Una grave situación de orden público se presentó en Chocó: la guardia indígena del resguardo de Jurubirá Chorí, en el Alto Baudó, que se enfrentó con integrantes de las autodefensas gaitanistas de Colombia.Tres niños muertos y otros 30 enfermos por presunta contaminación del agua en Bajo Baudó, ChocóLos criminales armados ingresaron a la comunidad para intentar llevarse a uno de los miembros de la etnia con el fin de asesinarlo.Sin embargo, la guardia indígena se enfrentó a las AGC.Al verse rodeados, los delincuentes dispararon sus armas, al parecer como advertencia, pero los aborígenes no se dejaron amedrentar y, con sus palos, encararon a los foráneos e, incluso, forcejearon con algunos de ellos.Nuevamente se escucharon tiros y los gritos de algunas personas que acompañaban a la guardia indígena.Finalmente, los miembros de las AGC tuvieron que desistir de su incursión armada y se fueron del resguardo. No obstante, dos personas resultaron heridas, entre ellas un menor de edad.El peligroso ‘Negro Ober’ fue recluido en la cárcel de Doña Juana, en La DoradaEl hecho fue denunciado casi al mismo tiempo que la Iglesia católica revelara que nuevos grupos armados están apareciendo en el departamento del Chocó, echando al traste todos los procesos que se están adelantado con las comunidades.“Realmente es lamentable esta situación porque en nuestra capital, en Quibdó, durante estos días se está recrudeciendo aún más la violencia y nuevos grupos entran en escena para aumentar la confrontación y con aquello de que se va a hacer limpieza no se está provocando sino más y más muerte y desesperación”, afirmó monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina-Tadó.ELN ejecutó otro ataque contra el oleoducto Caño Limón CoveñasChocó es uno de los departamentos más golpeados por la violencia en Colombia. El 26 de marzo, un soldado murió y otros dos resultaron heridos en un ataque supuestamente perpetrado por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en una zona rural de esa región, fronteriza con Panamá.El Comando de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán informó en un comunicado que el ataque ocurrió en el caserío San José del Palmar, acción que fue atribuida por el Ejército al frente Ernesto Che Guevara del ELN, cuyo cabecilla principal es alias ‘Yerson’.La Defensoría del Pueblo dijo que hubo 32 hechos violentos entre el 18 de febrero y el 17 de marzo que supusieron transgresiones al cese al fuego bilateral que el Gobierno colombiano tiene vigente con varios grupos armados.Ejército desmiente a mujer que humilló a policía diciendo ser esposa de un militar
Hay temor en el Alto Baudó, Chocó, por la reciente incursión de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC. Un ataque de este grupo criminal a un resguardo indígena dejó como saldo dos heridos, entre ellos un menor de edad.Así fue la fuga de 'Pájaro', el narcoparamilitar más buscado de ColombiaActualmente, la comunidad siente miedo y zozobra pues las AGC los declaró como objetivo militar luego de que no accedieron a sus intimidaciones.La guardia indígena katio no acudió a las reuniones que exigían hombres armados en la zona. Al ataque anterior se suma que no permiten a la comunidad moverse por el río Cugucho.Entretanto, en Nariño, las disidencias de las FARC han desplazado y confinado a varias comunidades de esa región. Los constantes enfrentamientos en los resguardos indígenas han causado miedo entre los pobladores.Un total de 423 familias indígenas de la zona rural de Tumaco dejaron sus viviendas por los enfrentamientos protagonizados por las disidencias de las FARC. Niños, mujeres embarazadas y adultos mayores buscan refugio.