No es un secreto que en esta época se come y se bebe de más. Una mezcla que puede resultar bastante nociva, en especial para el corazón. Esté atento a lo que han llamado el síndrome del corazón navideño.
Noticias Caracol salió a las calles para preguntarles a las personas cómo cuidan su corazón en esta época de festividades.
“Caminando, haciendo ejercicio, alimentándome bien y estando en familia”, indicó la ciudadana Ivonne Estefan.
Por otro lado, Nataly Cano aseguró que cuida su salud con un buen consumo de agua y alimentos sanos. Otros ciudadanos manifestaron que evitan el consumo de licor en esta temporada.
La salud cardiovascular es una de las más afectadas por el cambio de hábitos del fin de año. Datos internacionales muestran que entre el 24 y el 31 de diciembre hay más infartos, arritmias y otros eventos cardiovasculares que en cualquier otra época del año.
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“Especialmente por los excesos que toma la gente hay un aumento de la incidencia de eventos cardiovasculares”, precisó Carlos Andrés Ortiz, jefe de cardiología de la Fundación Cardio Infantil.
A este fenómeno le han llamado el síndrome del corazón navideño y tiene que ver con los efectos nocivos, principalmente, del alcohol. Este se asemeja a otro ya bien conocido: el síndrome del corazón festivo.
“Son aquellas personas con algún factor de riesgo como obesidad, sobrepeso, diabetes, problemas de apnea del sueño, que consumen en exceso alcohol en estas festividades, lo cual es tóxico para la célula eléctrica del corazón y lleva a fibrilación auricular”, agregó el galeno.
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Esta arritmia se puede presentar en la fase aguda de la embriaguez, durante el guayabo e incluso días después porque persiste el efecto tóxico del alcohol.
Carlos Andrés Ortiz señaló que “los síntomas claves son palpitación o sensación de taquicardia que persisten en el tiempo. También está la inconformidad en el pecho o la sensación de ahogo sumadas, es una condición que indica que algo pasó a nivel cardiovascular”.
Por esto, tenga cuidado al dar rienda suelta a los brindis y otros hábitos que suelen acompañar los excesos de alcohol como las comidas más abundantes de lo usual. “No estamos siendo mojigatos. No es que no podamos compartir una copa de vino, un trago, una cerveza o una comida. Lo ideal es buscar un equilibrio y ser cada vez más saludables”, concluyó el cardiólogo.
El doctor Carlos Ortiz es claro, el corazón no descansa y, por el contrario, los excesos del fin de año pueden someterlo a situaciones de verdadero riesgo.
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