La Policía Metropolitana de Bogotá reveló el modus operandi de un criminal que era conocido en el bajo mundo de la delincuencia como ‘El monstruo del crimen’ o alias ‘John’, uno de los hampones más sanguinarios de la capital del país. Desde la cárcel La Picota, dirigía redes de microtráfico y homicidios selectivos.Los uniformados lograron la captura de 22 de los delincuentes que seguían las órdenes de alias ‘John’ y pertenecían a la banda denominada como Línea Amarilla.Su sevicia era tal que exigía a sus sicarios que grabaran los asesinatos para, posteriormente, intimidar a más personas con esas imágenes.Los uniformados lideraron una investigación que duró 8 meses, tiempo suficiente para identificar y cortar los tentáculos de la organización criminal.“Alias John lleva 8 años al interior de La Picota y a pesar de estar pagando ahí una pena por homicidio, seguía delinquiendo”, afirmó el general Óscar Gómez, comandante de la Policía de Bogotá.Venta de drogaLos uniformados revelaron que su enlace fuera de la cárcel era alias ‘Elin’, su compañera sentimental y quien recaudaba el dinero producto de la venta de drogas en las localidades de Kennedy, Bosa y varios municipios de Cundinamarca.Acompañada de sus hijos, llevaba la droga a domicilio a los adictos de confianza. Los menores eran encargados de recibir el dinero producto de la venta de los narcóticos y hasta de trasladar las dosis.“Infortunadamente se evidenció que, antes de la pandemia, utilizaba los menores para distribuir la droga en los colegios, ellos también eran usados para domicilios. Son niños entre 7 y 8 años”, indicó el general Carlos Rodríguez, director de Seguridad Ciudadana de la Policía.Homicidios selectivosAlias ‘John’ defendía a sangre y fuego sus líneas de microtráfico. Gracias a una interceptación telefónica, se conoció la manera en la que dirigía a sus sicarios.“Se va a ganar un billete bacano. Le van a dar taxi, moto y cicla. En el momento que vaya en la cicla lo recoge un taxi y lo saca una moto. Si va con el muchacho que puede grabar, envía el video, ¿oyó?, hágamelo para mí”, dijo alias ‘John’ a alias ‘Carapacho’, criminal que siguió al pie de la letra sus instrucciones y grabó el homicidio que cometió en el sector de María Paz, localidad de Kennedy.Los videos eran usados para causar temor y pánico entre los demás expendedores de droga del sur de la capital del país.Tras los ocho meses de investigación, 600 hombres de la Policía Metropolitana de Bogotá lograron la captura de 22 criminales que estaban bajo las órdenes de alias ‘John’, que sigue en La Picota pagando una pena de 25 años por el delito de homicidio. En ese penal organizaba multitudinarias fiestas con trago y dosis de droga.
El vigilante William Pérez López fue asesinado vilmente cuando salía de su casa en el barrio Madelena, en la localidad de Ciudad Bolívar, porque no se dejó robar su morral. “Él va hacia la avenida Villavicencio, pero lo interceptan dos motos, lo golpean, lo apuñalan”, cuenta entre lágrimas su esposa, Carol Díaz.En medio del forcejeo uno de los criminales sacó un arma blanca y agredió al hombre de 43 años, que no se dejó quitar la maleta donde llevaba su gran riqueza: un uniforme de vigilante y la coca del almuerzo.“Él quedó ahí, lo único que dio fue mi número de teléfono y un vecino me llamó; yo llegué enseguida. Eso fue en segundos, él sale de la casa y luego me llaman”, relata Carol.Los ‘motoasesinos’ huyeron hacia dos puntos diferentes, mientras William era atendido por sus vecinos. Minutos después fue trasladado al hospital de Kennedy, donde falleció.“La Policía llegó rápido, lo llevamos en la patrulla hacia el hospital Kennedy, pero lamentablemente la atención fue de lo peor, nefasta, negligentes; nunca hubo una camilla para él, nos tocó entrarlo alzado. Cuando llegamos al sitio donde debían atenderlo lo dejamos en el piso y lo único que hicieron fue ponerle los dedos en el cuello y dijeron: ‘viene sin signos vitales’, no más”, denuncia la viuda.La Policía del sur de Bogotá dispuso de un grupo de agentes para que busquen a los asesinos.William quien era el jefe del hogar, deja tres hijos y una esposa. Sus seres queridos y los vecinos del sector piden justicia y que se capture a los asesinos.
