Noticias Caracol fue testigo de cómo ciudadanos, con cédula en mano, llegaron como peregrinos en un bus hasta una casa en el barrio La Popa antes de ir a votar.
Apenas a unos pasos del puesto de votación en la zona, una vivienda rosada se convirtió en la protagonista de lo que ocurría.
Una mujer de negro parecía estar al tanto de las minucias en las listas y del conteo propio.
La gente entraba y salía del lugar y a todos les daban un jugo.
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Un asistente de Noticias Caracol se acercó para constatar lo que ocurría y habló con la mujer de negro de las copias de los certificados de votación.
Diálogo
Mujer: Si ves que no tienes copia por ahí, deja la evidencia. Mira, eso (el certificado) te lo devuelven. ¿Algún amigo dijo que te lo devolvían o eso es pa' la mala, pa' qué?
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Hombre: Sí, sí, él me dijo "tómele foto y me lo pasa".
Mujer: Bueno, ¿entonces tú tienes el Whatsapp de él?
Hombre: Sí, sí, sí.
Mujer: Tómale la foto y se lo envías y te quedas tú con la original. A mí me están exigiendo el papelito mío y el teléfono se me descargó.
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Hombre: Ah, ya. Sí, porque me dijo "tómele foto y cualquier cosa ahorita nos vemos".
Mujer: Sí, así me dijeron a mí también pa'l político.
Al frente de la casa rosada había un grupo de mujeres de camiseta blanca, que, al parecer, administraban el efectivo, aunque no se pudo establecer si trabajaban conjuntamente.
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Ellas le entregaban dinero a un hombre de rojo.
El santo y seña de las campañas en Cartagena eran las camisetas del mismo color estampadas y una gorra que portaban los llamados líderes.
En contexto:
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