Este lunes 22 de febrero inició en Quibdó, Villavicencio, Florencia, Arauca y Mocoa la vacunación contra el COVID. Auxiliares de enfermería, internistas y trabajadores de servicios generales que laboran en las unidades de cuidados intensivos fueron los primeros en ser inmunizados.En Quibdó, el primero en recibir la vacuna contra COVID-19 fue el auxiliar de enfermería Javier Álvarez Villa, de 44 años. Él es trabajador de la UCI de hospital San Francisco de Asís.“Esta vacuna no es el último paso para la pandemia, es un paso muy importante, sí, pero debemos seguir con los protocolos de bioseguridad: el lavado correcto de manos, el tapabocas siempre, el distanciamiento social y seguir las normatividades que dan las autoridades”, dijo.En el Caquetá, la vacunación arrancó en dos puntos: el Hospital María Inmaculada y la clínica Mediláser. La primera persona en ser vacunada es Ángela Constanza Amórtegui, que trabaja como auxiliar de servicios.“Este mensaje va para toda la comunidad caqueteña: (la vacuna) es excelente, no se siente ningún dolor, ninguna alergia, no se siente nada, es algo muy bueno para la comunidad, esencial para que cada día sigamos adelante”, manifestó.En Arauca, el primer vacunado contra COVID-19 fue el médico internista Antonio Rafael Castillo. En ese departamento, la jornada inició con 120 dosis.“Pensé que iba a doler más, pero no, la verdad el dolor fue leve y estaba tranquilo porque había leído bastante sobre la vacuna y la seguridad que ella tiene”, indicó.En Mocoa también se inició con la vacunación contra COVID-19 para 186 trabajadores del área de la salud.Los biológicos fueron trasladados en un vuelo privado directamente desde Bogotá.Los 186 trabajadores de la salud que recibirán la vacuna contra COVID-19 en el Putumayo laboran en el hospital María Hernández. El médico Jacinto Duarte será el primer vacunado. El gobierno nacional destinó para esta región del país 220 mil vacunas, de las cuales solo han llegado 186.Y en Villavicencio inició la inmunización en el Hospital Departamental y en tres clínicas más.El lote de las 960 vacunas será para los trabajadores de la salud. El primero en recibir la dosis fue el neumólogo Félix Anaya, que lleva más de 30 años de servicio a la comunidad.“(No tuve) absolutamente ningún efecto secundario. La molestia sencillita, el pinchazo, pero por demás, no. Realmente pienso que el principal mensaje es que le tengan más miedo al virus, es un virus muy traicionero, muy variable, se comporta de una manera muy distinta en las personas”, manifestó Anaya.En el departamento del Meta se estima que cerca de 5.800 trabajadores de la salud sean inmunizados en lo corrido de los próximos 15 días.La próxima ciudad en dar inicio a la vacunación es Yopal, Casanare.
La Contraloría encontró que la demora en Mocoa es tal que las obras estarían embolatadas. Aunque se han entregado 300 casas, solo se ha avanzado en un 20% en las dos etapas en las que deben construir otras 900 viviendas, con una inversión de más de 52 mil millones de pesos.El retraso en Mocoa también se evidencia en el hospital y en el megacolegio, que debió empezar a construirse en 2018 y cuyas obras solo iniciaron hace seis meses.La Contraloría alertó que tan solo se han ejecutado entre un 10% y un 12% de los recursos destinados a este proyecto. También señaló que, a la fecha, las obras más importantes no cuentan con diseños aprobados.
En la vía Mocoa-Pasto el desbordamiento de una quebrada arrastró a un vehículo particular hasta un abismo de 50 metros.Sandra Patricia Teherán, funcionaria de una petrolera, falleció en el accidente, pero el hombre que manejaba el vehículo sobrevivió.“En el momento estaba lloviendo bastante en el sector, los vehículos estaban pasando con precaución sobre la quebrada, pero al momento este vehículo tipo camioneta Duster Renault pasa por el lugar, se viene una creciente y es arrastrado aproximadamente 50 metros cañón abajo”, detalló el teniente Hernán Hernández, comandante operativo de Bomberos de Mocoa.El mal tiempo dificultó las labores de rescate del hombre y la víctima fatal.“Hay una persona de sexo masculino que se logra sacar, transportar hasta el hospital José María Hernández, él ayudó por sus propios medios a salir”, contó el teniente Hernández sobre el sobreviviente.El cuerpo de Sandra Teherán fue llevado a la morgue del hospital de Mocoa y desde ahí trasladado a su lugar de origen, en el municipio de Orito.
