Mayra Londoño tiene 34 años. Es una mujer de contextura delgada y brazos y piernas particularmente largas debido a una condición con la cual nació: el síndrome de Marfan. Se trata de un desorden genético que afecta las fibras que sostienen y dan estructura a tejidos como los huesos, pero también a órganos como el corazón. Una cirugía a la aorta le cambió la vida.
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En palabras de Mayra esto es lo que le produce el síndrome: “Mi cuerpo es todo elástico y siento mucho dolor en los órganos dañados”.
Precisamente, una de las complicaciones más graves se produce a nivel cardiovascular, en la principal arteria del cuerpo: la aorta. Si tomamos la explicación de la paciente, las paredes de su arteria son tan elásticas o laxas que se dilatan más fácil o rápido que una persona sin esta condición genética, lo cual aumenta el riesgo de ruptura. Sin duda, una complicación que a muy pocos les da el chance de alcanzar a llegar a un hospital porque rápidamente se desangran.
Ella y su familia cuentan que muchas veces consultaron. Ginna, su prima, lo dice sin recelo: “Se desmayaba y quedaba como muerta, entonces la llevamos a urgencias para que hicieran algo. Aunque ya se decía que con ella no había nada que hacer, pero de todas formas tomamos el riesgo de llevarla”. Esa persistencia de sus familiares permitió que llegaran a las manos de un equipo interdisciplinario de la Fundación Cardiovascular de Colombia, en Bucaramanga, que asumió el caso.
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El cirujano vascular Óscar David Rubio explica que usaron imágenes de Angiotac sumadas a tecnología 3D para recrear en el computador la aorta de Mayra. Así pudieron tomar medidas exactas para ubicar las ramificaciones de la aorta que llevan sangre a órganos como los riñones y el intestino. Esas distancias y ángulos se marcaron sobre la prótesis de 30 cm que se le implantaría.
“La planeación me dice a cuántos centímetros del borde debo hacer el primer agujero, ese agujero se hace con un cautín que es un quemador, eso es estéril, y así los otros agujeros”, explicó el cirujano.
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Posteriormente, en los agujeros que se le hicieron a la prótesis, el cirujano pegó los tres pequeños tubitos que se unirían a las arterias de Mayra. En otras palabras, la prótesis que reemplazaría la aorta dilatada de la paciente fue diseñada de manera personalizada teniendo en cuenta su compleja anatomía. El doctor Rubio habla de las ventajas de entrar a una cirugía abierta con la prótesis totalmente lista: “Disminuir los tiempos de cirugía, disminuir el sangrado, disminuir los daños de órganos como riñón, intestino, hígado o bazo y hacer que la recuperación sea mucho más rápida”.
La cirugía, que usualmente dura 12 horas, disminuyó su tiempo a la mitad y antes de los esperado Mayra volvió a su hogar en Arauca donde la esperaban su mamá, su hijo y otros familiares.
Hoy ella ya recuperó su vida sin necesidad de cuidados especiales. No requiere rehabilitación ni medicamentos sofisticados. Las palabras le quedan cortar para expresar el agradecimiento: “Estoy totalmente agradecida con ellos, ellos me dieron la oportunidad de quitarme ese dolor”.
Cuando Noticias Caracol Ahora contactó a Mayra para la entrevista, ella no dudó en aceptarla. Sin duda quiere que más personas, como ella, tengan esta segunda oportunidad porque en el país, a pesar de la complejidad del procedimiento (reemplazo de aorta toraco-abdominal), hay instituciones en varias ciudades con la infraestructura física y humana para realizarla. El doctor Rubio lo dijo en pocas palabras: “No están solos, acudan a estos centros de salud”.
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