviamente son violatorias de los derechos humanos y constituirían una definición de tortura”, aseguró.Del casi medio centenar de internos heridos con armas de fuego hay casos impactantes como el de un recluso que se salvó de milagro después de recibir un tiro en la cabeza y sin que, de acuerdo con su ubicación, amenazara riesgo de fuga. En este caso, que está bajo investigación, la guardia podría terminar respondiendo por el delito de tentativa de homicidio.“Esta protesta terminó en una masacre, en unos homicidios que -con todos los elementos que tiene la Fiscalía General de la Nación- nos lleva a concluir que fueron asesinados, que fueron vilmente masacrados sin contar con toda la cantidad de heridos que se registraron. ¿Dónde están los heridos? hay personas que tienen impactos con arma de fuego en su rostro, cráneo en partes vitales de su cuerpo”, señaló Mauricio Martínez, abogado defensor de víctimas.Los testimonios recogidos por Noticias Caracol confirman que hubo internos que, aunque se rindieron o estaban heridos, recibieron golpes y malos tratos por parte de la guardia.Un amigo de mi hijo me dijo que estaban en el patio, iban corriendo con ‘Tachuela’, porque así le decían, cuando se mandó las manos al estómago. Él cayó, lo agarró y lo arrastró. Cuando venía uno del Inpec salió corriendo porque de pronto lo herían. Entonces se escondió. Él dijo que vio cuando lo cogió uno del Inpec de los pies y lo arrastró. Le daba golpes y lo metió para unos tales pabellones”, relató Adriana Marcela Ospina, madre de Cirus David Rojas.Rojas murió de 24 años por la hemorragia que le produjo un impacto de bala en el abdomen, a la altura de la pelvis. La necropsia y los videos grabados por los reclusos confirman la versión de su familia. El joven tenía hematomas en la cara y raspaduras en el abdomen, pecho, dorso y pómulos.“A los ocho días de haberlo matado llegó su libertad. Él estaba en condición de imputado, ni siquiera estaba condenado porque no había pruebas”, señaló doña Adriana.Cuando todavía era procurador, Fernando Carrillo abrió investigación disciplinaria en contra del entonces director de la cárcel La Modelo Carlos Augusto Hincapié Franco. Durante los 15 días anteriores al motín, Hincapié envió al menos 20 alertas al Ejército, la Policía y la dirección del Inpec por la inminencia del amotinamiento. No obstante, tan solo horas antes al motín pidió permiso para una revisión odontológica.La investigación del Ministerio Público también se extendió al oficial que asumió las tareas de director en encargo, el mayor Jorge Gama Doza, y contra la comandante de custodia y vigilancia encargada, la teniente Elizabeth Vergara. La Fiscalía también está evaluando la presunta responsabilidad por omisión que se le pueda endilgar a los directivos.El Ministerio Público determinó que en la violenta retoma del control por parte del Inpec, el responsable de la sala de armamento 'Compañía Santander' entregó fusiles sin ningún control al personal de guardia y custodia. La devolución de las armas tampoco quedó registrada en ninguna minuta.“Me parece muy grave. Según la Procuraduría, las autoridades del Inpec no dejaron constancia de las armas que cada uno de los funcionarios que participó en el control del motín utilizó este día, esto es muy grave y hasta difícil de creer. Usualmente en cualquier operación policial, especialmente en un recinto carcelario, se supone que las armas letales están asignadas con nombre y apellido a cada uno de los agentes precisamente para facilitar las investigaciones posteriores, en este caso no habría quedado un registro. En esto hay que ser muy claros, no hay una responsabilidad colectiva respecto de lo que ocurrió. Hay que investigar y determinar con claridad los hechos e identificar a quiénes deben responder por las muertes que se produjeron y las heridas que se produjeron”, señaló Vivanco.El comisionado Ralón indicó, por su parte, que el uso de armas letales está prohibido salvo cuando sea inevitable para proteger la vida de las personas: “Una especie de casi legítima defensa”, precisó.“El Estado tiene que estar en capacidad de mostrar que los agentes intentaron agotar otras vías que no fueran las vías violentas. El equipo no debe ser armas de carácter letal y no deben apuntarse a órganos vitales”, dijo.“Excesos y abusos hubo de todo tipo. En un caso en que hay amotinamiento, una protesta de piedras y palos no puede el Estado responder con armas de fuego de alto impacto. No había razón para asesinar a todas estas personas en la cárcel”, cuestionó Ángel Camilo Buitrago, abogado de víctimas en este caso.El brutal desenlace del motín puso en alerta al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que se pronunció condenando la actuación de las autoridades penitenciarias: “Los pronunciamientos han sido condenando el uso excesivo de la fuerza, condenando la violación de una serie de derechos humanos, condenando los hechos que ocurrieron ahí porque muchos de los principios que estamos hablando se violentaron”, dijo el comisionado Ralón.La Fiscalía tiene cuatro líneas de investigación: por tortura, homicidio, ocultamiento, alteración y destrucción de material probatorio y lesiones a los guardias. Pero hasta ahora estas investigaciones no han arrojado resultados concretos. El Ministerio Público tampoco ha entregado conclusiones para determinar responsables.
