Timbalí suena a Cauca, pero huele a Boyacá: a Socha, a Santa Rosa de Viterbo, a Paz de Río, a la tierra amada del escritor.“Él ve es a Paz de Río, pero en su ficción él (Fernando Soto Aparicio) crea ese pueblo Timbalí”, sostiene el escritor Reynaldo Caballero.Y así como Caballero ve a Timbalí en Paz de Río; viejos mineros ya retirados como Senén Rodríguez sienten que, de alguna manera, son réplicas del protagonista de ‘La rebelión de las ratas’.“Yo me he sentido Rudecindo, de verdad, porque eso que dice Fernando Soto Aparicio, eso es la realidad”, dice Senén Rodríguez.Bien narraba el libro…“Por sobre su cabeza, muy alto, pasaban las góndolas. Bajaba una, cargada de carbón, y otra subía desocupada. Era una procesión interminable”. Misael González también fue minero por muchos años y sabe bien que lo que vivió Rudecindo Cristancho en la ficción, lo vivieron hombres como él en la realidad.“Tocaba amarrarle un lazo a la carretilla y echársela uno al hombro y empezar a tirar, eso se llamaba la remolca, que eso me tocó hacerlo a mí… la vida de cristiano”, cuenta Misael.La rebelión en la obra es ficción, pero el agotamiento y la miseria eran realidad. El ingeniero Tomas Charris habla de malestar no de revuelta.“Realmente aquí nunca hubo rebelión, a lo mejor habría malestar del minero, porque es que el trabajo de la minería es duro y es agreste”, sostiene.El único barrio de los extranjeros al que pudo aludir en su ficción Fernando Soto Aparicio es Belencito, una vereda de Nobsa, donde Acerías Paz del Río montó a mediados del siglo pasado una ciudad campamentaria para alojar a sus ingenieros.“Y de súbito llegaron los extranjeros: ingleses, franceses, alemanes. (…) Construyeron casas de aspecto raro, con los tejados terminados en punta, con puertas de vidrio y de metal. Y fundaron, a un lado del pueblo de los trabajadores, una especie de barrio, con las calles pavimentadas”.Belencito era un lugar apacible con un convento de Agustinos y una iglesia de una sola torre, que se convirtió en ciudad en solo ocho años, tal y como lo relató Gabriel García Márquez en una crónica de El Espectador publicada en 1954, por los días en que el general Rojas Pinilla inauguró la siderúrgica.Pero, ¿Es Belencito el barrio de los extranjeros que inspiró el Timbalí de Soto Aparicio? El escritor Reynaldo Caballero dice que sí.El ingeniero Tomas Charria trabajó muchos años en Acerías Paz de Río y conoció la vida de los extranjeros en esas tierras boyacenses.Así describe Charria a los franceses: “Ellos eran muy celosos de su comida, no era igual la comida francesa a la comida boyacense. Entonces, ellos tenían un círculo francés y había un restaurante francés que se encargaba de preparar la comida”.Y los alemanes: “Eran unas personas más adultas, más serias. A los alemanes no les gustaba porque no eran latinos, en cambio el francés sí le gustaba integrarse más a un país latino”.La ficción en la realidad: hombres que ganan la vida en la oscuridad; una vereda convertida en barrio de extranjeros; pueblos que cambiaron su entorno con la llegada de la minería, y un departamento -Boyacá- que recoge la memoria de un hombre que vivió contando historias hasta su último suspiro.* En cursiva los apartados del libro ‘La rebelión de las ratas’.Vea la primera parte: 'La rebelión de las ratas': cuando la realidad supera la ficciónVea la segunda parte: El viaje más profundo a las minas de carbón que esconden los secretos de ‘La rebelión de las ratas
Una mina es como un monstruo con la boca abierta. Nosotros descendimos una sola vez para intentar comprender qué es viajar al fondo de la tierra para extraerle su riqueza. Pero ellos hacen la vida todos los días en la oscuridad, entre paredes de carbón.“Él era ya un escarabajo, un topo, un ratón trepanando el vientre de la cordillera, profanando las entrañas negras de la montaña”, así describe Fernando Soto Aparicio, autor de ‘La rebelón de las ratas’ a Rudecindo Cristancho, su personaje que trabajaba en la compañía carbonera del oriente a razón de $4,50 el día.Así como lo hacen en la vida real Wilson Gallo y miles de mineros que no encontraron otro trabajo o que aprendieron a pulso y por herencia que la vida está en la mina.Wilson es el titular de la mina El Hayuelal, que cumple con todas las disposiciones técnicas. Está ubicada en el municipio de Paz de Río, en el nororiente de Boyacá. El descenso empezó a las 9:00 a.m.