La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este martes que es precipitado pensar en tratar el COVID-19 como una enfermedad endémica por la incertidumbre que aún rodea el coronavirus y la alta transmisibilidad de la variante ómicron, que podría contraer más de la mitad de la población europea en un plazo de seis a ocho semanas.
Con ese ritmo de transmisión más del cincuenta por ciento se infectaría en un máximo de ocho semanas, según un cálculo del Instituto de Métricas y Evaluaciones de la Salud (IHME), de la Universidad de Washington, citado en su comparecencia por el director de OMS-Europa, Hans Kluge.
"Hay que ser muy precavidos con las predicciones sobre el futuro", dijo Kluge, quien insistió en que el coronavirus ha sorprendido "más de una vez" y que "no es buena idea" hacer previsiones por la incertidumbre que afecta a factores como el COVID-19 persistente y la alta transmisibilidad de ómicron.
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Smallwood resaltó que no está clara aún la severidad de ómicron y que la razón principal de que haya menos casos graves en Europa Occidental es
La mayoría de los casos de ómicron son sintomáticos y todavía alrededor del 1% de todos los casos requiere hospitalización, un porcentaje "que no es muy distinto al de otras variantes", avisó Smallwood.
De ahí que la prioridad ahora mismo sea proteger a los grupos vulnerables y al personal sanitario, así como minimizar los trastornos en la economía y las escuelas, resaltó Kluge, quien destacó que el objetivo fundamental para este año es "estabilizar la pandemia".
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