La escena en Beirut se repite a lo largo de varios kilómetros y en las calles se camina entre escombros.“Esperamos con ansias el fin de nuestras miserias”, dijo uno ciudadano que, con sus coterráneos, ya vivía en una crisis severa antes de las explosiones por la debacle económica.El Gobierno, entretanto, adelanta acciones con apoyo internacional para socorrer a los damnificados y víctimas."Se ha acordado instalar hospitales de campaña para tratar a los heridos de forma rápida y el Ministerio de Salud establecerá los lugares apropiados" para levantarlos con la ayuda del Ejército, dijo el ministro libanés de Salud, Mohamed Hasan, al término de una reunión extraordinaria del gabinete, según la cadena de televisión local LBC.Afirmó que las ayudas médicas que están siendo enviadas por varios países árabes y europeos tienen que ser canalizadas a través de la cartera y bajo la supervisión del Ejército, cuando lleguen al Líbano.Jordania anunció que enviará un hospital de campo militar a Beirut completamente equipado para llevar a cabo cirugías, con 160 profesionales sanitarios de todos los ámbitos y casi 50 camas.En una reunión extraordinaria, el Ejecutivo declaró el estado de emergencia durante dos semanas en Beirut, calificada de "zona catastrófica".Además, anunció tres días de luto oficial a partir del 5 de agosto para honrar a las víctimas de una tragedia que ha sacudido a este pequeño país y ha devastado amplias áreas de la capital libanesa.
Con la cabeza vendada al igual que sus pacientes, el doctor Antoine Qurban dijo que la enorme explosión del martes trajo un armagedón a los hospitales de Beirut en escenas caóticas que recuerdan una zona de guerra."Las personas heridas que se desangraban en el medio de la calle, otras que yacían en el suelo en el patio del hospital, me recordaron mis misiones con Médicos sin Fronteras (MSF) en Afganistán hace muchos años", contó.El cirujano se encontraba entre las más de 4.000 personas heridas que se tambalearon o fueron llevadas a hospitales gravemente dañados y muy poblados en la devastada capital libanesa.La gran explosión ha acumulado aún más presión sobre el tenso sector de salud de Líbano, que antes del desastre ya estaba luchando con una ola de casos de coronavirus y una grave crisis económica."Fue el armagedón", dijo Qurban, de 60 años, frente al Hospital Hotel Dieu en el centro de Beirut.La instalación es normalmente su lugar de trabajo, pero el miércoles estaba entre una multitud de pacientes.Qurban estaba en una cafetería cercana cuando la explosión lo golpeó, arrojándolo a unos 20 metros al otro lado de la habitación.Su propio hospital se desbordó en cuestión de minutos con heridos, por lo que un extraño en una motocicleta lo llevó a otra instalación.Después de una espera de una hora, un médico le cosió la cabeza herida en la calle."Ella ya está muerta"Las personas heridas durante la noche del martes por la caída de fragmentos de vidrio buscaron tratamiento, tejiéndose entre equipos destrozados y pilas de escombros en los pasillos del Hotel Dieu.Las madres preguntaron desesperadamente sobre el destino de sus hijos heridos. Un anciano suplicó noticias de su esposa, que había sido trasladada de otro hospital.Sonó una cacofonía de teléfonos celulares y se escucharon fragmentos de conversaciones agotadas, generalmente contando historias de supervivencia."Un milagro lo mantuvo vivo", se escuchó decir a una mujer, mientras que un hombre con una pierna vendada le entregó un celular parpadeante a su hermana, diciéndole: "ya no puedo hablar".El Hotel Dieu trató al menos a 300 heridos el martes y registró 13 muertos, según su director médico, el doctor George Dabar, que era un estudiante de medicina allí durante la guerra civil de 15 años del Líbano."Incluso entonces, no vi nada como lo