El martes 19 de enero, el panel independiente que evalúa la preparación y respuesta a la pandemia del COVID-19, del que hace parte el ex ministro de Hacienda de Colombia Mauricio Cárdenas, emitió un segundo informe en el que la OMS no queda bien parada.En esta entrega, que es preliminar, pues las conclusiones se conocerán en mayo, se asegura que tanto China como la Organización Mundial de la Salud (OMS) tardaron en la respuesta ante la aparición del SARS COV-2 o COVID-19.“Pasó mucho tiempo desde el momento en que se identificó el virus, los primeros casos, y el momento en que se declara como una emergencia global y más aún el momento en que se tomaron decisiones de parte de los países”, dijo Cárdenas en diálogo con Noticias Caracol.Algunos de los puntos a evaluar por el panel independiente del que hacen parte 13 expertos, entre ellos Helen Clark, ex primer ministra de Nueva Zelanda, Ellen Jhonson Sirleaf, expresidenta de Liberia, y Ernesto Zedillo, expresidente de México, y otros, son la efectividad de los confinamientos y el proceso de vacunación contra el COVID-19.Frente a este último ítem, Cárdenas aseguró que Colombia “está demorado para empezar a vacunar”.“Estamos un poco tarde en el tiempo, porque ya hay países que empezaron a vacunar, como Costa Rica, México y Argentina. La ventaja que tenemos es que Colombia no está entre los países pobres que va a dejar un porcentaje muy grande de la población desatendida, sin vacuna, porque pudo con sus recursos comprar las necesarias”, señaló.“Es una situación hibrida, vamos tarde, un poco lento, pero con la tranquilidad de que tendremos la vacuna, hay que estar alerta por la aparición de las nuevas cepas”, señaló.¿Y cómo le fue a Colombia con el confinamiento?Según Cárdenas, Colombia no está entre los 10 países que son evaluados en esta materia, pues “estamos en evaluación de países específicos, Colombia no está ahí. Se van a mirar casos de evidente éxito o fracaso. Los confinamientos sirvieron, en los países que necesitaban, la pregunta es: ¿cuánto tiempo, qué tan largos, es una decisión que es mejor tomarla temprano o tarde?”, aseveró.El informe definitivo de este panel independiente se conocerá en mayo y, según Cárdenas, servirá para “para tomar decisiones, que la OMS tenga un mandato más claro, más recursos, que la información fluya más rápido y que no pasen dos o tres meses sin que se pueda reaccionar”.
Los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegaron este jueves a Wuhan para estudiar el origen del coronavirus en China, que anunció su primer muerto por COVID en ocho meses.La visita del equipo de la OMS es muy delicada para el poder chino, que busca despegarse de toda responsabilidad en la pandemia que ha provocado ya cerca de dos millones de muertos en el mundo desde su aparición en Wuhan (centro) a finales de 2019.El equipo de la OMS tiene como misión rastrear los orígenes del COVID-19 y está integrado por científicos de diferentes nacionalidades que llegaron en un vuelo proveniente de Singapur.Como lo requiere la crisis sanitaria, 13 miembros del equipo, según la OMS, fueron recibidos en suelo chino por personal vestido con trajes especiales de protección. Tuvieron que someterse a un test de detección contra el COVID y deberán pasar dos semanas en cuarentena antes de poder salir a la calle para iniciar sus investigaciones.Pero el equipo aún no está completo, ya que dos miembros quedaron bloqueados en Singapur, indicó la OMS. Dieron positivo de COVID antes de embarcar hacia China y tienen que someterse a una serie de exámenes.La misión tiene una duración prevista de entre cinco y seis semanas."Reducir los riesgos"Su objetivo es explorar "todas las pistas" pero no buscará culpables, dijo a la AFP uno de sus integrantes, Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch en Alemania."Se trata de comprender lo que ocurrió para reducir los riesgos en el futuro", insistió Leendertz.Pero "no hay que esperar que [...] el equipo regrese con resultados concluyentes" en esta primera visita, advirtió.Inicialmente prevista la semana pasada, fue anulada en el último minuto debido a que faltaban todas las autorizaciones necesarias.En una poco común crítica a China, el director de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesus lamentó que sus investigadores no hayan podido visitar antes el país.China ha conseguido erradicar la pandemia desde la primavera pasada, gracias a contundentes medidas de control de los desplazamientos, el uso generalizado de la mascarilla y los confinamientos y aplicaciones de rastreo de los teléfonos móviles.Pero en los últimos días, han vuelto a surgir varios brotes en el país, aunque todavía se está muy lejos de los casos que se registran en otras partes del mundo.Este jueves, China anunció 138 contagios, el número más alto desde el mes de marzo. La mayoría de los nuevos casos (81) se registran en Hebei, inmensa provincia que rodea la capital Pekín.Es precisamente en esta provincia en la que las autoridades anunciaron la muerte de una persona debido al coronavirus, el primer deceso desde mayo pasado."Estado de urgencia"Según el balance oficial, 4.635 personas han muerto en el país por COVID-19.La noticia se propagó como la pólvora por las redes sociales y superaba las 270 millones de visualizaciones en Weibo, el equivalente de Twitter en China."Es impactante, hace mucho tiempo que no veía las palabras 'muerto de virus'" en China, se alarmaba un internauta.Este nuevo fallecimiento en China se produce tras la aparición de varios brotes que han llevado a las autoridades a actuar con contundencia.Heilongjiang, provincia limítrofe de Rusia, declaró el miércoles el "estado de urgencia". Sus 37,5 millones de habitantes no pueden salir de la provincia salvo en casos de urgencia y se anularon las congregaciones previstas.Una de las ciudades de la provincia, Suihua, donde viven más de cinco millones de habitantes, quedó en cuarentena el lunes. Los habitantes deben permanecer en sus casas y los transportes públicos han quedado suspendidos.El aumento de los casos preocupa al poder con la llegada del Nuevo Año chino, que este año cae el 12 de febrero, y que genera millones de desplazamientos de trabajadores migrantes que vuelven con sus familias.
