Hay indignación en Providencia y Santa Catalina luego de conocerse un video en el que se ve, presuntamente, a militares hurtando algunas de las ayudas enviadas a los isleños, que tanto las necesitan tras el devastador paso del huracán Iota.El Ejército anunció acciones contra los involucrados y tres soldados fueron trasladados a Bogotá, en donde deberán responder ante las autoridades judiciales.Los altos mandos de la institución rechazaron contundentemente esta conducta de los uniformados.
Treinta días después de que el huracán Iota -catalogado como el más fuerte y destructor de la temporada 2020- pasara por Providencia con vientos de más de 240 kilómetros por hora, sus más de 5 mil habitantes tienen vivo el recuerdo de cómo arrasó prácticamente todo.“En esos momentos nadie estaba esperando que se volviera tan grave la situación, techos volando y cosas, a nosotros nos tocó salir de la casa”, cuenta Dixner Bernard, damnificado de Providencia.Después del caos, tratan poco a poco de reconstruir lo perdido. No obstante, advierten que falta mucho por hacer.“El gobierno sí vino, llegaron, anotaron y vieron que la cosa está mal, pero que después lo van a arreglar”, comenta Willi Whitaker.Muchos duermen en carpas o albergues, reconocen que sí están llegando alimentos, pero faltan insumos para la reconstrucción.En las calles se nota la titánica labor de limpieza y remoción de toneladas de escombros por parte de la fuerza pública. El servicio de energía se restableció en varios sectores, mientras que el agua potable se distribuye en tanques.Susana Correa, gerente para la atención y reconstrucción del archipiélago, manifestó que al 10 de abril del 2021 se deben tener construidas y reparadas alrededor de 1.266 viviendas con todos los servicios.
Los menores no esperaron y abrieron de inmediato los obsequios donados por Pepe Ganga para los Encuentros Navideños en Providencia.Los padres también recibieron ayuda: alimentos y elementos de aseo indispensables en esta época de escasez, en medio del coronavirus COVID-19 y los estragos que dejó el huracán Iota.“Es muy importante este gesto en este momento tan difícil que estamos pasando. Gracias, que mi Dios les multiplique y muchas bendiciones a todos ustedes que dejaron sus familias y vinieron a brindarnos una ayuda”, dijo Marie, una de las madres beneficiadas con estos Encuentros Navideños.
Un millonario contrato de alumbrado navideño en San Andrés llevó a que una delegación de la Contraloría llegará a la isla para investigar la transacción que muchos cuestionan. Algunos incluso preguntan si era necesaria teniendo en cuenta que el archipiélago pasa por muchas necesidades tras los estragos del huracán Iota.“Hay muchas personas necesitadas de alimentos… en vez de gastar todos esos millones que se gastan en alumbrado de Navidad, dárselos a las personas que sí necesitamos”, sostuvo Melanie Gómez, habitante de San Andrés.Uno de los puntos que más llamó la atención de la Contraloría es por qué el contrato tiene un valor tan alto si varias figuras del centro están en calidad de alquiler.Mientras que algunos ciudadanos rechazan esta inversión, turistas manifiestan que con este alumbrado se incentiva la reactivación económica y turística de la isla.Entretanto, la Contraloría ya tiene en su poder el expediente del contrato que pasó a una etapa de análisis para identificar si hay o no irregularidades.