“Se han desplazado cinco comunidades y el resguardo está conformado por siete. Ellos están en el casco urbano en condiciones donde no se presta atención por parte de las instituciones”, indicó William García, coordinador general de la guardia indígena.De guerrilleros a paramilitares: la falsa desmovilización impulsada por altos mandos del EjércitoOtros temasEl fentanilo , la droga zombi que está causando estragos en Estados Unidos y otros países, se abre paso en Colombia con peligrosas bebidas sintéticas que son consumidas por los jóvenes, que arriesgan su vida.Hasta el escondite del fentanilo llegaron las autoridades después de un año de investigaciones. Lo anterior ocurrió luego de conocerse la intoxicación de 6 jóvenes en Cartagena tras consumir un cóctel sintético. La sustancia que bebieron era, hasta ese momento, desconocida.Álvaro Cruz, el doctor que atendió a estos jóvenes, habló de lo que encontró en los pacientes que consumieron fentanilo: “Inicialmente, eran 8 jóvenes que ingresaron a diferentes clínicas con alteraciones del sistema nervioso central. Algunos estaban inconscientes, otros estaban convulsionando y por eso los llevamos a una UCI. Pensábamos que estaban bajo el efecto de algún medicamento”.A uno de los jóvenes en su ropa le encontraron parte de esa sustancia desconocida hasta entonces. Fue así como la llevaron a un laboratorio especializado de la Policía Antinarcóticos en Bogotá.“Pudimos caracterizar rápidamente que se trataba de fentanilo y eso nos permitió salvar la vida de estas personas. Ese análisis lo hicimos en tiempo récord, en cooperación con los laboratorios de la Fiscalía. Encontramos el uso del opioide sintético ketamina y éxtasis”, sostuvo el teniente Mauricio Ocampo, jefe del Laboratorio de Investigación Antidrogas.Combates entre ELN y Autodefensas Gaitanistas en sur de Bolívar dejan tres viviendas incineradas
Una comisión del Gobierno llegó hasta Miacora en el Alto Baudó. En este lugar hay más de cien familias desplazadas y confinadas desde el pasado 19 de febrero.En la reunión hicieron un minuto de silencio en memoria de Luz Aida Conchave Lana, su lideresa que vieron morir en medio de combates entre el ELN y el Clan del Golfo.Miacora chimía es una comunidad de contrastes: cerca de 102 familias viven en medio de la riqueza natural y la pobreza extrema.Dicen que evitan salir de la comunidad por temor a caer en una mina antipersona.“Casi del pueblo no salimos a cortar los plátanos porque no sabemos qué minas hayan enterrado en la trocha”, dice Edilfrido Lana, guardia indígena miacora.Autoridades realizarán una hoja de ruta para el retorno de los desplazados.Temas como seguridad alimentaria, salud y reclutamiento de menores también fueron abordados en la reunión entre los líderes indígenas y el gobierno.
Después adentrarse aguas adentro en río Baudó, llegó la comisión humanitaria en la que participaron las diócesis de Istmina-Tadó, Quibdó y Apartadó, en su misión de corroborar la difícil situación que viven las comunidades por el conflicto armado que está destruyendo la armonía en esta zona del país.Frente a la cámara del reportero Jesús Abad Colorado, los tres obispos de la región del Baudó plantaron su pedido, en la entrada de la iglesia de Pie de Pato, marcada por el olvido y donde se sienten los pasos de la guerra, del desplazamiento“La Iglesia del Chocó, representada en los obispos de Apartadó, Quibdó e Istmina-Tadó, une su voz a la iglesia colombiana para pedirle con claridad contundencia al gobierno nacional, que mire definitivamente a estas tierra del Chocó, específicamente esta subregión del Baudó. No podemos seguir arrastrando una historia de olvido, de desprecio que alimenta la violencia, la muerte”, manifestó el obispo de Istmina-Tadó, Mario de Jesús Álvarez.Fueron días intensos que compartieron con el pueblo Emberá, que a pesar de sufrir el confinamiento y no poder realizar su actividades diarias, acogió a la comisión compartiendo alimentos según dictan su tradiciones.Entretanto, la comunidad embera describió su tragedia a la comisión, fueron crudos relatos de cómo guerrilleros del ELN e integrantes del Clan del Golfo han apuntado sus armas para destruir sus vidas.El obispo Álvarez le hizo también un llamado a los grupos armados para que paren el sufrimiento. Por el momento, los damnificados de esta situación seguirán esperando una respuesta del Gobierno Nacional, mientras enarbolan la imagen de sus muertos.
Monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó; monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina, y monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de Apartadó recorrieron los sitios más críticos del Alto Baudó, una región azotada por la violencia y el olvido estatal.El monseñor Barreto reconoce que, si bien el proceso de paz trajo un alivio temporal, este despareció por los problemas en la implementación del acuerdo con las extintas FARC.“Hay desplazamientos, confinamientos, minas antipersonales, reclutamiento de menores, amenazas a líderes y comunidades”, dice.Agrega que no existe un plan de sustitución de cultivos.Algo en lo que coincide monseñor Hugo Alberto Torres, obispo de Apartadó: “Está pasando como la misma situación que se vive en el Alto Baudó, el dominio de las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia), que están casi que obligando a la gente a que hagan cultivos ilícitos”.Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina, también dio su balance sobre lo encontrado y señaló que las personas tienen “ojos que son lámpara de tristeza”.Y agregó: “No pueden visitar sus parcelas, no pueden pescar, la educación está en pañales, la salud es precaria en sus comunidades, la situación alimentaria, basta ver los niños o los jóvenes, una mirada de desconsuelo, de angustia, de zozobra”.El problema, dicen, es que en los territorios hacen presencia agentes ilegales de uno u otro lado.Para completar, “la presencia de la fuerza pública incentiva el acoso de los grupos armados y toda la comunidad se convierte casi en objetivo militar”, dice el obispo de Istmina.Piden al Estado ser más efectivo, pues califican su presencia como “precaria”.
Una semana después de los enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo, en el que una joven embera, de 22 años, murió y bastantes familias resultaron desplazadas, varias comunidades indígenas siguen en medio del conflicto.Muchos integrantes de las comunidades de Mohamía, Esenada y Agidó abandonaron su hogares y emprendieron camino hacia el pueblo indígena de Miácora.“Los embera no estamos acostumbrados a escuchar sonido de balas, ni mucho menos bombas”, manifestó el gobernador indígena Miácora, Luis Mona Mecha.En el municipio de Alto Baudó, Chocó, se encuentran 65 familias desplazadas y más de 650 confinadas que necesitan ayuda. Desde hace varios días, una misión humanitaria recorre estas comunidades afectadas.De acuerdo con el personero de Alto Baudó, Heriberto Andrade, una ONG ha venido para apoyarlos, constatando la situación para ayudar a las familias del municipio que estén en crisis.La situación es complicada debido a que solo para llegar de Quibdó hasta Alto Baudó hay que conducir por cuatro otras y después viajar en lancha durante otra cuatro horas.Sin embargo, un equipo de Noticias Caracol acompañó a las autoridades para entregar las ayudas humanitarias.Llegaron a uno de los puntos de encuentro donde la alcaldía del municipio va a entregar las primera ayudas humanitarias para la comunidad afro de Cugucho, en la que hoy sus miembros están confinados y desplazados.“Se están haciendo diagnósticos y básicamente es el punto de partida. Ahora sí vamos a llevar los requerimientos de las comunidades”, declaró Ulises Palacios, alcalde de Alto Baudó.Las ayudas humanitarias consisten en alimentos no perecederos, carne y verduras, aunque se necesita con urgencia colchones, cobijas y elementos de bioseguridad.
La zozobra y el miedo se mantienen entre las comunidades del Alto Baudó, en Chocó. Desde hace cuatro días, 356 personas de la comunidad de Moamía dejaron sus casas buscando refugio en Santa María de Condoto, para huir de los combates entre el ELN y el Clan del Golfo.Los desplazados vieron con horror cómo una joven embera murió en el fuego cruzado.Según Víctor Carpio, líder de la mesa de DD. HH. de pueblos indígenas del Chocó, “hay cinco comunidades que están confinadas, pero la comunidad Moamía está desplazada internamente en la comunidad de Miácora Central”.Agrega que no tienen libertad para buscar sus alimentos y que “los compañeros pueden venir hacia abajo de pronto en busca de comida, pero entonces ya no los dejan subir (…) los actores están controlando la región, la subida y por todos lados, entonces