Los científicos de la Organización Mundial de la Salud advirtieron que este año no se alcanzará la inmunidad colectiva o de rebaño, a pesar de que en numerosos países se están administrando vacunas contra el COVID-19.Mientras tanto, Reino Unido inauguró el primero de sus centros de inoculación masiva en las principales ciudades, en una carrera por adelantarse a la rápida propagación de una nueva cepa de la enfermedad allí.En el mundo, la pandemia ha infectado a más de 90 millones de personas y la cifra de fallecidos llega a 1,94 millones desde que China confirmó su primera muerte en la ciudad central de Wuhan, hace un año.Más de medio millón de personas fueron puestas bajo confinamiento en Pekín cuando el gobierno impuso medidas estrictas para acabar con un puñado de casos.Sin embargo, los contagios estaban aumentando en todo Europa y Reino Unido se enfrentaba a una nueva cepa de la enfermedad que podría provocar un nuevo colapso de los hospitales.El 10 de enero, Rusia confirmó su primer caso de la nueva cepa de COVID-19, que podría ser mucho más contagiosa, según científicos.El virus también explotó en Estados Unidos, el país más afectado, donde el presidente electo Joe Biden recibió públicamente su segunda dosis de la vacuna.Por otro lado, la compañía alemana BioNTech dijo que podría producir millones de dosis de su vacuna, más lo que esperaba inicialmente este año, aumentando la previsión de producción de 1.300 millones a 2.000 millones.El anuncio del laboratorio, que se asoció con la empresa estadounidense Pfizer para producir la primera vacuna aprobada en Occidente, fue un estímulo para los países que luchan por conseguir dosis.Pero la compañía también advirtió que el COVID-19 "probablemente se convertirá en una enfermedad endémica", y dijo que las vacunas tendrán que luchar contra la aparición de nuevas variantes virales y una "respuesta inmunológica natural menguante".La jefa de científicos de la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advirtió que llevaría tiempo producir y administrar suficientes dosis de vacunas para detener la propagación del virus. "No vamos a alcanzar ningún nivel de inmunidad de la población o inmunidad de rebaño en 2021", declaró Swaminathan en una rueda de prensa.Además, insistió en la necesidad de mantener las medidas de higiene y de distanciamiento y el uso de mascarilla para atajar la epidemia de coronavirus.Reino Unido, el primer país en aprobar la vacuna de Pfizer/BioNTech, abrió siete centros de vacunación masiva en el país. "Las próximas semanas van a ser las peores semanas de esta pandemia", advirtió el principal consejero médico del gobierno, Chris Whitty, a la BBC. "Lo que tenemos que hacer, hasta que las vacunas hagan efecto (...) es reforzar" el respeto de las restricciones, agregó.India, el segundo país más poblado del mundo, en el que el coronavirus mató a 150.000 personas, se dispone a lanzar el sábado su colosal y compleja campaña de vacunación que busca inmunizar a 300 millones de sus 1.300 millones de habitantes.En tanto, Rusia anunció que 1,5 millones de personas en el mundo se inocularon su vacuna Sputnik V y que ahora contempla desarrollar una versión "light" que solo requeriría una inyección, aunque su eficacia sería menor, para aportar una solución temporal en algunos países.Mientras tanto, Sudáfrica cerró las fronteras terrestres durante un mes para contrarrestar un resurgimiento sin precedentes de casos alimentados por una nueva cepa de virus. Las restricciones ya vigentes, como la prohibición de la venta de alcohol y las grandes reuniones, y el toque de queda durante la noche, permanecen.El primer ministro de Portugal, Antonio Costa, dijo que un nuevo confinamiento era inevitable ya que el país sufría un número récord de muertes e infecciones por el virus, anunciando una tercera ola. Líbano decidió el lunes imponer un toque de queda total durante 11 días a partir del jueves y limitar los vuelos procedentes de países de alto riesgo en un intento de frenar la propagación del nuevo coronavirus.Un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegará finalmente esta semana a China para iniciar la investigación sobre el origen del coronavirus, más de un año después de su irrupción y en un contexto de aumento de casos en Europa y Norteamérica.Acusado de intentar bloquear la investigación, Pekín confirmó este lunes que los 10 expertos de la OMS llegarán finalmente el jueves para realizar "investigaciones conjuntas con científicos chinos", según un parco comunicado del Ministerio de Salud.El aniversario de la primera muerte reportada pasó casi desapercibida en Wuhan, donde los viajeros se desplazaban libremente para trabajar, y los parques y los paseos ribereños bullían de visitantes."Wuhan es ahora la ciudad más segura de China, incluso del mundo entero", dijo a la AFP Xiong Liansheng, de 66 años de edad, residente en la ciudad.Al otro lado del Atlántico, en México, que ocupa el cuarto lugar entre los países con mayor número de muertes y el segundo de América Latina, la pandemia ha dejado los hospitales en un estado "crítico", con los paramédicos luchando incluso por encontrar camas para los pacientes.
