Treinta días después de que el huracán Iota -catalogado como el más fuerte y destructor de la temporada 2020- pasara por Providencia con vientos de más de 240 kilómetros por hora, sus más de 5 mil habitantes tienen vivo el recuerdo de cómo arrasó prácticamente todo.“En esos momentos nadie estaba esperando que se volviera tan grave la situación, techos volando y cosas, a nosotros nos tocó salir de la casa”, cuenta Dixner Bernard, damnificado de Providencia.Después del caos, tratan poco a poco de reconstruir lo perdido. No obstante, advierten que falta mucho por hacer.“El gobierno sí vino, llegaron, anotaron y vieron que la cosa está mal, pero que después lo van a arreglar”, comenta Willi Whitaker.Muchos duermen en carpas o albergues, reconocen que sí están llegando alimentos, pero faltan insumos para la reconstrucción.En las calles se nota la titánica labor de limpieza y remoción de toneladas de escombros por parte de la fuerza pública. El servicio de energía se restableció en varios sectores, mientras que el agua potable se distribuye en tanques.Susana Correa, gerente para la atención y reconstrucción del archipiélago, manifestó que al 10 de abril del 2021 se deben tener construidas y reparadas alrededor de 1.266 viviendas con todos los servicios.
Una comisión de la Contraloría General de la República que está en Providencia y Santa Catalina le está poniendo la lupa a la entrega de ayudas a los damnificados de los huracanes Iota y Eta.Además, están pendientes del proceso de reconstrucción de las casas y estructuras que resultaron afectadas.Daniel Restrepo, director de Seguimiento Regional de la Contraloría Delegada, habló de cuál es el rol que ellos cumplen en el archipiélago.“Estamos conversando con la ciudadanía para que nos comenten cómo vienen recibiendo las ayudas, cómo está fluyendo la ayuda del Gobierno nacional y los locales”, puntualizó Restrepo.Entre las verificaciones que realiza el órgano de control está la prontitud de la reparación de las casas. Inicialmente, al archipiélago llegarían 820 tejas termoacústicas que serán instaladas en viviendas y centros de acopio para ayudas humanitarias.“Los isleños expresan preocupación, ellos piden que se rehabiliten los techos de sus casas que quedaron afectados. Por otro lado, nos manifiestan su preocupación con respecto a la socialización de los modelos de estas casas que se van a construir”, manifestó Restrepo.El representante del órgano de control alabó la labor que están cumpliendo los uniformados de la Armada Nacional: “Los hemos visto en un ejercicio bastante fuerte en cuanto a la remoción de escombros y la rehabilitación de redes de servicios públicos”.Según la Contraloría, hasta el 10 de diciembre de 2020, el Gobierno nacional ha dispuesto recursos por 75.488 millones de pesos, esto a través del Ministerio de Hacienda, Bancoldex, la Unidad de Gestión del Riesgo e Invías.Por su parte, Iván Duque adelanta una jornada de verificación y seguimiento de los compromisos que adquirió el Gobierno nacional con los isleños damnificados.“Estamos revisando los aspectos de atención en salud, revisando la entrega de ayuda humanitaria. También cómo avanza el ejercicio de remoción de escombros y que se cumplan todas las pautas. Sabemos que las últimas semanas han sido complejas”, aseguró el jefe de Estado.
Un millonario contrato de alumbrado navideño en San Andrés llevó a que una delegación de la Contraloría llegará a la isla para investigar la transacción que muchos cuestionan. Algunos incluso preguntan si era necesaria teniendo en cuenta que el archipiélago pasa por muchas necesidades tras los estragos del huracán Iota.“Hay muchas personas necesitadas de alimentos… en vez de gastar todos esos millones que se gastan en alumbrado de Navidad, dárselos a las personas que sí necesitamos”, sostuvo Melanie Gómez, habitante de San Andrés.Uno de los puntos que más llamó la atención de la Contraloría es por qué el contrato tiene un valor tan alto si varias figuras del centro están en calidad de alquiler.Mientras que algunos ciudadanos rechazan esta inversión, turistas manifiestan que con este alumbrado se incentiva la reactivación económica y turística de la isla.Entretanto, la Contraloría ya tiene en su poder el expediente del contrato que pasó a una etapa de análisis para identificar si hay o no irregularidades.