ese es el problema”.Nubia Córdoba Curi, secretaria del Interior del Chocó, afirma que “esta es la segunda vez que las comunidades del norte del municipio han tenido que desplazarse hacia Miácora y Santa María de Condoto por efecto de esas confrontaciones”.Carpio hizo un llamado a autoridades departamentales y nacionales porque “necesitamos medicamentos para los niños, pa’ la diarrea, se enferman con fiebre, dolor de cabeza, y otros para las compañeras, con esta preocupación, son las que más sienten miedo por los hijos”.El registro que tiene al día de hoy la Defensoría del Pueblo da cuenta de que son 51 familias las que han sido desplazadas de la región, lo que equivale a 290 personas, y 936 familias se encuentran confinadas en sus casas, es decir 4.451 personas.Si el conflicto no cesa, los indígenas advierten que en los próximos días empezaría el desplazamiento de 1.500 personas más.Entretanto, en el municipio de Bagadó fue asesinado por el ELN un guardia indígena de la comunidad del Alto Andágueda, al parecer porque escoltaba a otro líder que estaba amenazado en el territorio.Crisis advertidaLa posibilidad de enfrentamientos entre grupos criminales fue alertada por la Defensoría del Pueblo hace dos años, el 29 de septiembre de 2019.En aquel momento, la advertencia fue recibida por la entonces ministra del Interior y hoy consejera presidencial de derechos humanos, Nancy Patricia Gutiérrez.En ella se alertaban amenazas y afectaciones a la vida, integridad y libertad de los habitantes del Alto Baudó y planteaba la posibilidad de enfrentamientos.Sin embargo, el Gobierno, en voz de Juan Pablo Díaz Granados, viceministro de Relaciones Políticas del Ministerio del Interior, aseguró que la alerta de 2019 de la Defensoría fue atendida tal como lo solicitó ese organismo y que lo de ahora “obedece a circunstancias novedosas que por supuesto vamos a atender a la mayor prontitud en aras de garantizar la tranquilidad del territorio como se le hemos hecho saber en la mañana el día de hoy al alcalde del municipio del Auto Baudó”.Sin embargo, en septiembre del año pasado los enfrentamientos entre ELN y Autodefensas Gaitanistas provocaron un desplazamiento masivo en el Alto Baudó, afectando a 450 personas.La Defensoría, por su parte, pide al Ejecutivo hacer presencia en el lugar e iniciar los procesos para proteger a las personas afectadas.“La situación es delicada. La comunidad indígena Moamía está sin alimentación, sin recursos y confinada en el resguardo, y otras familias decidieron movilizarse lejos de las zonas”, precisó el defensor Carlos Camargo.
Los fuertes combates entre el ELN y las Autodefensas Gaitanistas en el Alto Baudó, Chocó, dejan un saldo de una joven emberá asesinada y más de 300 desplazados.Decenas de indígenas y familias marcharon pidiendo paz y libertad a los grupos armados al margen de la ley que se disputan el control de la zona. Además, advirtieron que otras 1.500 personas podrían desplazarse en las últimas horas por el temor de quedar en medio de las balas.Esta solicitud fue hecha en medio de la procesión para despedir a Luz Aida Conchave Lana, la mujer embera dóbida de 22 años, que falleció en medio de los combates entre estos grupos armados."Paz y libertad tanto para niños, niñas, adultos mayores, docentes y otros líderes que estuvieron aquí, para que se respete, dentro de la jurisdicción, los resguardos indígenas”, pidió un líder indígena.Los líderes de la comunidad mohamia advirtieron que son más de 350 familias las que están pidiendo ayuda para salir de esta zona y la única solución que ven para poder salvar sus vidas es desplazarse.De acuerdo con los líderes indígenas, los combates no cesan ni en la noche y la población que vive en el sector necesita realizar sus actividades para poder comer; ya escasean los alimentos. Ante los continuos enfrentamientos, los miembros de estas comunidades piden mayor presencia de la fuerza públicaLa secretaria del Interior del Chocó, Nubia Córdoba Cury, espera la llegada de tropas del batallón de infantería #26 “para aproximarse a la zona de combate”.Esta crisis humanitaria por el aumento de desplazados en la cabecera municipal del Alto Baudó obligó al alcalde, Ulises Palacios, a declarar la calamidad pública para poder ayudar a las familias afectadas.
