Llamaban la atención de buenos samaritanos, que luego eran sorprendidos por otros dos delincuentes. Vea para que no le pase.
La banda, conformada por tres personas, delinquía en Bogotá y buscaba sitios con acumulación de gente como barrios o estaciones de Transmilenio.
Allí llegaba uno de los sujetos fingiendo dolores y asegurando que lo habían asaltado; cuando alguien se acercaba a ayudarlo, aparecían los otros dos, con armas de fuego en mano, para robarle las pertenencias.
La Policía los capturó y trasladó a la URI de Molinos.
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Ojo de la noche
Lobo vestido de oveja: decía que lo habían robado pero estaba tendiendo una trampa
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