Un policía fue asesinado este martes en el municipio de Liborina, occidente de Antioquia.El patrullero Diego Fernando Acevedo, de 32 años, fue ultimado con arma de fuego, en un hostigamiento que se registró en la vía que conduce de Liborina a Sabanalarga.“Dolor profundo por la muerte del patrullero Diego Fernando Acevedo, asesinado durante un hostigamiento a la Policía, en Liborina. Nuestra solidaridad con la institución policial, con la familia del patrullero. Rechazamos toda forma de violencia. La vida es sagrada”, expresó Luis Fernando Suárez, gobernador (e) de Antioquia.Por su parte, el general Jorge Luis Vargas, director de la Policía señaló: “Desplegamos todas las capacidades institucionales para ubicar a los responsables de este asesinato. Fueron 10 años prestando su servicio a la Patria en Bogotá y Antioquia”.
Los comerciantes de la tradicional cuadra Los Anticuarios, en el norte de Bogotá, rindieron un sentido homenaje a Edwin Caro, el patrullero de la Policía asesinado el pasado miércoles en la capital.Con 24 velas como símbolo de los años que tenía el uniformado, flores y pañuelos, la comunidad le agradeció al agente por entregar la vida cumpliendo su deber.Con las sirenas de las motos de la Policía encendidas durante el recorrido, un minuto de silencio y una oración en nombre del patrullero, la comunidad pidió el cese de la violencia en Bogotá.
Wilkerson Hernández Sánchez, el venezolano señalado de participar en el asesinato del policía Edwin Caro, indagó durante la audiencia cuál sería su suerte si aceptara los cargos que le imputan.“Yo quisiera saber cómo haría si yo acepto la pena, si me trasladarían a mi país”, fue la pregunta que hizo y que el juez trasladó al abogado y a la fiscal del caso.Wilkerson insistió y luego inquirió: “¿cuánto tiempo tarda el proceso hasta la sentencia?”.“La verdad puede durar fácilmente dos años”, dijo uno de los asistentes a la audiencia.La Fiscalía lo imputó por homicidio agravado, tentativa y porte de armas, cargos que rechazó.Según Wilkerson, él no estaba armado y “yo, la verdad, no maté a ningún policía, yo lo que hice fue correr como se ve en el video”.Pero otra cosa dijo la fiscal del caso, quien aseveró que “existe un cruce de disparos y es usted, de acuerdo a los elementos materiales probatorios con los que cuenta la Fiscalía, el que da muerte al policial hoy víctima de estos hechos”, ocurridos en el norte de Bogotá.Una testigo de la persecución, que lo vio por la ventana de su apartamento, señaló que el presunto homicida “se escondió detrás de un carro. Intentó guardar la pistola y como no pudo la lanzó por ahí”.El caso ha causado polémica por los pronunciamientos que ha hecho la alcaldesa Claudia López sobre los migrantes que delinquen en el país.