Una mujer indígena de 22 años muerta y otra gravemente herida dejó un enfrentamiento entre el ELN y el Clan del Golfo, que se presentó hacia las 10:00 a.m. de este viernes, 19 de febrero de 2021, en el resguardo Jurubirá Chorí, ubicado en zona rural del Alto Baudó, Chocó.“Se ha presentado un enfrentamiento entre la guerrilla del ELN y el Clan del Golfo en el municipio del Alto Baudó. Esto se ha ocasionado en el río Alto Baudó, comunidad del Chorí y ha sido en medio de la población civil al punto que varios han comprometido su humanidad”, dijo Modesto Serna, asesor de paz de la Gobernación del Chocó.En un comunicado, autoridades tradicionales indígenas denunciaron que la situación y piden la presencia de una misión humanitaria en la zona.A raíz de lo sucedido, más de 350 personas se desplazaron en las últimas horas hasta la comunidad de Santa María de Condoto por temor a quedar en medio de los enfrentamientos.
Desoladas y abandonadas, así permanecen las viviendas y parcelas en comunidades afro e indígenas del Alto Baudó; la presencia de grupos irregulares mantiene a sus habitantes en una constante zozobra.Cerca de 450 personas tuvieron que abandonar su tierra por los recientes enfrentamientos entre el ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.“Grupos ilegales como AUC, la guerrilla del ELN, esos grupos nos tienen aquí atemorizados, andan por aquí por la comunidad, suben y bajan”, dice un habitante.En su último monitoreo, la Defensoría del pueblo detectó que en las últimas 48 horas siete comunidades del Alto Baudó huyeron del río Dubasa para proteger sus vidas.“Amerita una intervención urgente de las autoridades para atender necesidades en temas de salud, alimentación y salvaguardar los derechos de estas comunidades”, declaró Carlos Camargo, defensor del Pueblo.Entretanto, la Personería del Alto Baudó y la alcaldía detectaron que. en lo corrido del año, cerca de 14.000 personas están confinadas y otras desplazadas por los enfrentamientos armados de los grupos que buscan el control territorial para el tráfico de armas e insumos necesarios en la producción de coca.En contexto:
Aunque hay alegría en Colombia por la exitosa Operación Esperanza y el rescate de los cuatro hermanitos perdidos en la selva del Guaviare, al comando de búsqueda le hace falta un miembro. Se trata de Wilson, el perro experimentado en búsqueda y rescate que continúa extraviado. Los esfuerzos y las miradas se centran en este animalito.Perrito Wilson sí estuvo con los niños, ellos mismos lo confirmaron, revela general Pedro Sánchez¿Quién es Wilson, el perrito extraviado en la selva del Guaviare?Un héroe de cuatro patas. Así describen a Wilson, un perro pastor belga malinois que tiene un año y medio de edad y una larga experiencia en búsqueda y rescate de personas. El animalito fue clave en las operaciones realizadas en la selva y que incluyeron binomios caninos para el rastreo.“Nosotros tenemos un dicho: ‘No dejamos un comando atrás’. Mucho menos a nuestros cuatro menores, mucho menos dejaríamos a Wilson. Pero, también, somos conscientes de lo complejo que es encontrarlo en lo profundo de una hostil, pero también bendecida selva que tenemos”, expresó el general Pedro Sánchez, comandante de la Operación Esperanza.Así reaccionaron abuelos de los cuatro hermanitos rescatados en el Guaviare al ver primeras fotosAunque los comandos especializados del Ejército en dos ocasiones lo vieron, ante el llamado de su entrenador, Wilson no ha regresado. Por eso, ahora los esfuerzos se concentran en buscarlo para concluir la misión con todos sanos y salvos.“Hemos decidido plantear una estrategia para garantizar cierta continuidad operacional en la zona. Por ahora, simplemente les digo que el objetivo es encontrarlo, pero habrá un tiempo razonable, alineado con un espacio razonable, lo que sensatamente nosotros consideremos que corresponde”, agregó el general Sánchez."Wilson nos miraba como si nos quisiera decir algo": miembro de la Defensa CivilWilson fue clave con su olfato para hallar el avión accidentado; también encontró el tetero de la bebé. Y hace unos días, sus huellas y las de uno de los niños demostraban que posiblemente estaban juntos.“En una de las huellas que encontramos junto a los niños se veían aparentemente las huellas de nuestro perro Wilson. No sabemos si ocurrió en el mismo momento en que los niños dejaron las huellas, pero lo cierto es que estaba muy cerca de nosotros”, puntualizó el uniformado.Esta historia está llena de héroes. Los niños son algunos de ellos, pero ahora, con los pequeños a salvo, las fuerzas y el optimismo están puestos en el hallazgo de Wilson, que se separó de su manada cumpliendo su misión en las selvas del Guaviare.Con la palabra "milagro", así reportaron militares hallazgo de niños perdidos en selva del Guaviare
