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Joven que recibió trasplante de cara y manos revela qué pensó cuando se vio al espejo

Casi seis meses después de la cirugía, que duró 24 horas, dice que está ansioso por volver a trabajar y reconoce que abrir una botella de agua aún le es difícil.

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"Siempre hay luz al final del túnel, nunca te des por vencido", dijo Joe DiMeo, el joven de 22 años que el 12 de agosto del año pasado se convirtió en el primer paciente en recibir un trasplante de cara y manos.

El Hospital NYU Langone Health presentó al receptor, que sufrió quemaduras de tercer grado en más del 80% del cuerpo por un accidente de tránsito ocurrido en julio de 2018, luego de quedarse dormido al volante, por lo que el carro que conducía se volcó y explotó.

“Tan pronto como vi mi cara por primera vez dije: de acuerdo, este es mi rostro ahora. Simplemente seguí adelante, lo tomé con calma”, dijo Joe DiMeo al verse en un espejo, cinco semanas después de la cirugía.

Un test de anticuerpos reactivos señaló que DiMeo rechazaría un 94% de los donantes, por lo cual hallar uno compatible requirió una búsqueda por todo Estados Unidos, equivalente a "encontrar una aguja en un pajar", dijo Eduardo Rodríguez, director del programa de trasplante de cara del NYU Langone.

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A DiMeo le implantaron ambas manos hasta la mitad del antebrazo, incluidos los huesos radio y cúbito, tres nervios dominantes, seis venas sanguíneas que requirieron conexiones vasculares y 21 tendones.

También tuvo un trasplante total de cara, incluida la frente, cejas, ambas orejas, nariz, párpados, labios y huesos del cráneo, pómulos, nariz y mentón.

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Rodríguez reveló que "haber pasado los primeros tres meses fue crítico. La mayoría de pacientes en el mundo que han tenido un trasplante de mano o cara comúnmente tienen un episodio de rechazo agudo en los primeros tres meses y no hemos visto eso con Joe hasta ahora".

El joven, mientras tanto, dice que ya puede hacer muchas cosas, aunque “a veces abrir una botella de agua es muy difícil, corta la sensación en mi pulgar. No sé si estoy apretando lo suficiente o no, pero casi siempre puedo hacer muchas cosas”.

"Estoy impaciente por regresar al trabajo", agregó.

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