Han pasado 11 días y en la memoria de los isleños quedará por siempre lo que pasó ese lunes 16 de noviembre con el huracán Iota.El bombero Donald Archbold fue uno de los tantos héroes de aquel trágico día. Su cuñada, Charlotte Brown, recuerda cómo ocurrió todo.“Mi cuñado es bombero… no sé si fue obra de Dios; había una cuerda que venía flotando, esa cuerda la cogió, la amarró a un palo y estábamos toda la familia amarrados a esa cuerda. Estuvimos como cuatro horas, todo el huracán lo pasamos ahí, se venía el mar y los niños gritaban 'me voy a morir'”, relata.No importaron las circunstancias, con valentía y luchando contra las fuertes olas del mar, buscó la manera de mantenerlos con vida.“La amarré a un palo y la extendía hasta donde estaban los demás para que todo el mundo pudiera agarrarse de ahí mientras pasaba ese huracán porque venía con mar de leva”, rememora este bombero.Relatos que estremecen… ellos lograron sobrevivir y ahora luchan por reconstruir su hogar.Más sobre la situación en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina:
A la tragedia que dejó el paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, se suma otra preocupación: se trata de ese enemigo invisible que ha sacudido al mundo en 2020.Aunque las autoridades adelantan jornadas para detectar a contagiados con coronavirus, quienes lo perdieron todo están en lugares acondicionados como albergues y conviven con personas que son sospechosas o portadoras“De las personas que pudimos hacerles la prueba salieron positivos y estaban en compañía de más personas dentro del mismo refugio”, reconoce Yudi Eugenia Gallego, directora del Hospital de San Andrés.Por eso la preocupación por la propagación es latente entre los isleños.“Cuando eso se empezó a derrumbar, los trajimos todos hacia mi casa. Estábamos como 35 pero ya no más somos cuatro familias, estamos cocinando todos en el mismo lugar”, dice Claudi Ward, afectada por el huracán en Providencia.Sin embargo, no todo es preocupación: a la isla siguen llegando ayudas, la última a bordo de un avión hércules de los Estados Unidos que aterrizó con insumos y personal militar para la reconstrucción de la isla.Así avanza la situación en el archipiélago:
Un documento, elaborado por la Procuraduría General el 5 de febrero de 2019, señala que el archipiélago de San Andrés y Providencia está situado en el cinturón de huracanes del Caribe, por lo que requería tomar acciones de prevención.El Ministerio Público advierte que, si bien el departamento había diseñado un plan de gestión del riesgo de desastres, no evidenciaba ejecución o implementación de las obras y medidas propuestas que permitirían mitigar o reducir los peligros.En el documento se hablaba de garantizar las condiciones seguras de alojamiento temporal en campamentos, prestación continua del servicio de agua con motobombas, carrotanques, plantas potabilizadoras, banco de maquinaria con herramientas, equipos, vehículos y ayuda humanitaria.Como si esto fuera poco, otro documento del 5 de febrero pasado, del mismo organismo de control, señala que no estaban dadas las condiciones para afrontar una emergencia.Vea cómo avanza la recuperación del archipiélago de San Andrés y Providencia:
A Providencia llegaron unas cápsulas completamente herméticas que la Defensa Civil entregó a la Fuerza Aérea para poder trasladar en sus aviones medicalizados a quienes están contagiados con COVID-19.Providencia ya tiene un hospital de campaña que cuenta con una zona de aislamiento destinada a quienes han resultado contagiados en medio de esta tragedia. No obstante, algunos pacientes necesitan ser evacuados.“A la fecha se ha realizado el traslado de dos pacientes diagnosticados con COVID-19, obviamente realizando todos los protocolos de bioseguridad para preservar la vida del paciente, en primera instancia, y segundo, para proteger la integridad de la tripulación”, señaló la mayor Luisa Fernanda Corredor, jefe de evaluación y traslado aéreo médico.En el archipiélago aumenta la preocupación, pues cada vez son más las personas que resultan contagiadas con coronavirus en Providencia y Santa Catalina.Así avanza la situación en la isla tras el paso de Iota:
Los estragos que dejaron los huracanes Iota y Eta en San Andrés y Providencia han despertado la solidaridad y el gran corazón que tienen los colombianos, quienes se unen cuando un fenómeno de esta magnitud azota.Por lo anterior, la Cruz Roja habilitó en su sede principal, situada en la avenida 68 con calle 68, Bogotá, un centro de acopio para recolectar todas esas ayudas que los colombianos están donando.Cabe resaltar que, según Francisco Moreno, director ejecutivo de la Cruz Roja Colombiana, estas ayudas humanitarias deben estar nuevas y en perfectas condiciones, esto por cuestiones de dignidad.“No es procedente, las cosas que se deban llevar tienen que ser nuevas, se pueden utilizar y que esté acorde a la dignidad de las personas. Estos elementos son vitales para los pobladores”, narró Moreno.¿Qué puede donar?Los colombianos interesados en mandar ayudas a San Andrés pueden llevar ropa nueva, papel higiénico, jabón de barra, desodorante, crema de dientes, cepillos de dientes, pañales, tapabocas, colchonetas, frazadas, toldillos y hamacas.Estas donaciones se separan y se ponen en kits que son de aseo, de cocina y alimentos. A la postre, estos son entregados a los damnificados.En el tema de los alimentos, se recomienda que usted lleve los no perecederos que son aceite, harina, azúcar, sal, pastas y atún.A la espera de enviar ayudas En Santiago de Cali se encuentra Luis Fernando Ángel, él recolectó una tonelada de ayudas humanitarias para los damnificados de San Andrés y Providencia.Los elementos están listos para ser entregados en la isla, solamente falta una empresa logística que los lleve.“Logramos recaudar más de una tonelada de alimentos, ropa, utensilios de aseo, colchones, colchoneta, medicamentos, insumos médicos. Necesitamos llevarlo a San Andrés y Providencia, pero no hemos podido articularnos con una empresa que nos lleve hacia la isla y nos ayude a transportar estas ayudas”, enfatizó Ángel.Si usted no puede llevar sus donaciones físicas a la sede de la Cruz Roja, puede ingresar al portal www.cruzrojacolombiana.org, allí encontrará una cuenta de ahorros habilitada para donar dinero.
En Providencia, los isleños siguen ingeniándoselas para salir adelante en medio del desastre que dejo el huracán Iota, el primero de categoría cinco en golpear a Colombia.Ante la falta de lugares con techo, algunos han acondicionado vehículos para dormir allí.“Hay que usar todo lo que se pueda porque realmente no hay nada”, dicen algunos de los afectados.Otros, como Luis Newball, criticaron a la gente que estaba aprovechando la tragedia para saquear lo poco que quedó.Por eso la petición de Diego Flórez: “Necesitamos plantas de energía para que podamos reactivar un poco las cosas. Adicionalmente, necesitamos seguridad; a todos los policías se los llevaron, quedamos a merced de las personas que querían atacar nuestros locales”.Solo hasta el domingo podría retornar el servicio de luz en el centro de la islaEntretanto, en San Andrés se conocen historias que emocionan, verdaderos ejemplos de solidaridad.El italiano Renato Marciano, quien hace ocho años vive en el archipiélago, les abrió las puertas de su casa a cuatro mujeres con sus cuatro niños.“Mi empleada me contaba que tenía una hija en Providencia con sus nietos, que estaban sin casa, el huracán se les llevó todo. Entonces decidimos recibirlos en su casa. El humano en este caso saca ese honor de sí mismo”, dice el extranjero.Gestos de hermandad entre San Andrés y Providencia, de esa generosidad que tanto necesita la isla.Le puede interesar:
Vincent Newball es la segunda víctima mortal identificada tras el paso del huracán Iota por San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Un hombre de 76 años conocido por casi todos en la isla.Estaba cuidando una casa en Santa Catalina cuando la muerte lo encontró. Catrine Archbold, su familiar, habló con Noticias Caracol antes de que su cuerpo fuera encontrado.“En el momento en que el huracán estaba azotando las islas, él estaba en Santa Catalina cuidando una casa. La casa la encontraron derrumbada, estuvieron buscando en los escombros”, apuntó la mujer.Newball fue capitán de barco prácticamente toda su vida, hasta que una trombosis -que le afectó su capacidad motora- lo alejó un poco del mar.“Él es una persona muy querida en la comunidad de Providencia, le encanta charlar con la gente, conoce toda la historia del archipiélago, habla del tema de Morgan, el planeta, la Luna, el medio ambiente, la pesca”, contó su familiar.Y así será recordado Vincent, recorriendo las islas, contando las historias del archipiélago.Le puede interesar:
En el barrio Madelena, en la localidad de Ciudad Bolívar, sur de Bogotá, nació el amor de Carol y William, pero por cuenta de la delincuencia sus sueños se esfumaron.“Toda una vida viviendo en ese mismo barrio. Nos conocimos cuando tenía 15 años, a partir de ahí nunca nos volvimos a separar; 23 años juntos, dos hermosos hijos, un hogar bello”, recuerda Carol Díaz.Ese hogar, construido con amor y sacrificio, fue destruido por cuatro hombres que siguieron a William, lo golpearon e hirieron en cuatro oportunidades con armas cortopunzantes para quitarle una maleta, en la que únicamente llevaba el almuerzo y su uniforme de trabajo.Recuerda Carol que “me levanté a las 3:30 con él, le preparé su desayuno, le preparé su ropita, empaqué su almuerzo, se alistó, le di su bendición, salió y a los dos minutos me llamaron”.William alcanzó a llegar con vida al hospital de Kennedy, pero las heridas fueron mortales.(En contexto: Asesinan vilmente a un vigilante por robarle morral donde solo llevaba su uniforme y el almuerzo)“No queda solamente destrozado mi hogar, se llevan mi sustento, mi columna, mi bastón”, lamenta la mujer que perdió a su esposo en un hurto, una práctica que, según el Distrito, ha disminuido en más del 50%.“No sé de dónde sacan esas cifras, la verdad, no sé de dónde la sacan. Que la inseguridad ha disminuido… eso es falso, es totalmente falso”, refuta.La familia Díaz solo quiere que se busque a los asesinos y la muerte de William no sea una cifra más de la estadística de impunidad.
El Distrito, en cabeza del secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, explicó por qué varios abuelitos mayores de 80 años se vieron sometidos a una aglomeración y una extensa fila en la IPS Viva 1A de la Nueva EPS, en Chapinero, luego de que los contactaran para ser vacunados contra el coronavirus.El funcionario consideró que la institución incurrió en un error y “de pronto pensaron que mandando un mensaje masivo para que la gente estuviera alerta que la iban a llamar próximamente se tenía una buena idea y la gente malinterpretó el mensaje. Ya aprendimos. En este momento entonces se vacunan personas mayores por dos formas: o bien los institucionalizados allí mismo donde estén o bien a través de agendamiento”.Sin embargo, muchos dijeron que los llamaron, como le ocurrió a Beatriz de Barragán y a su esposo.“Figuramos. Estamos ahí los dos, pero no tenemos ninguna contraseña porque nos llamaron al teléfono de la casa, entonces en el teléfono qué contraseña (…) no sabemos si nos vacunan o no nos vacunan”, manifestó la abuelita.Otros también mostraron su inconformidad porque, a pesar de sus dificultades de salud o las limitaciones físicas para movilizarse, nunca les ofrecieron la opción de vacunación domiciliaria.“Mi madre va a cumplir 97 años, pero la tenemos en el carro porque esta IPS lastimosamente no tiene sillas para las personas tan adultas como ellas, que casi no pueden caminar, entonces no la podemos bajar todavía”, dijo Teresa Pérez, quien confirmó que sí recibió un mensaje de texto.Pese a esta denuncia, Javier Agudelo, vicepresidente de Viva 1A, señaló que “hay dos tipos de pacientes: unos que tienen una patología crónica o por condición de discapacidad que deben estar en la casa, esos no los estamos vacunando acá, no se deben desplazar a las IPS. Se está planeando cuándo se va a hacer una jornada de vacunación casa a casa”.Ante la indignante situación que atravesaron los adultos mayores en Bogotá, Claudia López insistió al ministro de Salud, Fernando Ruiz, que se les permita a las “alcaldías coordinar y organizar lugares como coliseos donde se convoque sin barreras de EPS ni agendamiento y para mayores ir a su casa”.