Han pasado 11 días y en la memoria de los isleños quedará por siempre lo que pasó ese lunes 16 de noviembre con el huracán Iota.El bombero Donald Archbold fue uno de los tantos héroes de aquel trágico día. Su cuñada, Charlotte Brown, recuerda cómo ocurrió todo.“Mi cuñado es bombero… no sé si fue obra de Dios; había una cuerda que venía flotando, esa cuerda la cogió, la amarró a un palo y estábamos toda la familia amarrados a esa cuerda. Estuvimos como cuatro horas, todo el huracán lo pasamos ahí, se venía el mar y los niños gritaban 'me voy a morir'”, relata.No importaron las circunstancias, con valentía y luchando contra las fuertes olas del mar, buscó la manera de mantenerlos con vida.“La amarré a un palo y la extendía hasta donde estaban los demás para que todo el mundo pudiera agarrarse de ahí mientras pasaba ese huracán porque venía con mar de leva”, rememora este bombero.Relatos que estremecen… ellos lograron sobrevivir y ahora luchan por reconstruir su hogar.Más sobre la situación en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina:
A la tragedia que dejó el paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, se suma otra preocupación: se trata de ese enemigo invisible que ha sacudido al mundo en 2020.Aunque las autoridades adelantan jornadas para detectar a contagiados con coronavirus, quienes lo perdieron todo están en lugares acondicionados como albergues y conviven con personas que son sospechosas o portadoras“De las personas que pudimos hacerles la prueba salieron positivos y estaban en compañía de más personas dentro del mismo refugio”, reconoce Yudi Eugenia Gallego, directora del Hospital de San Andrés.Por eso la preocupación por la propagación es latente entre los isleños.“Cuando eso se empezó a derrumbar, los trajimos todos hacia mi casa. Estábamos como 35 pero ya no más somos cuatro familias, estamos cocinando todos en el mismo lugar”, dice Claudi Ward, afectada por el huracán en Providencia.Sin embargo, no todo es preocupación: a la isla siguen llegando ayudas, la última a bordo de un avión hércules de los Estados Unidos que aterrizó con insumos y personal militar para la reconstrucción de la isla.Así avanza la situación en el archipiélago:
Un documento, elaborado por la Procuraduría General el 5 de febrero de 2019, señala que el archipiélago de San Andrés y Providencia está situado en el cinturón de huracanes del Caribe, por lo que requería tomar acciones de prevención.El Ministerio Público advierte que, si bien el departamento había diseñado un plan de gestión del riesgo de desastres, no evidenciaba ejecución o implementación de las obras y medidas propuestas que permitirían mitigar o reducir los peligros.En el documento se hablaba de garantizar las condiciones seguras de alojamiento temporal en campamentos, prestación continua del servicio de agua con motobombas, carrotanques, plantas potabilizadoras, banco de maquinaria con herramientas, equipos, vehículos y ayuda humanitaria.Como si esto fuera poco, otro documento del 5 de febrero pasado, del mismo organismo de control, señala que no estaban dadas las condiciones para afrontar una emergencia.Vea cómo avanza la recuperación del archipiélago de San Andrés y Providencia:
A Providencia llegaron unas cápsulas completamente herméticas que la Defensa Civil entregó a la Fuerza Aérea para poder trasladar en sus aviones medicalizados a quienes están contagiados con COVID-19.Providencia ya tiene un hospital de campaña que cuenta con una zona de aislamiento destinada a quienes han resultado contagiados en medio de esta tragedia. No obstante, algunos pacientes necesitan ser evacuados.“A la fecha se ha realizado el traslado de dos pacientes diagnosticados con COVID-19, obviamente realizando todos los protocolos de bioseguridad para preservar la vida del paciente, en primera instancia, y segundo, para proteger la integridad de la tripulación”, señaló la mayor Luisa Fernanda Corredor, jefe de evaluación y traslado aéreo médico.En el archipiélago aumenta la preocupación, pues cada vez son más las personas que resultan contagiadas con coronavirus en Providencia y Santa Catalina.Así avanza la situación en la isla tras el paso de Iota:
En Providencia, los isleños siguen ingeniándoselas para salir adelante en medio del desastre que dejo el huracán Iota, el primero de categoría cinco en golpear a Colombia.Ante la falta de lugares con techo, algunos han acondicionado vehículos para dormir allí.“Hay que usar todo lo que se pueda porque realmente no hay nada”, dicen algunos de los afectados.Otros, como Luis Newball, criticaron a la gente que estaba aprovechando la tragedia para saquear lo poco que quedó.Por eso la petición de Diego Flórez: “Necesitamos plantas de energía para que podamos reactivar un poco las cosas. Adicionalmente, necesitamos seguridad; a todos los policías se los llevaron, quedamos a merced de las personas que querían atacar nuestros locales”.Solo hasta el domingo podría retornar el servicio de luz en el centro de la islaEntretanto, en San Andrés se conocen historias que emocionan, verdaderos ejemplos de solidaridad.El italiano Renato Marciano, quien hace ocho años vive en el archipiélago, les abrió las puertas de su casa a cuatro mujeres con sus cuatro niños.“Mi empleada me contaba que tenía una hija en Providencia con sus nietos, que estaban sin casa, el huracán se les llevó todo. Entonces decidimos recibirlos en su casa. El humano en este caso saca ese honor de sí mismo”, dice el extranjero.Gestos de hermandad entre San Andrés y Providencia, de esa generosidad que tanto necesita la isla.Le puede interesar:
Vincent Newball es la segunda víctima mortal identificada tras el paso del huracán Iota por San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Un hombre de 76 años conocido por casi todos en la isla.Estaba cuidando una casa en Santa Catalina cuando la muerte lo encontró. Catrine Archbold, su familiar, habló con Noticias Caracol antes de que su cuerpo fuera encontrado.“En el momento en que el huracán estaba azotando las islas, él estaba en Santa Catalina cuidando una casa. La casa la encontraron derrumbada, estuvieron buscando en los escombros”, apuntó la mujer.Newball fue capitán de barco prácticamente toda su vida, hasta que una trombosis -que le afectó su capacidad motora- lo alejó un poco del mar.“Él es una persona muy querida en la comunidad de Providencia, le encanta charlar con la gente, conoce toda la historia del archipiélago, habla del tema de Morgan, el planeta, la Luna, el medio ambiente, la pesca”, contó su familiar.Y así será recordado Vincent, recorriendo las islas, contando las historias del archipiélago.Le puede interesar:
El 2021, confiaban muchos, sería el año de la reactivación, pero enero sorprendió con más confinamientos, contagios de COVID-19 desbordados y un sistema de salud colapsado. A diario se publican cifras económicas devastadoras.A Guillermo Marttá, por ejemplo, las cuentas no le cuadran. En su local de electrodomésticos, los arriendos, los servicios y el pago de nóminas lo ahogan cada día más.“Nosotros teníamos proyectado mucho más este año, que de pronto se iba a reactivar, pero, así como están las cosas es difícil que se pueda cumplir esas metas. Va a tocar reducir más la planta de los empleados”, cuenta.Y es que la crisis económica se ha traducido en nuevas necesidades y en muchos casos hasta en hambre.Fedesarrollo estimó el costo que generarán las restricciones y cuarentenas en todo el país y planteó dos escenarios:En el que el retorno a las actividades económicas se dé en febrero en un nivel similar al observado en diciembre, esto le costaría al país 8,3 billones de pesos.En el que el retorno a las actividades se haga de manera gradual hasta el mes de marzo, costaría 12,5 billones de pesos.“Es decir estamos hablando de una cifra entre el 0,8 y el 1,2 por ciento del producto interno bruto. Esto por supuesto además traerá consecuencias en materia del empleo, estimamos que la tasa de desempleo podría subir entre 0,6 y 0,9 décimas, lo que implica que alrededor de 146 mil personas quedarían desempleadas producto de los costos asociados con estas restricciones”, indica Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.En solo Bogotá y la región, según la Cámara de Comercio, se han cerrado el 11 por ciento de empresas, es decir unas 450.000 que no están generando empleo.Sin embargo, aunque el dilema de la economía vs. salud ya completa un año entre los gremios y el gobierno, la realidad es que el futuro dependerá del autocuidado, del ejemplo que dé el comercio con el uso adecuado del tapabocas y el control de las aglomeraciones con la venta informal.En contraste, para evitar el colapso del sistema de salud colombiano, especialmente de las unidades de cuidado intensivo, expertos en salud hablan de la necesidad de mantener a las personas en casa.“Las medidas como cuarentenas y toques de queda contribuyen a disminuir el contacto social y eso a su vez disminuye las tasas de contagio de COVID”, señala Fernando de la Hoz, profesor de epidemiología de la Universidad Nacional.“Definitivamente, todas las medidas que lleven a disminuir la interacción, que haya menos movilidad y menos contacto entre nosotros va a hacer que esa velocidad de trasmisión del virus disminuya”, anota el epidemiólogo Carlos Álvarez.Por su parte, el epidemiólogo Jorge Cortes asegura que desde la perspectiva de salud pública son efectivas las medidas.“Disminuyen el número de enfermos, disminuyen el número de hospitalizaciones, disminuyen la mortalidad; de hecho, los chinos comprobaron que con estas medidas se podía controlar la pandemia”, agrega.Para ellos la mayor presión está en las UCI y también es la principal razón para que se adopten medidas como la ley seca y los toque de queda.