Hinchas del América y Millonarios se tranzaron en una pelea fatal en el barrio Abraham Lincoln, en Bogotá.La riña empezó en la avenida Caracas con calle 51 sur, donde los jóvenes se insultaron y se agredieron con piedras y armas blancas.Alcanzaron a recorrer dos calles durante la pelea y allí uno de los barristas murió y quedó tendido en la calle. Otro joven resultó gravemente herido.Los hombres de la unidad de criminalística de la Sijín asumieron el caso, y dos personas ya fueron retenidas.A través de un rastreo de cámaras de seguridad, las autoridades buscan a los involucrados en la pelea y el homicidio, que al parecer viven en el mismo sector.
Ana María Castro murió en extrañas circunstancias el 4 de marzo de 2020 en Bogotá. Ese día se encontró con Mateo Reyes, quien la había invitado por WhatsApp a tomarse unas cervezas.Noticias Caracol conoció que este joven de 24 años abandonó el país el 8 de febrero con destino a Miami, Estados Unidos, y que, a la fecha, no hay registro de que hubiera regresado.Mateo Reyes es uno de los mencionados en el caso de la muerte de Ana María Castro, junto a Paul Naranjo y Julián Ortegón, con quienes se reunieron ese 4 de marzo en un bar conocido como El Chupe y que están privados de la libertad tras ser judicializados por el delito de feminicidio.Hasta el momento no hay requerimiento judicial en contra de Mateo Reyes, pero se cuestiona su salida en medio de la investigación por el fallecimiento de Ana María, quien habría sido lanzada de un carro en la calle 80.Lo que dijo Mateo Reyes a la FiscalíaLa Fiscalía General de la Nación escuchó la versión de Mateo Reyes sobre la muerte de Ana María Castro. El joven aseguró que la víctima se bajó detrás de la camioneta, estaba discutiendo con algunas personas, el vehículo arrancó y ella quedó enganchada.“Como arrancó tan rápido, Ana se cae al piso y se golpeó la cabeza", manifestó.(En contexto: Aparece testimonio clave de joven que estaba con Ana María Castro en el momento de su muerte)También afirmó que conocía a Ana María hacía menos de un año por un amigo en común y que únicamente se encontraban en fiestas.Sobre la noche del 4 de marzo, aseveró que no recordaba muy bien lo que había sucedido porque había ingerido mucho licor.
César Restrepo, director de seguridad de Probogotá, habló del descenso de los índices de criminalidad en el 2020, esto debido a que la gente no estuvo en las calles, especialmente entre abril y julio.Sobre la reducción de homicidios en Bogotá, señaló que “esa disminución no representa un número significativo a la luz del contexto que vivimos en la ciudad”.También se refirió a los hurtos, que en 2019 fueron 127.828 y para 2020 bajaron a 82.567, es decir que hubo un descenso del 35,4%.Es por eso que frente a la reducción de la criminalidad “la Secretaría de Seguridad está diciendo la verdad”, precisó Restrepo.Sin embargo, consideró que, aunque las denuncias de delitos y de los que se tuvieron conocimiento disminuyeron, eso solo muestra “una parte de la foto, la otra foto es lo que pasa realmente en la calle y que no capturan los registros y los sentimientos de los ciudadanos en la experiencia diaria en la ciudad. Los resultados no son tan buenos”.Y es que la encuesta de percepción de victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá señaló que el año pasado la percepción de inseguridad para los ciudadanos aumentó un 17%.“Los ciudadanos no están sintiendo un entorno positivo” y eso “no es un invento, es una observación”, explicó el director de seguridad de Probogotá.Restrepo también manifestó sobre los índices de criminalidad que el hurto a comercios bajó en un 38,5%, así como el de motorizados, pero “en los vehículos aumentó de manera considerable en los últimos meses del año”.La extorsión, agregó, subió en el último tramo del año bajo la modalidad de llamada telefónica.
Un asesinato a bala ocurrió en el barrio Bravo Paéz de la localidad Rafael Uribe Uribe. La víctima, un hombre que llegaba en su vehículo a un bloque de apartamentos.El señor se disponía a ingresar el carro en reversa cuando aparecieron dos sujetos en moto que, sin mediar palabra, le dispararon.Primeras hipótesis indican que el conductor estaba siendo perseguido y los pistoleros esperaron el momento oportuno para asesinarlo y escapar.El equipo de criminalística recoge pruebas de cámaras de seguridad para analizar si así ocurrieron los hechos o si, por el contrario, se trató de un intento de robo.