Desde el primero de marzo y hasta el próximo 31 de mayo el país entra en una nueva fase de emergencia sanitaria con una serie de medidas de orden público tomadas por el gobierno nacional para contrarrestar la pandemia del COVID-19. La primera de ellas fue darle luz verde a los restaurantes para la venta y consumo de licor dentro de los establecimientos sin necesidad de planes piloto.“Ya que representa el 25% de la utilidad en venta de sus establecimientos, con esto pueden seguir reactivando establecimientos gastronómicos”, dijo Paola Narváez, directora de la Asociación de Restaurantes de Santa Marta.Pero no es la única puerta que se abrió. Los bares y gastrobares podrían funcionar a través de planes piloto si el alcalde de cada municipio pide autorización al Ministerio de Salud.El gobierno mantiene los indicadores de ocupación UCI para tomar medidas restrictivas como toques de queda o pico y cédula.“El primer mensaje a los mandatarios locales es que las medidas solamente se pueden aplicar, medidas restrictivas o limitaciones, cuando exista una ocupación superior al 50 y debe ser progresivo”, indicó Daniel Palacios, ministro del Interior.Se mantiene la prohibición de los eventos públicos y privados que impliquen aglomeración, pero existe la posibilidad de planes piloto cumpliendo tres requisitos. “A medida que avancemos, que haya indicadores por ejemplo de contagio bajos y que la vacunación masiva vaya avanzando, se podrá por parte del Ministerio de Salud dar visto bueno a algunos tipos de piloto donde haya actividades de alto de alto contacto”, explicó Palacios.Los mandatarios locales deberán garantizar el retorno gradual a las aulas de los estudiantes tanto de colegios públicos y privados con todos los protocolos necesarios.“Deben asegurar el retorno gradual, progresivo y seguro a la presencialidad a las instituciones educativas sustentado fundamentalmente en el derecho que tienen los niños a la educación”, manifestó el ministro de Salud, Fernando Ruiz.Los alcaldes o gobernadores no podrán modificar el diseño con sus fases, etapas o población contemplado en el plan de vacunación elaborado por el Ministerio de Salud.
El portero de balonmano Alfredo Quintana, de 32 años, murió este viernes como consecuencia del paro cardíaco que sufrió el lunes pasado en un entrenamiento, informó su club, el Porto."Alfredo Quintana ha muerto a mediodía", afirmó el club del norte de Portugal en un comunicado, después de ser informado por el hospital Sao Joao, donde había sido ingresado."El Porto está de luto por esta pérdida tan dura como inesperada", añadió el club luso, donde jugaba Alfredo Quintana desde 2010.El guardameta portugués había sufrido un paro cardíaco el lunes cuando se preparaba para una sesión de entrenamiento.Millonarios, sin su estrella unos días: así va el caso de la lesión de Fredy GuarínCubano de nacimiento, había participado en enero en el Mundial 2021 en Egipto, donde Portugal acabó en la décima posición.Con la selección portuguesa iba a jugar contra Francia, Croacia y Túnez del 12 al 14 de marzo en Montpellier, en el torneo de clasificación olímpico para los Juegos de Tokio.
Fredy Guarín, el fichaje estrella de Millonarios en este 2021, se lesionó en el partido frente a Junior, del lunes pasado, y en las últimas horas se habló de la incapacidad que deberá tener, según lo expresado por el profesor Alberto Gamero.