Se cumplen trece meses del violento motín que se registró en la cárcel La Modelo, en la noche del 21 de marzo y la madrugada del 22, y que dejó como desenlace 24 muertos.Noticias Caracol conoció imágenes en exclusiva en las que se evidencian excesos, tanto de reclusos como de guardias. Son más de 200 horas de grabaciones.No se pierda el especial La Modelo, los rastros del horror en la emisión central de este domingo 17 de abril por Noticias Caracol.
La cárcel Modelo de Bogotá, uno de los centros carcelarios más importantes de Colombia, se ha visto envuelta en graves hechos por una larga lista de asesinatos y desapariciones.Juan David Laverde, periodista de la unidad investigativa de Noticias caracol nos habla sobre la historia de horror en esta prisión.
Jineth Bedoya, periodista secuestrada y violentada sexualmente por las autodefensas en el 2000, le pidió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, como medida de reparación en su caso, le ordene al Estado colombiano el cierre de la cárcel La Modelo de Bogotá.Noticias Caracol conoció las intimidades del expediente sobre La Modelo y constató que ese centro penitenciario lleva décadas siendo escenario de todos los horrores posibles.Desde asesinatos al por mayor y al detal, torturas execrables, secuestros infames y un largo etcétera de crímenes no resueltos. Una cronología de barbarie.Se inauguró en 1960 con una capacidad para 1.900 internos, pero en octubre de 1967 ya se contabilizaban 4.000 y se registraba la primera balacera al interior del penal; la protagonizaron cinco asaltantes bancarios que lograron fugarse.En diciembre de 1971, otros cuatro ladrones burlaron la guardia. Mientras se multiplicaba el crimen y los incidentes trascendían a las noticias, en mayo de 1976 los habitantes de Puente Aranda pidieron por primera vez cerrar la cárcel.En septiembre de 1979 se dinamitó uno de los muros del penal y 10 reclusos escaparon. En diciembre de ese mismo año, tres internos fueron incinerados con gasolina.En marzo de 1986, con la complicidad de una docena de guardianes y tras pagar una fortuna, el narcotraficante hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros se fugó y, cinco años más tarde, en abril de 1991, hizo lo propio el sicario de sicarios del Cartel de Medellín Dandenis Muñoz Mosquera, alias ‘la Quica’, quien salió por la puerta principal del establecimiento.Entre motines y extorsiones, la década de los 90 fue la más salvaje: en abril de 1997, se registraron cuatro muertos en enfrentamientos con la guardia. Al año siguiente, en mayo de 1998, 20 miembros de las autodefensas huyeron tras construir un túnel y en diciembre de 1999 ocurrió la primera masacre: 11 personas perdieron la vida tras los combates entre guerrilleros y paramilitares.En abril de 2000 tuvo lugar la segunda masacre y con los mismos protagonistas: esta vez fueron 26 las víctimas mortales.Al mes siguiente, en mayo de 2000, mientras se disponía a hacer un reportaje sobre lo que ocurría allí, la periodista Jineth Bedoya fue secuestrada y abusada por miembros de las autodefensas y, un año después, en julio de 2001, las autoridades tuvieron que reportar la tercera masacre al interior del penal: 10 muertos en total.El telón de muerte y oprobio en La Modelo no se cerró jamás y así lo constata un expediente de la justicia en poder de este noticiero en el que todavía se investigan 157 homicidios, así como tres desapariciones ocurridas entre 1999 y 2003.David Martínez, exasesor del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y quien conoció de primera mano la barbarie de esa época, coincide en que la cárcel debería clausurarse. Hay demasiados crímenes insepultos, dice.“Que se hiciera la demolición de la cárcel y se miraran las posibles fosas comunes que habría en el fondo de la cárcel, eso es lo que habría que entrar a mirar, eso debe estar lleno de muertos”, sostiene.Martínez se refiere a los tiempos más atroces que protagonizaron como caciques de la cárcel Ángel Gaitán Mahecha y Miguel Arroyave, capos de capos del paramilitarismo, con línea directa con Carlos Castaño Gil en el Nudo de Paramillo.La Modelo entonces parecía todo menos un centro de reclusión era más bien un cuartel general alterno de las autodefensas en pleno corazón de Bogotá. El crimen de Jaime Garzón es una prueba más de ello.