“Antes de entrar a la mina voy a hacerle algunas recomendaciones para poder ingresar. Vamos a bajar a una escalera primero que todo, tenemos que tener la lámpara prendida. Vamos a entrar, tenemos una escalera más abajo, tenemos una manila donde vamos a bajar la manguera, vamos a caminar muy cuidadosamente para no resbalarnos”, dice Wilson Gallo.Aquí es imposible no acordarse del terror que sintió Rudecindo cuando ingresó por primera vez a La Pintada, la mina que creó Soto Aparicio.“La luz fue amortiguándose, hasta hacerse imperceptible. El frío, la humedad, el olor asfixiante, los atemorizan. La oscuridad era ya casi absoluta”De la forma como sacaban el carbón hace setenta años, cuando se escribió la novela, a hoy ha corrido mucha tierra.“Antes era muy complicado porque todo era con una carretilla, hacerle un gancho, cuadrar una polea y uno se iba hacia abajo (…) uno se lanzaba hacia abajo y el otro le iba haciendo como con la carretilla, eso era complicado eso era a pura fuerza bruta, hacer un esfuerzo muy complicado”, rememora Wilson.Hasta sacar el carbón del fondo de la tierra para iniciar un proceso con máquinas.“Grúas enormes se pusieron en movimiento. Con sus fauces negras y desdentadas agarraban bocados de carbón, que luego vomitaban en los vagones vacíos”.Las vigas que sostienen el techo tranquilizan a medias; casos se han visto, tragedias hemos registrado toda la vida: mineros sepultados, explosiones inesperadas.En ‘La rebelión de las ratas’, antes de entrar, a Rudecindo le dijeron que había cuatro cadáveres sepultados en algún lado de la mina por un accidente.“- ¿Cadáveres?, preguntó Rudecindo.- Sí, compañero. ¿Acaso no lo sabía? La mina sufrió un accidente y murieron cuatro hombres. Quedaron sepultados bajo toneladas de roca. De esto hace ya un mes. Ahora tenemos que reconstruir el camino”.Fuera de la ficción, Wilson advierte que “es la presión de la montaña la que hace que se rompa la estructura, esto es un poquito complicado, pero entonces uno tiene que estar muy pendiente”.Una viga, dice él, puede durar hasta dos días en buen estado.En el descenso comienzan a aparecer los laberintos de la mina por donde pasan por igual hombres y vagonetas, vacías o llenas de carbón, dependiendo de la ruta marcada.“Verdaderas ciudades subterráneas, con largos y anchos túneles por los que circulaban en una y otra dirección las vagonetas, cargadas de mineral. Esquinas, recodos, encrucijadas… Y en el fondo de todas ellas: amores, odios, ocultas rebeldías”.Lina Flórez, supervisora de labores mineras, es la única mujer en el mundo de hombres de la mina El Hayuelal. Su trabajo consiste en proteger a los otros. Se encarga de que los trabajos se desarrollen sin riesgos; monitorea vigas y gases.“Yo aprendo cada día cosas diferentes de estos grandes hombres porque son hombres de admirar. Así como yo aprendo de ellos, ellos aprenden de mí”, señala.Alonso Quiñónez, minero de Boyacá, termina su almuerzo y habla sin vaguedades: “El riesgo siempre existe”.Por eso terminar su jornada y salir de la mina es una bendición diaria.Para nosotros terminó el viaje al fondo de la tierra y empieza el ascenso a la superficie… para ellos el taladro seguirá prendido hasta que concluya el turno.Salir de la mina es como volver a nacer: la luz del día es una herida en la retina, habituada a la penumbra de las linternas; pero es una herida feliz como la que siente Alonso Quiñonez cuando vuelve a la luz luego de su extenuante jornada en la oscuridad.* En cursiva los apartados del libro ‘La rebelión de las ratas’.Vea la primera entrega de ‘La Vida en la oscuridad’:
Después de buscar la realidad en la ficción de 'Cien años de soledad', 'La Voragine' y 'María', el subdirector de Noticias Caracol, Alberto Medina, sigue tras las huellas de las grandes obras de la literatura colombiana. Esta vez, descendió con su equipo a lo más profundo de una mina de carbón en busca de los secretos de 'La rebelión de las ratas'. Esta es la primera entrega de "La vida en la oscuridad", grabada antes de que empezara la pandemia.+++Desde las entrañas de la tierra, los mineros del carbón viven su trabajo como si fuera una extensión de la noche.“Prácticamente usted está las 24 horas en lo oscuro", dice Edwin Gallo, minero de Boyacá.Hablan de lo que Fernando Soto Aparicio relató hace casi sesenta años en su obra cumbre: 'La rebelión de las ratas'.“El riesgo siempre existe desde que uno entra a trabajar y uno no sabe si vuelve a salir”, recalca el también minero Alonso Quiñónez.Para entenderlo y plasmarlo en la novela, el autor se vistió con la piel del minero.“Mi padre se metió a las minas para sentir y vivir qué era ser minero antes de sentarse a escribir su novela”, explica Martha Soto Mancipe, hija de Fernando.Martha lo recuerda como un hombre nostálgico, abrumado por el cambio rotundo del paisaje en su Boyacá del alma, cuando la minería brotó de la tierra que antes daba frutos. Así lo atestigua la novela.“Antes todo era sencillez, rusticidad, paz. Y de pronto el valle se vio invadido por las máquinas; el medio día fue roto por el grito estridente de las sirenas; los caminos se perdieron bajo toneladas de polvo y anchas vías cruzaron el verdor de los sembrados”Tomas Charris, un ingeniero costeño de minas y metalurgia, que llegó a Boyacá hace 58 años y se vinculó a la siderúrgica acerías Paz del Río, fue testigo de las heridas de la tierra."Había más árboles de eucalipto, había más vegetación, había más paisaje campesino. Después, con la minería, ese paisaje empieza a cambiar y se ven las bocaminas llenas de roca que extraen de la mina", sostiene.“Luego de conquistada la tierra vino la invasión mecánica: camiones, palas, grúas… crujieron las montañas centenarias al sentir en su base la puñalada del acero", se lee en el libro.En el relato del escritor y en la realidad, los hombres cambiaron las cosechas por el carbón, salieron del campo y entraron a la mina. Reynaldo Caballero, quien vive entre lecturas y escrituras, fue también testigo del profundo cambio que vivió la provincia de Valderrama, en Boyacá."A medida que iban trabajando la minería se volvían más mineros que campesinos, hasta que llega un punto que ya dejaron de ser campesinos y se volvieron netamente mineros. Eso fue lo que yo conocí", reitera.En la obra, la transformación quedó plasmada en los rostros de los hombres.“Ya no era la cara ancha y sonrosada del sembrador (…) eran pieles ajadas por el sudor, ennegrecidas por el hollín”La historia de Rudecindo y su familia es la historia de la pobreza en medio de la opulencia del carbón. Mujeres como Pastora, la esposa de Rudecindo, siguen lavando ropa en la quebrada, sesenta años después de publicada la novela.Yaneth Pinto es una de las viudas de la tragedia de Corrales, ocurrida el 7 de diciembre de 2017."Él trabajaba en una mina de carbón y entonces hubo una explosión de gas metano y pues ahí sucedió todo", afirma.Fueron nueve los muertos, nueve mineros… la vida a cambio de nada porque el oficio de minero no sacó a su familia de la pobreza."Es un trabajo muy duro y no es valorado. No ganan lo suficiente, sino el mínimo. Es un trabajo duro, riesgoso, como dijera yo, riesgoso porque ellos no se sabe si vuelven o no vuelven porque es terrible", lamenta Yaneth.Y cuenta que el dueño de la mina jamás los indemnizó."El señor se perdió. Yo le preguntaba que dónde lo tenía afiliado y antes bien bravo, grosero, no prestó ayuda. Para no decirlo, un gamín. Pero cuando estaba en vida, mejor dicho, ahí sí venga para acá que toca hacer esto. Después que pasó esto, se olvidó de nosotros", concluye la viuda.Eran las tragedias de siempre, las que Rudecindo sintió en el socavón.“Y pensó, con temor, en que la montaña era como un ser tangible, racional, que quisiera vengarse de su intrusión echándoles encima sus entrañas"Carlos Roberto Soto Mancipe es el encargado por la familia de preservar el tesoro literario y humano de su padre: Fernando Soto denunciaba las injusticias sociales con la misma fuerza con la que defendía la naturaleza.