Hay conmoción entre los habitantes del barrio Marsella por el asesinato de don Samuel, el propietario de la reconocida panadería Sammy, localizada en la localidad de Kennedy“Aproximadamente a las 20:45, en una situación donde ingresa un sujeto con un arma de fuego y sin mediar palabra impacta sobre la humanidad del propietario”, explicó el mayor Óscar Alberto Rojas, comandante de la Policía de Kennedy.Varios vecinos que estaban comprando lo del desayuno fueron testigos de cómo el sujeto acabó con la vida del querido panadero.Tras dispararle, el sujeto armado salió hasta la esquina de la calle séptima y se subió en la moto del delincuente que lo esperaba.Aunque testigos aseguran que todo ocurrió en medio de un atraco, las autoridades no descartan que don Samuel hubiera sido víctima de una extorsión a la cual no accedió.
En el barrio Santa Cecilia, occidente de Bogotá, se registró un caso de intolerancia en el que fue asesinado un hombre identificado como Norman Andrade. Los hechos quedaron registrados en cámaras de seguridad.La víctima departía con un amigo en un establecimiento comercial cuando fue increpada por un sujeto que, tras insultarlo, le disparó en cinco oportunidades. Las tres balas que lograron impactar el cuerpo de Norman fueron suficientes para matarlo.(Puede ver: Ladrón fue sometido a ‘paloterapia’ y arrojado a un río en Bogotá)Edwar Andrade, hermano de la víctima, dio la versión que conocen del hecho: “El tipo -que disparó- entró al lugar de los hechos, cruza una mirada, lo trata mal y le dice ‘¿a quién me le parecí?’. Pasa unos minutos dentro del lugar, mi hermano mientras tanto se toma una cerveza con su amigo, sale, habla con otro amigo, y el asesino también sale. Vuelve y lo insulta, vuelve y lo trata mal; saca el arma, de cinco disparos le alcanza a propinar tres, se sube a su camioneta y se desaparece”.Se maneja la hipótesis de que Norman Andrade habría estado mirando a la mujer que acompañaba al pistolero. Su familia lo niega: “Supuestamente estaba mirando a la novia, no, en ningún momento él la miró porque el primero que entra y lo insulta es el tipo. Queremos aclarar eso”.La placa del vehículo está identificada y la Policía remitió el caso a la Fiscalía para que se dé con el paradero de los responsables lo más pronto posible, algo que clama el hermano de Norman: “queda una madre desconsolada, un padre abatido, muchos hermanos sin consuelo, cientos de amigos sin su 'flaco'. Que le caiga todo el peso de la ley al asesino”.La víctima tenía cuatro hijos.
Hasta la parte alta de Ciudad Bolívar, sur de Bogotá, llegó el grupo de criminalística para realizar el levantamiento de un cadáver hallado en un vehículo.Primeras hipótesis señalan que la víctima es un conductor informal que presta servicio de transporte a esa zona.Se habría dado una discusión con tres personas a las que movilizaba y una de ellas le disparó.No hay capturados, pero les siguen la pista por la localidad.
La Policía de Bogotá capturó a alias ‘Stiven’, el hombre señalado de asesinar a un niño de 13 años en un parque del barrio Portal de Oriente. La víctima estaba allí jugando con su hermano cuando ocurrió el crimen. “Iba en aparente estado de efectos alucinógenos, ingresa a un parque y sin mediar palabras, con arma cortopunzante, lesiona a un menor de edad” y huye, dijo el general Óscar Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana.El hombre cambiaba de casa para no ser capturado, lo que le sirvió para escapar en varias ocasiones.“Este delincuente es de la zona, de la localidad de Usme, y por la misma venta de estupefacientes se movía en diferentes sectores de la localidad”, agregó el oficial sobre el delincuente, al que siguieron por más de seis meses.La Policía logró “ubicarlo, recorrer los sitios donde permanecía y hacer efectiva la orden de captura”, señaló el general Gómez.Alias ‘Stiven’ tiene antecedentes por homicidio, tráfico local de estupefacientes y hurto.