“En agosto de 1999, unos días antes de su asesinato, Jaime Garzón fue a la cárcel a entrevistarse con Ángel Custodio Gaitán Mahecha y tratar de frenar la orden de asesinarlo. Se dirigió a la cárcel y desde allí pudieron entablar comunicación a través de un teléfono satelital con Carlos Castaño, entonces máximo comandante de las Autodefensas. En esa cárcel los grupos paramilitares tenían pleno dominio, podían seguir su red criminal y contacto con el exterior”, afirma Santiago Escobar, abogado de la familia Garzón.A pesar de su charla con Castaño, el plan criminal para asesinar a Jaime Garzón estaba en marcha y en la madrugada del 13 de agosto de 1999, cuando se dirigía a Radionet, fue asesinado a mansalva por dos sicarios de la banda La Terraza al servicio de alias ‘Don Berna’.Aunque los casos de Garzón y Bedoya son quizá los más conocidos, sobre esa vorágine de crímenes ocurridos en La Modelo hay decenas de testimonios de exparamilitares que aparecen consignados en el expediente: extorsiones, secuestros, descuartizamientos, sangre... todo tenía un precio allí y todo era así de crudo:"La Modelo en esa época era el negocio más lucrativo que había, se recogían más finanzas dentro del establecimiento que en un frente pequeño. En el frente Pivijay, en Magdalena, al comando de ‘Jorge 40’, le llevábamos mensual $40 millones y La Modelo botaba 60 (millones) semanal. Estoy hablando del 99. Una vez Carlos Castaño tuvo conocimiento de la cantidad de dinero que se recaudaba ordenó que los honorarios de los abogados (de los paramilitares) salieran de esas finanzas", contó Luis Alberto Medina Salazar en una declaración del 30 de enero de 2017.A finales de los años 90, los muertos seguían contándose: además de las tres masacres, que cobraron la vida de 47 personas, se perpetraron 110 homicidios selectivos entre 1999 y 2003. El Inpec apenas oficiaba como una celaduría de conjunto cerrado."Había caspetes, asadero de pollos, almacén de ropa, almacén de electrodomésticos, prenderías. En el año 2000 había una discoteca mucho mejor que las de la calle, había gimnasio grande para 20 o 30 personas, sauna, restaurante de comida italiana, panadería, ferretería. Vendían desde un martillo hasta una puntilla, vendían taladros. Eso era una ciudad pequeña”, reveló Mario Jaimes Mejía, alias ‘el Panadero’, en una versión del 16 de marzo de 2015.También se conoció que construyeron socavones para torturar a quienes se rehusaban a pagarles a las AUC.“Entrando al patio 4 realizaban las torturas: tanque, corriente, tabla. Esas torturas eran públicas. En el patio 5 (había) un túnel con doble pared para esconder gente secuestrada por no pagar la extorsión. El que no pagaba lo metían entre un tanque con agua y le ponían los cables de electricidad", dijo Ariel Ramiro Garzón Franco en una versión del 8 de noviembre de 2016.Son relatos de terror que mencionan descuartizamientos y cianuro por montones. También se habla de muchas desapariciones.“Lo que se escuchaba decir es que habían sido muchos (los cadáveres) y que unos los había sacado el Inpec en una volqueta fuera del establecimiento carcelario. Supuestamente, digo yo, para no escandalizar mucho por la cantidad de muertos”, declaró Álvaro Escorcia Ariza en una versión del 29 de marzo de 2017.El expediente dice que eran frecuentes las misteriosas desapariciones en los conteos de los internos. El 19 de agosto de 1999 se registró un faltante de 21 internos, el 8 de diciembre de ese año, de 50, el 8 de junio del 2000, de 48 internos más, y dos días después, ya eran 68 los internos que no aparecían.Decenas de testimonios, cada uno más salvaje que el siguiente. Sin embargo, todavía hay demasiados muertos, torturados y desaparecidos de los que poco o nada se sabe, más allá de sus nombres o de cuadros estadísticos. Con semejantes antecedentes de horror y crimen, el exfiscal Alfonso Gómez Méndez le pide a la JEP lo siguiente: "Tenemos una oportunidad de que se les permita a los jefes paramilitares que hablen, que hablen y que digan todo, que el país conozca su verdad para que no siga siendo un país de mentiras". El último episodio de violencia en La Modelo ocurrió en marzo de 2020 cuando 24 internos fallecieron tras un motín. Actualmente se indaga si la guardia ejecutó a muchos de ellos en estado de indefensión.Más allá de si debe o no cerrarse La Modelo, este recuento de terror y muerte, desde los primeros reclusos incinerados con gasolina en 1979 hasta los 24 que murieron el año pasado, constituye un capítulo vergonzoso para cualquier estado democrático.