Tras la muerte del patrullero Edwin Caro mientras requisaba a dos venezolanos en una calle de norte de Bogotá, se pusieron en evidencia los riesgos que enfrentan día y noche los policías que vigilan la capital.A través de las casi cinco mil cámaras del Centro Automático de Despacho policías vigilan de día y de noche a Bogotá. Así ocurrió en el caso de un hombre que intentaba robar un carro. Los agentes grabaron los múltiples intentos del delincuente por abrir un carro, y también alertaron a las patrullas, que en menos de cinco minutos llegaron al sitio y con pistola en mano lo sorprendieron. El hombre, sin oponer resistencia y con las manos arriba, fue detenido. Pero después fue dejado en libertad.Como ese, son muchos casos en los que arriesgan la vida, tal y como pasó en el caso de su compañero Edwin Caro.“Mi esposa y mis hijos me dicen que vuelvas con vida, que me cuide. Mi mamá, mis hermanos, mis familiares oran mucho por mí”, dice el patrullero Yesid Jiménez, de la localidad de Suba.Por eso, antes de salir hace una oración personal y un ritual que hacen en grupo en la mayoría de estaciones de policía de Bogotá.Así arrancan su turno de patrullajes nocturnos que se realizan de manera simultánea en las 20 localidades de Bogotá; también en los establecimientos comerciales.A las siete de la mañana del día siguiente cambian de turno y la misión la asume una mueva patrulla.A ellos, el trabajo les aumenta porque cuentan que también deben fortalecer la seguridad de las personas que salen a trabajar o estudiar. Siempre con los ojos bien abiertos para llegar a casa a abrazar a sus seres queridos.“Mi hija siempre está esperándome, que yo siempre me despierte con ella, ella se despide de mí, me echa la bendición, le pide mucho a Dios que yo llegue a salvo en la noche”, cuenta el patrullero David Orjuela, que trabaja en la estación de Policía de la localidad de Santa Fe.Sabe que muchos de sus compañeros no han podido regresar a sus casas con vida, por eso aseguran que como cualquier humano a veces siente temor.“Estamos viendo muchos casos de intolerancia entre las personas y de las personas hacía nosotros los policías, da mucha tristeza eso, porque nosotros salimos de la casa y de la estación es a servir, a ayudarle a la gente; desde una dirección o ubicación que necesitan hasta poderles recuperar sus elementos, ayudarles a proteger su integridad y de sus familiares”, explica Orjuela.Por eso, estos hombres y mujeres que recorren las 24 horas las calles de las capitales y carreteras del país, hacen un llamado para que los apoyen y los cuiden, para seguir dando la vida por defender a la ciudadanía, como lo hizo su héroe, el patrullero Edwin Arnoldo Caro, asesinado por delincuentes en el norte de Bogotá.
El cuerpo del patrullero Edwin Arnoldo Caro fue recibido con honores de héroe en el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro, la noche del jueves 11 de marzo.Un avión de la Policía trasladó el cuerpo desde Bogotá y sus familiares y compañeros lo esperaban con una calle de honor y la bandera tricolor para cubrir el féretro.“Vi el aprecio que le tenían a mi hijo, primero que todo sentí alegría al ver cómo valoraban a mi muchacho. Mi resignación fue al ver que mi muchacho llegó rodeado de gente noble y amable”, dijo Luis Arnoldo Caro, padre del patrullero asesinado en la calle 79 con carrera Séptima en Bogotá.La familia Caro y el cuerpo del patrullero fueron custodiados por una robusta caravana de la Policía que los acompañó hasta el cementerio Campos de Paz, en el occidente de Medellín.“Lo poco que mi hijo hizo allá fue una labor hermosa, lo hizo de corazón. No lo digo yo, sino los compañeros de allá, la forma como mi hijo trabajaba y el aprecio que se dejó coger”, afirmó don Luis Arnoldo.David Herrera, hermano el patrullero Caro, con una gran tristeza en su corazón, pero con una gran nobleza, le hizo un contúndete llamado a los padres de familia de Colombia:También les habló a quienes, como los victimarios de su hermano, decidieron tomar un camino equivocado.“Piensa que tienes mamá, papá o alguien que te espera en casa y que cuando ya no está, el dolor que genera en el corazón es grandísimo”, agregó.“Edwin Caro era la esperanza de esta familia, estamos de luto y obviamente siempre buscar fortalecer la institucionalidad, trabajar unidos”, manifestó Luis Fernando Suárez, gobernador (e) de Antioquia.
A las 5:45 p.m. de este viernes 12 de marzo, en Medellín será inhumado el cuerpo del patrullero Edwin Arnoldo Caro, asesinado en Bogotá en medio de una requisa a dos personas que simulaban ser domiciliarios.Los restos del patrullero, nacido en Pueblorrico, Antioquia, fueron trasladados en un avión de la Policía desde Bogotá.A lo largo de la vía Las Palmas, desde el oriente antioqueño, hacia Medellín, fue escoltado por una caravana de carros de la institución.Los despojos fueron trasladados al cementerio Campos de Paz, donde será el último adiós.Desde allí, su hermano David Herrera leyó un sentido mensaje que al patrullero Edwin Caro le escribieron sus compañeros en la fuerza pública.Al patrullero Edwin Caro sus compañeros cariñosamente le llamaban Carito.David, uno de los hermanos de Edwin Caro agradeció a los colombianos, a la Policía y demás autoridades por el acompañamiento realizado tras la muerte del uniformado, asesinado en la calle 79 con carrera Séptima, en el norte de Bogotá.