La Fiscalía adelanta la investigación de la muerte del teniente coronel Óscar Dávila, quien hacía parte del esquema de seguridad de la Presidencia. El uniformado de la Policía había demostrado su voluntad de presentarse ante ese organismo judicial por las denuncias de supuestas chuzadas que vinculan a Laura Sarabia.Presidente Petro sobre muerte del coronel Óscar Dávila: “Se suicidó con un disparo en la sien”El coronel Óscar Dávila era coordinador de protección anticipada de la Presidencia de la República y fue hallado sin vida al interior de su camioneta. El cuerpo fue encontrado en la localidad de Teusaquillo, en Bogotá.Según la información brindada por la Casa de Nariño, el uniformado llegó a esa zona de la capital del país y le pidió a su conductor una botella con agua. El sujeto salió del automotor, pero dejó su pistola al interior.Cuando el conductor volvió al vehículo, el coronel Óscar Dávila se quitó la vida con un disparo en la sien, según esa versión.En su cuenta de Twitter, el presidente Gustavo Petro indicó que esa fue la única detonación que se registró en el caso del coronel. “No hay más disparos en el lugar. No es cierto que el coronel haya sido encontrado muerto, ni que haya dos disparos en su cuerpo”, trinó el jefe de Estado.Tras los hechos, y por varias horas, el CTI de la Fiscalía realizó el análisis del lugar para recaudar el material probatorio que permita determinar con mayores certezas las causas que habrían provocado la muerte del uniformado.El coronel Óscar Dávila llevaba 20 años en la Policía Nacional y actualmente coordinaba desde el piso 13 de la DIAN la seguridad anticipativa del presidente, es decir, se encargaba de asegurar los sitios donde el jefe de Estado iba a desarrollar su agenda.En días pasados el uniformado mandó una carta al fiscal Francisco Barbosa expresándole su disponibilidad de ser escuchado en una entrevista o interrogatorio, si fuese necesario, dentro del caso de las denuncias de supuestas chuzadas contra la exniñera de Laura Sarabia, exjefe de gabinete de Gustavo Petro.El coronel Óscar Dávila, antes de llegar a la Presidencia, se desempeñó como jefe de la comisión investigativa contra el crimen organizado.Por su parte, el general William Salamanca, director de la Policía Nacional, manifestó sus condolencias y pésame a la familia del coronel Óscar Dávila. "Lamentamos la muerte del señor teniente coronel Óscar Darío Dávila Torres. Nuestra solidaridad con sus familiares en este difícil momento", escribió en su cuenta de Twitter.Caso Laura Sarabia: Procuraduría ordenó escuchar a Marelbys Meza y al comandante de la Dijín
Las autoridades de Cartagena están investigando las causas de un accidente de tránsito que se registró en el corregimiento de Arroyo Grande. Producto de este siniestro, una persona perdió la vida y seis más resultaron heridas.Motociclista en Medellín casi es arrollada por culpa de un huecoEl accidente fue protagonizado por dos vehículos particulares, que terminaron en la vía con graves daños en sus estructuras.Por otro lado, las personas que resultaron heridas fueron trasladadas a centros asistenciales en el norte de Cartagena.Otros accidentes de tránsitoLa mañana del lunes 5 de junio de 2023 fue fatídica para una familia en Santander, pues dos de sus integrantes fallecieron tras ser atropellados por un camión de pollos.El suceso ocurrió en la vía que de El Playón, Santander, conduce hacia el municipio de San Alberto, sur del Cesar, a la altura del sector conocido como barrio Nuevo.Impresionante choque de moto contra camioneta en Cali quedó en video: una pareja murióPadre e hijo, quienes se movilizaban por la zona en una motocicleta de color rojo, fueron atropellados por un camión que transportaba pollos y, aunque la comunidad acudió rápidamente a auxiliarlos, no