Comerciantes esperan que, tomando todas las precauciones, los ayuden porque una avalancha y una pandemia los está llevando a la quiebra. “Gracias a Dios no tenemos el COVID-19 en Mocoa, pero también tenemos que proteger nuestra economía porque acabamos de pasar de una tragedia de la avalancha y seguimos con la pandemia eso nos tienen preocupados”, dice un comerciante de la zona. Para regiones como Mocoa, Putumayo, y otros 800 municipios libres de coronavirus en Colombia, el gobierno ya prepara un decreto para una eventual apertura condicionada. Uno de los puntos clave es que los municipios deben estar a ciertos kilómetros de distancia de algún lugar con COVID-19. Sin embargo, la última palabra la tendrían los alcaldes y gobernadores. Arauca, Guanía, Guaviare, Putumayo, Vaupés y Vichada son por ahora los departamentos que están sin casos.
La mamá y sus tres hijos llegaron con un alto grado de desnutrición y laceraciones a Puerto Asís. Este fue el papel que jugó una comunidad indígena en su rescate. El pasado 20 de diciembre, María Oliva Pérez se perdió en la selva peruana junto a sus hijos Mayi Alexandra, de 14 años; Geraldin, de 12; y Jean Carlos, de 10. Se extraviaron cuando regresaban al Putumayo, después de visitar a un familiar en Perú. En medio de su travesía encontraron una comunidad indígena peruana, que dio aviso a las autoridades y estas coordinaron su traslado a Colombia. Allí se dio el esperado reencuentro entre la mujer y sus hijos con su esposo. “La madre confirma que estos días se alimentaron de frutos silvestres y de lo que encontraron en el camino”, reportó el general Sergio Serrano, comandante de la Fuerza Naval del sur. Entretanto, la Secretaría de Salud de Putumayo informó que los pacientes se encuentran bajo vigilancia médica debido al estado de deshidratación y desnutrición. Uno de los pequeños sería remitido a un centro asistencial en Pasto al presentar un cuadro clínico más delicado.
Más de 400 mil millones de pesos fueron destinados para esta construcción en el sur de Colombia. La carretera, con puentes construidos, permanece abandonada. Puentes construidos que no llevan a ningún lado, vallas que anuncian el cumplimiento del sueño de una nueva vía entre Nariño y Putumayo, este es el panorama que hoy tienen las obras de la variante entre San Francisco y Mocoa, vía en la que se han invertido más de 400 mil millones de pesos. "Lamentablemente se ha declarado como un detrimento patrimonial, porque ya pasó de ser elefante blanco a un mamut blanco. Esta obra tuvo una adjudicación de 428 mil millones de pesos, 401 mil en obras de ingeniería, más 27 en Interventoría, pero se abandonó”, dijo Francisco Revelo, presidente de Cámara de Comercio de Pasto. Desde hace 4 años, las obras de la variante permanecen abandonadas. La maleza ya se encuentra sobre el asfalto, las columnas de los puentes construidos ya presentan deterioro y otra de las estructuras quedó a medias. “Se abandonó por falta de planificación, por falta de política pública, respaldo de ambos departamentos, tanto de Nariño como de Putumayo, y, sobre todo, del gobierno central", sostiene Revelo. La actual trocha que comunica a Nariño con Putumayo fue construida desde 1930 por la guerra con Perú y es esa misma trocha la que, al día de hoy, es usada como única carretera para unir a San Francisco con Mocoa. El mal estado de esta vía ya ha cobrado la vida de más de 1.000 personas, debido a la alta accidentalidad y lo estrecho de la misma. "Los ingenieros estamos haciendo un tránsito como difícil, no hacemos buenos diseños, buenos diagnósticos, pero básicamente esta vía arranca con un mejoramiento, unas especificaciones de 40 km/h, cambian las especificaciones de ancho, las entretangencias, la velocidad pasa a 60 Km/h", afirmó Nelson Peña, de la Asociación de Ingenieros de Nariño. La nueva vía tendría un gran impacto ambiental en esta parte del Amazonas, según el presidente de la Veeduría de la Vía San Francisco-Mocoa, se necesitan cerca de dos billones de pesos para terminar lo que hace parte de la variante. "Es necesario terminar 28 kilómentros de obras que están en un área de reserva ambiental protegida, requiere unas correntías, unos puentes para manejo especial de fauna, de aguas y esos 28 kilómetros necesitan alrededor 1.8 Billones de pesos", dijo Revelo. Sectores sociales, productivos y políticos de la región se han unido para solicitar el compromiso del Gobierino nacional. "El presidente (Iván) Duque cuando estuvo en su taller Construyendo País, aquí en la ciudad de Pasto, se comprometió como con 35 proyectos estratégicos para el departamento de Nariño y, dentro de esos, habló de la variante San Francisco-Mocoa", dijo Ramón de los Ríos, diputado de Nariño. Ante el abandono de esta variante, el Invías anunció que, dentro de este periodo de gobierno, se elaborará un Conpes que permita el financiamiento de la obra, para que, en un periodo máximo de 10 años, por fin, sea concluida.