El dolor es imposible de ocultar. Los ojos de don Luis Arnoldo reflejan la tristeza de una familia humilde del municipio de Pueblorrico, Antioquia, que hoy como consecuencia de la violencia despide a uno de sus más grandes tesoros, al patrullero Edwin Arnoldo Caro.“Edwin, mi hijo, para mí no solamente era un hijo, él era mi hermano. Hablábamos como un par de hermanos, me aconsejaba si le tocaba, era muy ejemplar a pesar de la edad. Era ejemplar, muy serio, no tenía vicios”, cuenta don Luis Arnoldo.Como padre, no aceptaba la idea de que Edwin Arnoldo hiciera parte de la Policía, pero pudo más su amor para acompañarlo en el camino de sus sueños.“Lógicamente, yo no estaba muy de acuerdo por el peligro (…), a mi hijo lo mataron sin que él sacara el arma”, afirma.Con profundo dolor, cuenta el momento en que su hijo menor, amante de los caballos, le confesó que tenía sus propias metas.“Me dijo: padre, no me gusta esta profesión, ni la del campo, yo voy a pagar servicio a ver qué resuelvo. Estudió, estuvo varios días en la universidad y de allí salió con el dilema de qué quería ser. Él siempre soñaba ser policía; me duele mucho porque el dolor es mucho, pero me siento orgulloso que mi hijo murió sirviéndole a la patria”, añade.Con ese mismo orgullo y a la vez con nostalgia, recuerda cómo hace 20 días el patrullero le confesó que su mayor reto en la vida era ver a sus padres siempre felices.“Me dijo: padre, me compré una moto, usted tiene bestia; yo los voy a sacar adelante, lo voy a sacar a usted del campo (…) para que no se mate más trabajando. No me voy a casar, me voy a quedar solo; era una belleza”, dice el orgulloso padre.En Pueblorrico, la tierra que lo vio nacer, también lamentan lo ocurrido.“Desafortunadamente estos jóvenes campesinos que a punta de trabajo, con mucho esfuerzo, logran cumplir sus sueños para que lleguen unas personas a frustrar estos sueños tan anhelados de unas familias”, afirma Carlos Arturo Quintero, alcalde de Pueblorrico.Edwin Caro, cuenta su papá, soñaba con hacer de Colombia un mejor país para cumplir otro de sus grandes anhelos, tener una nueva casa.
Bajo acompañamiento psicosocial se encuentra la familia del patrullero Edwin Arnoldo Caro Gómez, asesinado en medio de una balacera ocurrida en la calle 79 con carrera Séptima, en el norte de Bogotá.Entre ellos está Óscar Herrera, uno de sus hermanos. También es miembro de las fuerzas armadas y recuerda los deseos de Edwin Arnoldo.“Era un hombre entregado a su profesión. Su meta era ser policía, servirle a la comunidad, era su objetivo, y lo logró”, dijo.“En algún momento me dijo, hermanito, quiero ser Policía Nacional y lo logró. Lo recibí con las manos abiertas. Murió en el cumplimiento del deber, son hechos lamentables que, lastimosamente, uno está dispuesto a que pueda suceder en cualquier momento”, manifestó en diálogo con Noticias Caracol.Óscar, en medio de un homenaje en el lugar en el que perdió la vida Edwin Arnoldo, pidió que se haga justicia.“Lo único que pido es justicia. En algún momento tendrán que pagar por esto”, señaló.Y aseguró que para pasar este duro momento, su familia recibió apoyo psicosocial.“Tuvimos un apoyo psicosocial por parte de la Policía. A mi madrecita le pido fortaleza, su hijo menor, mi hermanito, está en el cielo, nos está bendiciendo a todos”, dijo.El patrullero Edwin Arnoldo Caro Gómez, nacido en Pueblo Rico, Antioquia, llevaba cinco meses en la Policía. Murió al ser atacado cuando intentaba requisar a unas personas que simulaban ser un domiciliarios.Uno de los supuestos delincuentes murió y el otro escapó.