que vi ayer (martes)", dijo.Con la voz quebrada por la emoción, Dabar afirmó que el momento más difícil era contarles a las familias que sus seres queridos habían muerto, sin que quedara algo por hacer."Es tan difícil decirle a un padre que lleva a su pequeña hija e intentar salvarla que ya está muerta", comentó.Según el Ministerio de Salud del Líbano, dos hospitales quedaron completamente fuera de servicio y dos más quedaron parcialmente inutilizables.Al menos cinco enfermeras murieron y varios doctores y pacientes resultaron gravemente heridos."Los equipos médicos ya estaban exhaustos por todo lo que sucedió en este país y por la pandemia de coronavirus. Pero para enfrentar la crisis de ayer, se unieron con una increíble solidaridad", dijo Dabar.Añadió que, desde cocineros hasta trabajadores de mantenimiento, todo el personal estaba trabajando codo a codo para que el Hotel Dieu pudiera permanecer abierto.Evacuación de pacientes con COVID-19El Hospital St. George no tuvo tanta suerte. La explosión salió de la instalación, una de las más antiguas de Beirut, con techos colapsados y cables eléctricos colgando sobre camas cubiertas de vidrio."Ya no estamos en servicio", dijo el jefe de personal, Eid Azar."En medio de la situación económica actual, no sé cuánto tiempo llevará repararlo", sostuvo.El personal trabajó hasta justo antes del amanecer para evacuar pacientes, equipos y archivos.Azar dijo que la operación de emergencia le recordó al huracán Katrina, el devastador desastre natural que afectó a Estados Unidos en 2005.El patio se convirtió en una clínica de campo, donde los médicos con túnicas médicas ensangrentadas trataron a las personas conmocionadas al descubierto."No hay nada más difícil que evacuar un hospital repleto de pacientes mientras llegan más heridos", reconoció."El personal del hospital fue herido y necesitábamos transferir a nuestros propios empleados", advirtió.Los médicos llevaron a los pacientes de nueve pisos separados, uno por uno, en camillas, ya que la explosión noqueó los ascensores.Sin electricidad ni agua, las enfermeras se arriesgaron mucho para proporcionar todo el apoyo que pudiera salvarles la vida."Las luces del hospital generalmente están encendidas las 24 horas del día; estaba completamente oscuro", reveló la especialista en enfermería clínica Lara Daher."Anoche cosimos a los pacientes a la luz de nuestros teléfonos celulares. No sé cómo lo hicimos. Nunca había visto algo así", dijo.
Esta colombiana, que vive en Beirut, habló con el diario El Universal de Cartagena, donde fue corresponsal.Según ella, el Gobierno les pidió, a los que puedan, evacuar la ciudad “porque el aire está extremadamente contaminado por la explosión, no se puede respirar, es un aire tóxico; le han recomendado a la gente cerrar las ventanas y que se duche”.Agregó que ante el colapso hospitalario por el número de lesionados que dejaron las explosiones -unos 4.000- “se les ha pedido a las farmacias atender a los que estén menos graves; se han utilizado los parqueaderos y las afueras de los hospitales para atender a los heridos, porque no hay capacidad en los hospitales. Han trasladado los heridos a otras ciudades”.En contexto: María Alejandra vive en la ciudad de Zahle, a 51 kilómetros de distancia de Beirut.“Mucha gente pensó que era un terremoto, porque todo tembló alrededor del epicentro de la explosión, las ventanas de muchos edificios se rompieron”, narró sobre la tragedia.Afirmó que “en muchos de los edificios cercanos al sitio del estallido había gente atrapada, hubo personas que perdieron algunas de sus extremidades, vehículos volcados, todo ha sido un caos”.Vea también:
Las explosiones en Beirut, ocasionadas por 2.750 toneladas de nitrato de amonio, han dejado imágenes impresionantes. Una de estas fue la de la novia que realizaba un video para su boda y, repentinamente, es sacudida por la onda expansiva.La protagonista es la doctora Israa Seblani, que posaba con gracia ante el lente del camarógrafo. El escenario era el hotel Le Gray, en el centro de Beirut.Los delicados movimientos pronto se vieron interrumpidos por la explosión, que quebró ventanas y lanzó mesas por el escenario.Los presentes reaccionaron y salieron corriendo en busca de un refugio, situación que quedó en el video del matrimonio.Más imágenes impactantes:
"Es un terremoto. Hace 47 años que trabajo en Líbano en la ayuda humanitaria y nunca había visto algo igual", dijo el doctor Kamel Mohanna, presidente fundador de Amel Association International, al observar la tragedia que trajeron las explosiones en Beirut.Vea también:En los últimos meses los libaneses de la clase media -profesoras, funcionarios o enfermeras- sufrieron la caída histórica de la moneda y el aumento de precios, en un contexto de despidos masivos y recortes salariales."Líbano importa el 80% de su comida. Lo primero que pensé fue: 'estanterías de supermercados vacías, aumento de precios a causa de la escasez'", dijo Maya Terro, fundadora de Food Blessed.La inflación de los alimentos básicos se disparó un 109% entre septiembre y mayo, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA)."Tengo la impresión de pedir limosna", afirmaba un hombre de unos 50 años que vive en las afueras de Beirut."Nos privamos de muchas cosas", agregó este padre de cuatro hijos. "Durante la semana siempre teníamos cuatro comidas a base de carne. Ahora no hay nada, ni siquiera pollo".Cerca de la mitad de los libaneses viven en la pobreza, según estadísticas oficiales.La debacle se amplificó por el nuevo coronavirus y el confinamiento impuesto en marzo.Según un sondeo del PMA publicado en junio, dos de cada tres hogares en Líbano vieron caer sus ingresos y un 42% de la personas consultadas se endeudó para comprar comida o pagar un alquiler."Mi marido no tiene trabajo desde hace mucho tiempo", comentó una mujer que llevaba aplazando cuatro meses una cirugía por falta de dinero."No podemos tener la misma vida que antes", dicen los angustiados libaneses.
Las dos explosiones en Beirut, registradas el martes, dejan más de 100 muertos y 4.000 heridos.Eran las cinco de la tarde cuando un gigantesco incendio arrasaba en el puerto la planta de silos de trigo.Una secuencia de videos que circularon en redes sociales evidenciaba la magnitud de la conflagración. Entonces vino la tragedia.“Fue un verdadero infierno, algo me golpeó en la cabeza y todos los objetos comenzaron a volar a mi alrededor”, contó Elie Zakaria, un habitante del barrio de Mar Mikhail, famoso por sus bares nocturnos y que se encuentra frente al puerto."Era una masacre. Salí al balcón, vi gente gritando, ensangrentada, todo estaba destruido", añadió.Con la segunda explosión se desató una onda que en segundos sorprendió a quienes veían desde sus apartamentos o carros el incendio y a aquellos que no sabían lo que pasaba.Uno de los videos muestra cómo un conductor que grababa el desastre desde una autopista, a varios kilómetros de distancia, fue alcanzado por la detonación.En otra imagen el sorprendido fue un sacerdote cuando oficiaba la misa. Todo empezó a temblar, se fue la luz y luego el techo cayó sobre él.En un apartamento cercano, una cámara de seguridad mostró a una mujer aspirando y junto a ella una niña. Escuchó un ruido, se asomó y en segundos la explosión las alcanzó. Las cortinas las salvaron de los cristales rotos.Los hospitales de Beirut no daban abasto.Se calcula que 4.000 personas sufrieron heridas y más de 100 murieron.La explosión fue ocasionada por 2.750 toneladas de nitrato de amonio que almacenaban hacer varios años en una bodega del puerto.
