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Narcotráfico, el delito que se camufla peligrosamente en Bucaramanga

La capital de Santander es una de las ciudades de Colombia usadas por los criminales para sacar la droga. Defensoría del Pueblo emitió una alerta.

El narcotráfico se camufla peligrosamente en Bucaramanga

El Observatorio del Delito de Santander advierte que cada día es más evidente la presión del narcotráfico en Bucaramanga, un delito que se está camuflando peligrosamente entre la población y la economía.

Hemos documentado más de 100 eventos de narcotráfico. ¿Qué es un evento de narcotráfico? La captura de un gran capo, de un extraditable, de un testaferro, de un jefe de grupo armado”, dijo Julio Acelas, miembro del Observatorio del Delito de Santander.

El diario Vanguardia, memoria informativa de los santandereanos, ha registrado en sus páginas la presencia de peligrosos narcotraficantes en la región y la filtración de dineros en negocios fachada.

“Estas ciudades, que como se dice comúnmente son un buen vividero, se convierten muchas veces en el escondite de los capos o de sus familiares, porque son ciudades que permiten tener un alto nivel de vida y pasar desapercibido ante el radar de las autoridades. Además, Bucaramanga, al igual que Cúcuta, está dentro del corredor de narcotráfico para sacar su droga”, señaló Diana Saray Giraldo, directora del diario.

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En las calles, la población ve con preocupación este creciente fenómeno y espera que quienes lleguen a la Presidencia y al Congreso de Colombia concreten medidas para la lucha contra la criminalidad.

Mediante una alerta temprana, la Defensoría del Pueblo advirtió que los habitantes de Bucaramanga y el área metropolitana corren peligro por la creciente economía de guerra y presencia de capos.

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Se está advirtiendo la posible ocurrencia de amenazas, de homicidios selectivos, de restricción a la movilidad, restablecimiento de fronteras invisibles, de extorsiones y de instrumentalización de niños, niñas y adolescentes por parte de este grupo de delincuencia organizada”, sostuvo Jorge Enrique Calero Chacón, defensor del Pueblo en Santander.

Es la advertencia de una economía ilegal silenciosa que, según los habitantes de la capital santandereana, aún se puede neutralizar.

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