Varios países europeos empezaron el domingo a prohibir vuelos procedentes del Reino Unido, tras el descubrimiento de una variante más contagiosa de coronavirus que circula "fuera de control" en ese país y ante la cual la OMS pidió "reforzar los controles".Siguiendo los pasos de Holanda, donde la suspensión de los vuelos de pasajeros procedentes de Reino Unido entró en vigor el domingo y se mantendrá hasta el primero de enero, Bélgica e Italia anunciaron que también suspendían sus conexiones aéreas británicas.El gobierno alemán se planteaba "seriamente" hacer los mismo con los vuelos procedentes de Reino Unido y Sudáfrica.España, por su parte, pidió una respuesta "coordinada" de Europa sobre estos vuelos.Estas medidas tienen lugar al mismo tiempo que un tercio de la población inglesa inicia un reconfinamiento, debido a una nueva cepa del coronavirus que circula "fuera de control", en términos del ministro británico de Salud, Matt Hancock.Frente a esta nueva cepa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a "reforzar los controles" en Europa.Fuera del territorio británico, se detectaron varios casos en Dinamarca (9), uno en Holanda y otro en Australia, según la OMS, que recomendó a sus miembros "incrementar sus [capacidades de] secuenciación" del virus, indicó una portavoz de la OMS Europa.Setenta por ciento más contagiosaEl primer ministro británico, Boris Johnson, ya había explicado el sábado que Londres y el sureste de Inglaterra debían volver a respetar un confinamiento estricto, en vísperas de las fiestas navideñas, porque una nueva variante del virus circulaba mucho más rápido.En declaraciones a Sky News, Hancock dijo que la situación era "extremadamente seria"."Será muy difícil tenerla bajo control hasta que hayamos distribuido la vacuna", indicó. "Con esto tendremos que lidiar durante los próximos dos meses".Parece que los científicos descubrieron esta variante en un paciente en septiembre.Susan Hopkins, de Salud Pública de Inglaterra (PHE), dijo a Sky News que la agencia avisó al gobierno el viernes, después de que los estudios revelaran la gravedad de la nueva cepa.La científica confirmó los datos facilitados a Johnson, que establecen que esta variante podría ser 70% más contagiosa.Desde la semana pasada, Europa es la región del mundo más enlutada por el COVID-19, con más de 514.000 muertos desde el inicio de la pandemia hace casi un año.Para evitar que el virus se propague todavía más durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, varios países han impuesto nuevas restricciones, más estrictas.En Holanda está en vigor un confinamiento de cinco semanas, y las escuelas y los comercios que no son esenciales permanecerán cerrados hasta mediados de enero.Italia, uno de los países más golpeados con más de 68.400 decesos y casi dos millones de contagios, impuso nuevas medidas para las fiestas, entre el 21 de diciembre y el 6 de enero: sólo estará permitida una salida al aire libre diaria por hogar, no se podrá viajar entre regiones y bares, restaurantes y tiendas no esenciales estarán cerrados.Sin "prisa" en BrasilEn el resto del planeta, el virus sigue propagándose. En total, el nuevo coronavirus se ha cobrado más de 1,6 millones de vidas en todo el mundo, y ha contagiado a más de 76 millones de personas, según un recuento del domingo basado en fuentes oficiales.Rusia superó los 50.000 decesos por COVID-19, según las autoridades sanitarias, aunque los expertos creen que el número real es muy superior. Un antiguo funcionario de la agencia estadística nacional rusa, Alexéi Raksha, habla de 250.000 muertos.En Chile, los nuevos casos confirmados aumentaron 22% en la última semana, despertando preocupación en el gobierno sobre un posible nuevo pico pandémico.Y en El Salvador, el gobierno instó a la población cumplir con las medidas sanitarias para contener un repunte de los casos.En Brasil, el segundo país del mundo con más fallecidos (186.356) por detrás de Estados Unidos, el presidente Jair Bolsonaro, no parecía tan preocupado por el tema."La pandemia está llegando a su fin (...) Pero la prisa para la vacuna no se justifica, porque usted se está metiendo con la vida de las personas", dijo el mandatario ultraderechista en una entrevista en YouTube.La mayoría de países esperan impacientes el inicio de las campañas de vacunación, que se presentan como la única forma de atajar el letal virus.En la Unión Europea empezarán a partir del 27 de diciembre, siguiendo los pasos de Estados Unidos y Reino Unido.Rusia y China también han empezado a administrar vacunas en su territorio producidas a nivel nacional.Estados Unidos, con más de 316.000 decesos, se convirtió el viernes en la primera nación en autorizar el régimen de dos dosis de Moderna, la segunda vacuna que se administra en un país occidental después de la de Pfizer/BioNTech.En este contexto, la industria farmacéutica tiene que mostrarse "muy transparente" y "pedagógica" a la hora de introducir las nuevas vacunas en el mercado, advirtió el director ejecutivo del gigante japonés Takeda, Christophe Weber.
