Intimidando con arma de fuego, sometieron a los empleados de un casino en Teusaquillo y también a los jugadores.
En el lugar de apuestas había un organizaron un torneo de juegos de azar que prometía $20 millones en premios. Al sitio llegaron tanto apostadores como delincuentes.
Más de 80 apostadores fueron víctimas de los asaltantes. Se calcula que varias de las víctimas llevaban gruesas sumas de dinero que servirían para jugarlas en las mesas.
Uno de los bandidos entró a la ofician donde guardaban el dinero del premio y se llevó $11 millones.
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Al terminar su fechoría, huyeron en un taxi que los esperaba sobre la calle 37 con avenida Caracas.
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