“Él siempre pensaba que el progreso tenía eso de malo, acabar absolutamente todo", reflexiona Carlos.Y el libro lo respalda: “A eso lo llamaban algunos, pomposamente, civilización, progreso. (…) tales cosas decían los oradores que acudieron a convencer a los campesinos de la conveniencia de abandonar las cosechas, de trocar la azada por la piqueta, de cambiar el maíz por las piedras negras del carbón".“Los campos iban desapareciendo por la llegada, en este caso, de las grandes máquinas, de las grandes grúas que iban a sacar el carbón", complementa Carlos.La ficción se parece a la realidad y a veces la sobrepasa. No hubo rebelión, en eso coinciden todos, pero en la piel del minero, el hollín es una marca del sufrimiento y de la pobreza.Espinel, el líder de la rebelión en la obra, cuestiona a los dueños de la minas porque condenan a sus trabajadores a la miseria.“La civilización es progreso y éste no consiste en sacar carbón de una roca y meter, en cambio, hombres para que se pudran (...)"El museo que la Universidad Militar Nueva Granada en nombre de Fernando Soto Aparicio es un escenario de memoria levantado sobre los amores naturales del escritor."Él era, básicamente, amor por la tierra, amor por los árboles, amor por el agua".Recordar al padre, cuatro años después de su muerte, es extraer de la memoria el sonido de su máquina de escribir."Aprendimos a respetar profundamente su silencio creador y el otro ruido de su máquina”, dicen sus hijos.De ese acto creador surgieron muchos pueblos, y muchos hombres y mujeres. Surgió Timbalí, un pueblo de la ficción muy parecido a la realidad de su departamento: Boyacá.'La rebelión de las ratas' era su protesta contra el concepto de progreso que se tomó a la sociedad, era su crítica a esa forma de economía que empezaba a imponerse en la región por los años cincuenta del siglo pasado: la economía minera.
En las últimas horas, la revista Semana reveló escandalosos audios en los que se escucha al exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, con un lenguaje soez, lanzando todo tipo de insultos, groserías y amenazas contra el presidente Gustavo Petro y la exjefa de gabinete Laura Sarabia.Por escandalosos audios de Armando Benedetti, Cámara congela discusión de reformas de Gobierno PetroLa consecuencia de estas revelaciones son muchas, así como son numerosas las preguntas que hoy se hace el país sobre la forma como se financió la campaña que llevó a Gustavo Petro a la Casa de Nariño. El primer gran interrogante es si Armando Benedetti tiene pruebas para demostrar lo que dijo, en medio de gritos, sobre la entrada de 15 mil millones de pesos a la campaña presidencial, entre muchos otros señalamientos."Lo que te estoy diciendo, Laura, es que ese tratamiento (...) yo hice 100 reuniones (...) 15.000 millones de pesos (unos 3,5 millones de dólares), es más, si no es por mí no ganan (las elecciones)", afirma Benedetti en uno de los audios, según la revista.El entonces embajador en Caracas había llegado a Bogotá el pasado miércoles para hablar con Petro luego de que se le señalara como la persona que filtró a la prensa el posible abuso de poder en el caso de la investigación a Marelbys Meza, quien fue niñera del hijo de Sarabia y acusada de robar un maletín con una suma no precisada de dinero de la vivienda de la ahora exfuncionaria.Sin embargo, Petro no recibió ese día a Benedetti, que interpretó ese trato como una humillación, según diversas fuentes, y por eso amenazó a Sarabia -quien fue asesora suya en sus tiempos de senador y quien la presentó al hoy presidente- con contar lo que sabe de la pasada campaña presidencial."Entonces, así sea de hipócrita, uno va y recibe a la gente, pero el tratamiento que tú y el presidente me dieron ayer, marica, yo no sé. Además, lo que te voy a decir no es una amenaza (...) veo que esto me puede emputar, pateo hijue#$%&, y ahí nos caemos todos", le dijo Benedetti a Sarabia.Presidente Petro dice que Armando Benedetti "se equivoca" y Laura Sarabia “sufre mucho”Mensajes ofensivos y advertencias