Desde el primero de febrero Myanmar pasa por una complicada situación de orden público con violentas represalias a manifestantes que han salido a las calles para rechazar el golpe de Estado. De hecho, el domingo 28 de febrero se vivió el día más sangriento: 18 personas muertas y 30 heridas.Entre las imágenes que han dejado las revueltas se destaca la de la hermana Ann Un Thawng, quien se arrodilló ante una avanzada de policías con escudo que se dirigía hacia un centenar de manifestantes. “En el nombre de Dios, no tomen estas jóvenes vidas, tomen la mía”, les dijo a los uniformados.Para los creyentes, fue el poder de la oración el que evitó una posible reacción violenta. Otros resaltan simplemente el gesto humanitario de ponerse de rodillas y pedir clemencia en medio de una situación tan sangrienta.Lo cierto es que esta monja de 40 años evitó con su intervención más choques. De hecho, medios internacionales manifestaron que unas 50 personas que protestaban lograron refugiarse en el convento del cual hace parte sor Ann Un Thawng.El medio ECCLESIA ahondó en la vida de esta religiosa birmana. Trabaja como enfermera de lunes a sábado y después hace las mismas labores en un campo de desplazados.Por su intervención durante las manifestaciones y su labor diaria con los más necesitados, como dice una persona cercana, la monja “es para admirar. Lo que ha hecho le ha salido del corazón".
Para la Iglesia católica lo que está sucediendo en el Urabá, a lo largo de la costa Pacífica, tiene nombre: grupos de narcotraficantes estarían detrás de las amenazas a la población y el crecimiento exponencial de cultivos ilícitos.“Es una situación muy compleja, esto se viene presentando ya desde hace varios años y se seguirá presentando a lo largo de todo el territorio, porque son muchas las personas extrañas al territorio que han llegado a hacer esa siembra de cultivos ilícitos”, aseguró monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de la diócesis de Apartadó, Chocó.Anotó que también “hay otras fuerzas y otros agentes que patrocinan, defienden a los que están haciendo esta clase de cosechas de cultivos ilícitos”.“Los intereses son de parte y parte. Mientras los intereses de unos y otros quieran prevalecer sobre la norma nacional, el problema se incrementará mucho más”, sostuvo.Incluso, el prelado revela que líderes de la región le han confesado que en los últimos meses ha habido flujo de plata dentro de los campesinos que nunca antes se había visto.“Nos pidieron que, como Iglesia, hiciéramos presencia con ayudas humanitarias y yo dije no se mueve una mano mientras el tema sea lo ilícito. Y algún líder de allá me decía que la gente compraba sus mercados con comidas carísimas, luego no era una pobreza ni una necesidad sentida, sino que era algo ya preparado y detrás había todo un plan camuflado”, afirmó.Como una forma de enfrentar la situación en esta región, la Iglesia católica le pide al Gobierno que replantee su propuesta de usar el glifosato y que recurra a la implementación de proyectos productivos, para evitar que más actores armados lleguen a este territorio generando confinamientos y desplazamientos en la población.“Pensaría que la erradicación manual, más de acuerdo con el medio ambiente, sería lo ideal y que fueron los mismos campesinos los que hicieran la erradicación de sus propios cultivos, en la medida que el Estado genere proyectos productivos, porque todo sabemos el mal que el glifosato hace al ambiente y las situaciones de salud que implica en la población el uso de este elemento”, dijo.El obispo de Apartadó le hizo un llamado a la fuerza pública para que tome acciones contundentes y evite que los resguardos indígenas sigan siendo víctimas de las minas antipersona, que usan los grupos ilegales en la zona.Finalmente, alertó al Gobierno que si no se toman acciones urgentes se podría presentar una de las mayores crisis humanitarias en la región, pues, según el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo sobre la situación del Chocó, 4.741 personas se encuentran entre confinadas y desplazadas.Iglesia denuncia que personas extrañas han llegado al Chocó a sembrar cultivos ilícitosPara la Iglesia católica lo que está sucediendo en el Urabá, a lo largo de la costa Pacífica, tiene nombre: grupos de narcotraficantes estarían detrás de las amenazas a la población y el crecimiento exponencial de cultivos ilícitos.“Es una situación muy compleja, esto se viene presentando ya desde hace varios años y se seguirá presentando a lo largo de todo el territorio, porque son muchas las personas extrañas al territorio que han llegado a hacer esa siembra de cultivos ilícitos”, aseguró monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de la diócesis de Apartadó, Chocó.Anotó que también “hay otras fuerzas y otros agentes que patrocinan, defienden a los que están haciendo esta clase de cosechas de cultivos ilícitos”.“Los intereses son de parte y parte. Mientras los intereses de unos y otros quieran prevalecer sobre la norma nacional, el problema se incrementará mucho más”, sostuvo.