“Es básicamente disminuir la presión que tienen las unidades de cuidado intensivo recibiendo otro tipo de pacientes, que no sean pacientes con COVID”, subraya Jaime Ordóñez, epidemiólogo y magíster en economía de la salud.“Quedarnos en la casa ayuda a disminuir la cantidad de casos que van a llegar, obviamente la cantidad de casos de infección, pero también la cantidad de casos que llegan a las unidades de cuidado intensivo”, explica María Fernanda Gutiérrez, viróloga de la Universidad Javeriana.Pero, además, coinciden en que mientras no haya vacuna, frente a los picos de contagios, las cuarentenas serán necesarias.“Lo que pretende este tipo de cuarentenas es disminuir la alta ocupación en las unidades de cuidado intensivo en los sectores que hoy están presentando ocupaciones superiores al 80 por ciento”, manifiesta Fabiola Rey, epidemióloga de la Universidad EAN.“La mejor forma de mantener un equilibrio adecuado entre la economía y la salud es hacer una búsqueda activa de personas asintomáticas en la población general, aunque el país ha aumentado el número de pruebas en los últimos días se deben al menos triplicar”, agrega Ordóñez.Bogotá ha sido la ciudad más golpeada por las restricciones y donde se alberga gran parte del comercio en el país, solo la capital representa la mitad de los costos que a nivel nacional dejarán los confinamientos.Por eso, hay una mesa de diálogo entre los gremios y el Distrito para evaluar las medidas a tomar frente a la crisis.“Los sectores nos han enviado cartas donde muestran sus números y nos proponen unas soluciones que van desde el tema tributario hasta el tema de fondos o inclusive como hablaron los doctores del rastreo y desde ahí nos sentamos a mirar qué es viable de manera inmediata. Por eso sesionamos cada 15 días para ir en la misma secuencia de la enfermedad. La pandemia sin duda ha ocasionado unos costos muy altos en el mundo y por donde lo mires y como lo midas y Bogotá no es la excepción y por eso queremos estar sesionando colaborativamente con los expertos en economía, así como están sesionando los expertos en salud”, asegura Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico.Los médicos reiteran la importancia del autocuidado como una medida fundamental para, entre todos, frenar la propagación del virus.
Dos sismos de 7 y 5,9 grados de magnitud en la escala de Richter sacudieron este sábado, con apenas 30 minutos de diferencia, la Antártida y el centro de Chile, respectivamente, y las autoridades chilenas pidieron evacuar las zonas costeras del continente helado por riesgo de tsunami.La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) explicó que el primer temblor tuvo lugar cerca de las 20:36 hora local (23:36 GMT), a 210 kilómetros al este de la Base Eduardo Frei, que presta apoyo a todo tipo de investigaciones científicas y de donde fueron evacuadas 80 personas.También fueron retiradas 40 personas de la Base Bernardo O'Higgins, gestionada por la Armada chilena, así como personal de otras bases extranjeras cercanas, y hasta ahora no se han registrado daños.Tras el terremoto, los ciudadanos de Chile recibieron un mensaje de alerta en sus teléfonos móviles en el que se pedía evacuar todas las playas por riesgo de tsunami y fueron varias las escenas de pánico registradas a lo largo de todo el país, que se encuentra en plena temporada estival, con miles de personas de vacaciones en las zonas costeras.Las cadenas locales emitieron imágenes de familias enteras huyendo de las playas y subiendo a los cerros y de ciudadanos agolpándose en las gasolineras para rellenar los depósitos de los autos.La Onemi aclaró luego que la alerta se trató de un error de digitalización y que la evacuación se refería solo al territorio antártico."Atención. Reiteramos que no se ha declarado evacuación para el borde costero a nivel nacional, sólo para zona de playa del territorio antártico", insistió la institución dependiente del Ministerio del Interior en su cuenta de Twitter.Apenas treinta minutos después del temblor en Antártida, un nuevo seísmo de 5,9 grados de magnitud y 122,4 kilómetros de profundidad, se produjo a las 21:07 hora local (00:07 GMT), a 14 kilómetros al este de Farellones, en la zona central de la cordillera de Los Andes.El movimiento telúrico, que no ocasionó ni destrozos ni víctimas, se sintió con especial intensidad en Santiago, donde cientos de personas abandonaron sus viviendas, confundidas además por el erróneo mensaje de emergencia.Desde la época de la colonia, Chile, de 19 millones de habitantes, ha tenido al menos 80 terremotos, que solo en los últimos 60 años han causado más de 40.730 muertos.Situado en el llamado Cordón de Fuego del Pacífico, Chile es considerado uno de los países más sísmicos del planeta y sufrió su último gran terremoto en febrero de 2010, que fue de 8,8 grados de magnitud y provocó más de 525 muertos.