de BenedettiEn los mensajes, cargados de palabrotas y obscenidades, Armando Benedetti le recuerda a Laura Sarabia lo que él hizo para ayudar a Gustavo Petro a ganar la Presidencia de Colombia."Yo fui el que organicé todos los votos, hijue#$%&, en la Costa, todos, hijue#$%&, sin que pusieran un peso y además esa plata se fue para el Pacífico. ¿Quién ve eso ahora? Nada. ¿O es quieren que diga, hijue#$%&, quién fue el que puso la plata? No me jodan la hijue#$%& vida, no me jodan la vida, porque lo que pasó ayer y antier (fue) una mi$%/& Laura, de parte tuya y de parte del presidente", agrega.En el mismo tono, advierte a Sarabia, su exfuncionaria, que si no es bien tratado por el Gobierno Petro, eso traerá consecuencias."Prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político y no lo hagan para que vean. Y si creen que es una amenaza, es una amenaza; y si quieres grabarlo, grábalo. Exploto porque ayer ustedes me maltrataron como una mi$%/& y eso no se le hace a Benedetti", afirma en lo publicado por Semana.Esos mensajes fueron enviados por Benedetti a Sarabia antes de que Petro anunciara la salida de ambos del Gobierno, en medio de la peor crisis de su administración.Sarabia es una joven abogada que trabajó con Benedetti cuando era senador y de la mano de este llegó a Petro, de quien fue asesora en la campaña presidencial y posteriormente jefa de gabinete, donde se convirtió en una de las mujeres más poderosas del país hasta que se destapó el escándalo por el interrogatorio ilegal y las interceptaciones a su exniñera Marelbys Meza.El contenido de las grabaciones causó inmediato repudio en sectores políticos y Benedetti publicó luego un mensaje en Twitter en el que asegura que los audios fueron manipulados."Los audios de @RevistaSemana han sido manipulados. Pido excusas al presidente @petrogustavo y a @laurisarabia por la agresión y el ataque malintencionado que NO viene de mi parte", manifestó. El primer mandatario le solicitó a Armando Benedetti dar explicaciones ante la Fiscalía y el país.
Armando Benedetti, exembajador de Colombia en Venezuela y quien está en el ojo del huracán tras los polémicos audios que él habría enviado a Laura Sarabia, usó su cuenta de Twitter para afirmar que hay una campaña que busca "desprestigiarlo en su integridad personal".Laura Sarabia habla de acciones malintencionadas de "una persona" que buscan dañar al Gobierno Petro"Es claro que hay una campaña para desprestigiarme en mi integridad personal con el objetivo de descalificarme de futuras cosas que pueda decir", trinó Benedetti, cuestionado duramente por sectores de la oposición, pero también por gente del petrismo.¿Qué decían los audios de Armando Benedetti a Laura Sarabia?Se trata de audios que, según la revista Semana, Armando Benedetti envió a Laura Sarabia. Allí se escucha al exembajador, molesto y muy grosero, haciendo una serie de reclamos por no haber sido atendido recientemente por el presidente Gustavo Petro en Casa de Nariño. Entre otras, sacó a relucir un supuesto dinero conseguido para la campaña y advirtió que conoce secretos que podría revelar.“Lo que te estoy diciendo, Laura, es que ese tratamiento... Y ayer el presidente: ‘No, no, es que tengo afán’. Ajá, mari$%, yo hice 100 reuniones... 15.000 millones de pesos. Es más, si no es por mí, no ganan”, se escucha en el audio de Benedetti.Y la grabación continuó de la siguiente manera: “Entonces, así sea de hipócrita, uno va y recibe a la gente, pero el tratamiento que tú y el presidente me dieron ayer, mari$%, yo no sé. Además, lo que te voy a decir no es una amenaza... veo que esto me puede emput$%, pateo, hijue#$%&, y ahí nos caemos todos, hijue#$%&”.¿Qué dicen en Pacto Histórico, partido de gobierno, del escándalo por filtraciones de Benedetti?De acuerdo con los audios revelados por Semana, el exembajador Armando Benedetti habría sido clave para que el presidente Gustavo Petro ganara las elecciones presidenciales de 2022.