Tras una visita sorpresa a algunas URI en Bogotá, la Defensoría del Pueblo advirtió que se está viviendo una situación insoportable en estos recintos, especialmente por el hacinamiento, que en algunos casos es de hasta el 1.000%.
“Las muy precarias condiciones en las que se encuentran recluidas estas personas, una situación indigna. Hay falta de atención en materia de salud, en materia de alimentación hemos conseguidos imágenes de descomposición de los alimentos”, indicó Carlos Camargo, defensor del Pueblo.
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En la visita a las URI de Puente Aranda, Paloquemao, Molinos, La Granja y a la estación de Policía de Kennedy también se encontró proliferación de enfermedades debido a la cantidad de gente que debe compartir una celda.
La atención de medicina general es precaria y de medicina especializada es casi nula.
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Aunque las URI están diseñadas como lugares de detención transitorios, donde señalados delincuentes son recluidos mientras se les resuelve su situación jurídica, dice la Defensoría que algunos de ellos llevan hasta 2 años sin ser trasladados a los centros carcelarios.
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