Se perdieron dos mil millones de pesos en un complejo de piscinas olímpicas que nunca se terminó y 400 mil millones en una variante. A sanción presidencial pasó el proyecto de ley con el que se busca crear un registro de obras inconclusas. Con esta iniciativa se busca ponerles freno a los hechos de corrupción. Ante este anuncio, en Colombia se conocen varios casos en los que se han invertido recursos públicos y las obras nunca fueron terminadas. Tal es el caso de Puerto Boyacá, municipio en el que se invirtieron más de 2 mil millones de pesos para la construcción de un complejo de piscinas olímpicas. Hoy en día, esta obra está abandonada. La promesa de convertir a este territorio en el epicentro de formación para los nadadores de élite del departamento de Boyacá quedó en medio del olvido y la maleza. “Aquí hay una obra olvidada desde el 2004. Esto ha sido un elefante blanco por el abandono estatal”, puntualizó Diomedes Vergara, líder cívico de Puerto Boyacá. Según el alcalde de este municipio, la culminación de este complejo de piscinas olímpicas costaría más de 10 mil millones de pesos, recursos con los que no cuenta actualmente la administración. Asimismo, en Mocoa, sur de Colombia, está el caso de la construcción de la variante San Francisco, un corredor vial que lleva más de 20 años de obra. Esta variante costó más de 400 mil millones de pesos. Se logró la construcción de puentes, pero actualmente está abandonada. “Esto es lamentable, primero se declaró como un detrimento patrimonial, pero ya pasó a ser un elefante blanco. Esta obra tuvo una adjudicación de 428 mil millones”, afirmó Francisco Revelo, presidente de la Cámara de Comercio de Pasto.
Los desprendimientos han sido a causa del invierno. Ante la falta de maquinaria por parte del contratista, aún no se conoce cuando se habilitará el paso. Por su parte, varios usuarios están arriesgando sus vidas con tal de transitar a pie por los sitios donde la carretera quedó colapsada.
Cerca de 4.000 familias indígenas no han podido llegar a la capital de Putumayo debido a la fuerte creciente de la quebrada Cuscunga. Entre los casi 40 derrumbes y la avalancha de piedras y lodo se llevaron todo a su paso, por lo que un tramo de la carretera quedó destruido. “Ha habido una avalancha anoche, a las 9 de la noche, hasta que amaneció. Quedó todo tapado y derrumbado”, indicó Eráclito Sánchez, transportador de la zona. Esta situación ha obligado a decenas de habitantes a transitar con sus elementos al hombro. Habitantes de la zona han expresado que “ahí en la Cuscunga, ya creo no hay pasadero” y que, además, “hay atrapadas unas motos, hay atrapado un carro”. La Alcaldía de Mocoa evalúa la situación. “Ya mirando el derrumbo, con la máquina que manejo no se puede destapar. Ahí tienen que traer una retro grande de oruga”, expresó un funcionario. Los daños en la vía afectaron a varias familias indígenas que regresaban de un encuentro en la zona.
El sujeto, que trabaja para la Unidad Nacional de Protección, quiso emprender la huida y el oficial se paró frente al vehículo. Sucedió en Mocoa. “Al intentar conseguir los documentos, el sujeto emprende la huida con el vehículo. Tuve que colocarme de frente para que el carro no huyera del lugar, ante lo cual el señor me arrolló”, contó Gilberto Arteaga, agente de tránsito de Mocoa. El infractor fue identificado como Rolan David Carvajal. El secretario de Tránsito de Mocoa pidió a la Unidad Nacional de Protección que tome cartas en el asunto. Entretanto, el agente entablara una denuncia ante la Fiscalía por el delito de agresión a funcionario público.