Los países ricos ya reservaron más de la mitad de los casi seis mil millones de vacunas contra el coronavirus que estarían disponibles para el 2021.Así lo informa un estudio hecho por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, que traduce ese número en un plano que preocupa: una de cada cinco personas en el mundo tendrá que esperar hasta 2022 para vacunarse.Según el estudio, tan solo el 40 por ciento de los inyectables, cuyo precio oscila entre los 6 y 74 dólares, podría estar disponible para los países de renta media o baja.Un escenario que ya había advertido la misma Organización Mundial de Salud semanas atrás.“Todo gobierno quiere, con razón, hacer todo lo posible para proteger a su pueblo, pero ahora existe un riesgo real de que los más pobres y vulnerables sean pisoteados en la estampida de las vacunas”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.Un riesgo inevitable con posturas como la de Donald Trump, que a comienzos de diciembre firmó una orden ejecutiva, precisamente con ese objetivo.“Para asegurarnos que el gobierno de Estados Unidos priorice la vacunación de nuestros ciudadanos antes de enviarlas a otras naciones”, indicó el mandatario.Estados Unidos hace parte de las naciones más ricas que representan tan solo un 14 por ciento de la población mundial. El informe señala que solo ese país ha reservado una vacuna por persona, mientras que Canadá ya separó cuatro dosis por persona, con una diferencia: Canadá anunció que donará sus excedentes a los países pobres.El contraste se ve con naciones como Indonesia donde tienen menos de una dosis para cada dos personas. Este escenario también lo había advertido el papa Francisco.“Sería triste si en la vacuna de la COVID-19 se diera prioridad a los más ricos. Sería triste que esta vacuna se vuelva propiedad de esta u otra nación y no sea universal para todos”, manifestó el sumo pontífice.Un triste vaticinio que, a pesar de esfuerzos como el mecanismo Covax, cada día se convierte en otra triste muestra de desigualdad.
El Día del Médico, en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19, se convierte en una fecha aún más especial para homenajear a estos trabajadores de la salud.(Le puede interesar: La pandemia que desnudó las inequidades y falencias del sistema de salud colombiano. Vea el especial El proyecto es Colombia)Se celebra desde hace 87 años, cada 3 de diciembre. Fue instaurado por la Confederación Médica Panamericana, en honor al médico cubano Carlos Juan Finlay.El Día Panamericano del Médico fue propuesto por el profesor Remo Bergoglio, de la Federación Médica Argentina, en el Congreso Panamericano que se llevó a cabo en 1953 en Dallas, Texas, en homenaje al galeno que descubrió el papel del mosquito trasmisor de la fiebre amarilla. Aunque su teoría fue descartada durante casi dos décadas, finalmente en 1901 una comisión de Estados Unidos corroboró que la picadura del mosquito Aedes aegipty era la causante de la propagación de esta enfermedad. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) resalta que Finlay fue, además, uno de los cuatro miembros del comité organizador que en 1902 tuvo a su cargo la creación de la nueva Oficina Sanitaria Internacional, precursora de esta entidad.En un homenaje a estos héroes de capa blanca en su día, Noticias Caracol realiza un balance de la crítica situación que han enfrentado durante el año 2020 debido al COVID-19: cada dos días fallece un trabajador de la salud y 20.845 se han contagiado durante esa lucha.Desafortunadamente, entre enero y septiembre de 2020 se registraron 242 ataques contra el personal de salud, instalaciones y vehículos sanitarios, la cifra más alta en los últimos 24 años.Por ello, con la iniciativa #ElMundoEstáAlRevés, el Comité Internacional de la Cruz Roja busca promover el respeto hacia el personal de salud y sensibilizar a la población sobre los ataques y agresiones contra la Misión Médica.A su vez, el ministro de Salud de Colombia, Fernando Ruíz, ha realizado este jueves un reconocimiento a la labor de los médicos.
La tecnología y la digitalización han hecho de esta pandemia una totalmente diferente a las vividas a lo largo de la historia. El hecho de estar más conectados que nunca también nos ha expuesto a un exceso de información.Para hacerse a una idea de la magnitud en términos de conectividad están estos datos: a comienzo del año, 67 % de la población mundial tenía celular y había 3,8 billones de usuarios activos en redes sociales, que invertían en promedio 2 horas y media al día en estas plataformas.“Nos apoyamos en nuestros teléfonos para conectarnos con el mundo, pero al mismo tiempo vemos una rápida amplificación y diseminación de información y desinformación en línea que sobrepasa las fronteras, los países y eso agrega una dimensión preocupante a la infodemia”, dice Tina Purnat, oficial de Innovación y Salud Digital de la OMS.Desde el 15 de febrero de este año el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, ha advertido varias veces sobre este importante fenómeno.“Así como el COVID-19 se ha propagado por el mundo, también lo han hecho los rumores y la desinformación y estos pueden ser más peligrosos”, señaló Adhanom.La desinformación, mensajes falsos y mal intencionados pueden perjudicar la salud física y mental de las personas.Un doloroso ejemplo fue lo sucedido en Irán donde aproximadamente 800 personas murieron, casi 6.000 han estado hospitalizadas y 60 quedaron ciegas después de consumir metanol como supuesta cura para el COVID.La desinformación incluso puede poner en peligro la capacidad de los países de frenar la pandemia.Para hacerle frente a este importante fenómeno, la OMS, en alianza con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EE. UU. y la Organización First Draft, entrena en el manejo de la infodemia a 270 profesionales de 75 países del mundo, incluidos 4 colombianos.Durante un mes los participantes, junto a más de 45 expertos en epidemiologia, salud pública, inteligencia artificial, análisis y verificación de datos, trabajan de manera virtual a través de diferentes plataformas compartiendo conocimiento y experiencias.Esta red seguirá creciendo y desarrollando estrategias que permitan llevar a las personas y sus comunidades herramientas para filtrar y acceder a información de calidad."Así como practicamos higiene de manos y respiratoria, nosotros también necesitamos practicar higiene de la información en línea", dice Tina Turnat.
