El excomisionado de Paz de la administración de Juan Manuel Santos, Sergio Jaramillo, habló sobre cómo ve el avance del acuerdo, cuatro años después de haberse firmado.
Recalcó que “la paz no fue un acuerdo que firmamos con las FARC en La Habana y que luego se firmó en Colombia y luego se renegoció y se rectificó. La paz es algo vivo que se construye todos los días y yo digo que la paz es como un jardín que hay que estar regando y cuidando”.
Según Jaramillo, los mayores riesgos para el proceso de paz están en la “seguridad y el tema del discurso de reconciliación y no estigmatización”.
Para él, “terminar el conflicto salió bien y está saliendo bastante bien la reincorporación”.
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“De las cosas que ha hecho bien este gobierno ha sido ponerle atención a la reincorporación y las cifras que sacaron recientemente son bastante buenas, de un universo de cerca de 14.000 personas certificadas (…) un poco más del 5% no se sabe dónde está”, agregó.
Sin embargo, dijo que “hay que hacer una revisión muy fuerte del tema de seguridad y un viraje”.
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Jaramillo aseveró que la amenaza no es solamente para los exguerrilleros “que dejaron las armas, es para los que están intentando sustituir cultivos, que los matan; la amenaza es para quienes quieren participar en ejercicios de verdad”.
“Si no hay una mejora radical en la seguridad, la situación de la implementación va a ser difícil y se puede cerrar la ventana” de la paz, advirtió.
No obstante, dijo ser optimista frente a lo firmado: “mire por todo lo que hemos pasado y el proceso sigue ahí”.
Eso sí, señaló que el gobierno aún “no reconoce que en Colombia había una guerra con las FARC que se acabó y la amenaza no es la misma y no puede hacer lo mismo de antes”.
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“La amenaza va cambiando y la estrategia tiene que cambiar, y la incapacidad del gobierno de desarraigar nuevos conceptos frente a esa situación de seguridad es lo que nos tiene como nos tiene”, insistió.
Agregó que es falso que en el acuerdo se hubiera pactado que se iban a entregar mensualidades a los cultivadores ni que no iba a realizarse fumigación aérea.
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“Con las FARC jamás hablamos en La Habana de que no se iba a fumigar. Es más, como resultado de la renegociación dejamos explícito que el Estado se reservaba el derecho a asperjar”, resaltó.
Jaramillo también hizo referencia a la JEP, cuyo problema, consideró, “es que tiene sesiones reservadas y poca gente sabe lo que está pasando adentro”.
Destacó que “más de 3.000 hombres de la fuerza pública están en la JEP y cada vez que el Centro Democrático la ataca está poniendo en juego su propia seguridad jurídica, y cada vez más mandos de las FARC están reconociendo sus crímenes ante la JEP”.
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