En tanquetas, en lanchas y carros blindados, las autoridades sacaron escondidos y en la madrugada a 12 menores de edad de Riosucio, Chocó, que estaban en una lista del Clan del Golfo para ser reclutados y llevados a la fuerza a los campamentos, según lo confirmó el alcalde de ese municipio.“Sus vidas corrían peligro. Los mismos padres llegaban a la administración municipal con los ojos llenos de lágrimas, que por favor les salváramos a sus hijos”, dijo Conrad Valoyes Mendoza, el mandatario local, sobre los menores que tuvieron que ser trasladados a diferentes partes del país.Pero a finales del pasado diciembre, aseguró Valoyes Mendoza, también a escondidas para que no los mataran, tuvieron que sacar del pueblo a otros 80 menores entre los 15 y 17 años.“Días antes habíamos sacado a otros jóvenes, a diferentes partes del país para evitar que estos fueran asesinados en la cabecera municipal de Riosucio”, explicó.Lo que desató la furia del Clan del Golfo fue haberle arrebatado a casi 100 jóvenes de sus garras. Entonces, aseguran las autoridades locales, empezaron a aumentar las amenazas contra varios líderes comunitarios de la zona y después vino el ataque contra el campamento donde murió alias ‘Marihuano’, el hombre consentido de alias ‘Otoniel’, máximo jefe de esa organización criminal.Como retaliación, aseguran, asesinaron a dos policías que al parecer bajo engaños fueron a atender un llamado ciudadano y terminaron interceptados por los sicarios del Clan del Golfo, un hecho que fue repudiado por la misma Policía y el padre de William Eduardo Fuel Uribe, una de las víctimas. “Me manifestó que estaba asustadito, me comentó que tenían un déficit allá de gente de la institución”, reveló Jorge William Fuel, papá del patrullero asesinado.También cuestionó a la Policía por llegar a un operativo contra ‘Marihuano’ con más de 50 hombres y luego abandonar la zona, dejando a los casi 15 uniformados del pueblo en la mira de la temible banda, aseguró el padre del patrullero.Un plan pistola anunciado por el Clan del Golfo que, cuentan las autoridades, han ejecutado en Guaranda, Sucre, donde asesinaron a dos policías; en Caucasia, donde fue muerto otro, y en Montería, uno más, sumándole a esa racha violenta los dos patrulleros baleados en Riosucio.La ofensiva criminal en esas zonas donde actúa el Clan del Golfo ha dejado 10 uniformados heridos. El caso más reciente ocurrió en la vía de Sabanalarga - Luruaco, donde un sicario atacó con pistola en cuatro oportunidades a un uniformado dejándolo gravemente herido.
Según la Policía, alias ‘Yostin’, de 18 años y señalado asesino del patrullero Mario Andrés Vallejo Peláez, además de ser un presunto sicario y ser hijo del cabecilla de una peligrosa banda delincuencial de Medellín, se disfrazaba de mujer.“Identificamos una situación muy particular, al sujeto le gusta vestirse de mujer, le gusta pintarse los ojos y usar peluca para parecer una jovencita”, detalló un investigador, quien prefirió reservar su identidad.Incluso, ‘Yostin’ huyó de la capital antioqueña disfrazado de mujer en compañía de su novia, fingiendo ser su hermana. Pese a sus artimañas, que le valieron para llegar hasta el barrio Caracoles de Cartagena, fue capturado este fin de semana.Justamente, su padre es ‘Mono Pepe’, quien es uno de los delincuentes más buscados de Medellín por ser el cabecilla del combo La Raya, también conocida como La Colinita.