Cada año, en Colombia más de 110 mil personas fallecen por enfermedades crónicas como afecciones cardiovasculares, cáncer, diabetes y padecimientos pulmonares.María del Pilar Rivero, con 40 años y quien vive en Soacha, lucha contra la diabetes hace 14. Ella misma ejemplifica que la salud en Colombia tiene estratos.“Le dicen a uno: ‘es que usted tiene que comer exactamente esto, pero no cuentan que con el bolsillo de uno tú no tienes para comprarte una avena, sino un agua de panela con pan”, señala.Distinta es la historia de Javier Enrique Álvarez. Es pensionado, tiene 84 años, vive en Usaquén y sufre de hipertensión.“Yo todos los días como mucha fruta y carne poca, pero el pescado y pollo sí, me alimento mejor con eso”, dice.Ambos son colombianos y tienen enfermedades crónicas. Sin embargo, sus diferencias socioeconómicas; las cuales tienen mucho que ver con la salud, hacen que todo sea distinto.Y es que desde 1948, con la constitución de la Organización Mundial de la Salud, se define que “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.¿Qué tan saludables son los colombianos?Indicadores y clasificaciones mundiales confirman que en Colombia se han hecho esfuerzos que han llevado a logros como la disminución del consumo de tabaco, la mortalidad materna y el aumento de la expectativa de vida, entre otros.“Si nos vamos a parar en indicadores internacionales, Colombia se encuentra en un buen nivel. Si uno va a mirar más profundamente lo que hay detrás de los indicadores, encuentra que Colombia es un país que tiene enormes desigualdades, injustas e innecesarias y evitables”, afirma Lenis Urquijo, médico, experto y docente de Salud Pública.María sí que sabe de desigualdades, incluso recuerda que su médico le dijo: “Le voy a ser muy sincero, la bomba de insulina es demasiado cara, usted no puede acceder a eso".Otro elemento es que vivir más no necesariamente se asocia a calidad de vida.“El 45% de los mayores de 60 años en el país tienen el riesgo de malnutrición, el 40% han referido algún síntoma de depresión, tan solo el 28% de las personas mayores tienen una pensión, entonces todo esto influye directamente en la salud de la población mayor”, explica el doctor Urquijo.A eso se suma el preocupante sobrepeso en la sociedad colombiana, se estima que alrededor de 20 millones lo padecen.Carlos Mendivil, médico diabetólogo y PHD en Bioquímica Nutricional, dice que la pandemia del coronavirus “nos encontró con la guardia abajo, nos encontró con exceso de peso, nos encontró a muchos obesos, hipertensos”. Todas esas complicaciones que hacen más vulnerable al COVID-19.Así las cosas, la falta de inversión en promoción y prevención hace que los factores de riesgo físicos se concentren en los más vulnerables desde el punto de vista social.Y es que las decisiones en salud, por ejemplo, sobre lo que cada quien come, no solo dependen de lo biológico, también del entorno, la crianza, la cultura, la publicidad, la educación y sin duda del más determinante de todos los factores: la pobreza.La pandemia deja al descubierto esta realidad a la que nos habíamos acostumbrado: que la salud también tiene estratos. Varias caras de un derecho fundamental.Le puede interesar:
Desde marzo de este año, muchos colombianos empezaron a ver una postal que nunca habían imaginado tener, ni muchos menos exhibir.De un momento a otro, un virus los hizo sentir vulnerables, frágiles, humanos y llenos de miedo a lo desconocido.Era como si la humanidad, acostumbrada a vivir a gran velocidad y a tener el control de todo, lo perdiera en cuestión de instantes.Sin embargo, esa alerta que se desató a miles de kilómetros parecía en un comienzo no solo lejana, sino imposible de que nos tocara. Pero finalmente nos tocó.El 6 de marzo de este año, que muchos quieren mandar al olvido, el Ministerio de Salud reportó el primer caso confirmado de COVID-19 en el país.Esa primera confirmación fue la cuota inicial de la pesadilla de la cual aún hoy no se ha salido.Con el paso de los días, con los ecos de esas noticias sobre la pandemia, llegó el miedo. Y con él, una reacción instintiva de conservación.También llegaron las medidas que nunca se imaginaron.De un momento a otro, los colombianos dejaron de ser libres. Ya no se podía salir ni siquiera a la esquina, ni recibir o ver a los seres queridos.Los ciudadanos se vieron encerrados por cuenta de ese enemigo invisible del que todo el mundo comenzó a hablar, pero del que muy pocos tenían alguna certeza.¿Quién iba a pensar que, de un momento a otro, ni las obligaciones laborales o académicas que tanto agobian y hacen salir a eternos trancones, congestiones, filas, trámites, compras se esfumarían como por arte de una magia?Una magia macabra que aterrorizó y llevó a la fuerza a confinarse y a esconderse de un virus.Y con el encierro llegó la ruina económica. Fue una tormenta perfecta de caos, miedo, quiebra, agonía y depresión.Nos pusimos de un día para otros, de tú a tú con los médicos, con el mundo científico, como si todos supiéramos de un virus misterioso que llegó de China.En un parpadeo, los medios se inundaron de voces distintas a las de los políticos de siempre.En un abrir y cerrar de ojos, el miedo a ser tan vulnerables hizo entender que quienes trabajan en el sector salud hacían parte