Un delincuente, junto con otros 10 reclusos, hacía parte de una banda de extorsionistas que, según el Gaula de la Policía, tenía una central de comunicaciones en los patios y en las celdas de los centros carcelarios colombianos, particularmente en la cárcel Modelo de Bogotá.Pero un agente infiltrado en ese penal descubrió todo lo que ocurría en el interior del patio.Grabó los libretos pegados en los techos de los pasillos que servían a los delincuentes para ordenar secuestros, crímenes y extorsiones.Los papeles contenían los datos de la empresa, a dónde debían las víctimas realizar los giros y de las personas que debían reclamar ese dinero.Aunque el agente encubierto descubrió algo más: desde la Modelo, uno de los caciques o jefes de patio contrató un sicario en Medellín para que llegara a un barrio del sur de Bogotá y asesinara a un comerciante que se negó a pagar una extorsión.El agente infiltrado, desde la cárcel, alertó a sus compañeros del grupo élite del Gaula, que capturó al sicario, un adolescente de 16 años, justo cuando recibía el dinero del comerciante que iba a matar.“Cuando el menor fue aprendido, según lo que nos dijo, estaba recibiendo instrucciones de una persona que se encontraba en un patio en un centro de reclusión de la capital del país, la orden que le había dado era que si no era reclamado el dinero, debía asesinar a la persona que tenía que entregárselo”, dijo el mayor Adrián Ramos, comandante del Gaula de la Policía en Bogotá.El señalado sicario además reveló que alias ‘el Gordo’, cacique de un patio de la cárcel Modelo de Bogotá, era quien lo había contratado para ejecutar esos crímenes.Durante el allanamiento a las celdas de ese patio encontraron los teléfonos celulares que utilizaban los delincuentes, ocultos entre biblias, en los pisos de las celdas. También encontraron cerca de 300 Sim Card, incluso escondidas entre desodorantes.“Estos delincuentes a pesar de que están en centros carcelarios intimidaban y exigían dineros a las personas. Normalmente recibimos a la semana alrededor de unas 20, 30 o 40 denuncias sobre estas modalidades y lamentablemente hay muchas personas que toman la decisión de consignar, de pagar”, aceptó el general Óscar Gómez, comandante de la Policía de Bogotá.Además, para ser más creíble el engaño, desde la central telefónica de la cárcel, los delincuentes utilizan grabaciones especiales.En este operativo de la Policía y el Inpec, en un solo patio de la cárcel Modelo, incautaron cerca de 200 teléfonos celulares, cerca de 500 Sim Card, 60 cargadores y al menos 30 agendas en las que aparecían los nombres cédulas y teléfonos celulares de las víctimas.El dueño de esa central telefónica y cacique del patio de la cárcel Modelo fue traslado de centro penitenciario.
