Doble lucha de una madre contra el cáncer infantil: un hijo murió y la otra enfrenta la enfermedad

Juliana Hernández nos demuestra que hay que ser fuertes y detectar a tiempo un mal que es la segunda causa de muertes de niños en Colombia. Aquí su testimonio.
Hace dos años, Juliana vivió uno de los días más difíciles de su vida: su hijo de apenas ocho años fue diagnosticado con cáncer.
“Me dijeron que era una enfermedad, que no había nada que hacer por él. Él, poco a poco, se fue deteriorando hasta que falleció”, cuenta Juliana.
El dolor se transformó en aprendizaje y así, entre tratamiento y tratamiento, aprendió a identificar a tiempo los síntomas y supo que su hija también lo padecía.
La lucha de Juliana la conoce muy bien los padres de Jerónimo, un niño de cinco años que murió de cáncer. Para ellos, la esperanza sigue viva y por eso con muñequitos de cerámica, que denominan como “guerreros”, llevan alegría y arte a los más pequeños que padecen esta enfermedad.
“Son unos guerreritos de vida como nosotros”, dice una de las niñas que pintan estos personajes y para quien representan un motivo para seguir luchando.
“Cada día es un día eterno si no hay diversión, pero cuando hay momentos de esparcimiento como arte y pintura o baile, el día se hace más cortico”, señala Natalia Ortiz, creadora de la Fundación Jerónimo.
Con la fundación también llevan videojuegos a los niños en distintos hospitales de Bogotá. En el de la Misericordia, por ejemplo, tienen como estrategia lograr que los padres identifiquen los síntomas a tiempo.
“Número uno, unir a la familia el proceso de tratamiento; número dos, fortalecer la adherencia al tratamiento y número tres, queremos también con todas estas actividades fomentar el conocimiento de los signos y síntomas que llevan a un diagnóstico oportuno del cáncer”, asegura Carlos Pardo, líder de oncología pediátrica del Hospital La Misericordia.
Cabe recordar que el cáncer es la segunda causa de muerte de niños en Colombia, pero para estos luchadores de vida ninguna cifra es imposible de vencer y sonríen cada minuto demostrándole al mundo de lo que son capaces.