La Fuerza Aérea Colombiana reportó que un avión militar ruso, proveniente de Moscú, ingresó de manera irregular a territorio colombiano este lunes.(Otras noticias de hoy: Balacera en el centro de Bogotá deja un muerto y tres heridos)La aeronave, según la información, ingresó por la zona del norte de La Guajira. Una vez fue detectada por el sistema de defensa nacional, los aviones Kfir la interceptaron y le dieron la orden de salida inmediata.El avión volaba a 32 mil pies de altura.No es la primera vez que se registra un hecho de este tipo. Ya ocurrió en octubre y noviembre de 2013, agosto de 2019, y abril y julio de 2020."La institución continuará ejerciendo la soberanía del territorio nacional y del espacio aéreo, tal como lo consagra la Constitución Política Colombiana", señala la FAC en un comunicado.
Los trastornos de comportamiento en los animales se pueden tratar con la etología, que tiene como objetivo explicar por qué los animales se comportan de una manera u otra y por qué lo hacen. Además mediante la observación se describe la conducta de animales como perros y gatos entre otros.¿Cuáles son los trastornos más comunes y cómo tratarlos? Alejandra Giraldo, habló en Noticias Caracol Ahora con la médica veterinaria y etóloga Daniela Peñaranda, para resolver estas y otras inquietudes alrededor del tema.
El empresario Yair Castro y sus padres perdieron la batalla contra el COVID-19 en Santa Marta, así como un policía.El primero en presentar síntomas fue el hombre, a comienzos de abril. Él y sus papás fueron ingresados a una clínica.La primera en perder la vida fue la mamá del empresario, el 15 de abril. Dos días después el COVID-19 mató a Yair y en menos de 24 horas falleció su papá.“Lo recordaremos como un gran amigo, una gran persona, un empresario de Santa Marta, una persona emprendedora que le gustaba ayudar a los demás", dijo Hugo Montoya, amigo de la víctima.Esta familia no ha sido la única afectada por el COVID-19.Otro de los que batalló contra el virus fue el patrullero Jhonatan Peña Romero, quien se contagió en su trabajo en Aracataca, Magdalena. Pese al esfuerzo de los médicos sus pulmones no resistieron más y murió.Además, se conoció el caso de un hombre que no alcanzó a llegar a la clínica y falleció frente a la puerta del hospital, a donde llegó trasladado en un taxi.En Santa Marta hay una ocupación de UCI del 88,1%, es decir que quedan 29 disponibles, pero solo 8 son para pacientes COVID-19.Los contagios en las últimas 24 horas en la ciudad sobrepasaron los 400 positivos, mientras que las muertes no bajan de 16 diarias. Pero pese a las cifras, la Policía sigue interviniendo rumbas clandestinas.El coronel Jesús de los Reyes, comandante de la Policía de Santa Marta, detalló que atendieron “14 eventos de riñas, también se han intervenido cinco fiestas, entre ellas una fiesta electrónica en zona rural de Masinga, donde se suspende la actividad comercial de este establecimiento”.Las autoridades de la ciudad anunciaron que habrá confinamiento estricto los próximos dos fines de semana, que irán desde el viernes a partir de las 6:00 p.m. hasta las 5:00 a.m. del lunes.El pico y cédula sigue funcionando con tres dígitos y el toque de queda diario se mantendrá de 6:00 p.m. a 5:00 a.m. del siguiente día.
Una nueva balacera se presentó este 19 de abril en el centro de Bogotá. El hecho, que ocurrió en la carrera Décima con calle 23, una persona murió y otras tres resultaron heridas.(Otras noticias: Rompieron una pared para robar local y nadie escuchó ni vio nada)“Al interior de un hospedaje al parecer hay una riña por tráfico de estupefacientes, como consecuencia de esto tenemos una persona fallecida y tres más lesionadas”, aseguró el general Óscar Antonio Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.Tres personas fueron capturadas y se investiga su relación con los hechos.
El presidente ejecutivo de Fenavi, Gonzalo Moreno, sostuvo que poner un impuesto a los huevos en Colombia solo traería problemas a los estratos económicos más bajos porque su precio subiría por lo menos 50 pesos en cada unidad.Agregó en entrevista con Noticias Caracol Ahora que el huevo se convirtió en la proteína en la que se refugiaron miles de colombianos en la pandemia como alternativa alimenticia.Antes del Covid, un colombiano consumía 291 huevos al año. En 2020, subió el consumo, llegando a 325 huevos consumidos.