“Nadie me deja tirado tres horas ahí (...) busqué toda la plata y tú lo sabes más que nadie, pa que se fueran a los hoteles, para que se viniera para acá y todo lo demás”.Asimismo, hace énfasis en su supuesto "duro" trabajo durante la campaña. “Nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijue$%&# campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijue#$%&, no gana nunca. Pa que me dé ese tratamiento: ‘Tengo que ir a grabar’ no sé qué mondá y tú emput#$a y la gente, nada, ‘¿qué hace usted aquí?’ ¿Qué es eso, Laura?”, puntualiza.Respecto a los audios revelados, Laura Sarabia publicó en Twitter un comunicado de su abogado. "En mi condición de defensor de la doctora Laura Sarabia Torres, es importante aclarar que manifestó desde el momento de su renuncia que existían acciones malintencionadas reveladas por una persona que buscaba hacerle daño a un Gobierno que se comprometió con el cambio. Siempre la doctora Sarabia ha reafirmado su compromiso, apoyo y convicción con el presidente Gustavo Petro", se puede leer en el documento.Agrega que, por ello, "acudirá a todos y cada uno de los llamados de la justicia y de los entes de control para dar claridad y explicación sobre los hechos de su competencia y conocimiento, (y) se defenderá de los ataques indignantes y humillantes a los cuales fue sometida en su condición como mujer desde tiempo atrás por Armando Benedetti"."Como jefe del gabinete, en todo momento y actuación protegió firmemente la institucionalidad con honestidad y transparencia, jamás cedió a los chantajes y amenazas que buscaban intereses personales", puntualizó el comunicado compartido por Laura Sarabia.Audios de Benedetti: María José Pizarro pide al fiscal ser imparcial y no actuar como líder opositor
El actor Miguel Varoni sorprendió a los usuarios de las redes sociales luego de compartir su nuevo cambio de imagen en su cuenta de Instagram.Andrea Noceti compartió la primera fotografía de sus gemelos: “Mis angelitos”A través de un video, el intérprete de 58 años, recordado por dar vida a Pedro en la reconocida novela de Caracol Televisión Pedro, el escamoso, reveló la transformación a la que se sometió en colaboración con un equipo de estilistas.“Vamos a arrancar la transformación para este nuevo personaje, que no es tan nuevo”, dijo Miguel Varoni en primera instancia.Posteriormente, en el metraje se puede evidenciar cómo los estilistas le cortan y tinturan el cabello al actor.“¿Cuál será el personaje que regresa?, ¿cuál será?”, concluyó el artista en el video.Tanto las palabras de Miguel Varoni, como su nuevo look, no tardaron en viralizarse en diferentes plataformas web.Algunos internautas comenzaron a especular si el actor estaría dejando pistas sobre una posible secuela de la reconocida producción audiovisual.“¿Qué, regresa Pedro?”, “vuelve Pedro, el escamoso”, “ya era hora de ver al mompirri”, dijeron algunos.Otros, en cambio, halagaron el look del actor. “Se quitó 10 años de encima”, “se ve muy joven”, “como siempre tan guapo”, señalaron.Pese a las palabras de Miguel Varoni, se desconoce si se presentará una secuela de la aclamada producción de Caracol Televisión.Cabe recordar que, hace algunos meses, la actriz Catherine Siachoque, cónyuge del intérprete, habló en la revista People sobre la apariencia física de su esposo, algo que había preocupado a los seguidores de la pareja, pues Miguel Varoni se veía con no tan buen semblante y más delgado que de costumbre.Murió Jacky Oh, reconocida estrella de televisión estadounidenseCon el tiempo se supo que el actor inició una fuerte rutina de ejercicio y dieta, pero que también su salud se vio afectada por causa del COVID-19. Además, Miguel Varoni se sometió a algunas cirugías estéticas. Catherine aseguró que envidia la delgadez de su esposo."Yo soy muy envidiosa, yo no puedo con su flacura, con su delgadez, que además la exhibe todo el día frente a mí y me molesta, y entonces hace 'caballitos' y me quita la ropa y se la pone '¡ay, me equivoqué!'", comentó la artista, entre risas.Añadió: "Es un desastre, porque yo amo la delgadez, para mí eso es el estado máximo de la vida. Antes, cuando tenía sobrepeso, sus rodillas le dolían, los pies se le hinchaban, no estaba bien. Y ahora que es un hombre flaco, todo le funciona bien".
