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“Aprendí de nuevo a hablar y escribir”: médica que pasó más de dos meses en UCI por COVID-19

Tras varias terapias, la galena aseguró que se vio obligada a volver a trabajar muy pronto para pagar deudas. Denuncia falta de apoyo de su ARL y del gobierno.

Médica pasó 2 meses en UCI por COVID.jpg

Esta es la historia de Delfina Polo, una médica de 30 años que se contagió deCOVID-19y pasó más de dos meses hospitalizada en una unidad de cuidados intensivos. Ahora, después de vencer la mortal enfermedad, sufre sus implacables secuelas, las cuales son empeoradas por el 'virus' de la indiferencia.

Tras contraer la enfermedad, la doctora fue hospitalizada en su natal Cartagena, pero por complicaciones en su estado de salud fue remitida hasta una UCI de la Fundación Cardiovascular de Floridablanca, Santander.

Durante más de dos meses sus colegas tuvieron un especial cuidado con esta galena, que vio de frente a la muerte y logró ganarle el pulso.

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De vez en cuando, los especialistas que la atendieron le hicieron llegar mensajes de su esposo, quien la esperaba ansioso en su hogar: “Te amo, que te mejores, pronto regresarás, no pierdas la fe”.

Delfina hacía parte del grupo anti COVID-19 de la Policía Nacional, allí atendía a los uniformados y daba recomendaciones para evitar los contagios

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Ella misma narró cómo se contagió de la mortal enfermedad: “Tuve un contacto estrecho con una persona muy allegada que fue positiva para COVID-19. Él fallece, yo empecé a presentar los síntomas”, dijo Delfina.

Los cuidados, la fuerza de voluntad y sus ganas de vivir la llevaron a su natal Cartagena, ciudad en la que fue recibida entre júbilo, vítores y aplausos.

Pero hoy no todo es felicidad, su drama ahora son las secuelas del COVID-19, hipertensión y diabetes.

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Ella narra que tuvo que regresar muy pronto a su trabajo, pues las deudas no esperan y hay que pagarlas.

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“Requerí de terapias, aprendí de nuevo a hablar, escribir, caminar, conducir, a mis actividades cotidianas”, comentó.

A Delfina, como a otros médicos, las ayudas no les han llegado y siguen enfrentándose a otro virus mortal, la indiferencia.

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