Las explosiones de Beirut devastaron barrios enteros de la ciudad."He recorrido Beirut, los daños pueden elevarse a entre 3.000 y 5.000 millones de dólares", indicó el gobernador de la capital libanesa, Marwan Aboud, precisando de todos modos que esperaba una evaluación de expertos e ingenieros. "Cerca de la mitad de Beirut está destruida o dañada" y hay entre 250.000 a 300.000 personas sin techo, dijo."Hasta ahora, más de 4.000 personas han resultado heridas y más de 100 han perdido la vida. Nuestros equipos todavía están llevando a cabo operaciones de búsqueda y rescate en las áreas circundantes", dijo la Cruz Roja.La capital libanesa, declarada ciudad "siniestrada", se despertó conmocionada tras estas explosiones, de tal potencia que fueron registradas por los sensores del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) como un terremoto de magnitud 3,3.En el epicentro de la explosión, cuya onda de choque se sintió hasta en la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia, el panorama seguía siendo apocalíptico: los contenedores parecen latas de conserva retorcidas, los coches están calcinados, el suelo, alfombrado de maletas y papeles que salieron disparados de las oficinas cercanas.Varios cascos azules a bordo de un barco atracado en el puerto resultaron heridos graves, según la misión de la ONU en el Líbano.Los socorristas, con la ayuda de guardias de seguridad, buscaron toda la noche a supervivientes o muertos atrapados bajo los escombros.Los hospitales de la capital, confrontados a la pandemia del nuevo coronavirus, están saturados.Día de duelo nacionalEl primer ministro, Hasan Diab, decretó para este miércoles un día de duelo nacional y prometió que los responsables "rendirán cuentas".El gobierno apunta a un cargamento de nitrato de amonio almacenado "sin medidas de precaución" en el puerto."Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema", declaró el primer ministro ante el Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa.El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora que se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados en forma de gránulos, aminonitratos, altamente solubles en agua. Pero también se usa para fabricar explosivos y ha causado varios accidentes industriales.Muchos países propusieron ayuda al Líbano, sobre todo Francia. El presidente Emmanuel Macron anunció en Twitter el envío de un destacamento de seguridad civil y "varias toneladas de material sanitario" a Beirut.Estados Unidos también ofreció ayuda, al igual que Alemania, que cuenta con miembros del personal de su embajada en Beirut entre los heridos.Incluso Israel ofreció "ayuda humanitaria y médica" a su vecino libanés, con el que se halla todavía técnicamente en guerra.El martes se oyó una primera explosión en Beirut, una ciudad de unos dos millones de habitantes, seguida de otra, muy potente, que provocó una gigantesca nube de hongo en el cielo.Los edificios temblaron y las ventanas quedaron destrozadas a varios kilómetros a la redonda.En las calles de Beirut, soldados evacuaron a habitantes aturdidos, algunos ensangrentados, con camisetas atadas alrededor de la cabeza para vendar las heridas.En una de las entradas del puerto de Beirut, una veinteañera corría gritando el nombre de su hermano. Otros, como ella, buscaban desesperados a familiares."Era como una bomba atómica. He visto de todo (en mi vida), pero nada semejante", declaró Makruhie Yerganian, un profesor jubilado que vive desde hace más de 60 años frente al puerto.Esta tragedia se produce en un momento en el que el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
La periodista Maryam Toumi de BBC News realizaba una entrevista en vivo a Faisal Al-Aseel, gerente de proyectos de la Agencia Marroquí para la Energía Sostenible, que fue interrumpida por la explosión en Beirut. Las imágenes son impresionantes.Toumi se disponía a hacer una pregunta cuando sonó el fuerte estruendo que la detuvo. Inmediatamente en la cámara empiezan a verse movimientos bruscos y luego se escucha el estallido, los gritos de ella y una alarma, mientras el lente da un giro.Después de esto se ve cómo la periodista levanta la cámara e intenta comunicarse con el entrevistado, notablemente preocupado.La impactante escena da la vuelta al mundo.Según el primer ministro libanés, Hasan Diab, las explosiones, que dejaron al menos 100 muertos y 4.000 heridos, fueron causadas por la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenadas en el puerto de la capital libanesa.
