Manejar la ansiedad, el estrés y los desafíos de la vida: algunas de las bondades de la meditación

la forma más sencilla de practicarla es llevar la atención plena a la respiración, a cada inhalación o exhalación, en las fosas nasales o el abdomen.
Puede realizar la meditación sentado o acostado, siempre con la espalda recta y respirando conscientemente.
"Meditar es llevar la atención al momento presente en el cuerpo, en la mente y en el ambiente, por ejemplo, en los sonidos de ambiente, sin juzgar lo que está sucediendo, aceptándolo y soltándolo", explica el médico psiquiatra José Daniel Puche.
Agrega que para aquellas personas que se recomienda meditar con los ojos abiertos “son quienes se duermen muy rápido cuando cierran los ojos o quienes tienen mucha necesidad de controlar lo que sucede a su alrededor. En esos casos, se recomienda mirada al frente, un poco hacia abajo, un metro, metro y medio, en un punto no fijo.
El mejor momento para meditar es en las mañanas, después de la ducha y antes de desayunar. La persona escoge un lugar, se ubica sentado con la espalda recta o acostado, observa atentamente su respiración, las sensaciones corporales y pensamientos.
Para personas principiantes se sugiere 10 minutos, personas que ya llevan una práctica regular, 20 minutos; y quienes son avanzados, 30 o más minutos.
Con el paso del tiempo y la práctica, puede que sienta la necesidad de meditar en otro momento del día y crear un ambiente especial para hacerlo.
También tiene la opción de realizar meditaciones activas o en movimiento. Caminar, sentir la suave brisa, respirar lento y percibir los sonidos de la naturaleza, siempre presente en el hoy, dejando atrás el ayer y sin preocuparse por el mañana.
Así mismo, es posible meditar leyendo o tomando una bebida o alimento, deleitándose mientras lo hace. Desde temprana edad, incluso en familia, puede practicarse la meditación.