La pandemia en las cárceles tuvo un comienzo cargado de violencia y muerte, el epicentro, la cárcel Modelo de Bogotá.El 21 de marzo del 2020, lo que comenzó como una protesta exigiendo medidas de bioseguridad, para no caer presos del COVID-19, terminó en un sangriento amotinamiento que dejó 23 muertos.Luego, el 10 de abril, se conoció el primer caso de coronavirus en una cárcel colombiana. Fue en Villavicencio, donde un hombre de 63 años murió a causa del virus; cuando apenas empezaba la pandemia y los centros penitenciarios rondaban el 52% de hacinamiento. Precisamente esa fue la condición propicia para que el COVID se propagara más rápidamente, era cuestión de días para que las cárceles se convirtieran en focos del virus.Cuando se declaró la emergencia carcelaria, el 14 de abril del 2020, el Gobierno expidió el decreto 546 para deshacinar las cárceles, lo que según el Inpec, logró una reducción del 20,1% de sobrepoblación carcelaria, lo que permitió adelantar estrategias al interior de los penales para contener el contagio.“Nos ha permitido trabajar al interior de los penales en zonas de cuarentena y zonas de aislamiento, eso ha permitido que las personas que estén contagiadas sean debidamente aisladas y evitemos el contagio masivo”, explicó el general Mariano Botero Coy, director del Inpec.Sin embargo, a pesar de las medidas adoptadas y los protocolos, el contagio masivo llegó en junio a más de 1.600 personas privadas de la libertad en el país. A la fecha van más de 15 mil afectados por COVID-19.La pandemia puso en evidencia las fallas del obsoleto sistema penitenciario y carcelario de los 132 centros de reclusión que hay en Colombia.Desde marzo del año pasado, dentro de la estrategia de aislamiento carcelario, quedaron prohibidas las visitas; así que sumado a tener que vivir la pandemia tras las rejas, los internos no pudieron volver a ver a sus seres queridos.Pero la crisis de las cárceles en pandemia se deriva también a las estaciones de Policía y a las URI, que no están en condiciones de albergar personas privadas de la libertad por más de 36 horas.En Colombia, de las 96 mil personas privadas de la libertad, hasta el momento solo 140 han sido vacunadas.“Hoy estamos ad portas de iniciar la segunda línea de atención y es sobre personas privadas de la libertad que van desde los 75 hasta los 82 años, esperamos que en abril podamos generar la tercera línea”, aseguró Botero.Aunque actualmente hay 23 casos activos de COVID al interior de las cárceles en Colombia, la constate problemática de salubridad, la carencia crónica de provisión de bienes y servicios esenciales dentro de un sistema penitenciario y carcelario vetusto, agudizan la pesadilla de vivir la pandemia tras las rejas.
La Procuraduría delegada para los derechos humanos abrió investigación disciplinaria por el motín ocurrido el 22 de marzo pasado en la cárcel La Modelo de Bogotá, donde 24 reclusos perdieron la vida.El proceso se adelantará contra el entonces director de la penitenciaría, Carlos Arturo Hincapié; el subdirector encargado, Carlos Gama Ossa, y la teniente Elizabeth Vergara, comandante del cuerpo de custodia y vigilancia.La Procuraduría estudia el dictamen de Medicina Legal que señala que los internos murieron por impactos de bala.En un informe revelado por la HRW, su director José Miguel Vivanco sostuvo que “la trayectoria de los disparos demuestra que aquellos que mataron a los 24 reclusos lo hicieron disparando a matar, con la intención de matar, no con la intención de herir, porque no se encontraron, por ejemplo, heridas en otras partes del cuerpo, en las piernas, por ejemplo, y los tiros fueron dirigidos directamente a órganos vitales”.La Ministerio Público busca establecer cuál fue la actuación del cuerpo de custodia y vigilancia y cuáles las órdenes que se dieron para que se hubiera dado el trágico desenlace.
Un informe de Human Rights Watch (HRW) alertó que las 24 muertes ocurridas durante el intento de fuga en la cárcel La Modelo de Bogotá a inicios de 2020 habrían sido intencionales.La organización, además, dijo que había irregularidades en los informes entregados por Medicina Legal sobre las horas de terror vividas la noche del 21 de marzo al interior del penal, donde 83 personas más resultaron heridas, entre ellas funcionarios del Inpec.“La trayectoria de los disparos demuestra que aquellos que mataron a los 24 reclusos lo hicieron disparando a matar, con la intención de matar, no con la intención de herir, porque no se encontraron, por ejemplo, heridas en otras partes del cuerpo, en las piernas, por ejemplo, y los tiros fueron dirigidos directamente a órganos vitales”, dijo José Miguel Vivanco, director de la onegé.HRW también alertó sobre una serie de irregularidades en los informes de Medicina Legal, ya que al parecer muchos de los suministrados a los investigadores serían borradores y no anexaban fotografías ni análisis de balística.“Las necropsias que nosotros obtuvimos, algunas estaban completas, otras muy incompletas y muy irregulares. Incluso no parecían contar con las firmas y con los procedimientos habituales. Es posible que estos procedimientos se hayan corregido con el paso del tiempo, pero no da la impresión de que las autoridades de Medicina Legal hayan hecho un trabajo profesional y serio”, afirmó Vivanco.Asimismo, expresó su preocupación por el futuro de la investigación disciplinaria, teniendo en cuenta que Margarita Cabello, ministra de Justicia para el momento de los hechos, fue nombrada como procuradora general de la Nación.
