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Análisis de la salud mental de los colombianos en tiempos de pandemia

“Es precaria, en particular en el grupo de personas más jóvenes”, dice el psiquiatra Alfonso Rodríguez, que también brinda consejos para sobrellevar el encierro.

Psiquiatra  - 25 de julio.png

El especialista aclara que “la gente cree que salud mental tiene que ver con enfermedad mental”, pero la verdad es que “es solo uno de los aspectos de un campo que incluye cómo vivir bien, habitándose a sí mismo en relación con los otros”.

Según Rodríguez, en los últimos cinco años los estudios han revelado que “la salud mental de los colombianos es precaria, en particular en el grupo de personas más jóvenes”.

“Se debe además a una transmisión transgeneracional de ese sufrimiento psíquico que no ha permitido elaborar muchos duelos, que ha generado conductas autoritarias, violentas, en relaciones que son asimétricas o de exclusión y que se cobran en altos índices de violencia, mala resolución de conflictos, violencia hacia la mujer y elevación en trastornos mentales, como ansiedad, depresión y consumo de sustancias”, explica.

El psiquiatra dice que “en el aislamiento ya se revela un incremento en riesgo suicida, consumo de alcohol, situaciones de desespero y ansiedad, tanto en las personas que no quieren que se les regule la conducta, como aquellas que tienen prevención de ser contagiados y piensan que inmediatamente con una posibilidad de diagnóstico pudiera llevarlos a la muerte”.

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Esto implica, además, que “estar con el tapabocas o limitado en el contacto con otros va a generar altibajos emocionales, que en casa se notarán cuando alguien empiece a subir su conducta de irritación, de prevención sobre la comunicación con otros, cuando se le ponen normas o límites, depresión o tristeza desbordada, alteraciones en el sueño, en el apetito”, dice.

Frente al panorama del coronavirus, Rodríguez aconseja “reconocer que tenemos un control limitado de la vida propia y de los demás”.

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Es importante también “recordarse que podemos hacernos cargo (…) Las decisiones se deben tomar en el camino, es importante, quiere decir, vivir en el presente”.

Por último, sugiere “registrar las emociones, ponerles nombre, expresarlas para encontrar en el otro que él también tiene el mismo temor, que también puede querer un abrazo”.

“Es en colectivo que vamos a salir de esto”, concluye.

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