Una explosión en Beirut, capital de Líbano, deja por los menos 73 muertos y más de 3.700 heridos. Según informó el primer ministro Hassan Diab, la detonación ocurrió debido a 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estaban almacenadas en un depósito."Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas", declaró el primer ministro durante la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa."Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema", añadió.El nitrato de amonio es un fertilizante químico y también un componente de explosivos."No tendremos descanso hasta que encontremos a la persona responsable de lo sucedido para que rinda cuentas", prometió el primer ministro.El Consejo Superior de Defensa "recomienda" al gobierno decretar el "estado de emergencia" durante dos semanas en la ciudad de Beirut.Durante este periodo, un "poder militar supremo se encargará de todas las prerrogativas de seguridad", según el comunicado final del Consejo Superior de Defensa.El gobierno celebrará una reunión de urgencia el miércoles.Vea, además:
De acuerdo con la Agencia Nacional de Noticias (ANN), la explosión se produjo en un almacén de explosivos del puerto de Beirut y fue precedida de un incendio en un hangar de silos de trigo del puerto.“Hubo un incendio, los bomberos vinieron a apagarlo, luego ocurrió la explosión y desaparecieron. Los estamos buscando”, aseguró Marwan Abboud sobre lo sucedido.El gobernador de Beirut contó que la explosión “se parece a lo que sucedió en Japón, en Hiroshima y Nagasaki. Eso es lo que me recuerda. En mi vida no he visto destrucción a esta escala”.Tras el incidente, el primer ministro libanés, Hasan Diab, declaró este miércoles "día de luto nacional por las víctimas de la explosión del puerto de Beirut".Sin embargo, las autoridades no han ofrecido aún una cifra exacta de víctimas, varias horas después de que se produjera la deflagración en un almacén de material explosivo en el puerto de la ciudad mediterránea.Se habla en principio de 50 muertos y más de 2.750 heridos como resultado de la explosión.La Cruz Roja desplegó más de 30 equipos para atender a los afectados y ha pedido a las ambulancias de todo el país que acudan a la capital, tal y como dijo a través de su cuenta oficial de Twitter.Al mismo tiempo, centros hospitalarios y usuarios en las redes sociales están pidiendo donaciones de sangre urgentemente y otros afirman que los hospitales están desbordados.
De Colombia fue expulsado un ciudadano australiano que, presuntamente, estaría vinculado al delito de explotación sexual de menores. Esta acción fue llevada a cabo por Migración Colombia en el aeropuerto de Santa Marta.>>> Le puede interesar: Hombre es señalado de lanzar a su pareja por la ventana de un segundo pisoEste sujeto fue expulsado de Colombia tras una denuncia que fue interpuesta por Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín. Con este extranjero ya van 41 los reportados a Migración.En su cuenta de X, Migración Colombia manifestó que se hizo “efectiva la medida de expulsión al australiano Charlie Hardy, quien al ingresar al país presentaba en nuestros sistemas una consigna expedida por la Alcaldía de Medellín por vulneración de normas restrictivas relacionadas con la explotación sexual”.>>> Vea, además: Inauguran moderna planta para producir vacunas en Rionegro, Antioquia
Durante la noche de este viernes, 17 de mayo de 2024, se registró una asonada en el municipio de Tibú, Norte de Santander. Al parecer, la situación fue desencadenada por la captura de un sujeto que, supuestamente, se movilizaba con pasta de coca.>>> Otros temas: Asonada contra policías en Bello en medio de velorio de un supuesto delincuenteLa comunidad empezó a lanzar bombas molotov contra la estación de Policía del corregimiento Campo Dos. Según las autoridades, algunos hombres instrumentalizaron menores para tratar de quemar la estructura y generar caos.En videos publicados en las redes sociales se aprecia el momento en el que algunas personas se esconden detrás de un camión, que quedó atravesado en la carretera, para lanzar elementos contra la estación de Policía.Organismos de defensa de derechos humanos están tratando de mediar para controlar la situación, que es crítica en esa zona de Norte de Santander.>>> Vea, además: A militares heridos en asonada en Caloto los golpearon con piedras y los atacaron con machetes