De lo ocurrido en la Cárcel La Modelo de Bogotá se conocieron videos, declaraciones, fotografías y otras pruebas que demostrarían excesos en el uso de la fuerza por parte de los guardias contra los internos, quienes al parecer habrían sufrido todo tipo de vejámenes.“10 horas de terror” fue el título de la revista en el artículo sobre el hecho que calificó como una “masacre”. La investigación entrega detalles del amotinamiento del pasado 21 de marzo.Esa noche de sábado, centenares de internos del patio 4 y 5 iniciaron una revuelta que quedó registrada en las cámaras de seguridad del centro penitenciario.“Los del patio cuatro, casi 1.000 internos estaban fuera de sus celdas armados con cuchillos y punzones. Pusieron colchones en las rejas y los encendieron para impedir que nos acercáramos. Otro grupo fue hasta una de las garitas donde había un muchacho prestando guardia y lo iban a quemar vivo”, narró uno de los guardianes a Semana.“Nos estaban disparando y prácticamente todos tenían machetes, cuchillos, chuzos y de todo. Nos iban a matar. No estamos hablando que son precisamente hermanitas de la caridad. Allá están los presos más peligrosos del país y entre ellos mismos hubo algunos que aprovecharon el desorden para matarse y cobrar venganzas”, añadió.Noticias Caracol registró cómo, al exterior del penal, familiares de los reclusos exigían respuestas.“Yo solo quiero saber cómo está Dios mío y que no les disparen más”, dijo la madre de uno de los reclusos ese día. De ahí en adelante inició una balacera que duro cerca de 40 minutos.Sin embargo, algunos reclusos le aseguraron a Semana que fueron atacados en estado de indefensión.“Nos comenzaron a disparar como si estuvieran cazando patos. Nosotros íbamos corriendo, tratando de llegar por los lados del rancho para escapar de los gases porque no podíamos respirar. Yo iba con Juaco (Joaquín Mejía) y, de un momento a otro, él cayó boca abajo como un costal de papas, le dieron por la espalda”, contó uno de ellos.Según explica Semana, las necropsias de los internos que perdieron la vida esa noche y los relatos de los investigadores darían cuenta de un exceso de fuerza.“Daniel Carabaño, de 30 años, recibió dos impactos de fusil en la cara. A Jesús Gómez, de 38 años, le dispararon en la boca. Cristian González, de 21 años, recibió un tiro en la frente. Diego Rodríguez, de 25 años, cinco disparos en el pecho. Joaquín Mejía, de 28 años, dos tiros por la espalda. Pedro Arévalo, de 29 años, sufrió un disparo en la parte de atrás del cuello”, se lee en el artículo '10 horas de terror'.Uno de los investigadores que estuvo en el centro penitenciario horas después de los hechos aseguró a la revista: “Es evidente que en muchos de los casos los disparos se hicieron con la firme intención de matar y no como una medida disuasiva. Por ejemplo, disparar al aire, las piernas o partes no vitales del cuerpo”.Semana asegura que las imágenes en su poder desatarán un escándalo, pues “los videos, las fotos y los informes forenses muestran que los asesinaron en estado de indefensión. No menos grave es lo que ocurrió con decenas de detenidos, que tras rendirse sufrieron torturas y golpizas”.Aunque el Ministerio de Justicia, en su momento, explicó que se trató de un plan orquestado por el ELN, que pretendía realizar fugas masivas en diferentes cárceles de Colombia, aún las autoridades tienen una deuda con el país para determinar lo sucedido la noche del 21 de marzo.Ante estas revelaciones, el director del Inpec, general Norberto Mujica, aseguró que una vez se presentaron los hechos hizo presencia de manera inmediata en la Cárcel la Modelo el cuerpo técnico de la Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo, quienes están a cargo de las investigaciones penales y disciplinarias a las que haya lugar.Uno de los familiares de las personas detenidas pide que se esclarezca lo sucedido. “Esos chicos salieron corriendo y precisamente pasó lo que pasó, no estaban pretendiendo hacer una cosa de esas, no tenían armas, allá no hay armas. Ellos no estaban armados. No fueron ochenta y tantos heridos, fueron muchos muertos y los pocos heridos que hubo ya regresaron a la cárcel”, dijo.Según el general Norberto Mujica Jaime, esa noche se controló el intento de una fuga masiva.“El Inpec lamenta la muerte de los privados de la libertad en estos hechos, pero reitera su compromiso con el cumplimiento de la misión encomendada por la ley, así como el respeto y protección de los derechos humanos de nuestra población penitenciaria”, afirmó MujicaTras los disturbios, el gobierno declaró la emergencia carcelaria en el país y se expidió un decreto con medidas para enviar a casa por cárcel a al menos 4.000 detenidos para mitigar el hacinamiento y prevenir contagios por COVID-19 en los centros carcelarios.