Wilmer Sanjuán Pacheco es un biólogo-bioquímico, hijo de madre colombiana y padre venezolano, quien desde hace seis meses trabaja en un laboratorio ubicado en Bélgica que produce la vacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.Él es uno de los responsables de fabricar el llamado principio activo, que es la base de una de las vacunas esperadas para luchar contra el COVID-19."Es una molécula parecida a la molécula spike, que es la molécula de la espina del virus COVID y lo que hacemos es tratar de copiar la molécula y producirla a gran escala. Es una molécula que va a entrar al cuerpo por medio de una vacuna y le va a decir al sistema inmune de los vacunados: ‘mira, pilas, hay un fulanito de tal que se parece a esto que te estoy trayendo, que si va a entrar a tu cuerpo te va a provocar muchos problemas de salud. Ponte a producir tus armas para cuando este fulanito entre a tu cuerpo estés preparado para poder combatirlo’.Es la proteína que simula la entrada del virus al cuerpo humano. El principio activo fue ensayado en las diferentes fases de preclínica en animales de laboratorios destinados para este tipo de ensayos y después en humanos, que fueron las fases de estudios para identificar cómo se va a comportar el cuerpo humano frente a este principio activo. Los resultados fueron prometedores, resultados de inmunización entre el 60 y 90%. Fue por eso que se dio la autorización para seguir produciendo ese principio activo", explica Wilmer.Vaticano destinó parte de vacunas contra el COVID-19 para habitantes de calleDesde su cargo, en la planta en Bélgica, Wilmer explica los tiempos de producción del principio activo base de esta vacuna que está siendo distribuida en varios países."Puede tardar tres semanas en producir digamos 1.500 litros de principio activo, y son procesos en continuo. En un mes, mes y medio, podríamos tener 1.500 litros de principio activo que digamos van a surgir o a llevar otros procesos para que sean finalmente aptos para la construcción de la vacuna”, dice.Desde el laboratorio, donde pasa gran parte del día junto a otros científicos asiáticos, africanos y de otras partes del planeta, cuenta detalles inéditos de lo que Oxford y AstraZeneca han hecho para lograr en tiempo récord una de las armas fundamentales contra la pandemia."Lo que estamos haciendo es como reciclar, estamos reciclando investigaciones que se hicieron hace 30 - 40 años. Las estamos reciclando, mejorando, para que nos ayude a que en este momento podamos producir mucho más rápido, sin problemas, y podamos saltarnos todos esos pasos desde los procesos de investigación y producción", asegura el científico.Para este científico colombo-venezolano, una de las ventajas de la vacuna en la que trabaja, es que es mucho más económica, más fácil de almacenar, de transportar y de distribuir en países como el nuestro, porque no necesita almacenarse a tan bajas temperaturas bajo cero."Creo que la demora está, más que todo, en cuestiones económicas y políticas. Las políticas públicas de cada país son diferentes en cuestiones de salud que muchas veces hay que acoplar esas políticas individuales a las políticas empresariales. Creo que no hay que asustarse mucho porque vacunas va a haber para todo el mundo, simplemente hay que esperar su turno porque cada país tiene sus procesos de vacunación diferente y turnos diferentes para tipo de persona o comunidad".Sé que Colombia se ha puesto las pilas en adquirir las dosis, las primeras necesarias para vacunar a la población, pero le hace falta más, creo que le hace falta más", agrega.Aunque produce la vacuna, dice que está a la espera de recibirla, pero envía un mensaje claro para que confíen en los científicos que trabajan en la elaboración y mejoramiento de esta vacuna contra el COVID-19 cuyo desarrollo, cuenta Wilmer, está liderado por mujeres."Aplaudo que es una vacuna de mujeres y las mujeres están teniendo un protagonismo grande, porque si vemos la historia de la vacuna de Pfizer fue creada por una investigadora húngara, que está en Estados Unidos, Katalin Karikó, que tiene muchos años en estos procesos de vacunas de RN y la de Oxford que es la que está trabajando con la farmacéutica AztraZeneca, que fue desarrollada por Sarah Gilbert, una bioquímica inglesa que lleva muchos años trabajando en la producción de vacunas" agrega Sanjuán.Para avanzar en esta vacuna, los científicos se basaron en investigaciones previas sobre el SARS y en otra sobre el MERS, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio.
