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En medio del fuego cruzado, así hace campaña candidato a curul de paz en Suárez, Cauca

Uno de los municipios más golpeados por el conflicto tiene entre sus aspirantes a un campesino sobreviviente de la violencia, que ha tenido que ver morir a compañeros líderes comunales.

En medio del fuego cruzado, así hace campaña candidato a curul de paz en Suárez, Cauca

El sistema de alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo clasifica al departamento del Cauca con la mayor cantidad de poblaciones en alerta, con 16, dentro de los cuales están Buenos Aires, Santander de Quilichao y Suárez, donde la violencia arrecia en temporada electoral. Un equipo de Noticias Caracol fue testigo de cómo un candidato en ese municipio adelanta su campaña por la curul de paz.

Juan Pablo Salazar es el candidato campesino de la vereda Agua Bonita en el municipio de Suárez, noroccidente del Cauca. Logró ser bachiller, pero no siguió sus estudios porque era muy costoso para sus padres y se dedicó a labrar la tierra. Hoy sostiene entre sus manos el folleto de campaña donde resume sus 35 años.

“He sido sobreviviente a tres atentados por parte de actores institucionales. He liderado de la mano de los hombres y mujeres y campesinos de nuestra asociación Asocordillera. Hoy pongo mi nombre para ser congresista de paz porque represento a todos los sobrevivientes de la región”, cuenta.

Juan Pablo se ha formado como líder comunal bajo amenaza constante. Siendo muy joven vivió la angustia del secuestro de su padre y su posterior liberación. Luego, al hogar de los Salazar, llegó la primera carta de los paramilitares.

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“Lo citaron, allí lo que le dicen es que se debe presentar allá, porque que ya saben quién es él, que es concejal, que tiene café, le dicen 'aquí usted es apoyado por la guerrilla, por eso, está como concejal, entonces, así como les ha servido a ellos necesitamos que ahora también aporte aquí al proceso que nosotros estamos'”, recuerda.

La vacuna había que pagarla. Entrado el 2013, los enfrentamientos arreciaron en la cordillera y se dieron los dolorosos desplazamientos campesinos.

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“Entre ellos, como familia, también salimos. Nosotros no sabíamos nada más sino trabajar la tierra”, asegura.

Para el 2016, Juan Pablo ya hacía parte de la asociación campesina Asocordillera, creada de forma paralela a la firma del acuerdo de paz. Pero, a mediados del 2017, la ilusión se rompió en pedazos. Su liderazgo lo llevó a ponerse de cara a los violentos.

"Les dije ‘mire, nosotros estamos soñando con tener un territorio en paz, estamos apostándole a la implementación de los acuerdos, queremos avanzar con la sustitución y nos preocupa que se dé nuevamente esta situación cuando nosotros querremos vivir en paz y no queremos la presencia de actores armados ni legal ni ilegal en los territorios’”, señala.

Sin embargo, aumentaron los grupos armados, dice Juan Pablo que controlan las 36 veredas de la zona y en esta temporada electoral los hostigamientos lo han sorprendido en las carreteras.

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“Veníamos en la parte alta, pues estaba la gente represada diciéndonos que es mejor no pasar porque están disparando de todo lado y, cuando amaneció, calmó un poco la confrontación”, expresa.

Moverse de vereda en vereda es una ruleta rusa y lo hace sin garantías del Gobierno. Así se la está jugando con su equipo de campaña campesina el candidato de Suárez, Cauca, que va tras una de las 26 curules de paz en Colombia.

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“Tenemos el problema de las drogas, porque, aunque se discutió y debatió el punto cuatro, debe haber una discusión de fondo del porqué de los cultivos de uso ilícito”, señala.

¿Han aumentado los cultivos?

“Sí, bastante. Nosotros en el 2016 logamos con las comunidades exigir que no se sembrara ni una mata más de coca y no había semilleros, no había resiembras. Yo creo que las comunidades sí tienen la voluntad de pasar de los cultivos ilícitos a una economía legal, eso es lo que he escuchado en los recorridos y durante todo lo que he vivido, y el Congreso de la República tiene que revisar esos acuerdos y darles cumplimiento”, subraya.

¿Cree que se está jugando la vida?

“Enterramos un compañero en el municipio de Caloto, que siempre ha sido muy activo en los procesos sociales, que lo reconocíamos por su trabajo y que no hace mucho estuvo reunido con nosotros”, cuenta.

Se refiere aJosé Euclides González, reconocido líder comunal de Caloto, asesinado el 31 de enero de 2022 a plena luz del día cuando se dirigía de su siembra hacia su casa.

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El rostro de Juan Pablo cambia al recordarlo ante el dilema de llegar a ser el siguiente. Detrás de la sonrisa amable del candidato, pareciera esconderse una tragedia, pues, al tocar el tema, se descompone.

“Es que esta esperanza se ha guardado siempre, la esperanza de tener un mañana mejor, o sea, usted aquí ve una sonrisa, pero la esperanza es que no vuelvan a darse esas masacres que hemos tenido que vivir”, manifiesta.

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Noticias Caracol siguió su prédica de campaña en las veredas donde visita las familias en busca de votos. Durante el recorrido, Juan Pablo hace un acto de fe y reconoce que lo más difícil no es llegar a la gente, sino convencerlos, que, si llega al Congreso, tendrá logros para ellos.

“La gente no cree, es muy difícil, y cuando ya lo escuchan a uno que saben que hemos sido sobrevivientes del conflicto armado, que hemos sido víctimas al igual que ellos y que también queremos sacar adelante las comunidades la gente dice es hora de apoyar y de juntarnos a esta campaña”, afirma Juan Pablo.

Desde lo alto, el pacífico río Cauca es el único testigo de una guerra cruel que no quiere irse de estas montañas, las mismas donde el candidato campesino se la juega por conquistar el voto de su gente.

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