Un estadounidense alertó a la Policía sobre el robo en Bogotá del que acababa de ser víctima. El ataque ocurrió en la calle 116 con carrera 17, en la localidad de Usaquén, norte de Bogotá.>>> Le recomendamos leer: Capturan a ladrones que se hacían pasar por funcionarios de Minsalud para robar en BogotáSegún conoció Blu Radio, la víctima resultó herida en medio de un atraco. Tres delincuentes lo amenazaron, le quitaron el celular y luego procedieron a ocasionarle heridas en el hombro y el estómago, esto con un arma cortopunzante.Cuando el ciudadano extranjero acudió a las autoridades, estas empezaron un operativo para dar con los delincuentes que lo habían atacado.La Policía dio con los señalados ladronesGracias a la alerta del ciudadano extranjero, las autoridades de Usaquén encontraron a tres sospechosos sobre la vía pública de la localidad, al realizarles el debido registro, les encontraron un arma de fuego, un arma cortopunzante y un celular iPhone 11, dispositivo que pertenecería al estadounidense víctima de robo en Bogotá.El subcomandante de la estación de Policía de Usaquén, el mayor Víctor Alfonso Martínez Portilla, dijo al medio citado anteriormente que “tres hombres fueron capturados por hurtos y lesiones personales y fueron dejados a disposición de la Fiscalía General de la Nación”.Se desconoce cuál es el estado de salud del estadounidense víctima de robo en Bogotá.>>> Le puede interesar: Pareja fue víctima de fleteo en Bogotá: acababa de retirar más de $25 millones
Un impresionante video que ha sido reproducido cerca de 40 mil veces en redes sociales muestra el momento exacto en que un rayo impactó en el cráter en erupción del Volcán del Fuego, en Guatemala, uno de los más activos del mundo.>>> José Raúl Mulino es elegido nuevo presidente de Panamá: “No soy títere de nadie”“La furia de la madre naturaleza y la imponencia de la creación de papá Dios”, “Es terriblemente bello, la naturaleza puede mostrar bellos colores, belleza casi incluso en el caos”, comentaron algunos de los que vieron las imágenes.De acuerdo con información entregada por el Sistema de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), este fin de semana el Volcán del Fuego tuvo “explosiones débiles, moderadas, con columnas de ceniza a 4.500 a 4.800 msnm (14,763 – 15,748 pies) desplazándose al oeste, suroeste, aproximadamente a 30 km”.Agregó que “es peligroso ascender y/o permanecer en este lugar. Tomar en cuenta que se están generando lluvias moderadas en el área volcánica, por lo que se deben tomar las precauciones al paso de vehículos en ríos y barrancas alrededor del volcán”.>>> Futbolista de origen colombiano habría participado en abuso de una joven en Chile
La tercera jornada del Giro de Italia 2024 tendrá un recorrido de 167 kilómetros, con subidas y bajadas cortas, pero una llegada en lo llano, propicia para velocistas.
La Policía de Pasto informó sobre el feminicidio de una joven de 23 años y su hija de 8 a manos de la expareja de la madre, en hechos ocurridos el sábado 4 de mayo en zona rural de la vereda Castillo Loma del corregimiento de Genoy.>>> Katherin Sánchez, víctima de feminicidio en Bogotá, luchó durante 2 semanas por su vidaDe acuerdo con Mauricio Rosero Insuasty, secretario de Gobierno de Pasto, le contó a Blu Radio que el homicida tenía 27 años y hacía un mes se había separado de la joven.“Esta persona la hiere con algún objeto contundente y ella pierde la vida de manera casi instantánea y luego asesina a su hija de 8 años, y posteriormente, el señor se cuelga en unas sogas en unos palos que soportan el techo”, quitándose la vida, explicó.El funcionario narró que fue la madre y abuela de las víctimas quien descubrió la aterradora escena, en horas de la noche, y dio aviso a las autoridades.“Por parte de la Seccional de Investigación Criminal e Inteligencia Policial, se adelantan labores que permitan establecer las causas en las cuales posiblemente sucedió esta lamentable situación”, indicó la Policía de Pasto en un comunicado.Así mismo, “lamenta profundamente este hecho que enluta a la comunidad nariñense y se encuentra disponible para recibir cualquier tipo de denuncia y a la línea de emergencia 123”.Se desconoce si la madre asesinada junto a su hija había interpuesto una denuncia por violencia intrafamiliar contra su feminicida.>>> Video fue clave para dar con presunto asesino de niña de 8 años en Girón, Santander