de la que tanto se menciona como la primera línea de esa batalla por nuestras vidas.Con semejante reflector encima, la salud volvió a estar en el primer lugar de la atención de los colombianos.Los hospitales concentraban la atención nacional. Unos con médicos y demás personal de salud, otros con muy pocos de esos héroes, y con las uñas, como gatos patas arriba, enfrentándose a ese enemigo inmisericorde, invisible e incontrolable.Eran médicos, enfermeras, bacteriólogos, paramédicos. Todos siempre habían estado ahí... anónimos. Ocultos en la maraña de la cotidianidad y sin darse cuenta de su enorme valor, de su vocación y del sacrificio que muchos hacen para trabajar en medio de enormes dificultades.Y es que la pandemia puso de nuevo a pensar en el sistema de salud que tenemos. Ese del que tanto se habla, la gran mayoría de veces para criticarlo, y que tiene características que lo hacen muy especial.Un informe del Banco Mundial tal vez resume en buena medida el drama. Según el reporte, desde hace 27 años, Colombia ha logrado aumentar de manera importante la cobertura en la atención de salud de los colombianos.Pero el mismo informe advierte que la calidad de esa atención es su gran talón de Aquiles.Por ejemplo, el reporte refiere un estudio de la Comisión de Salud Global de Lancet, en el que se revela esta cifra: cada año, al menos 22 mil colombianos se mueren por mala calidad de la atención en salud. Otros 12 mil mueren por falta de acceso a esos servicios.Y un dato más: la tasa de mortalidad materna, dice el Banco Mundial, sigue siendo de las peores comparada con los demás países de la OCDE. Un 25 % más alta que en México.Los años de vida perdidos en Colombia por culpa de una enfermedad como la neumonía son mucho más altos que en otras naciones de ese selecto club al que se ingresó hace unos años.“Los países que mejor han manejado la pandemia son los países asiáticos, que tienen sistemas públicos absolutamente preventivos con detección temprana. Evidentemente sistemas de salud menos costosos porque entre usted más previene, pues son sistemas que son sostenibles financieramente”, dice Carolina Corcho, vicepresidenta de la Federación Médica.El cuadro clínico del sistema de salud colombiano arroja otros resultados contradictorios.Los presupuestos han aumentado en los últimos 20 años, pero eso no necesariamente se refleja en la atención y en la calidad de los servicios. Es decir, hay más plata, pero no se utiliza como se requiere.Otro síntoma de las dolencias es el muy complejo sistema que rige al sector. Las EPS se llevan casi todos los trofeos de mal servicio, exclusión, negligencia e indolencia.No en vano, casi el 70% de las tutelas que la justicia tiene que resolver cada año están relacionadas con el derecho a una salud digna.Ese otro síntoma se siente con más rigor en las zonas rurales y apartadas. Hay un enorme bache entre los centros asistenciales de las grandes ciudades y los de otras regiones del país."Trabajamos con tecnología de punta, tenemos los mejores especialistas, nuestra infraestructura. Es realmente impresionante", dice Ruth López, pediatra neonatóloga del Hospital de Meissen, en Bogotá. La situación no puede ser más distinta en lugares como Chocó o San Andrés.Y ni qué decir el contraste con los centros asistenciales privados.Parecen dos mundos tan distintos: en uno imperan la pobreza, la negligencia, la poca transparencia en el manejo de sus precarios recursos y las lamentables condiciones.Y precisamente ahí viene la otra radiografía.La del personal de la salud que en esta pandemia pudo por fin hacer que el país prestara atención a sus reclamos de tantos años. Tan justificados y tan urgentes de resolver.“Aproximadamente son 120 mil médicos en el país. El 75,80% son médicos generales y los demás somos médicos especialistas. De todos estos trabajadores, el 80% estamos contratados bajos formas de contratación absolutamente precarias que van desde el destajo, contrato de prestación de servicios, por eventos y copagos”, dice Carolina Corcho, vicepresidenta de la Federación Médica.Mientras el gobierno actual insiste en que el presupuesto del sector es el más alto de los últimos tiempos, -36 billones de pesos para el año entrante-, en el Congreso avanza un proyecto para reformar el sistema que viene de hace casi 30 años con la famosa ley 100.Médicos y gremios de la salud ya pusieron el grito en el cielo porque aseguran que esa no es la solución a los problemas."El país necesita una reforma estructural del sistema de salud que reglamente la ley estatutaria. Colombia tiene el constitucionalismo más avanzado del mundo en materia del derecho fundamental de la salud frente a un sistema demasiado mercantilizado, y que niega demasiados servicios de salud para las posibilidades que tiene", dice la presidenta de la Federación Médica.En medio de este panorama, muchos expertos, como exministros e integrantes de las sociedades médicas, reconocen los avances de Colombia en prevención de mortalidad infantil, en vacunación, en control de costos de medicamentos y en cobertura universal.Hay muchos lentes para observar a este paciente llamado la salud en Colombia.Un paciente que este año entró a cuidados intensivos y al que le espera para curarse un camino largo, incierto y difícil.