En el municipio de Palmira, Valle del Cauca, las autoridades encontraron a 40 personas que estaban al interior de un prostíbulo, incumpliendo las medidas de bioseguridad y el toque de queda que se impuso para evitar el contagio de COVID-19 y reducir la ocupación UCI.Óscar Escobar, alcalde del municipio en mención, explicó lo que sucedió con los ciudadanos que estaban al interior del prostíbulo.“Intervenimos seis establecimientos nocturnos que estaban abiertos y atendiendo a clientes hasta la madrugada, esto a pesar de las medidas sanitarias y el toque de queda. Pido a la ciudadanía conciencia con la situación que vivimos”, manifestó el mandatario.Actualmente, Palmira tiene una ocupación de camas UCI del 100%. Las autoridades piden a la comunidad que respete y cumpla las medidas restrictivas y de bioseguridad.
La Fiscalía presentó ante un juez de garantías a Julián Valente Ortegón Mosquera sindicado del crimen de la joven de 21 años Ana María Castro, en hechos ocurridos el pasado 5 de marzo de 2020 en Bogotá. Un caso que llamó la atención de los investigadores porque fue lanzada desde un vehículo en movimiento luego de una noche de fiesta. El capturado enfrenta el delito de feminicidio agravado. El fiscal del caso sostuvo que se realizaron actos urgentes, informe de arraigo del capturado y la forma como se realizó el procedimiento de captura. “Se abstiene de ir a Medicinal Legal indicando que no recibió ningún maltrato”, manifestó el fiscal Gerardo Ariza. En la audiencia, el abogado defensor dijo que el fiscal no hizo una sustentación jurídica sobre la forma cómo se hizo la captura. “No fue capturada en flagrancia, luego entonces es deber del funcionario delegado de la Fiscalía ser coherente con su petición, ser coherente con lo fáctico y lo jurídico. Aquí no existe esa coherencia”, indicó Rafael Gómez, abogado defensor. La Fiscalía había ordenado realizar algunas diligencias judiciales, como una inspección en el lugar de los hechos, un levantamiento de cadáver, entrevistas para determinar el tiempo modo y lugar de cómo había sido la muerte de la joven Ana María que al principio se quiso pasar como accidente. “No hay evidencia que se hayan extralimitado o hayan ejercido de manera arbitraria el uso de la fuerza para la aprehensión, por el contrario se tiene que el trato dado fue acorde a la dignidad humana de la persona capturada y esas condicionales viene en legalidad”, señaló la jueza. La jueza legalizó la captura del sindicado, quien no aceptó los cargos, y dio por terminada la audiencia. El próximo martes a las seis de la mañana la Fiscalía solicitará la medida de aseguramiento al capturado en centro carcelario. ¿Accidente o asesinato? La mañana del 5 de marzo Ana María Castro, de 21 años, salió de un bar en el norte de la capital en compañía del hoy capturado Julián Valente Ortegón Mosquera y dos jóvenes más, con quienes al parecer sostenía una amistad, según lo establecieron las autoridades. “El cuerpo técnico de la Fiscalía hizo efectiva la orden de captura en contra de uno de los responsables de la muerte de la joven Ana María Castro Romero, que generó una zozobra en la sociedad colombiana”, anunció el fiscal general de la nación, Francisco Barbosa. Luego de salir del lugar, de acuerdo con la investigación, las cuatro personas se subieron a un vehículo con destino a un apartamento en el barrio Pontevedra, localidad de Suba. Ana María iba en la parte trasera del carro. Allí, habría sido golpeada en el rostro y luego lanzada del vehículo en movimiento. “Esta joven fue lanzada de un vehículo en la calle 80 en la ciudad de Bogotá, la caída del vehículo le causó lesiones, entre ellos un trauma craneoencefálico que le causó la muerte”, aseguró Barbosa. Su madre había hecho un llamado a las autoridades el pasado 12 de marzo de 2020 para esclarecer lo sucedido. “Que me ayuden a aclarar la muerte de mi hija, porque mi hija, ni ningún ser humano merece morir como murió ella. Que hablen, necesito saber que paso con mi hija para poder estar más tranquila”, reclamó Nidia Romero, madre de Ana María.La víctima fue registrada en los centros asistenciales como desconocida, debido a la falta de documentos de identificación. Tiempo después, fue su madre la encargada de reconocerla.