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Nao: el robot que baila, sabe artes marciales y, además, ayuda en terapia

Este pequeño humanoide, de origen francés, se ha convertido en un miembro más del Hospital Militar Central, en Bogotá. Es coequipero en las terapias de niños con trastornos de comunicación o comportamiento.

Nao: el robot que baila, sabe artes marciales y, además, ayuda en terapia

Parece de ficción, pero no lo es. Este robot se llama Nao y vive desde hace un año en el Hospital Militar. Allí, gracias al equipo del Laboratorio de Innovación, coordinado por el ingeniero electrónico Annuar De La Barrera, encontró trabajo.

La facilidad para ser programado en diferentes funciones permitió que ahora Nao esté en las terapias de niños con trastornos de la comunicación, el lenguaje, el aprendizaje, el comportamiento y la socialización, entre otros.

La fonoaudióloga Soraya Colina, especialista en infancia y desarrollo, asegura que ha sido un proceso de gran aprendizaje para ellos y de grandes logros para los pacientes: “Cambiamos esos juguetes convencionales por el robot Nao y por otros instrumentos que les genera más estimulación, una estimulación fuerte”.

Además, Nao tiene un no sé qué, basta verlo para enternecerse. El ingeniero explica que contrario a lo que se pueda creer, el robot no es frío ni lejano “la expresión corporal y la voz es lo que logra la empatía total con las personas. Entonces, por eso es tan amigable, tan dulce y les encanta a los niños y a todo el mundo”. Nao está en capacidad de reconocer una cara y detectar el estado de ánimo de esa persona y expresar también emociones como alegría o miedo, entre otras.

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Por eso, también es usado alrededor del mundo en educación, atención al cliente y acompañamiento, por ejemplo, de personas mayores.

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En la visita al Hospital Militar pudimos acompañar a Kevin, un niño de 13 años que va dos veces por semana a terapia, treinta minutos la realiza de manera convencional y otros treinta minutos con Nao. “Me ha ayudado con expresarme y hablar en público porque antes me daba pánico escénico y ahora ya lo estoy mejorando, gracias a Nao”, dice el menor.

Jaqueline, la mamá de Kevin, ratifica que, además de la notable y rápida mejoría de su hijo, Nao es una gran motivación para asistir a las citas. A esto añade la fonoaudióloga: “Hacemos a los niños felices”.

El uso de Nao en este tipo de terapias ha sido innovador, pero ahí no termina todo. También fue parte de un piloto para que niños y adolescentes con cáncer resignificaran su condición y comprendieran mejor aspectos de su condición y tratamiento.

Así que Nao lo que tiene es trabajo. Esperan incluirlo en las terapias de adultos, por ejemplo, con secuelas por eventos cerebrovasculares e incluso en el entrenamiento del talento del hospital en temas como seguridad en el trabajo y por qué no, también en atención al cliente.

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Nao es la fiel muestra de los alcances y el enorme potencial de la tecnología; que permite optimizar procesos y contribuir de manera significativa en mayor bienestar, en este caso, de los pacientes.

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