logró hacer mucho para salvarles la vida.Según los registros, el conductor de la moto murió en el momento del choque, mientras el parrillero, al parecer un adulto mayor, quedó atrapado en las llantas traseras del vehículo y falleció minutos después.Un testigo les relató a medios locales detalles del siniestro vial: “El conductor de la moto se metió a la vía nacional y lo cogió el vehículo de carga. No supimos qué hacer ante esta grave tragedia”.Video: camioneta arrolló a ciclista en Cundinamarca y terminó estrelladaDebido a este trágico hecho, la vía estuvo cerrada durante más de dos horas mientras autoridades realizaban el levantamiento de los cuerpos y la recopilación de información para la respectiva investigación.Más tarde, las víctimas fueron identificadas como José Rafael Acero Mora y José Rafael Acero Ortega.Mujer salió expulsada de su camioneta y murió arrollada: su bebé también terminó fuera del vehículo
Se logró lo que por varias semanas se anhelaba, el rescate de los cuatro hermanitos en la selva del Guaviare. Las frases pronunciadas desde el centro de operaciones de las Fuerzas Militares, que se trasladaron hasta las cabinas de radio del Ejército, y aquellas que llegaron en lengua nativa hasta las selvas del Yarí, retumbaron con un eco de esperanza.Niños rescatados en Guaviare: militares e indígenas recorrieron más de 2 mil kilómetrosAquella fe que nunca se perdió y que, de manera sobrenatural, prácticamente como un milagro, le devuelve el aliento a un país entero, que estaba esperando con ansias esta señal de vida y una fotografía que permitiera ratificar que los cuatro menores estaban vivos.Pasadas las seis de la tarde de este viernes, 9 de junio, se conocieron los primeros momentos del encuentro entre los comandos de las fuerzas especiales de las Fuerzas Militares y los cuatro menores.La bebé que hace pocos días había cumplido un año de edad, Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, estaba en brazos de uno de los soldados tomando agua; su hermana Lesly, de tan solo 13 años y quien habría sido la guía, la fortaleza y el abrazo en momentos de angustia en medio de la profunda selva; su respaldo, Soleiny Mucutuy, de 9 años; y Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 5 años, también recibían este bálsamo mientras eran cobijados con mantas y bolsas negras para empezar a estabilizarlos.Generales que lideraron Operación Esperanza serán padrinos de dos de los cuatro hermanitosEn las fotografías también se logra observar que los menores de edad fueron encontrados en medio de rastros de árboles que parecían formar una colcha y, alrededor, los militares brindando lo necesario para salvarles la vida, pero también para no perder rastro de comunicación con los comandos en tierra de cemento.Uno de los soldados tenía un radio y el otro una antena satelital, que les permitió siempre estar conectados y brindar información de los puntos que los llevaron a encontrar a los niños.Además, se conoció un video que refleja las difíciles condiciones de la selva, donde en medio de la lluvia y a 60 metros de altura fueron sacados los menores. La primera en subir al helicóptero Ángel de la Fuerza Aérea Colombiana fue la pequeña Cristin en brazos de su padre, Manuel, quien también se había internado en la selva para buscarlos.Manuel Ranoque, padre de los hermanitos perdidos en la selva que creyó en "el poder de Dios"Sintiéndose protegida y refugiada, la más pequeña de los cuatro esperaba abrazaba a su padre mientras sus hermanos ascendían a la aeronave. Allí emprendieron rumbo fuera de la selva del Yarí hacia el municipio de Calamar, en Guaviare, donde se recargó combustible y se siguió el camino hasta la Brigada 22 de San José de Guaviare.Pasadas las siete de la noche de este 9 de junio, a lo lejos se empezaba a escuchar el helicóptero. Las hélices del Ángel retumbaban en la base militar, en donde aterrizaron los niños en compañía de varios enfermeros de combate.A la base militar entraron más de 20 vehículos de las entidades territoriales, de la Cruz Roja Colombiana y otros equipos médicos ancestrales, que desde hace semanas estaban preparándose para recibirlos. Pero fue en cuestión de minutos que estos menores fueron trasladados al aeropuerto Jorge Enrique González, en San José de Guaviare.Segundos antes del