Nairo Quintana finalizó en el top 20 del Trofeo Laigueglia. El colombiano llegó a 1:32 del campeón de la carrera, el neerlandés Bauke Mollema.“Estaba compitiendo en mi segunda carrera del año y es un buen comienzo considerando mis cirugías de rodillas. Seguiré concentrado plenamente en el proceso de recuperación que comencé hace varias semanas”, dijo Nairo Quintana tras la competencia en la que sufrió una caída sin consecuencias en los kilómetros finales. Por su parte, Yvon Ledanois, director deportivo del Arkea, quedó satisfecho con la actuación de Nairo Quintana porque “se está recuperando de sus dos operaciones de rodilla. Todavía le falta competencia y es normal que haya diferencia de nivel entre los líderes al inicio de la temporada. Sin pánico, él aumentará su fuerza a lo largo de las semanas”.La otra carrera en la que Nairo Quintana, de 31 años, participó en esta temporada fue el Tour de los Alpes Marítimos y finalizó noveno.⚽ Vea acá las noticias del mundo del fútbol: selección Colombia, liga nacional, campeonatos internacionales y mucho más.
Un artículo de opinión publicado por The Washington Post cuestiona duramente los asesinatos de líderes sociales y critica al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a quien insta a “intervenir para proteger a las comunidades en Colombia y resucitar el proceso de paz”.El texto fue escrito por Hanna Wallis, que ha reportado la violencia registrada en el país suramericano.Su artículo inicia relatando el asesinato de la líder indígena Cristina Bautista, quien dos meses antes de morir dijo: “Si guardamos silencio, nos matan. Si hablamos, también. Así que hablamos”.En la nota, Wallis afirma que “los líderes de comunidades minoritarias predominantemente rurales están soportando el peso de una nueva ola de violencia por organizarse para defender sus derechos y su tierra. La promesa de paz les falló”.“Biden tiene la oportunidad de apartarse del legado de EE. UU. en Colombia de financiar groseramente la militarización y los esfuerzos agresivos contra el narcotráfico que demostrablemente han fracasado”, agrega.Asimismo, le pide al presidente de Estados Unidos designar un enviado especial para la paz en Colombia.“La paz se construye desde cero y eso es lo que merecen colombianos como Cristina Bautista”, concluye el artículo.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, fue capturado nuevamente luego de que un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia lo acusó por presuntas irregularidades en la contratación de las obras de mantenimiento y pavimentación de un tramo de la Troncal la Paz, entre La Cruzada – Caucasia.Gaviria había recuperado la libertad en octubre por orden del Tribunal Superior de Medellín, luego de que un fiscal le dictara medida de aseguramiento por los mismos hechos.El contrato que enreda al gobernador de Antioquia fue suscrito cuando se desempeñó en el mismo cargo entre 2004 y 2007. Su valor inicial fue de 41 mil 663 millones 432 mil 778 pesos.“La investigación da cuenta de que la licitación fijó un anticipo del 25% del valor básico del contrato; sin embargo, en la firma del contrato, el 22 de diciembre de 2005, se aumentó a 29%. Para el fiscal instructor, tal variación no tendría justificación técnica y correspondería a una modificación caprichosa”, señaló la Fiscalía.“El material de prueba da cuenta de anomalías en la firma del contrato 2005-CO-20-335, en la tramitación y suscripción del contrato adicional N° 1 y del otrosí 2; y de la probable apropiación en favor de terceros de recursos del anticipo, en hechos ocurridos durante el periodo como gobernador de Antioquia entre 2004 y 2007”, informó el ente.A Aníbal Gaviria nuevamente se le impuso medida de aseguramiento de detención domiciliaria, confirmaron autoridades. El mandatario ha negado su participación en esos hechos y ha esgrimido su defensa en que él no firmó los contratos.Para la Fiscalía, él era responsable de vigilarlos.