Investigadores de la Policía recopilan pruebas y testimonios para determinar qué pasó con el economista de 33 años Jaime Zamora, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en el shut de basuras del edificio donde vivía en Bogotá.El grupo de criminalística fue alertado por los habitantes del complejo residencial, que no salen del asombro por el hallazgo del cadáver de uno de sus vecinos en una caneca de la basura.“Solo saben ellos. Ojalá que encuentren una respuesta adecuada para que el resto de gente esté pendiente y sepa lo que pasa”, dice una habitante del sector.Testigos aseguran haber visto el viernes por la noche al economista en una reunión con amigos en su apartamento. Según uno de los asistentes a la reunión, hubo consumo de bebidas alcohólicas.El amigo de Zamora también les contó a los investigadores de la Sijín que el hombre había anunciado que iría al baño y luego de un tiempo, cuando lo echaron de menos y lo buscaron, no lo encontraron en ningún lado. Pensaron, dicen, que se había ido.Fue solo hasta el día siguiente, el sábado a las 7:15 a.m., cuando una de las aseadoras que realizaba las labores de limpieza en el cuarto de aseo del sótano halló, dentro de una caneca negra, el cadáver del economista que se desempeñaba en el área de importaciones en una reconocida aerolínea.“El primer análisis por parte de este grupo de criminalística observa que no hay un hecho violento. Continuará la investigación”, comentó la mayor Nohora Ñustes, comandante de la estación de Policía Teusaquillo.La principal hipótesis apunta a que Jaime cayó por el ducto de basuras desde el segundo piso y la investigación de las autoridades se centra en determinar si el profesional fue lanzado o se trató de un accidente.Noticias Caracol conoció que el cuerpo no presentaba heridas externas visibles y que el hombre no tenía antecedentes penales.
Para llegar hasta el municipio de Puerto Nariño es necesario abordar una lancha que tarda cerca de dos horas desde Leticia, navegando por el río más caudaloso del mundo: el Amazonas. Actualmente, no existe una vía terrestre que tenga comunicación directa con las diferentes comunidades.Viajar a esta zona del país, en medio de la selva amazónica, es adentrarse en otra realidad; tanto así que por sus calles no transita ningún tipo de vehículo. Sus cerca de 8 mil habitantes deben desplazarse a pie para llegar al hospital en donde adelantan las jornadas de vacunación contra el COVID-19."Hemos tenido gran acogida, hemos tenido bastante población que viene, se acerca, pregunta por la vacuna, pregunta por el día que le corresponde y en qué etapa estamos, para saber qué día puede acercarse a vacunar", destaca Mary Luz Carreño, coordinadora del programa de vacunación en Puerto Nariño.Entre la comunidad indígena de este municipio existe cierta resistencia para acceder a la vacuna, por eso, el primer vacunado fue un indígena huitoto-murui, quien, además, es enfermero en un hospital."Había ciertas dudas, pero sabes que nosotros los indígenas, mis paisanos, somos maliciosos. Había ciertas dudas que se comenzaron a esclarecer porque posteriormente a ser vacunado se tomaron algunos videos que ellos llevaron a sus comunidades para hacerle saber que no he tenido ninguna reacción a las vacunas", cuenta Álvaro Sánchez, primera persona en recibir la dosis contra el COVID en Puerto Nariño.Luego de conocerse la noticia de este primer vacunado y de su buena experiencia, la asistencia ha sido masiva."A la fecha hemos vacunado, aproximadamente, a más de 900 personas. Todas las que están estipuladas en cada una de las etapas", resalta Mary Luz Carreño.Sin embargo, las autoridades siguen realizando campañas de educación en las comunidades para que acepten aplicarse las dosis contra el COVID-19."He encontrado posiciones positivas de las comunidades que sí se van a vacunar, aunque no todos, porque muchos manifiestan seguir con el tratamiento de la medicina tradicional ancestral", indica Humberto Monje, presidente de la Asociación Indígena Aticoya.El trabajo articulado ha sido el elemento principal para que la población acuda a inmunizarse."Ha sido muy receptivo el llamado y queremos felicitarlos porque, a pesar de que es una población indígena y que tienen sus creencias, han acudido al llamado y hemos tenido muy buena receptividad”, añade Mary Luz Carreño.Para Puerto Nariño fueron destinadas 1.871 vacunas, en esta primera etapa. Las autoridades esperan cumplir con las metas y así blindar al municipio para reactivar la economía y el turismo, su principal fuente de ingresos.