El abogado derechista José Raúl Mulino, quien ganó las elecciones presidenciales del domingo en Panamá, prometió tomar "sin temor" medidas para recuperar la economía y acabar con la "persecución política", de la que dice ser víctima su mentor, el exmandatario Ricardo Martinelli.>>> Futbolista de origen colombiano habría participado en abuso de una joven en ChileMulino, de 64 años, se alzó con la victoria con un 34% de votos frente a 25% del centroderechista Ricardo Lombana, impulsado por la popularidad de Martinelli, a quien sustituyó tras ser inhabilitado como candidato luego de confirmarse una condena en su contra por lavado de dinero."Se acabó la persecución política. Se acabó la manipulación del Ministerio Público. Se acabó la manipulación de jueces y magistrados. Se acabó esa vaina ¡carajo! Óiganlo bien", dijo Mulino ante sus seguidores, en su discurso de la victoria.Desde su asilo en la embajada de Nicaragua, donde está desde febrero para evitar ir a prisión, Martinelli fue el protagonista de las elecciones y desde su refugio hizo campaña por su delfín. "Misión cumplida", le dijo Mulino tras ganar.Una mayoría de panameños, según una encuesta reciente, considera que el exmandatario de 74 años gobernará tras bastidores a partir del 1 julio, pero Mulino dijo en su discurso no ser "títere de nadie".Analistas ven posible que, no obstante, le otorgue a Martinelli, sancionado por Washington por corrupción "a gran escala", imputado por espionaje telefónico y sobornos, un indulto o al menos un salvoconducto para que viaje a Nicaragua.Lo que haga con él "tendrá implicaciones internacionales, en particular con Estados Unidos", dijo a la AFP Francisco Rojas, rector de la Universidad para la Paz de la ONU, con sede en Costa Rica."Sin asomo de temor"Mulino recibirá del presidente Laurentino Cortizo, del mayoritario Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata), un país con un déficit fiscal de 7,4%, una deuda pública de 50.000 millones y un sistema de seguridad social colapsado."A nuestros acreedores internacionales les mando un mensaje: este país honrará su deuda", aseveró el gobernante electo, del partido Realizando Metas (RM), fundado por Martinelli.Aunque la economía creció 7,3% en 2023, este año se desacelerará hasta los 2,5% según el FMI, golpeada por la sequía que afecta al canal de Panamá y el cierre de una mina de cobre tras masivas protestas en defensa del ambiente."Hay que hacerles frente a los problemas nacionales sin el menor asomo de temor", manifestó, al augurar medidas para recuperar la época de bonanza económica que añoran los seguidores de Martinelli.Amenazando su competitividad, el canal redujo el tráfico de buques por los bajos niveles de agua; mientras que la minera canadiense, que generaba 40.000 empleos, empezó un litigio para reclamar 20.000 millones de dólares en compensación."Los problemas son enormes", reconoció el presidente electo.>>> Impactantes imágenes de inundaciones que han causado decenas de muertos en BrasilEstabilidad política en dudaEl triunfo de Mulino fue favorecido por la división de los antiMartinelli, cuyo voto se repartió entre Lombana, el expresidente socialdemócrata Martín Torrijos (2004-2009), que obtuvo 16% de votos, y el excanciller Rómulo Roux (12%).En estos comicios, los panameños también eligieron 71 diputados y los gobiernos locales. Analistas prevén un Congreso fragmentado."El principal desafío será pasar de la polarización y crispación política a la reconciliación nacional. El sistema político está altamente fragmentado y polarizado", aseguró Rojas.Para el sociólogo Danilo Toro "la estabilidad queda en entredicho". "Se ha preocupado por transmitir que no es una persona relajada", dijo, al comentar que Mulino fue en su discurso confrontativo con la prensa y los operadores de justicia."Respeto la autonomía de cada órgano del Estado, pero le toca al Ejecutivo, y así será, conducir los destinos de la nación panameña", sentenció Mulino.Ni gerente de circo ni bailador de TikTokMinistro de Seguridad del gobierno de Martinelli (2009-2014), el futuro presidente panameño tiene fama de autoritario y la prensa le recuerda la represión de protestas en esa época.Ahora, deberá también encarar la crisis migratoria en la peligrosa selva del Darién, que, a rajatabla, prometió "cerrar" para evitar que los migrantes, en su mayoría venezolanos, pasen por ahí rumbo a Estados Unidos.>>> Más de 100.000 migrantes han cruzado este año el Darién, de Colombia a PanamáMulino reconoce tener un carácter fuerte y que no despierta simpatías. "No me río mucho, pero sé hacer las vainas como tienen que hacerse", dijo a sus simpatizantes el domingo por la noche."Ustedes no están contratando al gerente de un circo, me escogieron a mí porque voy a ser un presidente de trabajo y de verdad, no un animador de shows ni bailador de TikTok", agregó.