Las esperanzas mundiales de superar la pandemia de COVID-19 aumentaron el lunes cuando el laboratorio estadounidense Moderna dijo que su vacuna experimental mostró una efectividad de casi 95%, en medio de una creciente ola de contagios y restricciones para frenar la propagación del virus.Moderna, cuyos resultados surgen de un ensayo clínico de fase 3 de más de 30.000 participantes -aún no evaluado por científicos independientes-, dijo que espera tener unas 20 millones de dosis listas antes de fin de año.En contexto: Compañía estadounidense Moderna dice que su vacuna contra el COVID-19 es eficaz en un 94,5%La Organización Mundial de la Salud (OMS) celebró estas noticias "alentadoras", pero advirtió que faltan meses para una disponibilidad generalizada y expresó su preocupación por el incremento de los casos en muchos países."Una vacuna por sí sola no acabará con la pandemia", subrayó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. "Los países que están dejando que el virus se propague sin control están jugando con fuego", apuntó.Las infecciones se han disparado en el mundo, superando ya los 54 millones con más de 1,3 millones de muertes desde que el virus surgió en China a finales de 2019."Podría morir más gente"En Estados Unidos, el país más afectado del mundo por la pandemia, el presidente electo, Joe Biden, advirtió que "podría morir más gente" si el presidente saliente, Donald Trump, se niega a cooperar con el equipo de transición en una respuesta nacional al COVID-19, incluida la distribución rápida de vacunas.Biden, cuya victoria aún no fue reconocida por Trump, instó al Congreso a votar "rápidamente" un plan de "apoyo inmediato" a la economía para enfrentar los efectos de la crisis sanitaria.Los contagios en la primera potencia mundial no ceden. Con un millón de casos nuevos en menos de una semana, el país registra más de 11 millones de infecciones, con más de 246.000 muertes.A falta de una estrategia nacional, varios estados tomaron medidas para evitar un crecimiento exponencial de casos cuando además se acerca la fiesta de Acción de Gracias, que según expertos podría potenciar los contagios.Desde este lunes rige una orden de confinamiento en Nuevo México y también en Chicago, la tercera ciudad del país. Nueva York, epicentro del brote en la primavera boreal, limitó el funcionamiento de bares y restaurantes y evalúa cancelar las clases presenciales.Biden, que asumirá el 20 de enero, dijo que el anuncio de Moderna es "una razón más para sentirse esperanzados", pero insistió en que faltan "meses" para tener vacunas disponibles y pidió respetar el "distanciamiento social y usar máscara".Trump, acusado de complicar los esfuerzos de mitigación, buscó atribuirse los méritos de los logros científicos."Por favor, recuerden que estos grandes descubrimientos, que pondrán fin a la plaga de China, ¡se llevaron a cabo bajo mi supervisión!", tuiteó el mandatario, quien destacó en mayúsculas el impulso bursátil.Las vacunas de Moderna y de Pfizer podrían ser autorizadas por la Administración de medicamentos de Estados Unidos (FDA) en la primera quincena de diciembre, dijo Moncef Slaoui, gerente científico de la Operación "Warp Speed" (máxima velocidad), creada por Trump para inmunizar a la población estadounidense.Johnson de nuevo en cuarentenaEn Reino Unido, el país más castigado de Europa por la pandemia y que tiene a Inglaterra y Gales confinadas por segunda vez, el primer ministro Boris Johnson está nuevamente en cuarentena.Johnson, que en abril estuvo grave por el COVID-19, se aisló por precaución tras reunirse con un parlamentario contagiado.Austria comenzará el martes otro cierre de escuelas y tiendas no esenciales, en tanto Alemania apostaba por reforzar las medidas preventivas, y Noruega endureció las reglas de "confinamiento social" para los jóvenes.Ante el alza de los casos, Suecia, cuyo enfoque para combatir el virus ha sido más laxo, anunció que restringirá las reuniones públicas a un máximo de ocho personas.En Bélgica, el gobierno se propone vacunar a al menos 70% de la población del país (unos 8 millones de personas), y garantizar que sean gratuitas "para todos los ciudadanos".En Argentina, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y otros funcionarios fueron aislados de forma preventiva luego de que un miembro de la misión del Fondo Monetario Internacional en el país estaba contagiado.La Asociación Uruguaya de Fútbol informó que el atacante Luis Suárez y el jugador Rodrigo Muñoz dieron positivo al test de COVID-19 previo a su partido del martes con Brasil por la eliminatoria mundialista.También apareció un brote en la ciudad australiana de Adelaida, que había pasado siete meses sin casos significativos después de que el país lograra aplanar una segunda ola en Melbourne.Aún en medio de este repunte de global, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, dijo estar "muy, muy confiado" en que los Juegos Olímpicos de Tokio, ya pospuestos por la pandemia, tendrán espectadores en julio próximo.
Renunció Ana Lorena Habib Cañizales, una de las funcionarias más cercanas a la nueva procuradora general, Margarita Cabello.Habib Cañizales se posesionó el pasado 18 de enero a sabiendas que tenía un pliego de cargos en el mismo Ministerio Público debido a supuestas irregularidades por 16 mil millones en anomalías contractuales en tres aeropuertos, cuando se desempeñó como directora financiera de la Aerocivil.Margarita Cabello conoció la situación y le pidió la renuncia pues -si bien no está inhabilitada- se trata de un asunto ético.Habib Cañizales duró un día en la Procuraduría.