En el parque La Leyenda Vallenata todavía permanece un pendón de la versión 53 del Festival Vallenato, que se iba a realizar en honor a Jorge Oñate. ¿Qué pensaba el jilguero de América de tan anhelado homenaje? “Creo que faltaba este homenaje, no podemos desconocer que hay muchos festivales que me han homenajeado y me están homenajeando, pero el Festival Vallenato es el más grande reconocido, no en Colombia solamente, en el mundo”, dijo Jorge Oñate, Q. E. P. D., en septiembre de 2019.Con la aparición de la pandemia del coronavirus COVID-19, la máxima fiesta de acordeones tuvo que ser aplazada para septiembre de 2020, pero se hizo de manera virtual y sin homenaje.“¿Por qué no se hizo virtualmente? Porque nosotros consideramos que Oñate debe ser presencial, es una figura, un hito dentro de la música, muy respetable. Entonces, yo creo que tenemos que esperar”, dijo en su momento Efraín Quintero, vicepresidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.El coronavirus, empecinado con el artista, lo llevó a la clínica el pasado 18 de enero de 2021 y, con otras patologías, lo privó de disfrutar del máximo reconocimiento a sus más de 50 años de historia musical.“Yo nazco con el festival, me oyen los señores de la disquera en el primer festival. Yo vivía en Bogotá, venía a los festivales y así me hacen propuesta para grabar”, comentó Jorge Oñate en septiembre de 2019.El jilguero de América, con su canto, cautivó a una gran fanaticada que también esperaba el homenaje en el festival.El tributo ahora será póstumo en la plazoleta de la Gobernación del Cesar, en Valledupar. La muerte de Jorge Oñate, ícono del vallenato, se produjo por complicaciones de salud que tuvo tras vencer al COVID-19.
Tremenda sorpresa se llevó la Policía en Sabaneta, sur del Valle de Aburrá, cuando descubrió que un carro, que se vio involucrado en un accidente, transportaba media tonelada de clorhidrato de cocaína.Testigos informaron a los uniformados que una camioneta blanca marca Toyota TXL atropelló a un motociclista y se fugó por una vía alterna.La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval) siguió el mismo camino para ubicar el carro. Finalmente, lo encontró parqueado frente a una vivienda.“Al ser verificado el vehículo, los uniformados encontraron que dentro del automotor eran transportados 25 costales de color negro, los cuales contenían -cada uno- 20 paquetes de clorhidrato de cocaína, con las marcas ‘patek’ y ‘Ik7’, para un total de 500 paquetes de aproximadamente un kilo cada uno”, precisó Meval.De acuerdo con las autoridades, la media tonelada del estupefaciente está avaluada en 3.000 millones de pesos.Se investiga a qué grupo delincuencial pertenece el clorhidrato de cocaína, cuál era su destino y su procedencia.
Jorge Oñate, nació en villa de La Paz, Cesar, hijo de Daniel González y Delfina Oñate. Era el menor de tres hermanos.A los 8 años su madre lo llevó a Bogotá para que terminara sus estudios de colegio, pero cursó hasta décimo grado porque pesó más su amor por el sonido del acordeón.Ad portas de terminar su bachillerato, Oñate fue contratado como el cantante principal de un grupo llamado ‘Los Guatapurí’ y con ellos lanzó su primer álbum ‘Festival vallenato’.Luego, a sus 19 años se unió al grupo de ‘Los hermanos López’, donde logró construir una carrera más sólida y madura, una etapa en la fue reconocido y dio un gran aporte al folclor vallenato.“Yo fui el que abrí el camino en la era de los cantantes de vallenato, el primero que aparece es Jorge Oñate. Ahí se parte el vallenato en dos, acordeonero y cantante”, comentaba.Años después, realizó grandes y poderosas duplas, con Emiliano Zuleta Díaz, Nicolás Mendoza, Raúl Martínez y Christian Camilo. Creó grandes obras de la escena vallenata como ‘Nido de amor’ y ‘La aplanadora’.Un camino lleno de asares, sacrificios y logros musicales que lo consolidaron y le dieron el apodo ‘El jilguero de América’ y ‘ruiseñor del Cesar’.Otro de los escenarios que pisó Oñate fue el de la política. Fue concejal de su pueblo, representante a la Cámara y diputado a la Asamblea del departamento del Cesar.Pero sin duda el vallenato fue el género que logró moverle fibras. Influencias de bolero y ranchera les dieron un toque único a sus melodías.Este artista que logró 5 Congos de oro por su participación de orquestas en el Carnaval de Barranquilla y el reconocimiento a la excelencia musical en los Grammy Latino. Deja un gran legado al folclor colombiano con canciones que seguramente se silenciarán.