¿Suele caerle mal la comida? Estos alimentos pueden ayudarle a mejorar su digestión

Hortalizas de hoja verde, semillas y alimentos ricos en fibra son esenciales. También es importante que controle sus emociones, explica una experta.

Entre los mejores aliados de nuestro sistema digestivo se encuentran las hortalizas de hoja verde.

"El color verde de las hortalizas indica la presencia de cantidades elevadas de clorofila, la cual se produce gracias a la radiación solar que es la energía más poderosa para la vida. La clorofila tiene múltiples funciones para el correcto funcionamiento de todo el organismo: aporta oxígeno, vitaminas, enzimas y minerales; entonces, al consumir regularmente estos alimentos se estabiliza la digestión. Una buena digestión garantiza que los demás sistemas se estabilicen, especialmente el cerebro", dice Lucy Hoyos, nutricionista y dietista.

De igual forma, se recomienda incluir alimentos naturales frescos y crudos como rábano, ajo, pepino, cohombro, naranja, papaya y piña. Ellos contienen enzimas digestivas, necesarias para facilitar la asimilación de los nutrientes.

"Para tener un sistema digestivo sano es fundamental cuidar nuestra flora intestinal. Ella se encarga de la producción de la vitamina k y de las vitaminas del complejo B, en especial la B12. Esta vitamina garantiza las funciones del sistema osteoarticular, cardiovascular, nervioso y muscular. Por ello, es indispensable consumir alimentos probióticos que mejoran la flora intestinal como la linaza, la chía, las cebollas, el yogurt, el kéfir y los alimentos fermentados", dice Hoyos.

Puede elegir alimentos fermentados a base de hortalizas como el kimchi koreano, también el chukrut, que se obtiene del repollo; el mizo de la soya o el llamado pan de masa madre, entre otros. Así mismo, poseen cualidades probióticas los germinados de granos, semillas y cereales. Estos tienen potencializados todos sus nutrientes y se consideran alimentos vivos.

Por otro lado, el kiwi y la fresa, ambos con efecto laxante suave, son ideales en caso de estreñimiento. La cúrcuma, por sus propiedades antioxidantes, antinflamatorias y regenerativas, beneficia el sistema digestivo, y el diente de león actúa como depurativo del hígado y la vesícula biliar.

"Para el correcto funcionamiento del sistema gastrointestinal y tener una digestión equilibrada es necesario consumir a diario alimentos ricos en fibra que limpien los intestinos. Hablamos de dos clases de fibra: la soluble, que tiene alto contenido de tejido gelatinosos -esta especie de goma estimula el movimiento del intestino y ayuda a formar el material de desecho-, y la insoluble, que es la parte del alimento vegetal que no podemos digerir. Ella se encarga de barrer a su paso todas las toxinas e impurezas presentes en el sistema digestivo. Recordemos que la fibra y el agua van de la mano, por eso se hace indispensable beber abundante agua a lo largo del día", explica la nutricionista.

La fibra soluble está presente en las semillas de linaza, de chía y los frijoles secos. Además, en el yacón, la guatila y el balú. Y la fibra insoluble se encuentra en los champiñones, los espárragos, la zanahoria, la remolacha, la berenjena y el aguacate, así como en la ciruela, la feijoa, el durazno, las uvas, los cítricos, los frutos secos, las semillas como las de girasol y  calabaza y en los cereales integrales.

"Es importante que emociones como el miedo, la ansiedad la ira y el estrés aprendamos a controlarlas, a manejarlas bien, porque se sabe que existe una relación directa entre el equilibrio emocional y el equilibrio en el funcionamiento en el sistema digestivo. Entonces, nutrirnos de verdad es sentir gratitud por el alimento, tomarse el tiempo suficiente para comer, respetar los horarios de las comidas, consumirlas en calma, masticar muy lentamente y deleitarnos al comer. Así es como logramos alimentarnos, nutrirnos y mantener una digestión sana", agrega la nutricionista.

Tenga presente que durante la noche los procesos digestivos continúan. Por eso, es vital procurar siempre descansar los suficiente para lograr un sueño reparador.