En medio del escándalo por las grabaciones del exembajador Armando Benedetti, el interés de las autoridades se centra en cómo se manejó la campaña de Gustavo Petro a la Presidencia. Los audios apuntan al capítulo de la costa Caribe, en donde el primer mandatario obtuvo más de cuatro millones de votos, el 37% de la votación que lo llevó a ganar las elecciones.CNE cita a Armando Benedetti y Laura Sarabia a rendir testimonio por campaña Petro presidente 2022Como líder principal y encargado de la agenda de la campaña estuvo el exsenador Armando Benedetti, quien, una vez instalado el Gobierno, fue nombrado embajador de Colombia en Venezuela y hoy es el principal protagonista del escándalo que sacude al mismo Gobierno.La responsabilidad de llevar la agenda de la campaña era compartida con la otra pieza clave del caso, Laura Sarabia, quien fue la jefa de gabinete hasta la semana pasada, cuando fue apartada por el escándalo de su exniñera, y que antes de la campaña hacía parte de la unidad de trabajo legislativo de Benedetti.A cargo de las estrategias políticas también estuvieron Eduardo Noriega de la Hoz, quien actuó como coordinador de la campaña en la costa Caribe, y el español Antoni Gutiérrez-Rubí, quien ha asesorado a varios políticos en España y Latinoamérica.Los excongresistas Alfonso Prada y Roy Barreras también fueron importantes como estrategas políticos. Ambos pasaron a las filas del Gobierno: Prada inicialmente desde el Ministerio del Interior y ahora desde la embajada en Francia y Barreras como presidente del Senado y hoy como embajador en Reino Unido.En la parte financiera estuvo el gerente de la campaña, Ricardo Roa Barragán, quien se convirtió en el presidente de Ecopetrol. Además del contador Federico Leopoldo Molina, quien también ha sido llamado a explicar las cuentas de la campaña ante el Consejo Nacional Electoral.Por escandalosos audios de Armando Benedetti, Cámara congela discusión de reformas de Gobierno PetroEn la costa Caribe, Gustavo Petro tuvo varios escuderos. Su hijo Nicolás Petro, que era diputado del Atlántico y a quien su expareja Day Vásquez señala de haber recibido dineros irregulares durante la campaña. También aparece el exconcejal de Barranquilla Máximo Noriega, quien trabajó con Petro en la Alcaldía de Bogotá y es candidato a la Gobernación de Atlántico.Otro de los alfiles petristas en la campaña fue el representante Agmeth Escaff, quien habría sido clave en la búsqueda de recursos.
Entre las reacciones por los audios que el exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, le habría enviado a Laura Sarabia, exjefa de gabinete del presidente Gustavo Petro, los cuales han desencadenado una verdadera tormenta política, está la del canciller Álvaro Leyva Durán.Por escandalosos audios de Armando Benedetti, Cámara congela discusión de reformas de Gobierno Petro“Me parece muy gracioso, en medio de todo este movimiento de noticias, a Benedetti cómo se le puede creer”, dijo ante los medios de comunicación el canciller al ser cuestionado por su otrora subalterno.En la misma línea, el ministro de Relaciones Exteriores aseguró que Armando Benedetti se ha reconocido como “drogadicto”.Audios de Benedetti: María José Pizarro pide al fiscal ser imparcial y no actuar como líder opositor“Es que es increíble, él mismo dice 'yo soy un drogadicto'. Póngase ustedes a pensar, ¿a ustedes les parece que esa puede ser una buena fuente? Por eso salimos a las velocidades, aceleramos, pusimos el acelerador a fondo y en tres horas se cambió”, agregó Leyva.Según el canciller Álvaro Leyva, por esos motivos fue que rápidamente decidieron relevarlo del cargo. “La renuncia de él era a partir del 23 y yo me puse a pensar: Virgen Santísima, quedan varios días, lo mejor es aceptarla inmediatamente”.Laura Sarabia, exjefa del gabinete del presidente Petro, se desmayó en la Casa de NariñoEl reemplazo de Armando Benedetti en la embajada de Colombia en VenezuelaPor medio de un comunicado, la Cancillería de Colombia confirmó este lunes que Milton Rengifo Hernández reemplazará a Armando Benedetti en el cargo de embajador de Colombia en Venezuela, esto tras la polémica salida del funcionario y el escándalo que sacude al Gobierno Petro por la filtración de conversaciones de Benedetti con la exjefa de gabinete Laura Sarabia.“El Ministerio de Relaciones Exteriores informa que, después de enviada la solicitud de beneplácito para la designación del señor Milton Rengifo Hernández como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Colombia en el vecino país, el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela otorgó el mismo”, se lee en el comunicado emitido por la entidad.Cabe mencionar que Rengifo Hernández es una persona cercana al presidente Gustavo Petro y trabajó con él cuando este se desempeñó como alcalde de Bogotá, en el año 2013. El nombrado embajador fue subsecretario de Ambiente y, después, subsecretario de Asuntos Locales y Desarrollo Ciudadano.