despegue del helicóptero Ángel, llegó el avión C295 Casa, una aeronave medicalizada con servicio de cuidado intensivo y los equipos médicos con especialistas que acompañarían a los menores en su trayecto hacia Bogotá. Lesly Mucutuy, "guerrera" que fue clave para que ella y sus 3 hermanitos sobrevivieran en la selvaPara entonces, no solo bastaba sentir la alegría y nostalgia por saber que estaban vivos. En el ambiente se podía percibir cómo el deseo de todo un país era que los menores fueran atendidos y recuperaran las fuerzas. Médicos, organismos de socorro y el ICBF hicieron su esfuerzo para llevar alimentos, ropa y medicamentos al interior del aeropuerto.Y si bien hablaban de un milagro, también retumbaba la idea de que se trataba de un poder sobrenatural que estos menores tenían guardado en su corazón, y que les hizo fuerte la conexión con la naturaleza.“Fue una búsqueda incansable sin parar de todas las instituciones públicas. Un esfuerzo también con las comunidades indígenas y el conocimiento tradicional de la selva. Aquí es donde las dos formas de conocimiento se juntaron para lograr un resultado que les salvó la vida a estos niños. Y también, su propio conocimiento del ecosistema”, expresó Susana Muhamad, ministra de Ambiente.A las diez de la noche del viernes, en el aeropuerto, donde ya estaba gran parte de la comunidad esperando a los niños, volvieron a retumbar los sonidos del helicóptero Ángel y del avión Casa. A las 11:11 de la noche, como si se tratara de un deseo cumplido, despegó el avión y, con él, un latido fuerte de toda Colombia.
En medio de abrazos y lágrimas de alegría, que luego se transformaron en baile, los abuelos de los hermanitos hallados en Guaviare celebraron el rescate con vida de sus nietos. Durante 40 días, la familia Mucutuy Valencia estuvo en un hotel de Villavicencio esperando una llamada que por fin llegó.Petro tras hallazgo de 4 hermanitos en la selva: "Quedará en la historia, son los niños de la paz"Narciso Mucutuy, el abuelo de los cuatro hermanitos, aseguró que la palabra alegría queda corta para describir lo que sintió. “No hay como uno suspirar de la alegría de haber encontrado a los 40 días a nuestros nietos desaparecidos en Yarí. Estoy contento, agradecido con el encuentro que hicieron el Ejército y los pueblos indígenas. Me siento contento, alegre, no hay nada más que decir, mi Dios es muy grande”, afirmó.Noticias Caracol compartió esa alegría tras mostrarles a los abuelos las primeras imágenes de los niños a bordo del helicóptero de la Fuerza Aérea. “Se me parte el corazón al ver a mi nieta, de verdad. Doy gracias a Dios y a las personas”, manifestó Fátima Valencia, la abuela.Ellos no podían creerlo. Sus nietos estaban a salvo. Entre el júbilo, también hubo lugar para la tristeza y recordar a Magdalena, la hija que falleció tratando de proteger a los cuatro niños, quienes eran su vida.“La palabra agradecer no me cabe, que me perdonen que lo diga así. Estoy contento, yo como abuelo de los nietos que dejó mi hija que falleció. Agradezco a la empresa que me entregó el cuerpo de mi hija que me fui a guardar en mi territorio”, concluyó el abuelo de los niños.Damaris Mucutuy, tía de los menores, aseguró que la mayor de los cuatro hermanitos, Lesly Mucutuy, fue clave para que sobrevivieran y resaltó que un juego que solían realizar cuando estaban más pequeños los salvó.“Cuando jugábamos, armábamos como ranchitos, entonces yo pienso que todo eso, por las fotos que nos enviaban (de los cambuches), pienso que ella era la que hacía eso. Yo sentía desde mi corazón que ella iba a sobrevivir porque ella tiene la capacidad de aprender muchas cosas”, dijo.En ese sentido, Damaris le dio “mil gracias a Dios, porque, la verdad, sobrevivió ella e hizo que sus hermanitos sobrevivieran también”.También, destacó que algo también importante fue cuando ella y Lesly jugaban en la selva, cerca de donde vivían con su comunidad indígena. Un hecho clave es que la menor de 13 años conocía las frutas y sabía lo que podía comer.“Ella conocía todo, sabía qué fruto no puede comer, porque en la selva existen muchas frutas venenosas, rasquiñosas, uno sabe qué fruta puede comer, qué fruta no puede comer”, comentó Damaris.Perrito Wilson sí estuvo con los niños, ellos mismos lo confirmaron, revela general Pedro Sánchez