La ocupación de unidades de cuidado intensivo en Bogotá alcanzó el 93,2%. Se reporta una disponibilidad de camas de 136 para pacientes de toda la ciudad que requieran UCI de urgencia. Según la plataforma de datos públicos, Salud Data, la capital tiene cuatro instituciones con capacidad para atender pacientes. Noticias Caracol visitó una de esas instituciones, el Centro de Investigaciones Oncológicas Clínica San Diego, en la localidad de Teusaquillo. Sin embargo, llama la atención que, según su directora médica, estas camas no están habilitadas para recibir pacientes porque no hay medicamentos. Lea, además: Por qué se trasladan pacientes con COVID-19 a otras ciudades y cómo es el proceso “Nosotros tenemos disponibles las camas, tenemos 12 camas dotadas con el recurso humano y los equipos necesarios. Sin embargo, tenemos escasez de medicamentos, por lo cual no las estamos ofertando a la secretaría”, subraya Luzmila Forero, directora médica del Centro de Investigaciones Oncológicas Clínica San Diego Así las cosas, de las 136 camas que según el reporte oficial tiene Bogotá, habría que restar las de esta clínica que no están habilitadas, por no cumplir los requisitos al no haber disponibilidad de medicamentos. La presión en el sistema de salud, que se refleja en la alerta roja hospitalaria, obligó a la alcaldía a expedir una circular en la que el secretario de Salud expresa su preocupación en materia de recurso humano, infraestructura, insumos y medicamentos limitados y ordena. “Se suspenden todos los procedimientos quirúrgicos no urgentes, independientes de su complejidad, así como los procedimientos selectivos no quirúrgicos que requieren sedación. Solo se permiten cirugías prioritarias y las cirugías de urgencias no diferibles”, se lee en el documento. Entretanto y de cara al proceso de inmunización que tiene en vilo al país, Claudia López aseguró que Bogotá cuenta con 336 puntos de vacunación habilitados en la ciudad. “Bogotá está lista, Bogotá tiene sala de refrigeración, compró medicamentos, compró jeringas, está entrenando a miles de personas con los hospitales públicos y privados”, asegura la mandataria. Precisamente ya empezaron los talleres en los que se capacita al personal de la salud sobre organización, distribución, y mitos alrededor del proceso. Más de 400 vacunadores han sido incluidos en este plan. Vea también: “Bogotá es la única ciudad que tiene sistema de datos público”: Claudia López defiende cifras de UCI
Un aparatoso accidente ocurrió este miércoles en el municipio de Bello, norte del Valle de Aburrá, cuando una volqueta que, al parecer se quedó sin frenos, chocó con otros cuatro vehículos: un bus, un carro particular y dos motocicletas.El accidente, que se registró en el barrio Zamora, dejó seis personas lesionadas, una de ellas con heridas de consideración. El choque también afectó un poste de energía, que quedó en riesgo de colapso, manifestó Wber Zapata, secretario de Gestión del Riesgo de Bello.Pero este no fue el único hecho de este tipo que se presentó este miércoles en el Valle de Aburrá. También en Bello, en el barrio París, un bus de servicio público sufrió fallas y arrolló una moto y una pequeña camioneta. Zapata indicó a Blu radio que en este hecho no se presentaron heridos. Más temprano hubo otro choque, en Medellín. Un bus y un camión se accidentaron en la vía al Túnel de Occidente.
En una ceremonia, Ivan Trujillo, hijo de Carlos Holmes Trujillo, leyó unas sentidas palabras en las que le recordó a su progenitor que “valiente no es el que no siente miedo, sino quien a pesar del miedo sigue adelante”.“Esa familia grande que has construido y que tanto te quiere, te espera con ansias”, señaló.Carlos Holmes Trujillo fue internado en el Hospital Militar por complicaciones respiratorias, derivadas de su contagio con el COVID-19.Directivas del hospital han señalado que, si bien la condición del ministro es delicada, ha respondido al tratamiento.
En los 2 meses y 16 días como presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden sostuvo conversaciones en América Latina con los presidentes de México, Chile, Argentina y Costa Rica. Colombia, que se considera aliado de ese país, no estuvo en la lista.Para algunos, como el internacionalista Sebastián Bitar, es el resultado del abierto respaldo del Centro Democrático a la candidatura republicana, expresada, entre otras formas, a través de apoyos a candidatos del expresidente de Estados Unidos.“Lo primero es recuperar la confianza después de estas elecciones, donde quedó ese sabor de desconfianza entre los demócratas y la presidencia de Duque. Va a ser muy importante alistarse rápidamente para tener conversaciones con el gobierno de los Estados Unidos y recomponer ese apoyo bipartidista”, dice Bitar.En Estados Unidos también ven esa relación de Uribe con la campaña Trump como el gran escollo en el trato con el nuevo gobierno, tal como lo señala Adam Isacson, del Centro de Estudios Políticos y Derechos Humanos, WOLA.“Realmente va a tener que restablecer una relación y hacer claridad sobre lo que pasó en el estado de la Florida. El hecho de que Álvaro Uribe hiciera campaña en Florida por candidatos de Trump duele, eso duele”, dice Isacson.Para Colombia, las relaciones con Estados Unidos son fundamentales para sus exportaciones. En 2019, antes de la pandemia, Colombia vendió a Estados Unidos 11.290 millones de dólares. Pero también para mantener la lucha contra el narcotráfico y la erradicación de cultivos ilícitos, así como la implementación del acuerdo de paz, procesos para los cuales ese país hace aportes y seguimientos.“Seguramente con Biden vamos a tener una postura amistosa a favor de una relación muy sólida y apoyo al acuerdo de paz, pero también una insistencia mucho más grande de los derechos de las víctimas y en el cumplimiento de los acuerdos iniciales de paz”, indica el analista Sebastián Bitar.Otro tema sensible entre los dos países es Venezuela, en el que Colombia tiene una posición dura que fue respaldada por Donald Trump, pero que seguramente no es la misma de los demócratas.“Es cierto que Biden va a estar mucho más abierto a la posibilidad de una salida negociada a la crisis venezolana, una negociación que tal vez involucra a Nicolás Maduro, pero sí van a mantener la sanciones”, señala Bitar.Relaciones donde ahora también juega Cuba, porque la permanencia en la isla de los jefes del ELN, solicitados en extradición por Colombia, se convirtió en uno de los argumentos de Donald Trump para devolver a la isla al listado de patrocinadores del terrorismo, del que la había sacado el anterior presidente demócrata, Barack Obama.Las fisuras de la relación con Biden son el reto diplomático del gobierno Duque. Un desafío que será necesario resolver rápidamente para mantener la fluidez con una potencia tradicionalmente aliada de Colombia.