La película colombiana ‘Mi bestia’, de la directora Camila Beltrán, se presentó en ACID, sección alterna del Festival de Cannes. >>> También puede leer: El director Mauro Mauad habló de Sin Clemencia, película que ya está en las salas de cine‘Mi bestia’ es la primera película colombiana en llevarse el honor de hacer parte de la sección ACID del Festival de Cine de Cannes, que este viernes, 17 de mayo de 2024, recibió su distinción en tan importante escenario.ACID es la sección paralela de Cannes que premia el trabajo del cine independiente. Elige a nueve películas entre miles de obras postuladas de todo el mundo."Es un gran orgullo poder hacer parte de esta selección, es una selección muy especial porque es una selección que está hecha por cineastas que defiende el cine singular, que defiende las propuestas diferentes y, bueno, estamos muy felices", señaló la directora de la cinta. El reconocimiento fue para Camila Beltrán y Marcela Mar, quien, además de actuar, por primera vez asume el rol de productora en el cine, entre otros personajes de esta cinta orgullo colombiano.'Mi bestia' es la ópera prima de Camila Beltrán, quien desde el 2018 escribió esta historia que ocurre en la Bogotá de los años 90 y que protagoniza la actriz natural Stella Martínez, que interpreta a Mila, una joven que experimenta los cambios de la adolescencia alrededor de una profecía.‘Mi bestia’ fue aplaudida este viernes en Cannes. Es una obra beneficiaria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, FDC, y deja una emoción inevitable tras el trabajo duro del cine colombiano.>>> También puede leer: Oppenheimer: conozca al colombiano que participó en efectos especiales de la cinta
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, desde Ayapel, en el departamento de Córdoba, reconoció su responsabilidad en el escándalo de corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), relacionado con los carrotanques para La Guajia. Hizo referencia a Olmedo López, exdirector de la entidad, y la situación que ahora debe enfrentar su reemplazo, Carlos Carrillo.>>>Vea también: Olmedo López afirma que asume “un riesgo de muerte” por hablar de escándalo en la UNGRD“Nosotros fuimos a través de los decretos de emergencia a otro tipo de solución en La Guajira... Los decretos se cayeron y no es culpa de la Corte porque la Corte no, sino que mire lo que pasó. En la rapidez se robaron la plata y es una responsabilidad mía porque yo puse a Olmedo (López) al frente de la UNGRD. Y ahora usted está recién posesionado y tiene que asumir esta tormenta. Así que tiene que mover el cerebro rápidamente porque si no el caballo lo tumba”, afirmó el jefe de Estado.Justamente en Ayapel, según reportó la Presidencia de la República y el mismo Gustavo Petro, se realizó “una asamblea con los damnificados de las inundaciones en la región de La Mojana, para ofrecer soluciones que permitan enfrentar la crisis de la ruptura del boquete de Caregato”.“Informamos a la comunidad la destinación de $680.000 millones para adquisición de tierras y desarrollo productivo en esta región”, indicó la Presidencia.>>>Le puede interesar: Procuraduría abrió nueva investigación contra Olmedo López, exdirector de la UNGRD
Durante la noche de este viernes, 17 de mayo de 2024, se realizó un escabroso hallazgo en Bogotá. Dos cadáveres fueron encontrados en el interior de un vehículo que estaba abandonado.>>> Otros temas: Periodista agredido tras crimen de director de La Modelo: “Auxiliar obedecía órdenes”Según versiones preliminares, los cuerpos estaban dentro de un carro marca Renault Logan. El vehículo estaba al frente del CAI de Santa Librada, ubicado en el suroriente de la capital de Colombia.Al parecer, las personas que dejaron los cadáveres escaparon en un taxi. Las autoridades de Bogotá se trasladaron al lugar para realizar las inspecciones a la escena y adelantar las primeras pesquisas.>>> Vea, además: La denuncia de Elmer Fernández antes de ser asesinado: “Temo por mi vida”